La novela después de la Guerra Civil

ETAPAS Y TENDENCIAS DE LA Guerra Civil A NUESTROS Días

En los años 20, previos a la Guerra Civil, el panorama español comenzaba a ser halagüeño, pues al comercial de los dramas burgueses benaventinos, la comedia costumbrista de los Quintero y el género teatro bufo de Pedro Muñoz Seca, les había salido un competidor que pretendía forjar un nuevo teatro

modificando para ello, tanto el lenguaje (Valle-Inclán) como la escena (margarita Xirgu) o los gustos del público, en cuyo empeño se sitúan los esfuerzos de una corriente renovadora y popular acometida por el  Lorca de La Barraca o en Max Aub del Búho,

Sin embargo, como en otros géneros, la Guerra Civil supuso un corte profundo en la trayectoria de nuestro teatro. Comparado con el panorama dramático europeo, nuestro teatro de posguerra presentaba un aspecto pobre y limitado debido a los condicionamientos comerciales, puesto que las compañías seguían dependiendo de

los intereses empresariales sometidos al gusto del público burgués, e ideológicos, debido al agravamiento de las limitaciones ideológicas por la censura. (Todo ello explica que el teatro no sea un campo apto para las inquietudes renovadoras, tan reñidas con lo comercial y la ortodoxia.)

De una parte, prosperarán los autores de diversión intrascendente o los conformistas. Del otro lado, pocos autores serios se abrirán paso al teatro comercial, sin tener más salida que el teatro de ensayo o las compañías de teatro independiente, restringidas a minorías, y muchos otros se verán condenados a no publicar

Así en estos años, junto a un teatro visible y comercial, existe otro soterrado que intentaba responder a las nuevas exigencias sociales, estéticas y culturales.

No obstante podemos podemos aventurar unas tendencias paralelas a las observadas en la novela;

En los años 40 y parte de los 50, se produce una continuación de las tendencias dramáticas tradicionales, aunque se advierte las preocupaciones existenciales.

. A mediados de la década de los 50 aparecerá un teatro realista y social

Conforme avanza la década de los 60 y entramos en los 70, proliferan los intentos de un nuevo teatro experimental,con fuerte carga crítica que por razones de censura y comerciales será también un teatro marginal.


VALLE-INCLÁN

Valle Inclán es una de las figuras más grandes de la literatura española, su gran dominio del lenguaje hace de él uno de nuestros mayores creadores. Compartíó con Rubén Dario el caudillaje del Modernismo, en sus comienzos, pero pronto fraguó un arte de ruptura vanguardista, que sólo más tarde sería seguido.

En cuanto a su obra, durante mucho tiempo se pensó que obras como Los esperpentos no constituían un verdadero teatro, sino novelas dialogadas, irrepresentables por sus dificultades técnicas y crudeza. Pero las nuevas concepciones y técnicas teatrales han desmentido esta creencia común, llevando a escena muchas de sus piezas.

Lo que sucedíó es que Valle Inclán fue mucho más allá de lo que le permitían las convenciones escénicas su tiempo, donde aún regia la comedia costumbrista y comercial, decantándose por un teatro de pluralidad escénica

En resumen, optó por desafiar las limitaciones del teatro de su época y creó un «teatro en libertad»,

redescubierto al cabo de los años. Fue un verdadero vanguardista que se anticipó a las nuevas tendencias del teatro mundial.

V. BUERO VALLEJO

El objetivo de su creación podría entenderse como el afán de tomar contacto con la realidades de tipo psicológico, social o metafísico en las que se desenvuelve la vida del hombre actual. Como carácterísticas representativas de su teatro, la gravedad, el dramatismo y el rigor. La sombría apariencia a menudo no e compensada con una vaga esperanza de futuro y con la eficacia de ciertos valores como la fe, el amor o la sinceridad. Esta angustia del hombre debatíéndose ante lo trágico tiene una doble función; inquietar y curar.

En su trayectoria podemos hablar de:

Una primera etapa, hasta 1955 con «historia de una escalera» (1949), «En la ardiente oscuridad» (1950) Una segunda etapa social iniciada con «hoy es fiesta» (1955) y «Las cartas boca abajo» (1957), con ambientes próximos a Historia y problemas ya tratados por el autor, pero acompañados de unos condicionamientos sociales más precisos, entroncado todo ello en el cultivo del drama histórico, que no es más que mero pretexto para sortear problemas candentes en la actualidad sorteando la censura: «Un soñador para un pueblo» (1958), «Las Meninas» (1960), «El concierto de San Ovidio» (1962) y «El tragaluz (1967)

En las últimas obras los contenidos sociales y políticos se hacen más explícitos, sin restar su carga existencial, entre ellas «La fundación» (1974), Jueces de la noche (1979) y «la doble historia del doctor Valmy (1976), Destaquemos por último sus novedades técnicas y escenografías como recursos de luminotecnia para obligar al espectador a participar en el drama, la mezcla de lo real e imaginario, la ruptura del desarrollo cronológico, etc.


LA PRODUCCIÓN TEATRAL DEL Juan MAYORGA

Biografía

Nacíó en Madrid, en 1965 y se crio en el barrio de Chamberi. Ha cursado estudios superiores de Filosofía y Matemáticas, pero su verdadera vocación es el teatro Es director de la Cátedra de Artes Escénicas de la Universidad Carlos III de Madrid y el 12 de Abril de 2018 fue elegido miembro de la Real Academia Española para el sillón «M» que dejara vacante el poeta Carlos Bousoño. Su tesis doctoral versa sobre Walter Benjamín, cuya filosofía ha tenido una gran influencia en su teatro.

DRAMATURGIA

Sus primeras obras nacieron al amparo del grupo vanguardista «El Astillero». Abierto e diferentes tendencias y que duró hasta 2010. Pronto evoluciónó hacia una línea dramática propin, en la que sobresale por encima de todo su preferencia por el mundo de es ideas y en compañía Loca de la Casa con la que en 2012 puso en

escena su obre La Lengua en Pedazos

Podemos distinguir entre su «teatro de tesis», sus «comedias», sus obras poéticas» y «sus piezas brevas» Su primera obra. Siete hombres buenos, obtuvo un accésit del premio «Marqués de Bradomin»; la escribíó con 24 años y aún no ha sido estrenada.

Desde entonces, su dedicación al teatro ha sido creciente.

Entre sus títulos más destacados figuran Más cenizas distinguida con un

accésit al prestigioso premio «Calderón de la Barca. El sueño de Ginebra, El jardín quemado y Cartas de Amor a Stalin (una reflexión en torno al arte y el poder). Entre 2000 v 2009 ha realizado versiones de obras clásicas como Fedra. HéCuba, o Fuenteovejuna y La vida es sueño, entre las españolas, y El Gran Inquisidor de Dostoievski, entre las extranjeras. De 2006 es El chico de la última fila que ha sido adaptada al cine por Francois Ozon, en 2012 con el titulo de «Dans la maison» galardonada con la Concha de Oro a la mejor película. Por último, con el titulo de «Teatro para minutos Mayorga ha reunido sus piezas breves tales como El hombre de oro, o La mala imagen, entre otras


Lorca

En el teatro de Lorca, de claro enfoque social, podemos rastrear esa angustia existencial que reflejan algunos de sus libros de poesía. Aunque cultiva este género durante toda su vida, es en los últimos años cuando se vuelca en este trabajo y además desde 1932 dirige La Barraca una compañía de teatro que con el apoyo del gobierno republicano, recorre los pueblos representando obras clásicas. Pues Lorca veía en el teatro un instrumento didáctico para aleccionar al país, criticando los patrones morales obsoletos. 

Las fuentes de su teatro son muy variadas; en sus comienzos observamos una impronta modernista, pero también dejó huella en él el drama rural, el teatro clásico, el popular y las innovaciones vanguardistas. En cuanto al estilo, es significativo el uso del verso y la prosa. Sus dos primeras obras están escritas intrínsecamente en verso, pero después éste va reduciendo su espacio hasta quedar restringido a pasajes líricos, hasta llegar a La Casa de Bernarda Alba escrita casi exclusivamente en prosa.

En cuanto a su trayectoria teatral se distinguen tres momentos;

1 Primera etapa, tanteos iniciales (6)
: Comienza su carrera de dramaturgo con una obra de carácter simbolista, que fue un auténtico fracaso, «EI maleficio de la mariposa» (1920), en la que aparecen ya los eternos temas lorquianos; el amor imposible y la frustración. Luego compone varias piezas cortas inspiradas en el teatro guiñol: Títeres de cachiporra» (1922-23) apenas conocidas.

Su primer éxito llega con «Mariana Pineda» (1925), que trata sobre la historia real de la heroína que murió ajusticiada en Granada por bordar una bandera liberal, a la que suma la historia de un amor trágico. Desde el punto de vista formal, es un drama en verso con resabios modernistas.

En 1926 surge «La zapatera prodigiosa en prosa y verso. Un poco más grave es el «Amor de don Perimplin con Belisa en su jardín» (1928) en el que mezcla el erotismo y la tragedia. Cabria añadir aquí, aunque es un poco posterior, una farsa de guiñol «el retablillo de don Cristóbal» (1931)

2 Segunda Etapa, la experiencia vanguardista :


Después del éxito del Romancero gitano y durante su estancia en Nueva York, Lorca experimenta una crisis espiritual y estética, motivadas la primera por su condición de homosexual y, la segunda por la tendencia surrealista en la que militaban otros artistas de su época como Dalí, Buñuel o Alberti, Fruto de esta crisis es «poeta en Nueva York y lo que llamó de forma genérica «Misterios o Comedias imposibles» impregnadas de un lenguaje surrealista atípico por cuanto, a pesar de su irracionalismo, conservan una coherencia y sentido global.

3 Etapa, la plenitud: Tras escarceos surrealistas, Lorca da un giro buscando el equilibrio entre el rigor estético y el alcance popular de su teatro.

Son estos años los de La Barraca durante los cuales logra plenitud estética y éxito multitudinario. A esta época pertenecen La tragedia «Bodas de Sangre» (1933), basada en hechos reales según las cual, una se escapa con su amante el mismo día de la boda. La tragedia «Yerma» (1934), drama de una mujer que se debate entre el ansia insatisfecha de la maternidad y la fidelidad al marido, el anhelo a realizarse frente a la sumisión moral recibida con una arraigada idea de honra «La casa de Bernarda Alba», constituye la culminación del teatro lorquiano,


LITERATURA ESPAÑOLA DEL Siglo XX

LA NOVELA

La novela de preguerra

El novecentista asturiano Ramón Pérez de Ayala y su novela Tigre Juan y el Curandero de su honra.

Hacia 1914 se produce un nuevo rumbo en el panorama literario español que supone la superación de la estética modernista y noventayochista, preconizado por un grupo de escritores a los que Eugenio d’Ors bautizó con el nombre de novecentistas. Son autores nacidos entre 1880 y 1890 y que empezarán a publicar en los años previos a la Primera Guerra Mundial. Se trata de intelectuales de sólida formación universitaria que practican un arte objetivo, racionalista, restringido a las minorías. Todo esto conduce al ideal del arte puro que busca el placer estético mediante la práctica obsesiva de la obra bien hecha.

En cuanto al novecentismo asturiano, especial significación tiene Ramón

Pérez de Ayala, poeta, ensayista y novelista nacido en Oviedo que fue alumno de Clarín. Su recorrido como novelista fue corto, pues deja de escribir a los 46 años.

Ofrecíó el modelo más sólido de la llamada «novela intelectual» en la que sus argumentos están en un segundo plano y sus personajes son símbolos de realidades más profundas. Tiene un estilo denso con mezcla de ironía y gravedad, de palabras populares y cultas.

Su narrativa discurre desde el relato autobiográfico, al estilo del 98, hasta la novela intelectual novecentista. Andrés Amorós clasifica su obra en tres etapas:

1. Novelas autobiográficas, de pesimismo vital y crítica de España, unidas por su protagonista, Alberto Díaz de Guzmán. «Bertuco», trasunto del autor, a la que pertenecen Tinieblas en las cumbres, una de las llamadas «lupanarias» por su inmoralidad, AMDG, La pata de la raposa y Troteras y danzaderas.

2. Transición: Publica en un volumen tres relatos a los que llama «Novelas Poemáticas de la Vida Española», y son Prometeo, Luz de Domingo y La Caída de los Limones, donde se encuentra una visión negra y sórdida de la brutalidad del caciquismo rural

3. Etapa intelectual: los personajes son arquetipos que encarnan ideas y actitudes de carácter universal, como el amor, el honor o la educación. A esta etapa pertenecen Belarmino y Apolonio, Luna de Miel. Luna de Hiel y Los Trabajos de Urbano y Simona, aparecidas en 1923, que, en realidad, son una misma novela de carácter pedagógico Tigre Juan (1926) y El Curandero de su Honra 

Tigre Juan y el curandero de su honra


Es su última novela y está dividida en dos partes, pues se trata de un mismo relato sobre el destino, el amor, el honor, los celos, la hombría, y el donjuanismo. Se

desarrolla en Pilares (Oviedo) en torno a la Plaza del Fontán, donde su protagonsta, Tigre Juan, tiene un puesto de mercancías. Es una poética historia de amor presentada como elemento educador, pues a medida que el protagonista va superando los dos grandes errores que el autor considera tradicionales: el donjuanismo y el sentido calderoniano de la honra, irá alcanzando la felicidad de un amor más auténtico, de entrega mutua.


LA NOVELA DE POSTGUERRA

Del tremendismo de La familia de Pascual Duarte a la novela social de Camilo José Cela.

La tendencia existencialista refleja la miseria moral y material y la frustración que produce el ambiente de posguerra en unos personajes desarraigados y desilusionados, carentes de valores a los que aferrarse.

Las tres novelas más significativas son La Familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela (1942) que emplea la técnica del tremendismo – inspirado en la picaresca y el Naturalismo- que consiste en mostrar los aspectos más truculentos y aberrante de la realidad; Nada, de Carmen Laforet (1945) y La Sombra del Ciprés es Alargada, de Miguel Delibes (1947). El profesor Martínez Cachero completa esta lista añadiendo Mariona Rebull, de Ignacio Agustí (1944) y Lola, Espejo Oscuro, de Wenceslao Fernández Flórez (1950).

En cuanto a la novela que inicia esta tendencia del Realismo existencial, La familia de Pascual Duarte, recoge las memorias de un condenado a muerte, Pascual Duarte, que se presenta como víctima de unos orígenes familiares y sociales miserables los cuales determinan su carácter violento. Como Cervantes en el Quijote, Cela recurre a la técnica del manuscrito encontrado que un transcriptor anónimo ordena y al cual añade algunos documentos.

En los años 50 el Realismo existencial deja paso al Realismo social que se desarrolla entre 1951, fecha de la publicación de La colmena, de Camilo José Cela y 1962 en que aparece Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos, que conecta con la narrativa más novedosa europea. Los autores más representativos son Ignacio Aldecoa, Jesús Fernández Santos, Rafael Sánchez Ferlosio, Ana María Matute, Carmen Martín Gaite y Juan Goytisolo, entre otros. Los precedentes habría que buscarlos en la llamada «Generación perdida» o «Generación maldita» norteamericana: Hemingway, Faulkner, el Neorrealismo italiano de Cesare Pavese; o el «Nouveau Román» francés. Entre los precedentes españoles, habría que citar a Galdós, al Clarín de la Regenta y a Baroja, entre otros.

Todos estos autores muestran una preocupación social que se manifiesta en la solidaridad con los oprimidos, la disconformidad con la sociedad del momento y el deseo de cambios y sus rasgos de estilo muestran una deliberada pobreza léxica, con tendencia a los registros idiomáticos populares o coloquiales, relato lineal, personaje colectivo la Colmena tiene más de 300 personajes) y rechazo de la novela sicológica, lo que desemboca en el «conductismo» que registra lo puramente externo. Todos estos rasgos aparecen claros en El Jarama de Sánchez Ferlosio que, para algunos, es la novela más representativa.


LA NOVELA FANTÁSTICA EN OLVIDADO REY GUDÚ DE ANA María MATUTE

Ana María Matute se dio a conocer con Los Abel (1948), drama en el que un hermano asesina a otro. En los 50 publica obras como Fiesta al Noroeste, Los hijos muertos y en los 60, una trilogía, Los mercaderes, compuesta por Primera memoria, Los soldados lloran de noche y La trampa. Olvidado rey Gudú es un relato repleto de fábulas y fantasías que narra el nacimiento y la expansión del Reino de Olar, con una trama llena de personajes, aventuras

y de un paisaje simbólico: el misterioso Norte, la inhóspita estepa del Este v el Sur, rico v exuberante, que limitan la expansión del Reino de Olar, en cuyo destino participan la

astucia de una niña sureña, la magia de un viejo hechicero y las reglas del juego de una criatura del subsuelo. Es, en realidad, una metáfora del alma humana y su historia, tejida de realidad y leyenda, de pasado y presente, alentada por los deseos y las inquietudes que preocupan al ser humano desde hace siglos.

La novela impresionista: Nada de Carmen Laforet

como La isla y los demonios (1952) y La mujer nueva (1955), pero con su novela Nada (1944), gana el primer Premio Nadal en 1945. Plasma, en esta obra de carácter existencialista, el estancamiento y la pobreza de España en la posguerra, así como la decadencia de la pequeña burguesía, tras la Guerra Civil. Su protagonista, Andrea, una joven de 18 años, narra su viaje a Barcelona en los primeros años de la posguerra, donde va a vivir con su abuela y otros parientes,

mientras estudia en la universidad. La obra muestra el desengaño de la joven debido al ambiente mezquino que la rodea: de manera que la casa familiar se convierte en símbol

de la degradación moral de la sociedad. No obstante, la amistad con Ena, una compañera de estudios, la sustrae de esa situación asfixiante que es la convivencia con sus familiares. Al final, hay un escape, una luz, cuando Andrea abandona Barcelona para trabajar en la empresa del padre de su amiga,

Tiempo de silencio, La novela experimental de Luis Martín Santos

Luis Martín Santos había publicado un libro de versos y algún ensavo sobre filosofía y psicoanálisis. Su temprana muerte en un accidente de tráfico hizo que aparte de su obra Tiempo de silencio solo nos dejara otra novela inconclusa, Tiempo de destrucción Breve partir de los afios 60 se produce el agotamiento del Realismo social. En 1962 se publica la obra inaugural de las nuevas corrientes. Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos, que renueva las técnicas narrativas, inspirándose en la nueva narrativa europea de Kafka. Thomas Mann. Herman Hess, o Prous, entre otros técnicas continuadas por otros autores españoles como Juan Marsé o Juan Benet. Son, además, los años del boom de la narrativa hispanoamericana que también deja su influencia en la española 

El experimentalismo, en su fase más exacerbada, parte del presupuesto de que la novela es, sobre todo, texto, y por tanto, estructura y lenguaje, mientras que el argumento, la trama y los personajes pasan a un plano menos relevante. Entre los nuevos procedimientos hay que destacar la desaparición del autor, el antipsicologismo, con personajes borrosos en busca de su identidad: la anécdota se atomiza y da entrada a lo imaginativo. Lo alucinante o lo marginal: la técnica del contrapunto y el desorden narrativo. El resultado es una novela opaca de difícil compresión para un lector acostumbrado al relato tradicional.


LA NOVELA EN LA DEMOCRACIA

La novela policíaca de Eduardo Mendoza: La verdad sobre el caso

Savolta.

Pertenecen al género policíaco o policial aquellos relatos que presentan como ingredientes un crimen, una investigación criminal y la resolución del mismo. Prescindiendo de ancestros más lejanos se suele afirmar que el género policíaco nacíó en Inglaterra y la crítica sitúa al americano Edgar Allan Poe entre sus mejores difusores.

Mendoza aporta al género su gran capacidad para la parodia, de modo que el humor y la ironía se hacen dueños de la trama. Quizá guiado por el éxito de su primera novela. La verdad sobre el caso Savolta, decidíó continuar contando las alocadas investigaciones del excéntrico detective en otras tres novelas: El Laberinto de las aceitunas (1982). La aventura del tocador de señoras (2001) y El enredo de la bolsa y la vida (2012). Esta peculiar manera de abordar el género sitúa a Eduardo Mendoza como uno de los precursores de la posmodernidad.

La verdad sobre el caso Savolta:


La verdad sobre el caso Savolta fue su «opera prima» y la novela que lo lanzará a la fama. Ha sido considerada por muchos como la primera novela de la transición democrática, pues apenas unos meses después de su publicación muere Francisco Franco y al año siguiente recibe el Premio de la Critica.

El narrador principal es Javier Miranda, un joven de Valladolid que trabajó en Barcelona como nyudante del abogado Cortabanyes y que conoce muy bien los hechos de los que habla

El relato está ambientado en Barcelona y cuenta los hechos acaecidos desde el otoño de 1917 hasta finales de 1920, relacionados con la empresa Savolta, dedicada a la fabricación de explosivos y armas, destinadas al bando de los aliados, durante la Primera Guerra Mundial. Se divide en dos partes: la primera con cinco capítulos y la segunda, con diez, La idea central es la necesidad de vivir con Realismo, es decir, de acuerdo con las posibilidades personales y con las circunstancias sociales: todo intento de construir una vida al margen de estas dos premisas lleva al fracaso. El tiempo de la historia dura unos tres años y el orden de la narración no respeta la cronología de los hechos. El ambiente que refleja es el de la Barcelona de entre guerras, época de un vertiginoso desarrollo industrial, grandes quiebras empresariales y conflictos laborales. Las clases sociales que aparecen reflejadas son:

1. La alta burguésía, representada por Savolta. Parells. Claudedeu y

Lepprince. Son personas sin planteamientos morales, pendientes sólo de su enriquecimiento personal.

2. La mayoritaria clase obrera que lucha inútilmente por unas

condiciones de vida más dignas

3. Los bajos fondos, con la delincuencia y la prostitución

4. La minoritaria clase intelectual y política opuesta al sistema que, dada su escasez de medios, acaba dividida o se vende a cualquier poderoso, de ahí que su actividad política esté condenada al fracaso.

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