El teatro desde los 40 hasta la actualidad

EL TEATRO DESDE 1940 A NUESTROS DÍAS
En la historia del teatro español contemporáneo que abarca desde mediados del Siglo XX hasta nuestros 
días, se dan de manera bastante aproximada las mismas tendencias que en la lírica y en la narrativa:
• Años cuarenta y primera mitad del los cincuenta:
Conviven el teatro tradicional con el teatro 
existencial.
• A mediados de los cincuenta surge un teatro realista y social.
• En los setenta se opta por la experimentación y un lenguaje más vanguardista.
• De mediados de los setenta hasta nuestros días el teatro se caracteriza por la coexistencia de diversas 
tendencias desde la experimental a la realista.
1.) AÑOS CUARENTA Y PRIMERA MITAD DE LOS CINCUENTA
El teatro predominante de esta época es el llamado burgués o de alta comedia, denominado también teatro 
de evasión, continuador del teatro de Benavente. Se desarrolla en espacios lujosos, donde los personajes 
pertenecientes a la burguésía viven conflictos personales relacionados con el adulterio, la soltería, la nostalgia 
del pasado y los valores tradicionales. Casi siempre desemboca en un final feliz que pretende ser moralmente 
ejemplar. Se eluden los conflictos sociales y políticos.
Cabe destacar al dramaturgo José Mª Pemán con obras como El divino impaciente y La santa virreina. 
Otros autores son Joaquín Calvo Sotelo, Víctor Ruiz Iriarte o Edgar Neville.
Junto a esta tendencia también se desarrolla el teatro antirrealista de Alejandro Casona. En esta línea A. 
Casona desarrolla un teatro en el que se mezcla realidad y fantasía, cuyos personajes viven situaciones irreales 
propias de la ensoñación. De su producción destaca La dama del alba (1944) y La casa del los siete balcones 
(1957).
Por otro lado, el teatro cómico es el desarrollado por Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura. Jardiel 
Poncela reivindica un teatro inverosímil, absurdo y antisentimental; sin embargo, sus intenciones acaban 
subordinándose al éxito comercial y a los gustos del público. Su obra principal es Eloísa está debajo de un 
almendro (1940). Miguel Mihura también creó un teatro basado en la inverosimilitud y el rechazo al Realismo
siguiendo los pasos del teatro del absurdo y uníéndose a la vanguardia, aunque más tarde tuvo que usar un 
lenguaje dramático más tradicional. Su obra más importante es Tres sombreros de copa (1932).
2.) EL TEATRO EN LOS AÑOS CINCUENTA Y SESENTA
Desde finales de los años cuarenta hasta mediados de los cincuenta surge un teatro de carácter existencial 
que trata de reflejar las vivencias, estados de ánimo e inquietudes de los españoles en la inmediata posguerra. 
Sus autores más representativos son Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre. A partir de 1955, sin embargo, 
ambos escritores van a encabezar una nueva tendencia teatral, la del Realismo social.
• El teatro del Realismo social: se caracteriza por su compromiso con la realidad inmediata de la 
sociedad española de cuya situación quiere dar testimonio, desde una perspectiva crítica con la intención de 
mover al espectador a reflexionar y buscar soluciones. 
Dentro de esta corriente encontramos a A. Buero Vallejo, uno de los autores más importantes del teatro 
español de la segunda mitad del Siglo XX, en cuya obra encontramos una visión humanista del hombre y el 
compromiso político-social con los más desfavorecidos. Dentro de su producción destaca Historia de una 
escalera (1949). 
Por otra parte Alfonso Sastre pretendía despertar con su obra la conciencia política del pueblo, una de sus 
obras más importantes es La mordaza (1954).
• La segunda generación del Realismo social: son los autores dramáticos que defienden un teatro 
políticamente comprometido, testimonial y costumbrista, con un lenguaje coloquial, de personajes 
humildes. Son autores de esta generación Laura Olmo, José Martín Recuerda y Carlos Muñiz.
• El teatro burgués y convencional: algunos autores cultivan un teatro burgués de comedia de 
evasión, son obras muy comerciales. Algunos autores son Juan José Alonso Millán y Alfonso Paso.
• El teatro poético y simbólico de Antonio Gala. En sus obras vemos una reflexión sobre temas 
humanos (soledad, amor, muerte…), una visión de lo mágico y una cierta intención crítica de la realidad. IES PINTOR JOSÉ Mª FERNÁNDEZ
DEPARTAMENTO DE LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA
Obras suyas son: Los campos verdes del Edén (1963), ¿Por qué corres Ulises? (1975), Petra regalada 
(1980).
3.) EL TEATRO EN LOS AÑOS SETENTA
En los años 70 se incorporan a los textos dramáticos las corrientes experimentales extranjeras: teatro de 
la crueldad, teatro del absurdo, underground…, lo que no conlleva un olvido de los temas sociales, sino todo lo 
contrario. Desde un punto de vista estético cada autor posee una voz diferenciada, pero todos usan un lenguaje 
poético-alegórico, los personajes son simbólicos, dan gran importancia a los códigos de comunicación sonoros 
y visuales, introducen todo tipo de artilugios mecánicos y electrónicos en escena, y, sobre todo, hacen que el 
espectador participe de forma activa en la representación.
Los autores más relevantes de esta época son Francisco Nieva y Fernando Arrabal, el primero con obras 
como Nosferatu (1961), El rayo colgado (1952) o Sombra y quimera de Larra (1976). Por su parte, Arrabal es 
uno de los máximos exponentes del teatro del pánico (teatro presidido por la confusión, el humor, el terror, el 
azar y la euforia), podemos señalar entre sus obras Pic-Nic (1952), El jardín de las delicias (1967).
También en los 70 surgen los grupos de teatro independiente, que crean sus propios textos, hacen sus 
montajes y actúan fuera de los circuitos comerciales. Destacan Los Goliardos y Tábano (de Madrid), La Cuadra 
(de Sevilla), Els Joglars, La Fura Dels Baus, Triciclo (Cataluña)
4.) EL TEATRO DESDE MEDIADOS DE LOS AÑOS SETENTA A LA ACTUALIDAD
Tras el dominio del teatro experimental, se advierte una vuelta a la estética realista y un interés por los 
temas de la vida contemporánea y cotidiana, como la repercusión social de la nueva economía, la marginación, 
las drogas, los problemas de pareja… Sin embargo, este Realismo no excluye los elementos oníricos o lo 
alucinante, aunando los elementos de la tradición (como el uso del lenguaje del sainete) con la experimentación 
en una moderada renovación formal.
Autores que podemos mencionar son Fernando Fernán Gómez (Las bicicletas son para el verano, 1984), 
José Luis Alonso de Santos (Bajarse al moro, 1985), José Sanchís Sinisterra (¡Ay, Carmela!, 1987), Agustín 
García Calvo (Baraja del rey don Pedro, 1999), Juan Mayorga (La paz perpetua, 2008).

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