Realismo español temas

LITERATURA REALISTA 2ª MITAD Siglo XIX

Durante la segunda mitad del XIX se produjeron en Europa importantes transformaciones políticas y sociales: el proletariado se organizó en movimientos obreros y sindicales inspirados en doctrinas como el socialismo, marxismo y el anarquismo. Al mismo tiempo, crecía el poder económico y político de la burguesía, que se hizo más conservadora para mantener sus privilegios.

En la literatura el Realismo surge por el rechazo de los principios idealistas de la estética romántica. A diferencia de los románticos interesados por la interioridad, los escritores realistas se centraron en la descripción meticulosa de lo exterior. Así el Realismo se distingue por los siguientes rasgos:

-Interés por la realidad

Paralelamente a lo que ocurre en la ciencia, los escritores realistas recurren a la observación como procedimiento creativo. La novela, género predilecto del Realismo, se convierte en un importante documento social.

Contextualización contemporánea

El interés por la realidad inmediata se traduce en una localización espacio-temporal próxima al momento en el que se escriben las obras.

Tendencia a la objetividad y al verismo

Se pretende presentar ambientes, comportamientos y diálogos reales o, cuando menos, creíbles. En correspondencia con este interés, abundan las descripciones y se procura que cada personaje se exprese conforme a su educación y su forma de ser. El estilo abandona el retoricismo romántico y presenta una expresión más sencilla que busca la fidelidad a la realidad retratada.

Intención crítica

 La pretensión de objetividad no impide que la voz del autor y su intención crítica tengan un peso considerable en el relato.

La literatura realista se preocupa por la descripción minuciosa de la realidad y muestra interés por el análisis de los comportamientos humanos en sociedad. Esto explica el importante desarrollo de la novela cuyos rasgos son:

–          Los temas reproducen posconflictos de la sociedad de la época: las tensiones políticas y religiosas, la hipocresía social, las relaciones humanas, el mundo del trabajo o la importancia del dinero.

–          Los personajes son individuos extraídos de la realidad cotidiana. La novela realista otorga gran importancia a la figura femenina.

–          El narrador suele ser omnisciente. Tiene importancia el estilo indirecto libre y el diálogo que permite a los personajes presentarse a sí mismos, sin intermediarios, en un intento de transmitir objetividad.

–          El espacio se corresponde a menudo con lugares verdaderos y concretos y el tiempo suele ser lineal, aunque a veces se recurre a la analepsis o retoceso temporal.

Fases de la narrativa realista en España

En la evolución del Realismo español se suelen diferenciar tres fases:
Prerrealismo, Realismo y Naturalismo.

El Prerrealismo se inicia con la publicación en 1849 de La Gaviota, de Fernán Caballero, seudónimo de Cecilia Böhl de Faber (1796-1877). Durante esta fase se escribe una novela idealizadora de tintes costumbristas y las obras tienen, con frecuencia, una intención moralizante. Esta valoración de lo narrado hace que no se pueda hablar propiamente de Realismo. El principal representante de esta corriente es Pedro Antonio de Alarcón (1833-1891), autor de El sombrero de tres picos, una de las mejores novelas cortas del XIX.

Suele decirse que el Realismo se inicia con la publicación en 1870 de La Fontana de Oro, de Benito Pérez Galdós (1843-1920). En esta etapa, el narrador adopta una actitud más objetiva hacia sus personajes y el retrato psicológico se convierte en motivo central. Junto a Galdós y a Clarín (1852-1901), los autores más destacados del Realismo son José María de Pereda y Valera.

  • José María de Pereda (1833-1906) inicia su obra en el Prerrealismo, pero posteriormente evoluciona hacia una mayor objetividad. La mayoría de sus novelas se sitúan en su Cantabria natal; entre ellas destacan Sotileza (1885) y Peñas arriba (1893).
  • Juan Valera (1824-1905), aristócrata, diplomático y hombre de amplia cultura, dedicó gran parte de sus esfuerzos a la crítica literaria, labor en la que gozó de notable prestigio. Su principal obra es Pepita Jiménez (1874), novela en la que se narra la historia de amor de un seminarista, Luis de Vargas, y una joven viuda, Pepita Jiménez, con la que el padre de Luis pretende casarse.

El Naturalismo, aparece en España hacia 1880 con la publicación de La desheredada, de Galdós. Emilia Pardo Bazán (1851-1921) fue la principal defensora en España del Naturalismo. Entre sus novelas destacan Los pazos de Ulloa (1886) y La madre Naturaleza (1887), desarrolladas en ambientes rurales de Galicia que conforman mundos cerrados y dominados por las pasiones.Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) es el último representante del Naturalismo en España. Publicó novelas ambientadas en tierras valencianas, como La barraca (1898), Entre naranjos (1900) oCañas y barro (1902), en las que los personajes luchan por su existencia, sumidos en la miseria, el odio, la venganza y la fatalidad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *