Jorge guillén «la voz a ti debide y razón de amor»

Pedro Salinas:


Pedro Salinas (Madrid,1891-1951) forma con Jorge Guillén el núcleo más intelectual de la generación del 27. Ambos fueron catedráticos de universidad en España y -tras la Guerra Civil- en prestigiosas universidades de los Estados Unidos, publicaron importantes trabajos de crítica literaria y siguieron de cerca el magisterio de Juan Ramón Jiménez y la poesía pura. Salinas destaca como poeta de amor, quizá el más completo de la lírica española del Siglo XX; por lo tanto, heredero de Garcilaso de la Vega, de cuya Égloga III tomó el título de su libro más famoso: La voz a ti debida. Allí, al igual que en su doble prolongación -Razón de amor y Largo Lamento- se lleva a cabo una honda y lúcida reflexión en torno a la pasión amorosa, la ausencia de la amada, la melancolía del desamor y la separación inevitable. Su estilo viene marcado por una secilla apariencia -verso libre, rima asonante, escasez de adjetivos o metáforas- que oculta un laborioso proceso de meditación y depuración del sentimiento. Este poema pertenece a La voz a ti debida, libro presidido por el júbilo de amar.

Jorge Guillén:


el vallisoletano Jorge Guillén (1893-1984) es el más cercano a Juan Ramón Jiménez de entre los poetas del 27. El grueso de su producción se fue agrupando hasta 1950 en el libro Cántico, subtitulado Fe de vida, donde Guillén reitera su jubilosa percepción de la realidad que lo rodea en poemas breves, de absoluta perfección formal, que responden al profundo sentimiento de que «el mundo está bien hecho». El poeta parte a menudo de una sensación concreta para manifestar cómo se siente pleno aquí en la tierra, aunque en ocasiones se haga eco de las dos inexorables circunstancias que afectan a todo hombre: el paso del tiempo y la muerte, contempladas al margen de cualquier patetismo. En el siguiente ciclo, Clamor, aparecen ya las fuerzas negativas que asolan la vida: la violencia, la injusticia, el autoritarismo. Por último, en Homenaje, Guillén rinde tributo de admiración a las figuras de la historia que le ayudaron a alcanzar su plenitud humana. He aquí dos de los mejores poemas de Cántico.

Gerardo Diego:


Gerardo Diego (Santander, 1896-1987) jugó un papel decisivo en la introducción de las vanguardias en España como en la consolidación del grupo del 27, gracias a su actividad como director de revistas literarias y, sobre todo, al publicar en 1932 su célebre Antología, que supuso la auténtica carta de presentación de los nuevos poetas. Su abundante creación literaria combina con igual maestría vanguardia y tradición: a la primera pertenecen sus primeros libros creacionistas y ultraístas, en los que acredita un gran dominio de la imagen, algo que -unido al perfecto uso de la métrica clásica- caracterizará la segunda vertiente de su producción, en la que el autor cultiva gran variedad de temas: el amor, los toros, la música, los paisajes de la tierra santanderina y una profunda fe religiosa. Entre los títulos destacan Versos humanos, Ángeles de Compostela, Alondra de verdad y Soria.

Federico García Lorca:


la calidad de su producción literaria (teatro y poesía), así como las dramáticas circunstancias de su muerte al comienzo de la Guerra Civil, han covertido, a Federico García Lorca (Granada, 1898-1936) en el escritor español contemporáneo más conocido fuera de nuestras fronteras. En sus versos se mezclan con inigualable fortuna elementos populares andaluces, el uso de la metáfora y la experiencia surrealista al servicio de la expresión de una sensibilidad acuciada por la insatidfacción amorosa y la defensa de la libertad. La vertiente neopopular se manifestó con clamoroso éxito en Romancero gitano. En Poeta en Nueva York, surgido a partir de la estancia de Lorca en la metrópoli norteamericana, el irracionalismo surrealista contribuye a crear una imagen inquietante del mundo moderno. Su Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías es quizá la mas impresionante elegía de la literatura española.

Vicente Aleixandre:


Vicente Aleixandre (Sevilla, 1898-1984) ha sido el poeta que llevó el Surrealismo a su mayor nivel estético dentro de la literatura universal; algo que fue reconocido en 1977 con la concesión del Premio Nobel de Literatura.
Su trayectoria creadora parte del Surrealismo de Espadas como labios (1932) y La destrucción y el amor (1935); en Sombra del paraíso (1944) evoca la infancia y los años anteriores a la Guerra Civil de forma menos hermética; el proceso culmina con Historia del corazón (1954), título fundamental para entender la poesía española de los años 50. La tercera etapa del autor viene marcada por la meditación en torno a la vejez, el paso del tiempo y la contemplación de la vida desde el final del camino. A este período -en el que Aleixandre ejerce su magisterio directo sobre varias generaciones de poetas españoles- corresponden Poemas de la consumación (1968) y Diálogos del conocimiento (1974).

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