Los Santos inocentes. (Introducción y denuncia social): esta novela de 1981 toma como punto de partida un cuento publicado en 1966. Es una novela dura y descarnada, a la vez que entrañable, en su aproximación al sufrimiento de los desvalidos. Muestra las terribles condiciones de vida de unos campesinos extremeños en un régimen semifeudal, en la que sufren una gran deshumanización, como Paco el bajo, reducido a un simple perro del señor Iván. En esta novela, Delibes recurre a una estética expresionista que se aplica a los moldes del drama rural; sitúa la obra en una línea experimental y con una disposición grafica más próxima a la lírica que a la narrativa convencional. Respecto a la denuncia social hay que decir que esta obra contiene una clara alusión evangélica; y nos remite a la matanza de los niños menores de dos años ordenada por Herodes, (lo que nos muestra las convicciones cristianas de Delibes).
Los santos inocentes en la obra serian Azarías y los suyos, que en vez de ser asesinados con espadas, son “asesinados” mediante las situaciones a las que sus opresores los someten. Por otro lado lo que Delibes quiere hacer con la obra es un acto de justicia, una reparación; Azarías, Paco, y los suyos son “santos”, y es Delibes quien lo establece, no el representante de la iglesia, ese obispo que aparece en la obra… Esta obra tiene un final sintomático, ya que después de que Azarías ha tenido que hacer justicia por su mano, la última imagen que nos queda de él es una mirando al cielo encima de la copa de un árbol y diciendo Milana bonita… (para esto no hay ninguna significación posible), para Delibes, el cielo esta vacío para los infelices como Azarías, que tan solo claman por el alma que les han mutilado; y en su desamparo los inocente se vuelven culpables, y el mártir ha tenido que sacrificar a quien lo privo de sentido. (En el evangelio, los inocentes mueren para que la redención tenga lugar, y en la obra de Delibes matan porque ya no hay redención posible). En resumen esta obra muestra una intención social, con algunas descripciones llenas de lirismo y emoción, y existen contrastes, como por ejemplo la lealtad sin límites y la obediencia ciega de los trabajadores de la finca, frente a la arrogancia, chulería y egoísmo del señorito. (La finalidad de la obra es denunciar los abusos de los caciques frente a los humildes campesinos). Esta obra de Delibes sigue la estela de “Tiempo de silencio” y trata de la rebelión del inocente. Lo que Delibes nos quiere contar con la obra es simplemente un pedazo de vida de un hombre desgraciado, y nuestra única manera de entenderle es la de introducirnos en su mundo y compartir esas experiencias y sentimientos. La novela se convertirá en una denuncia moral de la situación que subleva tanto a una conciencia cristiana como a un militante marxista. Delibes interpreta el sentimiento cristiano a través de la ayuda a los demás, y no separa la conciencia cristiana de la conciencia social. Desde la conciencia cristiana es desde donde nosotros debemos abordar el análisis de la sociedad y de las claves temáticas de “Los Santos inocentes”.
Los Santos inocentes. (Personajes): esta obra puede ser considerada una novela de personajes, ya que la mayor parte del texto se reserva para el retrato de las figuras humanas. La gama de personajes denota la firme preocupación del autor por el ser humano, ya que adorna la vida de los personajes, las ideas, las pasiones de cada uno con anécdotas de sus vidas, dando como resultado la confrontación entre pasiones y modos de vida. La acción transcurre en un cortijo señorial, en el que las tareas domesticas y las tareas típicas de la vida campesina están desarrolladas por humildes campesinos al servicio de los dueños. Los señores viven muy bien, y para ellos el cortijo es una zona de recreo a la que van invitados grandes poderosos, y donde tienen lugar largas jornadas matinales de caza, mientras que por otra parte, para los campesinos el cortijo es un lugar de duro trabajo del que tienen que vivir, ayudados a veces por las limosnas de la marquesa. Aunque el cortijo sea limitado, el número de gente que ha pasado por allí es muy elevado, y todos los personajes son muy importantes para la construcción de la obra, pero sí que unos más que otros; respecto a la importancia en la obra se agrupan en varios grupos… Personajes de primer plano, como Azarías, verdadero protagonista de la obra, y en que la Milana adquirirá una gran importancia para él; Paco el bajo, que ayuda a conocer el mundo de los humildes; y el señorito Iván, necesario para destacar mas la humildad y bondad de los campesinos, es muy arrogante y desprecia continuamente a los demás. Otro grupo menos importante son ls personajes de segundo plano, cuya caracterización humana queda más difuminada, y son imprescindibles para ampliar el sistema de relaciones y oposiciones de la novela; (entre ellos se encuentran la familia de Paco, la familia del señorito Iván, y los encargados del cortijo). Por último tienen lugar los personajes de tercer plano, (el resto de sirvientes, el señorito de la jara, y los invitados de los dueños), y aquellos personajes ajenos al cortijo pero que mantienen una relación con los personajes principales. Todos los personajes de la obra también se pueden ordenar según su naturaleza, en personajes sencillos y vanos; los personajes sencillos son los personajes en estado de pureza, cuyos sentimientos no han sufrido adulteración, en ellos anidan los sentimientos positivos, negativos, y debilidades humanas; (en ellos son donde Delibes descubre los caracteres perennes del alma humana). También les caracteriza su autenticidad, suelen ser desheredados de la fortuna biológica como social, y padecen la miseria, (por no hablar de que sufren la soledad y que no han tenido enseñanza ninguna; por ultimo su estrecha relación con el medio les ha dotado de una sabiduría especial que las personas no vinculadas al medio desconocen). El otro grupo de personajes son los personajes vanos, que suelen ser acomodados, y son modelo de comportamiento inauténtico, marcado por la competencia el consumo y el desarraigo; (son egoístas, egocéntricos, mezquinos, prepotentes, intolerantes, y desprecian a los demás), entre ellos se encuentran el señorito Iván, la marquesa, los invitados, y el señorita de la jara. La obra tiene una clara intención social, y su estructura latifundista establece una jerarquía entre unos personajes y otros. (A lo largo de la obra los personajes sencillos se convierten en opresores y los vanos en oprimidos); casi todos los personajes durante la obra irrumpen bruscamente, ya que Delibes los consigue introducirlos con muy pocas palabras, consiguiendo que a nosotros nos parezca que los conocemos de toda la vida, quedando así familiarizados con ellos.
Los santos inocentes. (El espacio y el tiempo). El paisaje es uno de los ingredientes fundamentales de Miguel Delibes. El paisaje para el no es una mera aceptación escénica separada del hecho narrativo, sino que tiene una gran relevancia temática y cumple una función integradora, ya que los personajes se reconocen en el y los conflictos y las pasiones tienen casi siempre una referencia al marco en el que se producen. Delibes sitúa todas sus obras en Castilla, en zonas rurales y agrícolas, sin embargo, “Los santos inocentes” la ha situado dentro de un cortijo, nada típico de la regíón castellana; se trata de un latifundio, propiedad de una sola persona, (en el que la jerarquización es radical, y los vínculos que ligan a los que lo habitan son muy variados), este cortijo se tendría que encontrar cerca de la frontera con Portugal. Delibes en esta obra no concreta el lugar de la acción, aunque está claro que traspasa los límites castellanos; Delibes en esta obra se preocupara de dibujar la realidad del latifundio, profundizando en su organización social, reflejando un marco de las vidas de los hombres que lo habitan. Los elementos del paisaje del cortijo aparecen descritos mediante un léxico de gran precisión y profusión de detalles, (a la vez que dividen en dos zonas claras el cortijo). Por un lado el espacio natural, formada por una gran extensión de terreno, una gran parte de esa zona se dedica a la agricultura, otra parte se dedica al pasto del ganado, pero para lo que se utiliza la gran mayoría es para la actividad de la caza para el disfrute de los señoritos y sus invitados, (gracias a la caza el autor podrá referirse a los elementos del espacio natural). Delibes prestara atención a tres elementos principalmente, a la flora, a la fauna, y a los accidentes del terreno, y hablara de ellos con la precisión de alguien que se conoce muy bien ese terreno. (Dentro del cortijo los inocentes se hallan integrados, mientras que los señoritos y sus invitados abusan de su esplendida conformación y de su fauna). La otra zona es la zona de viviendas, donde transcurre la gran parte de la narración, es una zona cerrada, protegida por una tapia y un portón. (La vivienda de Paco se halla muy cerca de la entrada). En esta zona hay una corrala o espacio abierto en el que se reúnen los sirvientes para celebrar la llegada de la señora marquesa. Y en el interior se hallan los tres edificios principales, la casa grande, de los dueños, la casa de arriba, del encargado, y la pequeña capilla, en la que el obispo celebra la misa de la primera comunión. (Hay un gran contraste entre las casas del encargado y los dueños y la casa de Paco). Respecto al paisaje en general, hay que decir que transmite una fuerte impresión de realidad, que es un factor imprescindible para dotar a los episodios de cohesión, que revela la estructura jerárquica del latifundio y que expresa una doble actitud del hombre ante la naturaleza. Por lo que al tiempo histórico se refiere, hay que decir que no hay ninguna fecha exacta del año en el que transcurríó, pero algunos detalles como el tractor en el campo y la masiva migración a las ciudades, dio a conocer el periodo de la historia más o menos alrededor de los años sesenta. Respecto al tiempo narrativo, destaca el uso subjetivo del tiempo; ya que los hechos solo se relatan de forma temporal lineal en los dos últimos libros, y en los cuatro primeros tiene lugar la ruptura consciente de la linealidad del relato y un constante juego con el tiempo mediante la reiteración de sucesos, la aparición de anécdotas fugaces y los retrocesos temporales. (En los primeros capítulos importa más como es el propio personaje que los hechos que realiza). Por otro lado la relación entre el numero de sucesos y la extensión del discurso varía entre unos libros y otros, ya que el ritmo narrativo es lento en los cuatro primeros y se acelera en los dos últimos. (La subjetividad con la que Delibes usa el tiempo en la obra se dirige también a intensificar el sentido de muchos elementos temáticos de la novela, lo que provoca que existan tres tiempos en la obra); un tiempo concreto, concentrado, de los acontecimientos mas importantes; otro tiempo en el que ubica los episodios que rompen la rutina, en el que Delibes usa el pretérito imperfecto simple para los acontecimientos repetidos, el pretérito perfecto simple para un acontecimiento puntual y el presente de indicativo para los diálogos de estilo directo; por último el tiempo de los personajes más relevantes, en el que Delibes pretende hacer un recorrido por la vida de los personajes, usando caprichosamente el tiempo con tal de que los ilustren o justifiquen, por ejemplo, en la amplia proporción de tiempo que dedica a Azarías, el verdadero protagonista.
Los santos inocentes. (Técnicas narrativas). Para Delibes es básico el modo de narrar la historia, la manera en la que se transforma la historia en discurso; y es mu importante el punto de vista desde el que se cuenta la historia por parte del narrador.
La presentación de las voces y los personajes obligo a Delibes a resolver un problema técnico, como transcribir el habla de los personajes al estilo directo pero incorporándolo al discurso del narrador, para ello introdujo un salto de línea en cada parlamento directo y un sangrado de la primera línea del mismo, manteniendo el discurso del narrador al margen izquierdo. (En los santos inocentes advertimos la presencia de tres voces narrativas: la de narrador-testigo, loa del narrador-acorde y la de las voces de los personajes). El narrador testigo, está fuera de la acción, pero demuestra una gran cercanía al mundo que narra y un conocimiento detallado del marco de los hechos; se presenta como un observador directo de los acontecimientos, y posee una completa información sobre todo lo que relata o describe. Como antes he nombrado se encuentra fuera de la acción, pero cercano a los hechos, lo que aporta al relato verosimilitud, autenticidad y Realismo; (para todo esto el narrador-testigo utiliza la tercera persona narrativa, la minuciosidad y el detallismo, como en las descripciones del paisaje, en la conducta de los personajes o al usar el habla rural). El narrador-acorde se identifica con el personaje, producíéndose una asunción, por parte del narrador, de los pensamientos y del modo de hablar de algunos de los personajes; es habitual en Delibes la identificación con los humildes, ya que se compadece y se compromete con ellos. Este narrador se sitúa en una posición de simpatía con los personajes humildes o desfavorecidos. (En esta obra la presencia de este narrador-acorde es perceptible, y su presencia se nota en el titulo de la obra, ya que recuerda al episodio de la matanza por Herodes de todos los niños menores de dos años; y en la propia obra también se refiere a niños, que también son inocentes, no obstante “santos inocentes” posee una gran intención expresiva de compasión con los personajes humildes del relato; otro rasgo por el que nota su existencia es en la oralidad del relato, ya que Delibes utiliza en cada caso el registro adecuado al personaje cuya conciencia se adapta. Y el ultimo rasgo es el lirismo, cuyo carácter de la novela tiene lugar gracias a la plasmación del mundo de los sentimientos, en el que los seres humildes son los únicos que atesoran sentimientos sencillos que dignifican la condición humana, como la ternura, la búsqueda del calor humano, el amor por la naturaleza…). Falta hablar de las voces de los personajes, en los que se encuentra buena parte de la originalidad de la novela junto a la habilidad de interiorizar el punto de vista narrativo en los personajes; en esta novela destaca la correspondencia entre el carácter y función de los personajes, y el uso que hacen del lenguaje. Cada uno de los dos mundos del obra se manifiesta a través del lenguaje, punto de vista, y la contemplación de la vida y los rasgos de los caracteres de los personajes. (En esta obra tanto el ritmo narrativo y el sentido de la novela dependerán de los diálogos en gran medida). El relato es un conjunto de recursos que destacan la gracia y la sabiduría de los diálogos, la enorme riqueza léxica, la transcripción del habla popular, los vulgarismos, el uso del estilo libre indirecto… El lenguaje es popular y de sencilla comprensión para el lector, lleno de expresiones propias del registro oral. (Se da tanto en el narrador como en muchos personajes; el habla de los personajes es seca, contundente, breve y sugerente, típica de los personajes a los que les falta fluidez expresiva, ya que lo que cuando en otros casos parece un desajuste, en los santos inocentes funciona como un elemento de entrañable elegancia y e hondo lirismo). Una carácterística de Delibes es que en media página es capaz de hacer transiciones de gran amplitud temporal. Por último vamos a hablar del estilo, ya que esta obra contiene una serie de rasgos que la configuran como un relato de evidente renovación formal, aunque la originalidad de su presentación lingüística no impide una lectura amena; está llena de bellísimas pinceladas paisajísticas, de sensaciones doloridas y destellos conmovedores, (un ejemplo de esto es la irada de Azarías, llena de asombro y consternación). Ha sido una obra de emocionante fuerza dramática e intenso lirismo, además de que su lectura, al ser dinámica y tensa, no deja indiferente a nadie que la lee. Delibes se vera obligado a acentuar los contrastes para que quede clara la voz de la denuncia, ya que no se trata de proclamar la necesidad de llevar a cabo ninguna lucha de clases, sino de poner en manifiesto las agresiones constantes a la bondad. (Delibes se recrea en paisajes tan hermosos como vigorosos y sugestivos). En otras ocasiones, el discurso se vuelve culto, con una elegancia envidiable, recreándose en sonoridades llenas de expresividad evocadora y original; entonces la frase se dilata y la descripción se remansa en estampas muy bellas. (Delibes se dejara llevar por el entusiasmo a la hora de referirse a la naturaleza y la caza, y desplegará todo su arsenal de conocimientos léxicos, por no hablar de que usara retrocesos en el tiempo, como cuando nos cuenta un episodio de la infancia de Iván). Respecto a la vos del autor decir que es como la de los personajes de la propia novela, con registros populares, oralidad, pero al mismo tiempo contagia al texto con pincelas poéticas; la voz no es solo la de un gañan del cortijo, sino la de un narrador poético, con una sabiduría de la vida rural. En la obra oralidad y escritura se amalgaman sin producir un efecto artificioso, y este será el secreto de la novela, ya que logra que el lector pase sin transición y sin sentir de un giro coloquial aun registro literario. (Oralidad y escritura convergen en el estribillo).
Los santos inocentes. (Estructura). La novela consta de seis capítulos que Delibes llama libros, y cada uno de ellos presenta independencia argumental, cada unidad funciona como una narración poemática autónoma, que no necesita de las otras cinco para tener un sentido completo, pero que adquiere una mas cumplida significación de la totalidad. (Los seis libros son, Azarías, Paco “el bajo”, La milana, El secretario, El accidente, y El crimen). Respecto a la estructura de la obra también hay que decir que responde al esquema tradicional de la novela, con un planteamiento, nudo y desenlace; en los tres primeros capítulos presenta a los personajes principales, y en el tercero se enlazan las historias de los dos libros anteriores. En el cuarto libro se presenta al señorito Iván, que se sitúa en las antípodas de los personajes humildes, representando en la obra la tiranía, la arrogancia, y el egoísmo en persona. Y para acabar en el último libro trata de nuevo de los asuntos ya contados, como el enfrentamiento entre la pasión irracional por la caza y el amor infinito de Azarías por la vida de su milana que finalmente desemboca en un crimen, con la tragedia. La obra como global, tiene en su interior un estructura compleja, y en la que Delibes pretende añadir una serie de elementos, que considera integrantes principales de todo el relato, como el perfil humano de los personajes, especialmente el de Azarías, verdadero protagonista, pero también el de otros como el de Paco y el del señorito Iván. (Cada uno de ellos quedará definido a través de sus descripciones, anécdotas, deseos y aficiones correspondientes). Otro elemento de la obra es el paisaje o marco de los hechos, dentro del cortijo, lleno de matices, y muy distinto dependiendo de si el personaje que lo observa es un dueño o es un siervo, además Delibes realzara en cada momento los elementos que convienen a las acciones de cada personaje. Y queda hablar del ultimo elemento que Delibes incorpora, que son los enfrentamientos de pasiones, ya que en la obra se enfrentan dos concepciones del mundo, por una parte el mundo de los señoritos, (con un gran desprecio por la naturaleza y por los hombres), y por otro lado el mundo de los humildes, basada en su integración en el lugar donde viven y en la bondad de sus acciones. (Este enfrentamiento será la columna vertebral de esta obra).
Los santos inocentes. (El habla popular). La oralidad es el ingrediente principal del autor, Delibes es muy observador, atento, fascinado, y tiene una gran predisposición para lo genuino y para el asombro. (Y gracias a ello consigue en todo momento encontrar para cada personaje la palabra adecuada). Respecto al estilo de la obra responde al punto de vista adoptado por el autor, siempre del lado de los inocentes, utilizando un lenguaje condensado, esencial y ágil; y cuyo principal instrumento lingüístico textual es el lenguaje de base oral. (Aunque por otro lado, aparte de que la obra como ya antes he nombrado, tenga una lengua fácil, también se destacan rasgos de un autor que también maneja muy bien la lengua culta y que sabe intercalar en el discurso oral numerosos fragmentos elaborados. Respecto a la narración hay que decir que en ella destacan los nexos conjuntivos, y las conjunciones copulativas, cuyo uso constante puede ser un signo de oralidad, (se usa mucho al contar anécdotas de manera coloquial), y que será un rasgo del estilo propio de la obra, transmitíéndonos un efecto de agilidad narrativa y e detallismo. (Hay que decir también que en la narración también se destaca la sencillez formal, con predominio de preposiciones coordinadas, ganando de este modo el discurso una gran viveza expresiva). El lugar donde mejor se observara ese tono oral de la obra es en la flexibilidad de cada periodo narrativo, (con rasgos de ruptura del orden como hipérbaton; frecuentes enumeraciones, repeticiones y expresiones de contrastes; numerosas elipsis; y la peculiar utilización del “que”). Los diálogos alcanzaran una enorme importancia cuantitativa y cualitativa, basados en un habla viva y coloquial, con un estilo directo, y manteniendo la fidelidad a los personajes, (gracias a estas carácterísticas aportaran a la novela una gran verosimilitud, y una fuerte impresión de la realidad). Para acabar hay que decir que el lenguaje de la base oral del dialogo es muy importante, y para poder analizarlo correctamente es necesario atender la forma de iniciarlo, (en las que se usan pronombres personales, expresiones vocativas, expresiones de simpatía o antipatía, imperativos y muchas interjecciones como no me jodas, vaya…); a la cortesía, en la que el lenguaje cortes se transforma en el lenguaje de la sumisión y de la adulación; a las expresiones afectivas, propias de la lengua coloquial, con juramentos, expresiones enfáticas, intensificación de adjetivos, diminutivos, enumeraciones…; y por último a la economía y comodidad lingüística, en la que son frecuentes las elipsis verbales, los verbos de “decir”, o los sustantivos femeninos sustituidos por los pronombres las o éstas, o las elipsis de preposiciones. Para acabar nombrar la lengua castellana rural, con una gran cantidad de recursos del habla familiar y de la lengua vulgar y de un léxico y de una fraseología desaparecidos ya, (propio de este habla es el humor directo, la socarronería, pero donde más se nota la verdadera naturaleza rural es en léxico, ya que es la clave para una correcta lectura de esta novela). Muchos de los términos de esta novela son desconocidos para la gente de la ciudad, y Delibes rescatara del olvido una serie de palabras ya arrinconadas por el progreso de la lengua, (añadiendo además una riqueza léxica, precisión y claridad al lenguaje). Delibes decía que acceder al significado de las palabras era acceder a su mundo novelesco, mediante el cual conseguía acceder al conocimiento de la naturaleza.