Novela años 70

MIGUEL DELIBES Y LA NOVELA ESPAÑOLA A PARTIR DE 1936:


Miguel Delibes es uno de los novelistas españoles más representativos del siglo XX y su trayectoria narrativa corresponde, salvando ciertas peculiaridades, con la evolución de la novela española desde la postguerra hasta nuestros días.  /Así pues, su obra se inicia en la década de los cuarenta, momento del despegue de la literatura española tras la tabula rasa que había supuesto la Guerra Civil.  La narrativa de esta década está dominada por lo que se ha llamado Realismo existencial,  se trata de novelas que pretenden representar el ambiente de pesimismo y desolación que se palpaba en la sociedad española del momento.  Los autores tienen una visión negativa del ser humano, presentan personajes que se sienten solos en el universo y están obsesionados con la muerte.  El punto de partida de este tipo de novelas es la publicación en 1942 de La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela y en 1945 Nada de Carmen Laforet.  La primera es una novela de ambiente rural que narra con crudeza la historia, salpicada de sangre, de un hombre de extracción miserable que es condenado a muerte.  La segunda transcurre en la Barcelona de la época, donde la protagonista se instala para comenzar sus estudios universitarios y se encuentra con una sociedad gris, decadente y de difusa moral.  Miguel Delibes, por su parte, se adscribió a esta tendencia en 1947 con su primera novela, La sombra del ciprés es alargada. Encontramos aquí las tribulaciones existenciales de un joven huérfano que, a raíz de ciertas experiencias personales, tiene una visión pesimista del ser humano, pero que poco a poco irá encontrando en el amor y la fe motivos para mantener la esperanza.   Nos encontramos de esta forma con una visión menos nihilista que la de Cela, matizada por el catolicismo que acompañará a Delibes en toda su obra./En los años 50 se produce un cambio en la mentalidad de los escritores, que, manteniendo unos presupuestos estilísticos parecidos a la década anterior (narración realista con pretensiones de objetividad, etc),  pasan de expresar los problemas del individuo a  narrar los problemas de la sociedad.  Este nuevo estilo se ha llamado Realismo social. Los escritores de esta tendencia creen que el arte debe cumplir una función práctica, social, por lo que se dedican a denunciar en la medida de lo posible el estado de la sociedad española, su falta de libertad, sus desigualdades económicas, etc.             

 Presentan, además, un estilo sencillo, fácilmente comprensible, con la intención de concienciar a un mayor número de lectores.  Autores de esta tendencia son Ignacio Aldecoa, Rafael Sánchez Ferlosio o Carmen Martín Gaite.  Miguel Delibes también se adscribe a ella con novelas como Las ratas, que, aunque publicada en 1962, supone una crítica a la miseria del campo español y al latifundismo, al narrar la vida de un niño que se ve obligado a cazar ratas junto a su padre para alimentarse./En los años 60 se produce un agotamiento del estilo del realismo social. El objetivismo y la simplicidad narrativa comienzan a aburrir y los escritores buscan nuevas vías para contar una historia.  Tradicionalmente se considera que la novela que inicia esa ansiada renovación estética  es Tiempo de silencio de Luis Martín Santos (1962).   A través de la influencia de autores extranjeros como Joyce y Proust, Martín Santos incorpora nuevas técnicas como el monólogo interior, la multiplicidad de perspectivas, el libre manejo del lenguaje y la manipulación del tiempo.  También Miguel Delibes se adscribió a esta tendencia en 1966 con Cinco horas con Mario, el largo monólogo de una viuda en el velatorio de su marido que sirve  para abordar temas como la falta de comunicación, las dos Españas, etc.  Además, aunque se publicase en 1981, debemos tener en cuenta que Miguel Delibes concibió la redacción de Los santos inocentes en 1963, y que es en este contexto de experimentación donde mejor se entiende esta novela por su lenguaje, su particular puntuación o su multitud de perspectivas./Finalmente, desde mediados de los años 70 hasta finales de siglo, se produce un abandono de la experimentación a toda costa y una vuelta a la novela en el sentido cervantino del término: otra vez lo más importante vuelve a ser contar una historia.  Los críticos han llamado a este estado novela postmoderna, y en él escritores como Eduardo Mendoza, con La verdad sobre el caso Sabolta, o Antonio Muñoz Molina, con El invierno en Lisboa, toman elementos de las novelas de género (policíacas, aventuras, históricas, etc). Miguel Delibes publica dos grandes novelas en este período: Señora de rojo sobre fondo gris (1991), una novela homenaje a su esposa fallecida donde juega constantemente con la autobiografía, y El hereje (1998), una novela histórica ambientada en el Valladolid de la Contrarreforma que es su última novela.

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