Teatro posterior al 39


–El Modernismo se sitúa en un momento de crisis, hay un gran desacuerdo con la civilización burguesa.
-Recibe una serie de influencias:

La influencia francesa con sus dos corrientes: el Parnasianismo( gusto por los versos pulidos, los temas exóticos y los valores sensoriales) y el Simbolismo( ir más allá y búsqueda de la musicalidad).
La influencia de Bécquer.

Carácterísticas

-Búsqueda de la belleza
-El escapismo, consiste en huir del mundo por los caminos del ensueño a través del espacio y del tiempo.
-El cosmopolitismo, ligado a un anhelo de buscar lo distinto. Lo aristocrático.
-El amor y el erotismo, se trata del tema del amor imposible.
-Interés por temas mitológicos y exóticos.
-En la métrica predomina el verso siendo el más preferido el alejandrino, con nuevos esquemas acentuales. Hacen innovaciones en las estrofas. La rima es asonante y consonante con versos libres.

Temas

-Deseo de huir de la realidad cotidiana.
-Predilección por temas y personajes mitológicos.
-La intimidad del poeta.

-Historias centradas en épocas remotas.

Rubén Darío


Poeta más destacado del Modernismo en la poesía española.
Su primer éxito fue “Azul” (1888), libro de poemas y cuentos escrito y publicado en Chile. También destacan “Prosas Profanas” (1896) que supone la consagración de la poética dariana y “Cantos de vida y esperanza” (1905).

Manuel Machado

Poeta y dramaturgo español que utiliza un lenguaje coloquial con raíces en el Modernismo y el folclore. En su obra poética destaca “Alma” (1900) que fue su primer libro de poemas.

Antonio Machado


“Soledades” (1907) fue su primer libro de poemas.
Juan Ramón Jiménez
Poeta español y premio Nóbel de Literatura.

La obra poética de Juan Ramón Jiménez es muy numerosa. La principales obras son: “Almas de violeta” y “Ninfeas” (1900) y “Arias tristes” (1903). La influencia del Modernismo se percibe en sus primeros libros, aunque su mundo poético pronto apunta hacia lo inefable, con unos poemas hechos a partir de sensaciones refinadas por la espiritualidad, y de sutiles estados líricos, con un lenguaje musical.

Ramón María del Valle-Inclán


Dentro de su obra poética destacan: “Aromas de Leyenda”(1907) y “Las Sonatas” (de otoño, estío, primavera y verano). (narrativa)


–Generación 98


En 1898, tras varios años de guerra, Cuba, Puerto Rico y Filipinas, conseguirán su independencia con la ayuda de los Estados Unidos. Las pérdidas humanas y económicas en España son cuantiosísimas.
Sus principales componentes son: Miguel de Unamuno, Valle – Inclán, Pío Baroja, Azorín y Antonio Machado. Todos nacen entre 1864 y 1875.
El acontecimiento que los mueve es la decadencia española y el desastre de 1898. Se enfrentan a la imagen lamentable que presenta España e intentan poner soluciones.

Temas

-Se sitúan en dos campos fundamentales: la realidad española y los problemas existenciales.
-El tema de España es muy importante. Se mezclan el amor y el dolor por España.
-Rechazaron la política del momento. Exaltaron una España eterna y espontánea.
-Las tierras de España fueron recorridas y descritas con amor y con dolor. Castilla es el núcleo de la acción.
-La historia es otro de los campos de las meditaciones.
-Las preocupaciones existenciales también ocupan importancia. Aparece un malestar vital, y son frecuentes los sentimientos de hastío de vivir o de angustia.
-Hay un interés especial por El Quijote.

Carácterísticas

-Su objetivo es analizar la realidad desde una estética no realista.
-Se muestra interés por temas sociales y políticos.
-Se recuperan localismos y arcaísmos.
-Hay una precisión y exactitud.
-El estilo es sobrio y austero
-Hay un predominio de la prosa.

Miguel de Unamuno

Toda su obra está llena de preocupación y problemática filosófica; pero sin perder su valor literario. El autor siente una gran angustia ante la muerte y un deseo de vida eterna que permita al hombre seguir existiendo. El problema religioso y la búsqueda angustiada de Dios son un tema constante en su vida y en su obra.
Su producción literaria es muy extensa. Destacan: “Del sentimiento trágico de la vida” (ensayos y artículos) , “San Manuel Bueno, mártir”, “Niebla” y “La tía Tula”(novela).
azorín


Su prosa se caracteriza por una elegante y elaborada sencillez. La sintaxis es simple( frases cortas) y el léxico, por el contrario, tiene gran riqueza y precisión. Destacan: “Antonio Azorín” y “ La voluntad”.
Antonio Machado
La poesía de Antonio Machado gira en trono a tres temas principales: la intimidad del poeta, el paisaje o mundo exterior a él y su amor por Leonor, muerta al poco de casarse.
Con marcada influencia del 98 elaboró “Campos de Castilla”.

Pío Baroja


Su estilo es vigoroso, dinámico y expresivo. Irrespetuoso con las reglas gramaticales, no busca la corrección sintáctica y léxica, sino la sencillez y la expresividad. Sus personajes suelen ser rebeldes.
Obra: “La busca” , “ Zalacaín el aventurero” y “El árbol de la ciencia” entre otras.
Ramón María del Valle – Inclán Sus preocupaciones son fundamentalmente estéticas. Destacó en la novela y en el teatro.
Crea los esperpentos: obras en las que deformaba sistemáticamente la realidad mediante la creación de personajes grotescos que se mueven en ambientes raros y sorprendentes. En el teatro destaca “Luces de Bohemia”.


–LA GENERACIÓN DEL 27:

En este período, considerado como parte de la denominada por José Carlos Mainer Edad de Plata de la literatura española (1902-1939), surgíó un grupo de jóvenes poetas vinculados a las vanguardias artísticas que, junto a otros intelectuales, participaron en el homenaje a Góngora celebrado en el Ateneo de Sevilla, en 1927. La nómina de estos escritores que constituyeron una generación literaria, la Generación del 27, está integrada por: Federico García Lorca (1898-1936), Rafael Alberti (1902-1999), Pedro Salinas (1891-1951), Vicente Aleixandre (1898-1984), Jorge Guillén (1893-1894), Dámaso Alonso (1898-1990), Gerardo Diego
81896-1987), Luis Cernuda 81902-1963), Emilio Prados (1899-1962), Manuel Altolaguirre (1905-1959). A este grupo tradicional tenemos que añadir a Ernestina de Champourcín (1905-1999), Concha Méndez (1898-1986) y Josefina de la Torre (1909-2002), entre otras poetas; la primera y la última de ellas fueron incorporadas por Gerardo Diego en su Antología. Representan la voz poética femenina.
Las principales CarácterÍSTICAS de la Generación del 27 las podemos sintetizar de la siguiente manera:

1)Conocen la literatura y admiran a los clásicos. Algunos de ellos son profesores de Literatura: Dámaso Alonso, Jorge Guillén, Pedro Salinas, Gerardo Diego, Luis Cernuda.
2)Suponen una síntesis entre tradición (literatura tradicional, tanto culta como popular) y renovación o vanguardia. De las vanguardias artísticas toman lo novedoso, lo original y provocador, el juego de ingenio y la ruptura humorística.
3)Equilibrio entre lo intelectual y lo sentimental, lo culto y lo popular.
4)Papel central de la metáfora y la imagen: lenguaje muy elaborado que llevará a algunos poetas hacia el Surrealismo: Lorca, Alberti, Aleixandre.
6)Ideología: visión pesimista de la vida; están en contra de la represión ejercida por una sociedad alienante porque está construida por la razón que es dogmática y antivital. Defienden la vida, lo instintivo, espontáneo y natural. Les interesa lo nuevo, lo diferente, lo raro, lo inocente. Se hace patente la influencia de Freud y la noción del inconsciente.
Autores y obras más relevantes, en el ámbito de la poesía:

-Rafael Alberti

Su poesía se caracteriza por una gran variedad de temas, tonos y estilos. Podemos destacar, de su poesía neopopularista, sus primeros libros, Marinero en tierra (1924). De su etapa neogongorina y vanguardista: Cal y canto (1929). Poesía surrealista: Sobre los ángeles (1929). De su obra dramática podemos señalar El adefesio (1944).

-Vicente Aleixandre

Atendiendo a su visión del mundo, su obra se estructura en tres etapas. Poesía pura: Espadas como labios (1930-1931) y Sombra del paraíso (1939-1943). Poesía surrealista: Historia del corazón, escrito entre 1945 y 1953. Poesía antropocéntrica: Poemas de la consumación (1968). Fue miembro de la R.A.E. Y obtuvo en 1977 el Premio Nobel de Literatura.

-Dámaso Alonso

En él se aúna su labor crítico-docente con la investigadora y la creación poética. De esta última destacamos su libro Hijos de la ira (1944).

-Luis Cernuda

Reuníó sus diversos libros bajo el título de La realidad y el deseo (versión definitiva en 1964).

Gerardo Diego:

Su obra poética sigue dos líneas simultáneas, la tradicional y la vanguardista (Manual de espumas y Fábula de Equis y Zeda).

-Jorge Guillén

Es, posiblemente, el máximo representante de la poesía pura, recogida en estos títulos que cada uno representa un ciclo poético: Cántico y Clamor, son la cara y la cruz de la realidad.


-Federico García Lorca

Su obra poética siguió una evolución desde la sencillez de sus primeros poemas, pasando por la fuerza del Romancero gitano (1928) y llegando a la poesía vanguardista de Poeta en Nueva York (1940). Representa también una de las cimas del teatro español y universal. Su temática giró en torno al destino trágico y la frustración.
-Emilio Prados: Su poesía abarcó tanto el neopularismo andaluz como el Surrealismo. Destacamos los títulos Canción del farero (1926) y Memoria del olvido (1940).
-Pedro Salinas: Considerado el poeta del amor por excelencia, escribíó la trilogía amorosa formada por La voz a ti debida (1933), Razón de amor (1936) y Largo lamento (1939).

Miguel Hernández

Amor, compromiso social e ideológico, guerra española.(el rayo que no cesa, viento del pueblo, el hombre acecha)

1. Dos frentes en el teatro anterior a 1936


El teatro español de principios de siglo se puede repartir en dos frentes:

• El teatro que triunfa: la «alta comedia» o la comedia burguesa, el teatro neorromántico en verso, un teatro cómico tradicional, populachero y costumbrista.
• El teatro innovador: las experiencias teatrales de los hombres del 98. El teatro de Valle. Ramón Gómez de la Serna: los impulsos renovadores de las vanguardias y el grupo del 27.

2. La Comedia burguesa: Jacinto Benavente


La comedia burguesa se caracteriza por recrear ambientes de la burguésía y de la aristocracia, con personajes de buen tono, refinados, cultos e
irónicos que dialogan con soltura y brillantez. Estamentos cuyas lacras satiriza, pero sin profundizar, sin ahondar en las tensiones sociales de la época. Jacinto Benavente (1866-1954) es la figura más representativa de este teatro. Tras un celebrado comienzo con El nido ajeno (1894), sucumbíó a las exigencias del público burgués, atemperando el tono en sus siguientes obras. Destaca una excepción, Los intereses creados (1907), su obra maestra, farsa con momentos fantásticos de ironía y sarcasmo donde utiliza los personajes de la Commedia dell’arte italiana y del teatro clásico español, el amo educado, idealista y galán y el criado pícaro y astuto para censurar el materialismo, la pasión del dinero, una sociedad movida por el interés.


3. El teatro en verso



De carácter posromántico, con elementos modernistas, va asociado ideológicamente a un rancio tradicionalismo que exalta los valores e ideales nobiliarios y las grandes gestas del pasado imperial. Eduardo Marquina (1879-1946) es quizá el más digno representante de este teatro. Escribíó también poesía dentro
de la corriente modernista. Cosechó grandes éxitos con Las hijas del Cid (1908) y En Flandes se ha puesto el sol (1911). Francisco Villaespesa, también poeta, mira también las glorias pasadas en Doña María de Padilla (1913) y La leona de Castilla (1916).

4. El teatro cómico


Dos géneros que alcanzan éxito de público: la comedia costumbrista y el sainete, con tipos y ambientes castizos tomados de los sainetes de D. Ramón de la Cruz, del s.
XVIII o de la zarzuela. Los hermanos Álvarez Quintero. Serafín (1871-1938) y Joaquín (1873- 1944) llevan a la escena una Andalucía tópica y sin más problemas que los sentimentales, jovial y graciosa, donde reinan la felicidad y el salero. De sus más de doscientas obras, destacamos El patio (1900). Las de Caín (1908).
Jacinto Benavente Serafín y Joaquín Álvarez Quintero Carlos Arniches (1866-1943) presenta típicos personajes castizos (sereno, joven casadera, chulo, raterillo. Etc.: chulapos y chulapas) en un Madrid pobre y marginado donde el garbo y la bondad hacen llevadera la miseria. Citamos El santo de la Isidra. (1898), Los milagros del jornal (1924), como sainetes
y dentro de sus «tragedias grotescas», La señorita de Trevélez (1916), y Los Caciques (1920).

En un nivel inferior de calidad, que no de éxito, situamos el género llamado «astracán», cuyo creador es Pedro Muñoz Seca (1881- 1936). Son obras descabelladas, pura caricatura, texto desarticulado, lleno de chistes, cuya única intención es provocar la carcajada. Destaca, sin embargo, un título en su producción: La venganza de don Mendo (1918), hilarante parodia de los dramas ROMánticos en verso al uso en la época.

5. El teatro del 98. Tentativas renovadoras. Valle-Inclán



Los hombres del 98 protagonizaron un interesante intento de renovación de la escena española. A excepción de Baroja, todos ellos cultivaron el género dramático, con desigual fortuna. Mención aparte merece la figura de Valle-Inclán, cumbre del teatro español del Siglo XX.


Miguel de Unamuno usó el teatro para presentar los conflictos humanos que le obsesionaban: es, pues, un drama de ideas, con un diálogo denso y sin concesiones a las exigencias escénicas. Destacan Fedra, de 1911 y El otro, de 1921. Azorín se acercó tardíamente al teatro con poca fortuna dentro de una línea irreal y simbólica. Destacan Angelina (1930) y Lo invisible (1928), trilogía sobre el sentimiento de angustia ante la muerte.
Mención especial merece la figura de Jacinto Grau, dramaturgo que fracasó en España pero triunfó en Londres, París o Berlín, autor de una obra que hoy atrae la atención de la crítica: El señor de Pigmalión (1921), farsa en que unos muñecos, anhelantes de vida, se rebelarán contra su artista creador.

Ramón Gómez de la Serna, dentro de un ideal de «arte arbitrario», escribíó obras alejadas del público de la época, que en su mayoría se quedaron sin estrenar. Anticipa el concepto de antiteatro de E. Ionesco y destaca su obra titulada Los medios seres (1929). Ramón María del Valle Inclán (1866-1936).

6. El teatro del 27. Federico García Lorca


La generación del 27 no es sólo el grupo conocido de poetas; coexisten dramaturgos como Alejandro Casona y Max Aub o Jardiel Poncela y Miguel Mihura, cuya creación fundamental se da en la posguerra. El teatro del 27 se caracteriza por una depuración del teatro poético, la incorporación de fórmulas de vanguardia y el propósito de acercar el teatro al pueblo.
Pedro Salinas escribe la mayor parte en el exilio. Destacan Judith y el tirano y El dictador.
Rafael Alberti estrenó antes de la guerra dos obras interesantes: El hombre deshabitado (1930), de carácter surrealista: el hombre perdido ante un Dios absurdo y Fermín Galán (1931) sobre el famoso héroe republicano fusilado. En el teatro posterior a la guerra destaca Noche de guerra en el museo del Prado (1956).
Miguel Hernández (1910-1942) comienza con ecos de Calderón en Quien te ha visto y quien te ve y sombra de lo que eras (1934), auto sacramental, para decantarse posteriormente por un teatro de corte social con ecos de Lope. El labrador de más aire (1937) o un teatro de propaganda en plena guerra Teatro de guerra (1937-38).
Alejandro Casona es un dramaturgo total que se reveló en 1934 con La sirena varada. Su obra más interesante es posterior a la guerra La dama del alba, escrita en el exilio.
Hoy se está recuperando buena parte del teatro de Max Aub, cuya producción más importante se da en el exilio, destacando sus piezas breves sobre el destierro Los trasterrados, San Juan, Morir por cerrar los ojos. Etc. Federico García Lorca (1898-1936)

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