Lorca y Pedro salinas

En 1927 se celebra en el Ateneo de Sevilla un acto para conmemorar el tercer centenario de la muerte de Góngora. Una fotografía recoge a unos jóvenes entre los que destacan Alberti, García Lorca, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Gerardo Diego… Este encuentro da nombre a la Generación del 27: un grupo de poetas, nacidos entre 1891 (Salinas) y 1906 (Altolaguirre), que surge en España hacia 1920 también conocido como Generación de la amistad, Poetas catedráticos, Nietos del 98, Generación de la Revista de Occidente… A este grupo pertenecen también mujeres cuya obra quedó casi anulada tras la guerra; autoras como Concha Méndez, María Zambrano, Carmen Conde o Ernestina de Champourcín. A Miguel Hernández se le considera el epígono de esta generación. La cohesión de este grupo se debe a diversos factores: veneraban a Juan Ramón Jiménez, la Residencia de Estudiantes servía de lugar de encuentro para todos ellos y su sólida amistad les llevó a colaborar con diferentes revistas. Estos poetas poseían una vasta formación cultural y literaria y buscaban un nuevo lenguaje que respetase la tradición poética española. En sus composiciones encontraremos el verso libre pero también versos propios de nuestra tradición culta y popular (romance, soneto, décimas, etc.). Si en una primera etapa defienden el ideal poético de la ‘poesía pura’, su encuentro con Neruda en 1934 y las circunstancias sociales y políticas, orientan al grupo hacia una poesía de mayor compromiso. Observamos tendencias y afinidades estéticas basadas en la síntesis de vanguardia y tradición. La influencia del Romancero y la lírica tradicional castellana aparece en el neopopularismo con textos breves, cargados de subjetividad y de tono coloquial, recursos de repetición, uso de estribillo, formas dramatizadas y métrica tradicional. Sirvan como ejemplo el Romance del Duero de Gerardo Diego o El mar, la mar de Alberti. Recogen el influjo de los clásicos (Manrique, Garcilaso, Fray Luis, Lope, Góngora) y de la tradición poética cercana (Bécquer, Rubén Darío, Machado). Algunos poetas participan de la poesía pura de Juan Ramón Jiménez; buscan la representación esencial del mundo, en el que sobresale la presencia de la naturaleza y sus cambios (el mar, el cielo, la luna, la luz…) y rechazan el sentimiento y lo anecdótico. En métrica, se cultiva una versificación regular (décimas, sonetos, liras). Cántico de Guillén sirve de ejemplo. De las vanguardias recogen la imagen y la metáfora del Creacionismo, del Ultraísmo y, sobre todo del Surrealismo. Reciben la influencia de temas y formas del Futurismo y el Cubismo: la importancia de la ciudad y el interés por la vida moderna (inventos, deportes, cine…), la experimentación poética, en especial el cultivo de la imagen, los valores plásticos y visuales, la supresión de la rima y la puntuación. Prueba de ello son algunos poemas de Salinas (35 bujías) o Rafael Alberti (Platko, un portero de fútbol). Del Surrealismo incorporan temas, motivos y recursos formales: aparece la crítica a la sociedad y a sus convencionalismos, el deseo de liberación(personal, social, literaria y emocional) y la libertad expresiva. A partir de 1931, la creación se dirige hacia una poesía social y comprometida. El poeta en la calle de Alberti.

ETAPAS


En sus inicios (desde 1921 a 1928)
, algunos poetas presentan tonos becquerianos y posmodernistas. Pronto se deja sentir el influjo de las primeras vanguardias y de la ‘poesía pura’. Cultivan el neopopularismo Lorca y Alberti (Marinero en tierra). Entre 1925 y 1927, el anhelo de perfección formal motiva un acercamiento a los clásicos que se observa en Versos humanos de Gerardo Diego y en Égloga, elegía y oda de Cernuda.
De 1929 a 1939 los poetas alcanzan su madurez y en su evolución influyen las crisis personales y la situación política y social. Irrumpe el Surrealismo y al estallar la guerra inician una poesía de urgencia y compromiso. Después de la Guerra Civil el grupo se dispersa.

POETAS Pedro Salinas

Presagios y Seguro azar, se sitúan en la línea de la poesía pura y en movimientos vanguardistas, con abundancia de elementos futuristas o del mundo moderno (bombillas eléctricas, automóviles, el cine…) y el humor. El yo poético dialoga con los objetos y aparece el tema fundamental en su obra: búsqueda de lo permanente y profundo, y el amor. La voz a ti debida (1933), Razón de amor (1936) y Largo lamento (1936-39) forman un ciclo amoroso que va desde el descubrimiento hasta el dolor por el amor acabado. En el exilio refleja la experiencia de la guerra y la inquietud por el futuro. Su estilo es sencillo y sobrio, con un diálogo constante con el tú lírico.
Jorge Guillén en Cántico (1928-1950), dentro de la estética de la poesía pura, presenta un mundo perfecto, armónico, en el que los seres alcanzan su plenitud. Clamor (1957-1963) prosigue la exaltación de la belleza del mundo, pero se apuntan sus defectos: guerra, miseria, dolor, persecución.
Gerardo Diego clasificó su obra en poesía absoluta, poemarios de vanguardia ultraísta y creacionista como Imagen y Manual de espumas; y poesía relativa, que fusiona clasicismo y vanguardia (como ocurre en Versos humanos).
Vicente Aleixandre fue Premio Nobel en 1977, su primera etapa se inscribe en el estilo de la poesía pura con influencias surrealistas en la libertad expresiva y el deseo de liberación personal (Espadas como labios y La destrucción y el amor), en la segunda etapa presenta al ser humano como sujeto histórico, el paso del tiempo, la solidaridad (Historia del corazón); en su última etapa aparece el tema de la vejez, y las reflexiones sobre la muerte (Poemas de la consumación).
Luis Cernuda reuníó su poesía con el título de La realidad y el deseo. La imposibilidad de conciliar realidad y deseo revela que la aspiración a seres y mundos ideales está condenada a la insatisfacción, pues la realidad es imperfecta.
Federico García Lorca se nutre de la tradición literaria española, de la cultura europea y de las vanguardias. En sus primeros poemarios aparecen ya los temas centrales de su obra: la frustración, el dolor, el amor, la muerte, la rebeldía. En Romancero gitano conviven la tradición culta, la audacia vanguardista y los ritmos populares, para expresar una visión del mundo en la que la vida de los hombres se encuentra marcada por el trágico destino. Los poemas que compuso Lorca tras su estancia en Estados Unidos se publicaron póstumamente con el título de Poeta en Nueva York, poemario que denuncia la sociedad capitalista. En ese ambiente de insolidaridad, explotación y racismo, el poeta expresa sus obsesiones: el desarraigo afectivo, la pérdida de la identidad personal, la proclamación de la libertad del amor homosexual… En sus siguientes libros, experimenta con nuevas formas como en el Diván del Tamarit que se sirve de la poesía árabe clásica.

Rafael Alberti

En Marinero en tierra, donde el mar es símbolo del paraíso perdido, se inscribe en el neopopularismo. De su etapa barroca destacamos Cal y canto, y de la vanguardista Sobre los ángeles, con desoladores versos surrealistas.





El teatro anterior al 39 está condicionado por intereses comerciales, el público burgués al que se dirige y la resistencia a experiencias innovadoras. Por una parte, contamos con un teatro que goza del favor de público y empresarios. Por otra, existen intentos de renovación que se estrellan contra los límites y los gustos establecidos.

A) EL TEATRO QUE TRIUNFA

Jacinto Benavente inicia en 1894 la llamada ‘comedia burguesa o de salón’, con personajes que se corresponden con las clases medias y altas y sus conflictos (amores insatisfechos, infidelidades, hipocresía, hijos calaveras…). Su obra maestra es Los intereses creados (1907), ‘farsa guiñolesca’ que utiliza personajes de la comedia dell’arte combinados con elementos del teatro del Siglo de Oro. Encierra una cínica visión de los ideales materialistas burgueses.
El teatro en verso de principios del XX se acerca a la estética modernista con versos sonoros y efectos coloristas, pero ofrece una ideología marcadamente tradicionalista. Se cultiva el drama histórico con títulos como Las hijas del Cid de Marquina, y dramas rurales como La Lola se va a los puertos de los hermanos Machado.

El teatro cómico y popular

Triunfan la comedia musical (el género chico, opereta y zarzuela); os sainetes de los hermanos Álvarez Quintero (La reina mora) y Arniches (El santo de la Isidra) aunque su obra más destacada es la tragedia grotesca La señorita de Trevélez; Pedro Muñoz Seca alcanza gran éxito con su astracanada La venganza de don Mendo.
B) EL TEATRO QUE PRETENDE INNOVAR Autores de la Generación del 98 y coetáneos.
Las experiencias teatrales de Unamuno, Azorín, Jacinto Grau, R. Gómez de la Serna o Valle-Inclán se vieron abocadas al fracaso por el rechazo de los circuitos comerciales.

RAMÓN Mª DEL VALLE-INCLÁN

Se inicia en el teatro con El marqués de Bradomín (1906) que sigue la línea teatral del melodrama decimonónico. En su camino hacia el esperpento encuentra dos líneas, el mito y la farsa, El ciclo mítico está compuesto por la trilogía Comedias Bárbaras, en un ambiente rural cargado de miseria con personajes extraños, violentos o tarados, aparece una Galicia primitiva, feudal, mágica y eterna; su lenguaje es fuerte y agrio, pero musical y brillante. El tema mítico vuelve en El embrujado y Divinas palabras.
El ciclo de la farsa y teatro modernista se inicia con Cuento de Abril, Voces de gesta y La Marquesa Rosalina donde evoca escenarios exóticos y lejanos que ya muestran la transición hacia la visión irónico-preesperpéntica de España. Continúa con esta línea en Tablado de marionetas para educación de príncipes, que recoge la fauna aristocrática del teatro modernista cargado de burla y crítica.
Ciclo esperpéntico aparece la España de principios del XX presentada de manera opuesta: si lo antiguo se mitificaba, lo actual se desmitifica. El esperpento designa obras en las que lo trágico y lo burlesco se mezclan, con una estética que quiere ser una ‘superación del dolor y de la risa’. Presenta una deformación sistemática de la realidad que, bajo un tono caricaturesco y grotesco cargado de crítica, ofrece una auténtica lección social y moral. Su técnica se basa en el uso de contrastes violentos (mezcla lo trágico y lo cómico, lo culto y lo popular, personajes rebeldes y conformistas; o la presentación de lo extraordinario como normal y verosímil) y la degradación de los personajes con rasgos de animalización, cosificación o muñequización. Asombra el dominio del diálogo, la riqueza registros y la plasticidad de las acotaciones. Se inicia con Luces de Bohemia (1920-1924) que presenta la última noche de la vida de Max Estrella, poeta miserable y ciego, inspirado en la figura del novelista Alejandro Sawa. Es una parábola trágica y grotesca de la imposibilidad de vivir en una España deforme, injusta, opresiva, absurda. En la trilogía Martes de Carnaval critica el militarismo.

 → Autores de la Generación del
27 y coetáneos.
Persiguen depurar el teatro poético, incorporar formas de vanguardia y acercar el teatro al pueblo. Compañías como La Barraca o Teatro del pueblo llevan por España títulos nuevos y clásicos. R. Alberti se inicia en la vanguardia con El hombre deshabitado para continuar con teatro político en Fermín Galán. Alejandro Casona convirtió Nuestra Natacha (1936) en bandera del Frente Popular. Max Aub escribíó teatro de vanguardia (Crimen), teatro de urgencia en guerra (Pedro López García) y teatro testimonial en el exilio. Miguel Hernández se inicia con un auto sacramental Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras.
Federico GARCÍA Lorca se interesa más por el teatro a partir de la fundación de La Barraca (1931), compañía cuya misión era representar obras clásicas por todo el. País. Lorca entendía el carácter artístico del teatro, pero también reconocía su repercusión social y moral. Escribe y estrena desde 1920; destacamos Mariana Pineda, drama en verso sobre la heroína granadina que murió por bordar una bandera liberal, símbolo de amor y libertad; sus farsas para guiñol, como Tragicomedia de Don Cristóbal y La señora Rosita; y farsas para personas, como La zapatera prodigiosa, una divertida obra que encubre los anhelos irrelizables de la protagonista. Tras su estancia en Nueva York aparecen sus obras surrealistas, en Así que pasen cinco años presenta su obsesión por la infancia perdida, el amor y la muerte con imágenes violentas.

Las tragedias

Con Bodas de sangre (1933) se inicia en un drama popular de dimensión trágica, resultado de una síntesis de Realismo y poesía. Es la tragedia del amor imposible a causa de las barreras sociales y morales; la obra mezcla verso y prosa, recrea el tema campesino y el lirismo se presenta por medio de símbolos: leñadores, luna y muerte.
Yerma es la tragedia de la esterilidad forzosa, una obsesión que lleva a la protagonista al asesinato de su marido.
La casa de Bernarda Alba (1936), ‘drama de mujeres en los pueblos de España’, que enfrenta el autoritarismo de una madre con el deseo de libertad de sus hijas y los convencionalismos sociales frente a la fuerza del instinto sexual. Se inspiró en una familia conocida y pero todo en la obra está dotado de simbolismo: el negro del luto entre la blanca cal de las paredes, como símbolo de prisión, silencio y muerte; la presencia de la abuela y sus fantasías de loca en busca de libertad; las coces del garañón contra el muro, que busca libertad, espacio y sexo; la presencia de Pepe el Romano, a través del deseo de las hijas.

C) EL TEATRO DURANTE LA Guerra Civil

Constituía un instrumento para adoctrinar al publico.
En la zona republicana, Álvaro Orriols estrena España a pie, ‘reportaje escénico de la revolución’. Ademas del Teatro en la guerra de Miguel Hernández, Alberti estrena una actualización de Numancia de Cervantes y surge la compañía Nueva Escena.
En la zona nacional, el teatro comercial repone obras de Álvarez Quintero y Muñoz Seca. Un estreno destacado fue Yo soy Brandel de José Mª Pemán.

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