G27:
Serie de poetas que llegó a ser la promoción más brillante de la literatura española del S.XX. La situación política del país los disgregó y jamás volvieron a encontrarse. Se llama así por el aniversario de los 300 años de la muerte de Góngora en un acto en 1927. Esto tuvo un doble significado:
1)Los autores ponen de manifiesto su admiración por la poesía Barroca
2)El tricentenario supuso el definitivo descubrimiento del Barroco y del a literatura que tuvo su base en la libertad de la imaginación, del ingeino y en la supremacía del a metáfora. Los autores G27 se consideran deudores de OyGasset, Ramón Gómez de la Serna y J.R.Jiménez. La primera lista de componentes del grupo fué publicada ese año en el 1er número de la revista «Verso y Prosa» y sus autores (Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Lorca, Dámaso Alonso, Cernuda, Alberti) y más adelante se añadirán (Emilio Prados, Manuel Altoaguirre y M.Hernández).
CARACT:
1)Presencia de la tradición donde hay un especial interés por lo popular, en el romancero, las coplas y los villancicos de la tradición castellana.
2)Influencia de la vanguardia europea.
3)En la G27 aparecen 3 grandes temas(1-La ciudad, 2-naturaleza y amor 3- Compromiso social y político, sobre todo cuando estalla la G.Civil. La preocupación religiosa fué escasa en el grupo exceptuando a Gerardo Diego y Dámaso Alonso.
RASGOS EST:
1)Reinvención de la metáfora y recuperación de esquemas rítmicos clásicos.
2) Verso Libre
3)Verso blanco y el versículo.
VANGUARDIAS:
En los primeros años del S.XX se aprecia una creciente inestabilidad en el paronama cultural y artístico europeo, en relación con los acontecimientos políticos, lo que dará lugar a la sucesión rápida y atropellada de numerosos movmientos estéticos, conocidos como movimientos de vanguardia, caracterizados por sus actitudes renovadoras, iconoclastas y casi violentas contra la cultura. Son la expresión artística de un momento de crisis que se extiende por todo el siglo, con momentos culminantes en las dos guerras mundiales, y que se supone la quiebra de los principios del orden social y político tradicional, y, por consiguiente, las ideas estéticas dominantes, arrolladas por un afán de experimentación y novedad. El periodo de entreguerras fué el de mayor auge de las literaturas de vanguardia.
CARACT:
Las vanguayrdias comparten una serie de rasgos comunes que se basan en su rebeldía contra las propuestas anteriores y en la experimentación. Uno de estos rasgos es la fascinación por la modernidad, por el dinamismo de los avances tecnológicos y de la indutralización. Todos los movimientos compaten también el irracionalismo, que se debe entender como un intento de expresión de las facetas más profundas y recónditas de la mente humana; y el rechazo a las normas, convecionalismos y principios de la creación estética: todo vale en el arte. Todo parten del rechazo frontal de las manifestaciones artísticas anteriores, especialmente de la literatura burguesa de raíces decimonónicas.
VANGU.EUROPEAS:
1)Futurismo
Rechaza el pasado y el sentimentalismo, se expresa por admiración por las máquinas modernas, y se exalta el nacionalismo y la violencia, bajo la idea de destrucción radical de todo lo que se considera ajeno a la ideología propuesta.
2)Dadaísmo:
Este movimimiento se caracteriza por su constante burla y desprecio sobre el arte tradicional, y por la creación de un método nihilista que dificultará la creación artística y literaria. El Dadaísmo renunciaba al significado, buscando espontaneidad e improvisación.
3)Cubismo:
Fué la aplicación de técnicas pictóricas en literatura. Esto, se traduce en textos que se asemejan al «collage» pictórico: se rompe el hilo del discurso, se mezclan fragmentos de escritos de distinta naturaleza, se juega con el tipo de letra con la disposición tipográfica de los versos.
4)Expresionismo:
Para los expresiones, la realidad interior es más importante que la exterior, y el mundo siempre debe ser expresado tal y como lo percibe el artista en su subjetividad, y no tal y como es en realidad.
5)Surrealismo:
Movimiento el cual se pretende expresar, sea verbalmente, por escrito o de otra manera, el funcionamiento real del pensamiento. Dictado del pensamiento con ausencia de toda vigilancia ejercida por la razón, fuera de toda preocupación estética o moral.
CREACIONISMO:
Este movimiento eminentemente lírico, basado en el rechazo a la imitación de la realidad, aboga por la creación de la realidad así como hace la naturaleza. Pretende la creación de un mundo propio que se comprenda dentro de sí mismo y por su relación con el mundo exterior.
Ultraísmo:
movimiento ecléctico en el que solo lo nuevo hallará acogida y cabrán todas las tendencias sin distinción. Recoge influencias del dadaísmo y sobre todo del Futurismo.
RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA:
Madrid 1888, se licenció en derecho. Su obra rompe con las convenciones gracias a su absoluta originalidad. Se caracteriza por la visión fragmentaria que escoge rasgos de la realidad y los unifica, de manera que este conjunto de rasgos se convierte en otro objeto o concepto gracias a su particular visión. A través de la cosificación y de la humanización, ofrece un enfoque subjetivo de las cosas que nos rodean, a las que atribuye rasgos humanos; o bien «cosifica» a las personas. El humor resulta una consecuencia del esprítiu lúdico que invade su obra.
El teatro cómico:
El género que más complacía al público, que perseguía la carcajada del espectador.
Carlos Arniches fue el más famoso autor de sainetes de su tiempo. Estas piezas están ambientadas en un Madrid castizo, lleno de personajes procaces, ingeniosos y vulgares que emplean un lenguaje en el que se mezclan madrileñismos, juegos de palabras, dobles sentidos y toda suerte de recursos humorísticos. A partir de La señorita de TréVélez, “farsa cómica”, evoluciónó hacia una “tragedia grotesca” en la que lo cómico se mezcla con lo trágico para cristalizar en una caricatura de la hipocresía social.
Pedro Muñoz Seca, creador del astracán, género que sólo pretende provocar la risotada mediante situaciones disparatadas. Su mejor “astracanada” fue La venganza de don Mendo, burla de las convenciones del teatro histórico.
Teatro Realista:
Eduardo Marquina, conocido sobre todo ser el iniciador y el autor más relevante de este teatro poético, en el que se aprecia la influencia de los valores estéticos del Modernismo. Buena muestra de ello son, por ejemplo, títulos como Las hijas del Cid, Doña María la Brava o En Flandes se ha puesto el sol. Aunque no están exentas de cuidado y de aciertos dramáticos, estas obras de Marquina, de tono heroico y excesivamente idealizado, han perdido interés en nuestros días. Sus obras, que comenzaron con mayor carga de crítica social, se convierten en unas piezas llenas de finura, bien construidas, de cuidados diálogos, de personajes y ambientes preferentemente burgueses.
Sus dos mejores obras son «Los intereses creados» y «La malquerida». Fundiendo rasgos y elementos del teatro clásico español y de la comedia del arte italiana.
Teatro renovador:
un teatro inspirado por las corrientes innovadores europeas, que no solía llegar siquiera a la representación. Entre los escritores que experimentaron con el lenguaje dramático sobresalen Ramón María del Valle-Inclán y Lorca. Aunque descatan otros autores como Jacinto Grau.
JACINTO GRAU:
Fué un dramaturgo de carácter intelectual, que aspiró a restaurar la tragedia como género teatral y cosechó más éxito en el extranjero que en España. Revisó algunos temas nacionales en la tragedia El conde Alarcos y en Don Juan de Carillana. Su mejor obra es El señor de Pigmalión, una «farsa tragicómica» en torno al poder y los peligros de la creación. Pigmalión da vida a unos muñecos dotados de inteligencia que acabarán por asesinar a su creador.
F.G.Lorca:
El teatro lorquiano, escrito en verso, en prosa o mezclando uno y otra en una misma obra, está, como su poesía, dotado de un profundo sentido trágico y lírico. La frustación, el amor y el deseo insatisfecho o imposibles, o la falta de realización personal, se convierten en generadores del conflicto individual o social, y de la misma acción dramática. Lorca escribíó dos farsas para muñecos: «Tragicomedia de don Cristóbal» y la señá Rosita» y el «Retabillo de don Cristóbal», en las que critica el miedo ante los opulentos. En las farsas para actores la zapatera prodigiosa y Amor de don Perlimpín con Belisa en su jardín se trata el tema del amor desvirtuado por las convenciones sociales. La cima de su producción teatral la forman las tragedias escritas entre 1933-1936. Bodas de Sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba, a las que hay que añadir el drama Doña Rosita la soltera, comparten las 4 piezas el protagonismo de la mujer y el tema de la represión que sobre su amor y sexualidad ejerce la moral establecida. Son obras sobre la coerción de la libertad individual, sobre la frustación de los deseos y, en suma, sobre la irredenta soledad de la mujer española. En ellas, Lorca se propone conmover al espectador y poner en tela de juicio sus convicciones.
VALLE INCLÁN:
La evolución del teatro valleinclanesco es similar a la del resto de su obra: desde una literatura cercana a la estética modernista hasta una obra cada vez más crítica y original, que en el teatro se resuelve sobre todo en el esperpento.
La producción dramática de Valle anterior al esperpento puede ordenarse en dos ciclos:
1)El ciclo mítico, formado por la trilogía Comedias Bárbaras y Divinas palabras. En ambos casos, se centra en el ambiente rural gallego. En las tres Comedias presenta un mundo de pasiones y violencia, un mundo mítico, feudal, primitivo y en descomposición, dominado por un aristócrata mujeriego y despótico. En Divinas palabras, con una palabra cada vez más dura y desgarrada, intenta mostrar lo irracional, la superstición, la crueldad o los instintos enraizados de forma natural en unas gentes elementales y primitivas.
2)El ciclo de las farsas, transición del Modernismo al esperpento. En Farsa y licencia de la reina castiza, Valle mueve ya a sus personajes como muñecos grotescos y distorsiona su palabra para degradar y deformar con intención crítica la corte de Isabel II.
Los esperpentos
Esperpento es la palabra valleinclanesca para denominar a unas obras creadas mediante una estética dramática personal y renovadora que pretende llegar a una “superación del dolor y de la risa” y mostrar lo absurdo, exponer el “sentido trágico” de la vida y su disconformidad con la vida española de su tiempo. Entre otros aspectos, el autor se sirve de la deformación de las situaciones y de la realidad (quizás de la deformación de la apariencia percibida para llegar a captar la auténtica realidad); de la distorsión del lenguaje, a veces vulgar, pero rico y elaborado; de la degradación de los personajes, vistos desde arriba; no, por tanto, como héroes épicos y míticos, sino animalizados, “cosificados”, como muñecos grotescos, peleles; y, por último, de la presencia simultánea de aspectos trágicos y paródicos; del absurdo; de la intensificación e hipérbole de elementos, etc. Luces de bohemia, la mejor obra dramática de Valle-Inclán, multiplica sus personajes y espacios para, a través de las últimas horas y del último peregrinaje nocturno de un poeta ciego, Max Estrella, y de su acompañante, don Latino, mostrar una visión caleidoscópica y esperpéntica de la vida madrileña y española, que también satiriza en las tres obras de Martes de carnaval.
R.ALBERTI(1902-1999):
Su poética giro en torno al tema del paraíso soñado representado en el mar y el amor, aunque también tienen cabida el dolor, el conflicto espiritual o el destierro. Su primera obra obtuvo el Premio Nacional de Poesía: Marinero en tierra (1924), en la que recupera formas métricas populares combinadas con sonetos que expresan la profunda nostalgia por el mar de su Cádiz natal cuando era niño. Cal y canto (1929) manifiesta la influencia vanguardista, especialmente futurista en poemas como “Madrigal al billete de tranvía”. Se aprecia además el lenguaje culto y Barroco de influencia gongorina. Su obra cumbre, Sobre los ángeles (1929) revela el conflicto espiritual del poeta en torno a temas como el amor, la ira, el fracaso o el desconcierto. Utiliza técnicas surrealistas para expresar la desuníón del cuerpo y el espíritu. El poeta en la calle (1936) y De un momento a otro (1938) pertenecen a la poesía social en la que el autor se revela como poeta revolucionario, línea que mantiene en Entre el clavel y la espada (1941), aunque en un tono más nostálgico del pasado vivido.
En su estilo destaca la variedad, es capaz de combinar lo culto, lo tradicional y popular, lo vanguardista… Abundan las anáforas, las figuras de significado con matices cromáticos, las imágenes surrealistas y el verso libre.
Luis CERNUDA(1902-1963):
Su poética giro en torno al tema del paraíso soñado representado en el mar y el amor, aunque también tienen cabida el dolor, el conflicto espiritual o el destierro. Su primera obra obtuvo el Premio Nacional de Poesía: Marinero en tierra (1924), en la que recupera formas métricas populares combinadas con sonetos que expresan la profunda nostalgia por el mar de su Cádiz natal cuando era niño. Cal y canto (1929) manifiesta la influencia vanguardista, especialmente futurista en poemas como “Madrigal al billete de tranvía”. Se aprecia además el lenguaje culto y Barroco de influencia gongorina. Su obra cumbre, Sobre los ángeles (1929) revela el conflicto espiritual del poeta en torno a temas como el amor, la ira, el fracaso o el desconcierto. Utiliza técnicas surrealistas para expresar la desuníón del cuerpo y el espíritu. El poeta en la calle (1936) y De un momento a otro (1938) pertenecen a la poesía social en la que el autor se revela como poeta revolucionario, línea que mantiene en Entre el clavel y la espada (1941), aunque en un tono más nostálgico del pasado vivido.
En su estilo destaca la variedad, es capaz de combinar lo culto, lo tradicional y popular, lo vanguardista… Abundan las anáforas, las figuras de significado con matices cromáticos, las imágenes surrealistas y el verso libre.
Miguel Hernández:
Nacíó en Orihuela (Alicante) en 1910, en el seno de una familia humilde. Fue pastor hasta que se marchó a Madrid, donde conocíó a Neruda y a los poetas del 27. En la guerra militó en el bando republicano, fue hecho prisionero y murió en prisión de tuberculosis en 1942. Se le considera el puente de uníón entre la Generación del 27, poetas a los que conocíó y admiró; y la Generación del 36, a la que él mismo se vinculó. Su poesía se caracteriza por su tono viril y arrebatado, su humana sinceridad y su perfección técnica. Sus versos desprenden auténtica emoción. Emplea con abundancia las metáforas, a veces primitivas y elementales; otras, impregnadas de Surrealismo, pero siempre llenas de imaginación y de fuerza. Su tono se mueve entre el apasionamiento y la contención a la que somete esa energía mediante formas poéticas rigurosas. Destacan las continuas referencias y evocaciones de la vida natural y campesina. El principal tema poético es el amor, apasionado e inquieto cuando piensa en Josefina, su mujer; fraternal y generoso cuando recuerda a los amigos, y solidario con las gentes del pueblo. Su obra se divide en dos etapas, separadas por la guerra. A la primera pertenece Perito en lunas (1933), 42 octavas reales que presentan una evidente influencia de Góngora en su lenguaje y destaca por la creatividad de sus metáforas. El rayo que no cesa (1934) es una colección de sonetos en los que habla sobre amor, pena y muerte. Además, incluye la “Elegía a Ramón Sijé”, en tercetos, un emocionado recuerdo del amigo fallecido. El libro muestra ya la influencia de Neruda y de Aleixandre. La segunda etapa, más comprometida políticamente, se inaugura con Viento del pueblo (1937), de tema político y de combate, en un lenguaje claro y directo, que expresa sus ideas revolucionarias y sus preocupaciones sociales. El autor dedica la obra a Aleixandre, reconociendo en ella la influencia del poeta sevillano y de Neruda. El hombre que acecha (1939) continúa la línea temática del libro anterior, pero en un tono menos épico y más intimista. La obra está marcada por la muerte de su primer hijo y el hecho de que el bando republicano tiene la guerra prácticamente perdida. El Cancionero y romancero de ausencias (1941) contiene sus composiciones más conmovedoras, en las que emplea un lenguaje espontáneo y sencillo. Las dedica, desde la cárcel, a su esposa y a su segundo hijo, y en él se incluyen las famosas “Nanas de la cebolla”, seguidillas destinadas a alegrar la penuria de su hijo.