Nanas de la cebolla

“Nanas de la cebolla” pertenece a uno de los libros más intimistas y más exaltados de la trayectoria literaria de Miguel Hernández. Hemos podido comprobar, que, con motivo de la Guerra Civil española, el poeta alicantino, o más bien su obra, sufre una serie de cambios, si no radicales, bastante evidentes al ser sus distintos poemas comparados entre sí. Se considera que este autor esta entre la Generación del 27 y la del 36, ya que es de los últimos poetas de la Generación del 27 y el primero de la generación del 36

Esta composición, una de las más tristes “canciones de cuna” de la llamada Generación del 36, se origina al ser el poeta capturado y posteriormente encarcelado por haber participado en el bando republicano en la sexta división. Hernández escribe a su mujer y su hijo desde prisión explicando con sutileza y maestría, cómo se siente al saberse condenado a muerte, al darse cuenta de que nunca los volverá a ver, abrazar, que no será partícipe de sus vidas, de su futuro, del crecimiento de su hijo, su evolución… morirá entre esas cuatro paredes sin poder remediarlo.

Éste es el último poema perteneciente al “Cancionero y romancero de ausencias”, que el autor empieza a escribir en 1938 (ésta es de 1939), entre rejas, en ocasiones valíéndose tan sólo de un trozo de papel higiénico, a falta de un cuaderno u hojas de papel sueltas. En este libro los protagonistas serán sin duda, el hijo fallecido del autor, la nueva llegada a la familia Hernández, y claro está, su esposa, así como la frustración por la derrota de los republicanos ante los fascistas. Todo esto, claro está, bajo los efectos de las penurias, desolación, el hambre, los tratos vejatorios, la soledad y la desesperanza que producen a un ser humano, el estar enjaulado y condenado a muerte. En 1942, Miguel Hernández cae gravemente enfermo, y muere en el reformatorio de adultos de Alicante. Nanas de la cebolla, y los demás poemas que componen este libro, son, por tanto, los últimos que el poeta alcanzó a escribir en los concluyentes (y dolorosos) años de su vida.

-Este poema está compuesto por seguidillas (versos heptasílabos y pentasílabos con rima asonante. Versos libres también). Son versos concisos, rápidos, directos… para dar así un toque de espontaneidad, como si hubiera sido precipitado, sin haberlo meditado demasiado.

  • Del verso
    1 al 49, distinguimos la primera parte, en la que el autor se dirige a su esposa, explicándole lo impotente que se siente la no poder ayudarla, a ella y al hijo de ambos, en esta época de miserias, de hambre. La anima a seguir adelante, también a su pequeño, que ría en este tiempo lleno de adversidades y se suma a su sufrimiento, contándole como él, aún estando tan lejos, siente el olor a cebolla, siente el dolor, y el hambre que ellos sienten, la oscuridad, la desesperación. Él también conoce ese sentimiento, el no tener nada. La celda teñida de negro, no hay esperanza. Hambre y dolor. Desaliento.

  • Del verso 50 al 84,encontramos la 2ª parte. Miguel Hernández se orienta hacia su hijo, y explica también la situación que él mismo está viviendo en prisión (de manera superflua, pero perfectamente clara). Inyecta a su pequeño la importancia de vivir, de saber disfrutar, de reír, de ser fuerte hasta que vengan tiempos mejores. Le hace saber cuánto le reconforta su existencia, lo fuerte que le hace, las ganas de seguir adelante que le imprime, lo valiosa que es su sonrisa y su bienestar en sus días grises entre rejas. Le anima a aprovechar su niñez, a que no la deje atrás demasiado pronto, pues él ya la dejó, y nunca volvíó. Ya habrá tiempo de luchar, de ser hombre feroz tiempo para enterrar la alegría y la paz, como cita en los versos 71-74,

Tema principal: La añoranza que el poeta siente por su familia. El no poder ayudarlos, sintiéndose maniatado, encerrado, preso y sin futuro, impotente ante esta insostenible situación. Su mujer sólo se alimenta de pan y cebollas, dada la extrema pobreza en la que viven. Hernández lo siente en lo más profundo de su corazón. Les anima a seguir adelante, a reír, a disfrutar de la vida, ya vendrán tiempos mejores…

En esta composición del 1939, Hernández utiliza versos breves, directos y sencillos, para captar rápidamente la atención del lector, dando así una imagen de espontaneidad que no se corresponde con la realidad, pues es este un texto muy elaborado. Utiliza un tono vocativo, y en ocasiones exclamativo, para dar así más musicalidad y expresividad a esta alegoría. Abundan las frases metafóricas, algunas anáforas, exclamaciones y frases vocativas, casi exhortativas. Escasa utilización de conjunciones (asíndeton), alguna alteración del orden lógico de las palabras (hipérbaton), … (*)

Metáfora


: “La cebolla es escarcha”.La cebolla es una lacra, algo que cubre superficialmente, pero no es nieve, que reviste todo cuanto alcanza. En esta metáfora, la cebolla y la escarcha tienen una relación clara. La escarcha parece hacer la función de la nieve, cubriendo los campos y las calles, … pero no en su totalidad. La cebolla engaña el hambre, pero no la quita.

Hipérbaton


Se alteran las palabras, para llamar la atención del lector. Así pues los versos 71, 72, 73 y 74: “Frontera de los besos serán mañana, cuando en la dentadura sientas un arma”, podrían ordenarse del siguiente modo: “Cuando en la dentadura sientas un arma, mañana serán frontera de los besos”

Asíndeton:


Del verso 29 al 35, por ejemplo, no encontramos ningún nexo. Esto provoca una sensación de ligereza, de rapidez a la hora de recitar el poema.

Anáfora:


Los versos 65 y 66 empiezan con la preposición “con” . “Con cinco azahares, con cinco diminutas ferocidades”

Comparación:


“Con cinco dientes como cinco jazmines adolescentes”. Compara los dientes de leche de su hijo, con los jazmines jóvenes y frescos, nuevos.

Frases exhortativas:


“No te derrumbes. No sepas lo que pasa ni lo que ocurre”, Intenta ignorar lo que se cuece a tu alrededor, la pobreza y la miseria que te rodea. Sé fuerte, mira hacia delante.

Exclamativas:


“¡Si yo pudiera remontarme al origen de tu carrera!”. El autor quisiera poder volver atrás en algunas ocasiones, lo deja patente en esta frase llena de emotividad.

Cromatismo:


Creo que el autor utiliza el negro, como símbolo de tristeza, desesperanza, oscuridad. “Hambre y cebolla: hielo negro y escarcha grande y redonda”

Hipérbole:


Exageración. “Es tu risa en los ojos la luz del mundo”. Tu mirada es lo que alumbra mi camino, y el camino de los demás. No cierres esos ojos llenos de luz, porque me perdería, parece decir el poeta a su mujer.

Personificación


Es tu risa la espada más victoriosa”. Da vida a la risa de su amada, cuya fuerza puede compararse a los efectos que una espada puede causar. Con su risa consigue la victoria interior, el sentirse mejor aun estando tan triste y desolado entre esas cuatro paredes penitenciarias.

Simbolismo


La cebolla, sin lugar a dudas, expresa el hambre, la pobreza y la pena que ambos bandos, emisor y receptor, sienten.

Conclusión

Este poema, con gran carga emocional, nos acerca a la situación en la que veían sumidas miles de familias durante y después de la Guerra Civil española. Al acabar el conflicto, no acabaron las persecuciones hacia los perdedores (bando republicano) y sus familias, sino que continuaron, fueron duramente amonestados, y en muchas ocasiones pagaron con su vida.

El hambre, la miseria, la muerte y la censura, eran partes de la vida cotidiana de la España franquista, especialmente en los primeros años, en los que se castigó y asesinó a sus máximos opositores políticos, o, como Miguel Hernández, “difamadores” de propaganda en contra del régimen franquista, en la que se instaba al pueblo a la sublevación, a la lucha, a la no rendición a favor de los fascistas.

Miguel Hernández y su familia, sufrieron las consecuencias de esta guerra, como muchísimas otras familias anónimas, que experimentaron el hambre, la pérdida y/o separación de sus seres queridos, y posteriormente, el obligado olvido de estos hechos.

Es un poema fantástico. Reconozco que me ha costado analizarlo, pero al hacerlos, lo he encontrado emotivo y fiel reflejo de la sociedad española de los años 30.

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