Juan Senra está en la cárcel

elato3: 1. Primera comparecencia de Juan Senra ante el tribunal, formado por el coronel Eymar, el capitán Martínez y el alférez Rioboo. En esta primera comparecencia Senra declara que conocíó al hijo del coronel, Miguel Eymar, en la cárcel de Porlier. Esta declaración marca la suerte inmediata de Senra. 2. Juan Senra vuelve a la cárcel, la antesala de la muerte.
Senra intenta explicarle a Eduardo López, cabecilla de la cárcel, ese cambio para aclarar posibles sospechas. 3. Siguen los juicios sumarísimos y las condenas a muerte: traslado al cementerio de la Almudena y fusilamiento. 4. Devolución de la carta que Senra le había enviado a su hermano, censurada por el alférez capellán. 5. Juan Senra entabla amistad con Eugenio Paz. El narrador cuenta su historia y su intervención en la guerra.
6. Segunda comparecencia de Senra ante el tribunal. En esta ocasión hay una cuarta persona en la sala: la mujer del coronel Eymar, Violeta. 7. El narrador cuenta la verdadera historia de Miguel Eymar. 8. Vuelta a la cárcel de Senra y empieza a escribir otra carta a su hermano. 9. Episodio de Cruz Salido: moribundo redactor jefe del periódico El Socialista al que le encomiendan a Senra mantenga con vida hasta el amanecer, para que puedan fusilarlo. Su muerte le ocasiona a Senra tres culatazos. 10. Episodio de El Rorro, es decir, del capitán Carlos Alegría, protagonista del primer relato del libro: se suicida al arrebatarle el fusil a uno de los guardias. La confesión de Alegría a Senra es la pura verdad y una premonición. 11. El coronel Eymar y su mujer visitan en la cárcel a Juan Senra. Éste sigue con las mentiras sobre la vida de su hijo Miguel. Sigue escribiendo la carta a su hermano y sigue la amistad con Eugenio. 12. Segunda visita de los Eymar en la cárcel. Más mentiras que reportan un jersey y un bocadillo de arenques. 13. Juicio –condena del muchacho de las liendres. La muerte de éste hace recapacitar a Juan Senra y cambia de actitud. Termina la carta a su hermano. 14. Juan decide contar toda la verdad sobre Miguel Eymar sabiendo que ello le va a acarrear su condena y el fusilamiento.//
Juan Senra:Juan Senra Sama, masón, organizador del presidio popular, comunista, soltero y criminal de guerra, profesor de chelo y estudiante de medicina. Y poco tardó en darse cuenta de que podría alargar el tiempo de supervivencia en la misma medida en que daba rienda suelta a las mentiras. Pero Senra, como protagonista de este tercer relato y tercer derrotado del libro, también sabe o se lo hace saber El Rorro, el capitán Alegría, que vive de prestado y debe hacer algo para no deberle nada a nadie. Así, la condena y fusilamiento de su amigo Eugenio Paz es lo que actúa de espoleta para tomar su decisión de morir: contar la verdad. Eugenio Paz. El “muchacho de las liendres”, representa otra manera de entender la guerra. Se pasó al bando republicano por despecho contra su tío, que maltrataba a su madre, y se tomó la guerra como un juego de tiros, como no podía ser de otro modo en un muchacho que apenas contaba dieciséis años, y al que habría que aplicarle la misma frase que a Eulalio: una edad muy temprana para tanto sufrimiento. Miguel Eymar. es cobarde, ruin y despreciable. Mientras que es la guerra quien se aprovecha de Eugenio hasta matarlo, Eymar intenta aprovecharse de la guerra sin escrúpulo alguno: con la traición a sus propios compañeros, con el estraperlo y el engaño, con un desprecio absoluto por los más mínimos principios humanos , ladrón, criminal que ni siquiera sabe mantener la compostura ante la muerte. El coronel y su mujer. El coronel Eymar, diminuto, enjuto, fumador empedernido, militar que entiende tampoco la guerra como la ocasión de aniquilar sin miramiento alguno al enemigo. El tribunal que preside, bajo la foto del general Franco, no es un tribunal de justicia, sino de odio y muerte. En cambio, en Violeta, su mujer y madre de Miguel, observamos la desolación hasta casi la locura por la pérdida de su hijo. Necesita saber de Miguel, necesita agarrarse a la mentira que idealiza la imagen de un hijo que Juan Senra le devuelve con sus palabras, de ahí sus regalos. vida en la cárcel. era la sala de espera en la que se hacinaban los condenados a muerte; unos, aguardaban en la galería 2 a pasar por el tribunal que iba a ordenar su fusilamiento, y otros, los que ya habían pasado por ese puro trámite, esperaban en la galería 4 a que gritaran su nombre para montar en el camión que los llevaría al lugar en que iban a ser fusilados. Mientras todo este proceso se desarrollaba con una fría y terrible rutina.

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