La deshumanización del arte Ortega y Gasset pdf

Epígrafe 1


El Novecentismo o Generación del 14: definición y carácterísticas


    Cuando se habla de Novecentismo nos referimos a la obra de un grupo de autores que alcanza su momento de máximo esplendor a partir del año 1914, de ahí el término Generación del 14 que también se les aplica y cuyo mentor ideológico fue el filósofo José Ortega y Gasset y su obra La deshumanización del arte.
Azorín considera que en torno al año 1914 ha llegado a la cultura española una nueva generación diferente de la modernista y de la del 98. Según él, estos nuevos escritores pueden definirse por dos rasgos en oposición a la literatura anterior:    

Son más metódicos y racionales.   – Son, sobre todo, intelectuales, más que artistas.       Tanto la Generación del 98 como la del 14 comparten preocupaciones y convicciones frente al ochocientos y, más concretamente, frente a la Restauración. Pero, a finales de la primera década del Siglo XX, las pequeñas disensiones entre ambos grupos comienzan a convertirse en grandes diferencias. Ortega declara superada la época del “nietzscheanismo puro” y combate a Maeztu y a Unamuno, los más significativos representantes del 98.   Las carácterísticas de esta nueva generación serían:
A) En política, estos autores se sitúan dentro de lo que se conoce como “reformismo burgués”, en posturas que van desde el liberalismo a la social-democracia.
B) Encarnan un nuevo tipo de intelectual: no bohemio, universitario, objetivo y racional, que se dirige a una minoría culta.
C) Europeísmo. Están abiertos a las nuevas ideas que provienen de Europa, pero no por eso se olvidan de la preocupación por el problema de España.
D) Reaccionan contra el arte del s. XIX. Para ello se valen de tres mecanismos: – Huyen del sentimentalismo. – Prefieren una postura intelectualista. – Hacen una literatura para minorías.  
E) Intentan hacer un arte puro que busca solamente el placer estético, formal, pulcro, sin sentimentalismos, en el que el hombre y el papel de su inteligencia sean seriamente revisados. La creación artística deberá procurar desdramatizar su reflexión, y esto lo consigue mediante una elegante prosa contenida y el recurso del humor, que logra revertir el pesimismo noventayochista.   Esta generación cultiva fundamentalmente la novela, el ensayo y presenta a un gran poeta: Juan Ramón Jiménez.


Epígrafe 2


La novela (Ramón Pérez de Ayala) y el ensayo (José Ortega y Gasset) novecentistas


    

La novela. Carácterísticas, autores y obras

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La novela novecentista tenía como objetivo un cambio moral del individuo que presupónía su formación estética. Esta novela es minoritaria y presenta cuatro tipos fundamentales: el lirismo, el intelectualismo, el humor y la deshumanización.    
a) La novela lírica. Sobresale Gabriel Miró: su prosa trabajada al máximo como si fuera verso, convierte a la descripción de sensaciones en la base de la novela, con muy poca acción que, además, tiende a desaparecer. Al autor le interesa, sobre todo, la emoción que producen los objetos. Destacan sus obras Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso, que forman un bloque, y Las cerezas del cementerio).  
b) La novela intelectual: Ramón Pérez de Ayala quien compone una novela preocupada sobre todo por el tema de la conciencia. Desde el punto de vista estilístico, utilizó el diálogo teatral y las historias intercaladas como distintas maneras de plantear el perspectivismo (varios narradores cuentan un mismo acontecimiento o la doble columna). Fue autor de una tetralogía que narra la vida de Alberto Guzmán, personaje barojiano, “álter ego” del escritor (Tinieblas en las cumbres, A.M.D.G, La pata de la raposa y Troteras y danzaderas), pero sobre todo sobresale por las novelas de tema universal (el amor, el lenguaje, la educación sexual y el honor) Tigre Juan, Lunas de miel, lunas de hiel y la mejor de sus creaciones Belarmino y Apolonio.   
c) La novela de humor cuyo más sobresaliente representante es Wenceslao Fernández Flores, autor de técnica realista que utiliza un humor crítico, negro e intelectual para llevar a cabo la crítica social. Su mejor obra es El bosque animado (llevada al cine).
d) La novela deshumanizada, forma novelística muy intelectual y compleja que enlaza con lo que se está haciendo en otros lugares de Occidente (Joyce, Mann, Proust). Novela de argumento mínimo cuya finalidad es la meditación y la reflexión. En este capítulo citaremos a Benjamín Jarnés, autor próximo a las vanguardias.     

El ensayo

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  El mentor y guía indiscutible de esta generación es el ensayista y filósofo, José Ortega y Gasset. Fue el fundador en 1923 de la “Revista de Occidente”, en la que hallarán cabida las nuevas corrientes europeas y españolas de todos los campos del pensamiento y de la creación. Durante toda su vida, desarrolló una intensa actividad como escritor y conferenciante.


Ortega es a la vez la máxima figura de la filosofía española del Siglo XX y un espectador agudo de la vida, las artes y la cultura. De entre su abundante producción ensayística debemos destacar, por su influencia sobre la literatura y el arte de la época, La deshumanización del arte (1925). Allí establece los rasgos más destacados del arte nuevo, impopular, antipopular y minoritario; un arte sólo apto para las élites intelectuales.      Ortega caracteriza así el arte nuevo: 

Es un arte puro, del que debemos valorar solamente la forma. 

De ahí que se tienda a la deshumanización y se releguen las emociones humanas en pro de la emoción estética 
Es por ello un arte intelectual, “el placer estético tiene que ser un placer inteligente”. 

La poesía será antirromántica, “el poeta empieza donde el hombre acaba”, su quehacer es la pura creación verbal: “la poesía es hoy el álgebra superior de las metáforas” 
En fin, el arte tiende a convertirse en juego, lejos de todo patetismo. Será esencial al arte joven la ironía y hasta un “pirueteo” vecino a lo deportivo.              

  Otros ensayistas sobresalientes en esta generación son Eugeni D´Ors, Salvador de Madariaga, Manuel Azaña (presidente de la República) y los historiadores Américo Castro, Gregorio Marañón y Claudio Sánchez Albornoz.


Epígrafe 3


Juan Ramón Jiménez
     El genial Juan Ramón Jiménez (Moguer-Huelva 1881-1958 en el exilio de Puerto Rico, Premio Nóbel de Literatura en 1956, año de fallecimiento de su adorada esposa Zenobia Camprubí) varía desde su inicial vinculación al Modernismo hasta la creación final de una obra personalísima y diferente (dirigida “a la minoría, siempre”). Su obra poética está marcada por su total dedicación a la poesía y a la búsqueda incesante de la Belleza. Este aislamiento en su “torre de marfil” le hizo olvidarse de los problemas cotidianos, si bien en el plano personal apoyó decididamente a la República.       Su influencia fue decisiva en los poetas de los años 20 y posteriormente. Su obra se clasifica en tres períodos:     Etapa sensitiva o modernista (1898-1915). El poeta recibe la influencia de los simbolistas franceses (especialmente Paúl Verlaine), de Bécquer, el Romancero y el Cancionero español. La métrica de esta etapa es el romance junto al alejandrino (tan carácterístico del Modernismo) y el endecasílabo. El léxico es sencillo y musical. Desde el punto de vista temático, recoge evocaciones de paisajes, que actúan como símbolos del alma del poeta. Abundan los mustios jardines, los parques otoñales, las fuentes y las noches de luna que sugieren nostalgia, melancolía, tristeza y presagios de muerte. A este período pertenecen Arias tristes, Jardines lejanos, Elejías, Poemas májicos y dolientes,La soledad sonora y Baladas de primavera. Además se incluye la obra en prosa poética: Platero y yo.

Etapa intelectual o desnuda (1916- 1936) que nace con Diario de un poeta recién casado, compuesta a raíz de su boda en Nueva York (1917). El poeta reniega de su etapa anterior (“Vino, primero, pura (…)/ y la amé como un niño”, “Luego se fue vistiendo/de no sé qué ropajes; /y la fui odiando”) y compone una poesía influida por las ideas estéticas de Ortega y Gasset, una poesía pura. Se traslada la influencia francesa anterior hacia la lírica anglosajona (Walt Whitman, Emily Dickinson, Robert Frost o W.B. Yeats). El Diario… se caracteriza por poemas breves, en verso libre o sin rima y que tratan de expresar lo esencial de las cosas, incorporando motivos externos al poeta, fundamentalmente el mar (símbolo de la vida, de su soledad y su gozo, del eterno tiempo presente, del deseo de intemporalidad) pero lo que más importa es el modo de expresión (precisa y sencilla). A este período también pertenecen Eternidades y Belleza.


 Etapa suficiente o verdadera que se desarrolla en el exilio (después del 36). Su autoexigencia y ensimismamiento se acentúan. Los temas de esta poesía son muy pocos y, en esencia, se reducen a uno: el ansia de totalidad, de eternidad, y empareja a nuestro autor con Miguel de Unamuno. Es una poesía de referencias panteístas (Dios está en la naturaleza; la naturaleza es Dios). Desde el punto de vista formal, se caracteriza por el uso de muchos neologismos y términos compuestos que complican el lenguaje, pero que resultan la única expresión apropiada para exteriorizar una experiencia religiosa, inefable. Se incluyen En el otro costado(donde está “Espacio”, poema que se ha considerado el resumen y cima de la creación poética) , La estación total y Dios deseado y deseante.

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