El lenguaje poético de Miguel Hernández: símbolos y figuras retóricas más destacadas

1. Trayectoria poética de Miguel Hernández: la evolución de su poesía

Después de unos poemas de aprendizaje, Miguel Hernández viaja a Madrid, a los veintiún años, y escribe su Primer libro, Perito en lunas. Los poemas de este volumen son Acertijos poéticos sobre objetos cotidianos, en los que el autor Muestra su destreza verbal e imaginativa (metáforas audaces, Referencias mitológicas, retorcidos hipérbatos…). El poeta quiere Demostrar lo que ha aprendido de las nuevas corrientes: la poesía Pura, el neogongorismo, las vanguardias.

En 1936 publica El rayo que no cesa, Después de su segunda estancia en Madrid. Está compuesto por Sonetos amorosos y otras composiciones como la Elegía a Ramón Sijé, Dedicada a su amigo oriolano muerto. En los poemas amorosos se Ensalza, por un lado, el amor como fuerza positiva; y, por otro, se Lamenta por la frustración del deseo amoroso insatisfecho. Durante Esta época se libera definitivamente del influjo del ambiente Religioso y conservador de su ciudad natal.

Ahora las influencias vienen de las Nuevas amistades, especialmente Neruda, Alberti y Aleixandre.

Con la llegada de la guerra civil, Miguel Hernández escribe poesía comprometida: Viento del pueblo (1937) y El hombre acecha (1939). La primera, de carácter épico y Optimista, recoge poemas

publicados en el frente. La guerra saca La vena poética más auténtica y combativa del poeta, confiado en La victoria republicana, a la que él quiere colaborar “como poeta Y como soldado”. Su poesía es un grito contra la opresión, la Desigualdad y el dolor, y a favor del amor, la fraternidad y la Solidaridad.

En cambio, El hombre acecha es un libro Pesimista: ahora el poeta se aflige por la muerte que acarrea la Guerra, por los heridos, las cárceles y por el odio entre hermanos. Siente la derrota y la desolación y la rabia se adueñan de sus Versos. Su voz se hace más íntima y sobria.

Su último libro, Cancionero y Romancero de ausencias, se fue completando con poemas escritos en la Cárcel (fue detenido al acabar la guerra y condenado a muerte). En Ellos se habla de la muerte del primer hijo, de la derrota, de la Cárcel, de su enfermedad mortal, de una tristeza general de la que Solo escapa a veces el amor por su mujer o por su segundo hijo recién Nacido. Son textos breves, cercanos a la sencillez de la lírica Popular y tradicional, y abordan los temas más recurrentes de su Mundo poético: el amor, la vida y la muerte, sus “tres heridas”.


2. Tradición y vanguardia en la poesía De Miguel Hernández

Nacido en 1910, Miguel Hernández es Considerado como “genial epígono” (según Dámaso Alonso) de la Generación del 27 (nacidos alrededor de 1900: F. García Lorca, R. Alberti, V. Aleixandre, L. Cernuda, J. Guillén…). La fusión entre Tradición y vanguardia es una carácterística que une a aquel y a Esta. En esa fusión se aprecia la presencia de tres líneas de Inspiración.

Por un lado, la tradición literaria. Miguel Hernández se inspira en los clásicos del Siglo de Oro:

San Juan de la Cruz, Fray Luis de León, Garcilaso de la Vega, y los barrocos Quevedo y, sobre todo, Góngora. La visión de la naturaleza, el agobio de la ciudad, el sentimiento Amoroso, la metáfora culterana… tienen ecos de estos poetas. También Bécquer y el neopopularismo (la versión culta de formas Populares: el Romancero, el Cancionero tradicional…) están Presentes en el poeta oriolano.

Otra línea de inspiración en su Poesía es el magisterio que ejercíó la generación anterior, la del Modernismo, sobre todo en la figura de Juan Ramón Jiménez y su “poesía desnuda”, asociada con la idea que en los años 20 acuñó Ortega y Gasset de la “deshumanización del arte”.

En tercer lugar, las vanguardias. Las Vanguardias propónían la “deshumanización del arte”, la “poesía Pura” (depurada de lo sentimental, de “anécdota” humana). Crearon poemas basados en la audacia de la metáfora, aunque Miguel Hernández no llegó a romper totalmente el hilo “humanizado”. Más adelante, otra vanguardia, el Surrealismo, trajo una “rehumanización del arte”:

se reivindica entonces una poesía “impura”, donde cabe lo humano, e incluso lo social y político.

En conclusión, en la obra poética de Miguel Hernández, se observa la presencia de varias líneas de Inspiración que integran tradición y vanguardia. En Perito en lunas Está presente el neogongorismo y la poesía pura; El rayo que no Cesa entronca con el Surrealismo, pero también con la tradición (uso de la métrica clásica y los temas petrarquistas: idealización De la amada, sufrimiento amoroso…); en Viento del pueblo gira hacia Una poesía “rehumanizada”, comprometida, de denuncia y Solidaridad con los oprimidos, y de formas populares (uso del romance Y del octosílabo); finalmente, en Cancionero y romancero de Ausencias utiliza el cantar, que enlaza con la revitalización de lo Popular que se inicia en Bécquer y que continúa con Antonio Machado Y la Generación del 27.


3. El compromiso social y político en La poesía de Miguel Hernández

En 1935, después de su segundo viaje a Madrid, Miguel Hernández inicia una nueva etapa vital y poética: Colabora en revistas de la capital, se relaciona con intelectuales y Poetas del 27 y se desprende definitivamente del influjo del ambiente Religioso y conservador oriolano. Abandona la poesía pura e inicia Una poesía “rehumanizada”, de carácter social, en defensa de Los derechos del pueblo trabajador.

El inicio de la Guerra Civil impulsa al Poeta al compromiso político e ingresa en el Quinto Regimiento (cuerpo militar de voluntarios). Así pues, su compromiso político No es teórico: se une al bando republicano, que identifica con los Pobres, en contra del rebelde, el poderoso. El poeta oriolano compone Versos de propaganda y aliento épico que difundirá por las Trincheras.

Los dos libros poéticos de esta etapa, Viento del pueblo y El hombre acecha, son muy distintos. El primero Es optimista y combativo, esperanzado por la victoria. Contiene Poemas, de tono épico, en que lo personal se subordina a lo Colectivo, y en que hay un mensaje revolucionario contra la sociedad Injusta y represora. El estilo se hace claro y directo, para ser Comprendido por el pueblo llano, la métrica es popular (usa el Romance), y la metáfora se simplifica. En este libro su compromiso Se muestra en la denuncia de las injusticias y en la solidaridad con El pueblo oprimido, en proclamar el amor a la patria, la necesidad de Luchar por la libertad e increpar a los tiranos.

Pero cuando la derrota republicana en La Guerra Civil es inminente, lanza Miguel Hernández el grito Desgarrador que es El hombre acecha. Aunque el poeta se aferra a la Vida y a la esperanza por medio del amor, su poesía deriva hacia un Pesimismo intimista y su fe en el ser humano se va debilitando. En Esta obra el poeta ya no canta épicamente, solo susurra amargamente: De exaltar a

los héroes antes, pasa ahora a Lamentarse por las víctimas. Al acabar la guerra, el poeta es Detenido y condenado a muerte (pena conmutada luego por la cadena Perpetua). Aún consiguió entregarle a su esposa, Josefina Manresa, Un cuaderno manuscrito titulado Cancionero y romancero de ausencias, Con poemas que comenzó a escribir en 1938 a raíz de la muerte de su Primer hijo.


4. El lenguaje poético de Miguel Hernández: símbolos y figuras más destacadas

El lenguaje poético de Miguel Hernández evoluciona a lo largo de su trayectoria poética. En la Poesía pura de Perito en lunas, el lenguaje es cercano al Gongorismo. En la poesía amorosa de El rayo que no cesa, emplea la Metáfora surrealista. En la etapa del compromiso social y político De Viento del pueblo y El hombre acecha, usa un lenguaje claro y Directo. Y finalmente, en Cancionero y romancero de ausencias, el Lenguaje es el de la sencillez de la lírica tradicional.

En cuanto a los símbolos recurrentes En su obra, cuya fuente de inspiración es la naturaleza, se pueden Señalar los siguientes:

a. La luna. En Perito en lunas el poeta Describe poéticamente los objetos cotidianos de su entorno como Formas lunares. La luna evoca la vida en continuo rodar (el paso del Tiempo o el ciclo de la vida), es un símbolo de fecundidad, pero También de fatalidad y de muerte (en contraste con el sol y la luz).

b. El rayo. En su segunda etapa, la de El rayo que no cesa, el rayo sugiere el deseo amoroso no satisfecho y La “herida” que provoca: es hiriente porque causa dolor, como lo Es el cuchillo o la espada. En su siguiente etapa, de compromiso Político-social, el rayo se convierte en la imagen del combate Popular, es la fuerza y coraje de los soldados en lucha por sus Derechos.

c. Toro. En sus dos primeras etapas el Toro se identifica con la muerte, pero también con el amor. En su Poesía amorosa el símbolo del toro tiene dos interpretaciones: el Toro bravo es la fuerza e impulso sexual; y el toro de lidia, en la Plaza, se asocia, por su destino trágico, al sentimiento del amor Como

dolor y pena. En Viento del pueblo el Toro bravo se opone al buey: el buey es símbolo de sumisión, de Cobardía; el toro, en cambio, evoca el orgullo y el valor del Combatiente en la guerra.

d. Viento. Es el símbolo por Excelencia de su poesía épica, la del compromiso social y político. El viento se convierte en la fuerza del pueblo y también en la voz Del poeta animando a los oprimidos a luchar por su libertad; en su última etapa, invierte su significado: ahora es viento del odio, del Rencor, que intenta destruir el mundo del amor y de la vida misma.E. Tierra. Es un motivo central de la obra de Miguel Hernández (el “poeta de la tierra” se le ha llamado).

Es símbolo, por metonimia, de la Propia naturaleza. La tierra evoca la cuna y la sepultura de la Existencia humana: da la vida y la acoge tras la muerte para Germinarla de nuevo.


5. Temas de la poesía de Miguel Hernández

El poeta nace en Orihuela, en un Ambiente rural. Vive rodeado de naturaleza y esta impregna toda su Obra. La naturaleza se convierte en motivo central de su poesía.

En su primera etapa, la naturaleza real Protagoniza sus poemas: el campo que él conoce en su modesta vida de Pastor. Esta naturaleza tiene sentido religioso: el ambiente Religioso de su ciudad influye en el joven poeta, que concibe lo Natural como obra divina: el campo es símbolo de pureza, de virtud (la ciudad es el pecado, lo maléfico). También la naturaleza sirve A la invención del lenguaje poético: en Perito en lunas describe Objetos de la vida campestre, pero transformados literariamente Mediante un lenguaje ingenioso, rebuscado, metafórico. Posteriormente, en la poesía amorosa de El rayo que no cesa, la Naturaleza está presente en símbolos e imágenes que evocan el amor (las flores), la fecundidad (el huerto), la amada (el oasis) y la Pena amorosa (el rayo). Luego, en su poesía de compromiso Político-social, Viento del pueblo, de la naturaleza brotarán otras Metáforas y símbolos: el viento es el empuje y voz del pueblo; y la Tierra, la reivindicación social de los asalariados.

El otro gran tema de su poesía es el Amor. Toda su poesía se puede calificar de amorosa: amor a la Naturaleza, a la mujer, al hijo, a los amigos, al pueblo, a la vida.

En su primera etapa hay una pugna entre El ascetismo (el amor a lo divino) y el erotismo (el goce sexual). A Continuación, surge el amor abstracto, no correspondido, según la Tradición literaria del amor cortés y de los poemas bucólicos. Más Tarde, ese amor se hace real: se enamora de una joven de su ciudad (Josefina Manresa) y sus sentimientos reales se mezclan con la Tradición literaria.

El amor real es doloroso: las ansias de Amar chocan con una moral provinciana y estrecha que rechaza el goce Erótico, y provoca la llamada pena hernandiana. Más adelante, Surgen otras vertientes del amor: el amor-fraternidad (el de Viento Del pueblo), en que el poeta se funde con el pueblo que lucha por la Igualdad y la justicia; el amor que se convierte en odio a medida que Avanza la guerra; y, cuando parece haber vencido el odio y el Resentimiento, el amor al segundo hijo que espera su mujer le ayuda a Soportar la dura realidad de ausencias y privaciones, y se convierte En esperanza final de superación del odio desencadenado por la Guerra.


6. La vida y la muerte en la poesía de Miguel Hernández

Toda la obra poética de Miguel Hernández se ajusta a la terrible definición del filósofo alemán Heidegger: “el hombre es un ser para la muerte”. Desde sus Comienzos por la vida más elemental, festiva e inconsciente, Avanzando por el sufrimiento y la pena de la funesta historia Personal del poeta, hasta acabar de la manera trágica conocida.

En la mayor parte de sus primeros Poemas se aprecia un vitalismo despreocupado y un optimismo natural: Su primera concepción poética se basa en la armónía de universo. Se ensalza la naturaleza circundante: todo lo vivo es bello e inspira Una alegría contagiosa.

Las “heridas” hernandianas (“la De la vida, la del amor y la de la muerte”) comienzan a sentirse en El rayo que no cesa, libro del sentimiento trágico del amor. Aparecen amor y muerte plasmados en el símbolo del toro (que Representa al poeta: grito, rabia, fracaso amoroso anunciado, Presagio de destrucción), al que se unen otros elementos cortantes e Hirientes como la espada, el cuchillo, el rayo, los cuernos o el Puñal. También aparecen asociados amistad y muerte en la Elegía, En que expresa la rabia por la muerte de su amigo Ramón Sijé.

Con la llegada de la guerra, la voz Poética del poeta oriolano adquiere un tono combativo en Viento del Pueblo, donde la muerte se convierte en parte de la lucha por la Victoria. Sin embargo, según avanza la guerra, ese entusiasmo y Optimismo iniciales son sustituidos por el pesimismo y dolor ante la Crudeza del conflicto. Esto se ve en su siguiente libro, El hombre Acecha. Ahora los muertos ya no son héroes sino víctimas. Su poesía Gira hacia la introspección y el intimismo (se convierte, según María Zambrano, en “un hombre vuelto hacia adentro, enmudecido”).

Y en su último volumen, Cancionero y Romancero de ausencias, los poemas se llenan de desengaño y tristeza Por la “ausencia de todo”. La muerte de su primer hijo, la Pérdida de la guerra, su condena a muerte, la enfermedad y la Soledad convierten este poemario, compuesto en la cárcel, en un “diario de la desolación”, en el que su voz, por momentos, se Reviste de cierta esperanza al hablar al hijo y a la esposa.

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