Analisis del poema ocaso de machado

TEMAS DE LA POESÍA DE ANTONIO MACHADO:El tiempo:


Antonio Machado se llama a sí mismo “poeta del tiempo”; él entiende el tiempo como algo vivo, personal, no como concepto o abstracción. Es la duración limitada, la historia individual de cada ser –de su propio ser-, que se hace, que pasa, pero que permanece en el recuerdo, donde se borran los límites personales.
El poema, la palabra esencial en el tiempo,
Para Machado, la poesía es un arte eminentemente temporal. De este modo, une dos elementos contradictorios: lo esencial y lo temporal. La poesía es la palabra que expresa lo que las cosas son , pero a través de mi contacto con ellas, con mi experiencia, con mi tiempo vivido.El agua, El agua del río, de la fuente, de la lluvia…; su fluir constante se hace símbolo del fluir temporal y, por ello, de la vida interior. Sin embargo, el agua puede representar la muerte, quieta en la taza de la fuente o, a la manera de Manrique, en la inmensidad del mar al que confluyen todas las aguas

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La tarde,
Este tema suele expresar el sentimiento melancólico de la vez espiritual. Por ello, esta hora del día se suele acompañar frecuentemente de adjetivos que connotan un estado de ánimo de depresión espiritual (cenicienta, mustia, destartalada…) y que contribuyen a personificarla, identificándola con su estado de ánimo .Al mismo tiempo, los adjetivos referidos a colores que acompañan a la tarde y a los elementos del paisaje de esa hora (rojos, cárdenos, rosados, violetas) se cargan por contagio semántico de esas connotaciones de melancolía y tristeza

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Los caminos, Los caminos están presentes en la poesía de Antonio Machado desde sus primeras composiciones. Los caminos son, pues, frecuentemente símbolos de la vida o bien aparecen asociados a ésta. La idea de que el camino no está hecho, sino que se hace a la vez que el acto que lo realiza se ve reforzada por otras imágenes, como la estela fugaz que se deja sobre el mar y que, al tiempo que se hace, se borra de manera inaprensible, como el devenir temporal del hombre.
Los elementos del paisaje y el tiempo vivido,
En el proceso de identificación del alma con las cosas del mundo, adquieren especial relevancia en la poesía de Antonio Machado los elementos que conforman el paisaje. En su paso por el tiempo, el poeta se relaciona con las cosas, y éstas (el río, los árboles, el atardecer) adquieren un sentido nuevo, en relación con la experiencia vivida en torno a ellas.-
El reloj,
Machado se refiere siempre al reloj como un objeto real, que mide mecánicamente el tiempo cronológico, por oposición al tiempo psíquico del hombre, del poeta, que se había expresado con los símbolos anteriores.


La muerte:


Sus reflexiones sobre la muerte son la derivación lógica de sus inquietudes sobre el tiempo, considerado éste como el gran exterminador del ser humano. La muerte, además, se manifiesta de continuo en forma de brevedad e inconsistencia de la vida, de decadencia de los hombres y de las cosas, de los elementos de la naturaleza, bajo una serie de signos variados como la destrucción, la enfermedad, la guerra o el crimen. Los símbolos relacionados con este gran tema son múltiples: el mar, el ocaso, el otoño, la sombra, la luna…

Dios:

La presencia de Dios en la obra de Antonio Machado es imprecisa y variable en el tiempo y, sin embargo, ocupa en su pensamiento un lugar significativo. Se trata de un Dios en el que no se puede creer aunque se quiera; es el Dios añorado, soñado, deseado más que afirmado. Aparte de esta figura, la de Cristo es mucho más cercana a Machado que ese “Dios entre la niebla” que busca sin alcanzar. Jesucristo es en él el paradigma del hombre, lo que éste tiene de humano y divino, de carne mortal que sueña la inmortalidad.

El recuerdo y el sueño:

En Machado estos dos términos son, muchas veces, equivalentes, ya que normalmente se refieren al soñar despierto con la propia vida. En Soledades, galerías y otros poemas, los caminos del sueño son galerías de espejos donde se refleja la propia vida, donde el hombre que sueña intenta revelar el secreto de su yo más íntimo. Pero en su poesía, especialmente a partir de Campos de Castilla, el sueño no sólo emana del hombre, sino de las cosas: sueña la naturaleza; y los elementos que la conforman, convertidos en personificaciones, en proyecciones de su yo, también sueñan. Sueñan la tarde, el campo, el agua de un río, de una fuente o de una noria, los frutos, las estatuas, las rocas…

El amor:

A lo largo de toda la obra se intuye el deseo de Machado de amar y la necesidad de ser amado. De cualquier modo, el amor es para Machado un sentimiento ennoblecedor que dignifica al amante, quien poseído de esa exaltación espiritual comprende mejor la belleza del mundo y rescata las cosas del olvido, del tiempo y de la muerte.

El tema autobiográfico:

En numerosos poemas evoca Antonio Machado su infancia, su juventud, sus amores, incluso sus experiencias de la vida cotidiana. Pero no sólo aparece la biografía externa, sino especialmente, la espiritual.

El paisaje y el tema de España:

En algunos poemas la visión que tiene del paisaje Machado es puramente objetiva; sin embargo, en otros el paisaje se convierte en símbolo del pasado histórico de Castilla o, incluso, los elementos del paisaje castellano se transforman en símbolo de realidades íntimas. De cualquier manera, Machado aporta un claro componente subjetivo: proyecta sus propios sentimientos sobre aquellas tierras, seleccionando lo que prefiere, que es lo adusto y acentuando, especialmente con adjetivos, o lo que sugiere soledad, fugacidad o muerte. En cuanto a la tercera forma de ver el paisaje, es decir, la identificación de los elementos del paisaje con el alma, cabe hablar del paisaje como reflejo del mundo interior del poeta, del estado de su alma.

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