El arbol de la vida unamuno

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La narrativa a principios del s. XX: novela noventayochista:


La generación del 98 es la que destaca en el terreno de la ficción narrativa y de la prosa. En todos sus integrantes se observan sentimientos similares, como la  angustia, la obsesión existencial por el paso del tiempo, por la muerte, y la preocupación por España. 

El tema de España:


El acontecimiento histórico que los mueve es la decadencia española y el desastre de 1898. El hecho de que el antiguo Imperio Español se hubiera perdido definitivamente, incitó a los intelectuales del 98 a cuestionarse las causas de la decadencia y a que adquiriesen un afán reformador por el país.  Por eso las reflexiones en torno al tema de España son frecuentes en la infinidad de obras que por aquel entonces se escribieron. 
Aún así, este tema ya estaba presente en Cervantes, Quevedo, Larra… Y también se mantuvo durante todo el siglo siguiente, el siglo XX, por diversos motivos, entre ellos la Guerra Civil, el Exilio, la Dictadura o la Transición.

La preocupación existencial:


Los protagonistas de las novelas escritas por esta generación suelen reflejar un trasfondo filosófico de raíz existencial, producto de las preocupaciones de sus autores. En cuanto el tema religioso se refiere, Baroja siempre se declaró ateo; Azorín y Maeztu, por su parte, evolucionaron desde el agnosticismo hasta el catolicismo de su madurez, y Unamuno vive la lucha entre la razón, el querer creer y el poder creer, entre Dios y la nada, como bien refleja en su obra San Manuel Bueno, martir.

1.1 Miguel de Unamuno:La obra de Miguel de Unamuno es fundamental en nuestra literatura. El escritor, de origen vasco, cultivó casi todos los géneros. *

Ensayos

En ellos reflexiona principalmente sobre dos temas;

El sentido de la vida y el más allá:

La agonía del cristianismo (1931) y Del sentimiento trágico de la vida (1913). En estas obras trata el problema de Dios, la fe agónica, con un marcado tono existencialista.
El pensamiento de Unamuno puede considerarse como antiprogresista, antitecnicista y antirracionalista. En lo que se refiere al estilo, no tiene un claro propósito artístico, ya que lo que le interesa expresar es su mundo interior y convencer a sus lectores, escribe para desentrañar el único misterio que interesa al hombre: la existencia de Dios o del más allá. Plantea en sus obras un conflicto entre razón y fe, una lucha entre el querer creer y el poder creer.

La preocupación por España


En torno al casticismo (1895), Vida de Don Quijote y Sancho (1905), y Por tierras de Portugal y España (1911)… Unamuno evoluciona desde un deseo de reforma y modernización del país (europeizar España) a una postura contraria, en la que acabará proclamando la necesidad de españolizar Europa, ya que para él el progreso no sirve para alcanzar lo que interesa al ser humano, la existencia de Dios. 

*Novelas

Se desarrollan los mismos temas. Dado que al autor le interesa, sobre todo, el conflicto interno de sus personajes, las novelas carecen de planteamiento y desenlace. Por este motivo, las novelas de Unamuno se parecen muy poco a las de su época. Por esto a Unamuno las llamó nivolas. Además también, porque le gustaba destacar, ser diferente al resto. Se pueden clasificar sus novelas en tres momentos:
Hasta 1897, año de su crisis religiosa más grave, que le supuso la pérdida de la fe y el inicio de sus conflictos religiosos y existenciales y la preocupación por la inmortalidad. Escribió  Paz en la guerra (1897), su primera novela, en la que desarrolla el concepto de intrahistoria, para hacer referencia a los acontecimientos cotidianos. Se trata de una etapa progresista y de ideología socialista.

De 1897 a 1914


Es una época de obsesión por el tema religioso. En esta etapa adopta el concepto negativo del progreso. Los temas fundamentales son la angustia, la lucha entre la razón y la fe, y la preocupación por la inmortalidad. Escribe Amor y pedagogía (1902).

De 1914-1936


Es la etapa de sus principales novelas: Niebla (1914), La tía Tula (1921) y San Manuel Bueno, mártir (1933), en la que, por medio de la técnica narrador editor revela sus propias preocupaciones. 


 


1.2 Pío Baroja:


Obra


Pío Baroja es uno de los novelistas más importantes del 98. Escribió novelas en su mayoría. Él mismo las clasificó basándose en un criterio cronológico:

Antes de 1912

Etapa prolífica y variada, considerada por la crítica como la mejor: Camino de perfección (1902) y El árbol de la ciencia (1911). En ellas, a través de sus dos protagonistas -Fernando Osorio y Andrés Hurtado-, construye arquetípicas etopeyas (descripción de las costumbres y rasgos morales de un individuo). También es la época de La lucha por la vida (trilogía), Zalacaín el aventurero (1909) o Las inquietudes de Shanti Andía (1911). Esta última pasa por ser una de sus obras más interesantes. Por su año de publicación, es reconocida como ejemplo de tránsito entre las dos épocas.

-Después de 1912

Escribe desde ese año novelas de diferentes estilos y temática, entre ellas Memorias de un hombre de acción, compuesta por veintidós obras.
La obra de Baroja también puede agruparse temáticamente en ciclos o trilogías.

·Tierra vasca

La casa de Aizgorri, El mayorazgo de Labraz; Zalacaín, el aventurero. ·

La vida fantástica

Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox; Camino de perfección; Paradox, rey.

·

La lucha por la vida


La busca; Mala hierba; Aurora roja.

Estilo


Baroja consideraba la novela como un género abierto que admitía gran cantidad de técnicas diferentes. En cualquier caso, una característica común de las obras barojianas es que carecen de acción. Son, en cambio, novelas de personaje. En ellas, todo queda condicionado a un protagonista en torno a cuya biografía y evolución hacia un fracaso anunciado se construye todo lo demás. Los demás personajes, que a menudo se diluyen en el argumento, no son más que adornos estéticos.
Su estilo es preciso, sencillo y sobrio. Abundan las frases cortas con escasa subordinación y el estilo conversacional y no empleó nunca demasiadas figuras retóricas. Como Unamuno, no se preocupa tanto por el estilo como por la simplicidad y la expresividad. Aparece un humor amargo en sus obras. Fue modelo de escritores posteriores como Camilo José Cela o Luis Martín Santos.

1.3 José Martínez Ruiz, «Azorín»:


Obra:


 También se lamenta de la realidad que le rodea y reconoce las dificultades para modificarla.
Destaca su producción novelística y, en concreto, sus tres novelas «autobiográficas»: La voluntad (1902), Antonio Azorín (1903) y Las confesiones de un pequeño filósofo (1904). La voluntad manifiesta la intención de «Azorín» de sustituir el modelo narrativo del Realismo y el Naturalismo del XIX por un tipo de novela más cercana a las impresiones personales y a un estilo que hoy podríamos caracterizar como propio de un reportero.
Otras obras significativas del escritor alicantino son: Los pueblos (1905) o Castilla (1912), en las que aparece una enérgica protesta social, Lecturas españolas (1912), Clásicos y modernos (1913), Los valores literarios (1914) y Al margen de los clásicos (1915), en las que pretende revitalizar a los clásicos; o sus libros de recuerdos o semblanzas, como Valencia (1941), Madrid (1941) y Memorias inmemoriales (1946).
Su estilo es muy personal, y se caracteriza por la pureza y la exactitud, por la precisión, por su léxico de gran riqueza y por la frase breve y contundente, de marcado carácter impresionista.


San Manuel Bueno, mártir:


 

ESTRUCTURA:

La obra se compone de 24 secuencias.
Las 23 primeras recogen el relato de Ángela,  la secuencia 24 es un epílogo narrado por Unamuno. Esto nos daría la siguiente estructura:
| I. Memorias de Ángela Carballino (1-23)
Voz de la narradora II. Epílogo de Unamuno (24)
Voz del autor. |
La historia de Ángela se desarrolla en dos planos temporales diferentes: el presente en el que recuerda y el pasado en que transcurren esos recuerdos que constituyen la historia de don Manuel.

I *Presente narrativo (1)

La narradora abre la novela y explica el motivo de la redacción de sus memorias. *

Recuerdos (2-22)

Las memorias progresan desde los recuerdos de la infancia hasta el presente narrativo. *

Presente narrativo (23)

La narradora cierra el relato, explica algunos hechos nuevos y reflexiona sobre lo narrado. | II.*

Manuscrito encontrado por Unamuno (24)

Este: a)decide publicarlo b)opina sobre los hechos recogidos en el relato y justifica la actitud del protagonista. | Las memorias de Ángela, es la más extensa de la novela. Se podría organizar en dos bloques, separados por las secuencias climáticas de la novela:

Secuencias 2-12 -Descubrimiento de la personalidad de don Manuel, que desconoce aún su secreto ·Secuencias 13-14 – Se desvela el secreto de don Manuel, primero indirectamente -a través de Lázaro-, y luego a través de sus propias palabras ·Secuencias 15-22- Relaciones Angela-Lázaro-don Manuel, una vez desvelado el secreto del cura. | CONTENIDO:
Esta novela recoge, todos los temas que integran la evolución del pensamiento de Unamuno: |
Las preocupaciones políticas y sociales:
Unamuno, se interesa por el atraso de España y adopta posturas europeístas y progresistas. En SMBM esta etapa está absolutamente superada, por eso las reflexiones sobre el progreso, siempre a cargo de Lázaro, son rechazadas por don Manuel. |
La intrahistoria:
la tradición, aquello que no cambia en la esencia de los pueblos a pesar del desarrollo de los acontecimientos históricos. Para Unamuno la intrahistoria es algo valioso. En SMSM está encarnada en la aldea sumergida, y en cualquier referencia al pueblo y sus tradiciones. |
La finalidad:
tras su crisis en 1897, abandona el acento en lo político y social para ponerlo en lo espiritual. Idea de que es inútil cualquier preocupación sobre lo material si no existe una finalidad de todo lo creado. |
 La fe agónica:
A la fe se opone la razón, de modo que Unamuno vive la fe como una constante lucha entre querer creer y poder creer. En la novela lo encarna básicamente don Manuel: es su secreto, lo que lo mueve a huir de la soledad y estar en permanente actividad, El imperativo moral:
pese a ese conflicto interior, don Manuel debe anteponer el compromiso con su pueblo a sus inquietudes personales. Es decir, se impone la tarea de hacer felices a los demás, aun a costa de engañarlos y de su propio sufrimiento, haciéndoles creer en otra vida ulterior y mejor. |
RASGOS TÉCNICOS Y FORMALES:
La novela tiene dos narradores.
 El narrador fundamental es Ángela.
Se trata de un narrador en primera persona testigo.
El segundo narrador es Unamuno, que aparece para reflexionar sobre el relato de Ángela, también como narrador en primera persona, pero externo a la historia que cuenta Ángela. |
La técnica narrativa:
el relato de Ángela se corresponde con la técnica de memorias, mientras que el epílogo -y, por extensión, toda la novela- sigue la técnica del narrador-editor. | Existen tres planos temporales distintos: |

El presente de Unamuno


El presente de Ángela


El pasado, en el que trascurren los recuerdos. Este pasado es lineal, y abarca un periodo desde la infancia de Ángela hasta su presente. Es muy importante señalar las referencias al presente que van apareciendo a lo largo del relato, del tipo de «ahora comprendo por qué…», o «mucho tiempo después…». |
El marco escénico es una aldea indefinida en la España de comienzos del siglo XX. No se describe apenas nada el espacio, pero los elementos que aparecen adquieren un fuerte valor simbólico:
el lago (la duda, la razón, en él la nieve no cuaja), la montaña (la capacidad de creer sin cuestionar, en ella la nieve se hace eterna), la nieve (la fe), la aldea sumergida (la intrahistoria).|
En lo que se refiere a los procedimientos discursivos,
Unamuno compensa la falta de descripciones con la alternancia de narración, diálogos y las reflexiones de los personajes.

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