Esa niña es miá resumen

LA CARBONERILLA QUEMADA
En la siesta de Julio, ascua violenta y ciega,
prendíó el horno las ropas de la niña. La arena
quemaba cual con fiebre; dolían las cigarras;
el cielo era igual que de plata calcinada.

…Con la tarde, volvíó -¡anda, potro!- la madre.
El pinar se reía. El cielo era de esmalte
violeta. La brisa renovaba la vida…
La niña, rosa y negra, moría en carne viva.
Todo le lastimaba. El roce de los besos,
el roce de los ojos, el aire alegre y bello:

«Mare, me jeché arena zobre la quemaúra.
Te yamé, te yamé dejde er camino.
.. ¡Nunca
ejtubo ejto tan zolo! Laj yama me comían,
mare, y yo te yamaba, y tú nunca benía!» Por el camino -¡largo! -, sobre el potrillo rojo,
murió la niña. Abiertos, espantados, sus ojos
eran como raíces secas de las estrellas.
La brisa jugueteaba, ensombrecida y fresca.
Corría el agua por el lado del camino.
Ondulaba la yerba. Trotaban los pollinos,
oyendo ya los gritos de los niños del pueblo…
Dios estaba bañándose en su azul de luceros.

J

UAN RAMÓN JIMÉNEZ, Historias [para niños sin corazón]


1.Organización de ideas. El texto se divide en tres partes: Presentación, Nudo y Desenlace

PRIMERA PARTE:

PRESENTACIÓN


Primera Estrofa (versos 1-4)
– Personaje principal: una niña.
– Localización espacio-temporal: verano muy caluroso en el campo (espacio abierto).
– Inicio del problema o suceso que da pie al nudo:
La niña se ha quemado al prender sus ropas.
– Causa: La chica trabaja de carbonera (lo sabemos por el título).
SEGUNDA PARTE:

NUDO


Segunda y tercera estrofas (versos 5-14).
– La madre de la carbonerilla aparece montada en un potro, y se la lleva moribunda al pueblo, en un camino que se hace largo.
– La niña se dirige a ella en acento andaluz occidental, exprésándole la angustia que había pasado esperándola mientras trataba de sobreponerse a las graves quemaduras que ha sufrido.
TERCERA PARTE:

DESENLACE

.
Cuarta y quinta estrofas (versos 15-22).
– La niña muere antes de llegar al pueblo.
– La vida sigue, bella y bulliciosa, pero la niña ha muerto.
-El autor apunta el descuido y la despreocupación que tuvo Dios en la muerte de la niña

2.Tema y resumen

La trágica muerte de una niña a pesar del intento de la madre por salvarla, y pasividad aparente de Dios ante la desgracia.

Una tarde de Julio los potrillos andaban por el campo.La niña mientras en el horno prendíó, quemándose viva. Llamába a su madre pero no llegó. Y la niña se sintió sola, dolorida y angustiada. Sus ojos quedaron abiertos. Mientras, la brisa corría, y los potros trotaban al oír los gritos de los niños de aquel pueblo. Dios miraba hacia otro lado.

1. Temática y organización formal del tema


Este poema se incluye en el libro Historias y pertenece a la sección titulada Historias para niños sin corazón, es de carácter narrativo y recoge formas dialectales andaluzas puestas en la boca de una niña. Lo más curioso es la intención social que parece alentar en el poema: parece como si JRJ quisiera denunciar el trabajo al que se ven obligados los niños pobres. Esta denuncia se convirtió en un tema común de su poesía tras la Guerra Civil y en compasión hacia los niños que quedaron huérfanos por la Guerra Civil. El texto es un poema completo de Juan Ramón Jiménez, de gran intensidad lírica basada en una breve y trágica historia, de ahí que podamos decir que presenta una estructura lineal o cronológica propia de los textos narrativos.

El adjetivo largo aplicado a camino y puesto entre en forma exclamativa y entre guiones tiene un papel similar al ¡anda, potro! del v. 5: se trata de un comentario incidental que introduce un punto de vista subjetivo en el relato. Más que resaltar la circunstancia de que el camino fuera largo en sí mismo, se trata de sugerir que, dadas las graves circunstancias, el camino parece más largo de lo que en realidad es.

El continuo uso de figuras literarias (la metáfora del ascua, el símil de la fiebre, etc.). La alusión a la realidad aparece en algunos versos muy realista (por ejemplo, prendíó el horno las ropas de la niña). El poema está formado por veintidós versos alejandrinos ordenados en once pareados de rima asonante (14 A 14 A// 14 B 14 B, etc.). Como sabemos el alejandrino es un verso recuperado por el Modernismo que JRJ empleó abundantemente en los años de Moguer. El título del poema resulta muy clarificador respecto a la intención del autor: el diminutivo carborenilla contiene una indudable nota de afecto hacia la protagonista.

Estética


La naturaleza, al fin y al cabo, presenta imágenes muy contrapuestas: (antítesis) frente a la imagen infernal del principio del poema, tenemos, por ejemplo, la imagen paradisíaca de la brisa jugueteando, ensombrecida y fresca, del v. 18. En cualquier caso, estas visiones de la naturaleza -hostil, indiferente, amable- ya no son las del Modernismo. La naturaleza aquí carece de misterio y de encanto ROMántico. No es una naturaleza idealizada, sino tan real como el sufrimiento humano. La comparación de los ojos de la niña muerta con raíces secas de las estrellas resulta estremecedora: una raíz seca es algo muerto, sin vida; los ojos de la niña habían sido mientras estaban vivos luminosos como estrellas, pero ahora han perdido su esplendor. En ese trance la naturaleza continúa ajena: La brisa jugueteaba. Esta personificación es una prolongación de la imagen del pinar riendo. El agua, símbolo del tiempo que pasa, también parece ajena al drama de la madre con la niña muerta sobre el potro. Como culminación de tanta indiferencia, la acusación que JRJ, fríamente, dedica a Dios: Dios estaba bañándose en su azul de luceros. La imagen de un Dios ensimismado y feliz contrasta fuertemente con la historia de la niña. JRJ parece decirnos que ni la naturaleza ni Dios tienen nada que ver con los sufrimientos de los seres humanos.

El poema empieza marcando las circunstancias de lugar y tiempo de los acontecimientos narrados. El lugar es un horno de carbón (personificación). El tiempo: la hora de la siesta de una calurosa tarde de verano. La sensación de calor se comunica con la imagen ascua violenta y ciega para referirse a la tarde asfixiante. En el tercer pareado, se cuenta cómo llega la madre al lugar (los puntos suspensivos iniciales y la expresión con la tarde… Sugieren que han pasado varias horas desde que la niña sufríó el accidente. Cuando la madre se acerca, el pinar se reía. Esta personificación -que sirve para recalcar la indiferencia de la naturaleza- alude, de paso, a la brisa que parece soplar sobre los pinos y mover suavemente sus ramas hasta producir un ruido que puede recordar una risa. La brisa renovaba la vida…. Esta alusión a la brisa tiene, una vez más, la función de recordar la indiferencia de la naturaleza frente a los sufrimientos de los hombres. Es decir, la naturaleza sigue su curso al margen del estado de la niña. La niña agoniza; la crueldad de su agonía se subraya con la referencia al color rosa de la piel quemada. En lo que cuenta a su madre, se aprecian rasgos dialectales del andaluz: pérdida de la -d- entre vocales o ante r (mare, quemaúra), yeísmo (yamé, yama), aspiración de la s en final de sílaba (dejde, ejtuvo, ejto, laj…), etc. Las palabras de la niña resaltan la indefensión y la soledad en que se encontraba en el momento del accidente.

Significación temática.

La poesía que no pretende deleitar sino comunicar hechos dolorosos no es muy corriente en JRJ. En el poema que comentamos se trata de dar una visión desvalida y dolorosa de la infancia. La infancia no tiene en estos poemas la cara feliz con que normalmente se presenta en la poesía, sino que parece marcada por alguna forma de fatalidad. Como idea secundaria destaca el dolor de la niña y la angustia que sentía por la ausencia de su madre en aquel momento. El autor apunta el descuido y la despreocupación que tuvo Dios en la muerte de la niña

Comentario crítico.

El trabajo en el campo siempre ha sido duro. Lo vemos en la protagonista del texto: una carbonerilla, una niña que trabaja en el campo soportando condiciones que quizás hoy en día ni siquiera nos planteamos. En los primeros versos nos refleja esta dureza a través de diversas metáforas, como la sensación de tener fiebre, de quemarse, de dolor (se dice que el cielo era de plata calcinada).
Hoy en día esta postura antes estas condiciones pueden resultar algo exageradas. Es verdad que tenemos la suerte de contar con mejores condiciones de vida, con más ventajas, con menos sufrimiento … Nos gusta lo fácil, lo que no duele, lo que no requiere esfuerzo y sacrificio. Sin embargo no se puede comprender el trabajo del campo sin esfuerzo ni sacrificio. Estos son los valores del trabajo del campo. Aunque en el texto se muestre dolor, nos lo presenta como algo cotidiano, algo que pasa todos los días, algo tan ordinario como cualquier otra cosa de nuestro día a día. Al principio parece sensibilizarnos más, pero como es algo que pertenece a nuestra realidad lo hacemos menos doloroso, pero es un dolor bello y no catastrófico. Es decir, en el texto nos muestra la muerte como algo bello de lo cotidiano y que, al ser ordinario, no supone la gran catástrofe que debería ser. Además solo nos cuentan hasta que la niña muere, cómo muere, su dolor y su belleza, pero no nos muestra la reacción de su madre, la madre a la que tanto llamó para que fuera a salvarla pero que no pudo hacerlo.
Frente a esto, creo que esta situación es insostenible. Es incomprensible como se puede llegar a tener esta concepción tan bella de la muerte. Se trata a la muerte cómo algo normal, lo diario, lo que pasa todo los días, se tiene una visión demasiado normalizada, como si apenas fuera de importancia. Pero lo más triste es que esa es la verdad, que en esa época la muerte era algo normal que pasaba todos los días, incluso podría pasarte a ti cualquier día y a nadie le parecería raro, porque es lo habitual.
Esta historia también nos conmueve por el hecho de que la que muere es una niña, una niña obrera que trabaja todos los días expuesta a un peligro laboral al que no debería exponerse. El trabajo forzoso a menores también era algo habitual, ya que en tiempos de guerra los niños debían asumir responsabilidades de este tipo y trabajar lo máximo posible para ayudar a que su familia no pasara hambre. En tiempos difíciles, todo vale.
Este hecho no lo tenemos normalizado, ya que hoy en día no es tan fácil encontrarse un niño explotado (en España) y nos resultaría raro encontrarnos a alguno ya que, aunque estemos en crisis, podemos sentirnos afortunados de la realidad que vivimos todos los día, con comida siempre sobre la mesa y siendo felices con lo que tenemos. Pero la dura realidad es que hoy en día todavía hay lugares en el mundo, o no hay que irse muy lejos, en Europa, donde todavía existe este tipo de realidad ya que no tienen la misma suerte que nosotros. Hay lugares donde todavía hay guerra, donde todavía hay hambre, donde todavía hay pobreza, y esos tres aspectos nunca dejarán de existir por desgracia, por tanto siempre habrá alguien que se aproveche de los niños para sobrevivir y ganar dinero bajo estas dificultades. Es más, hay lugares donde, aunque no haya ni pobreza ni hambre ni guerra, por tradición es normal que los niños asuman más responsabilidades de las debidas, que lo normal sea que un niño pequeño empiece a trabajar para ayudar con la economía familiar. Creo que la mayoría de españoles no nos podemos imaginar una infancia así.

La importancia que le da el autor a los elementos del campo también nos ayudan a introducirnos en la historia, como gracias a sus descripciones nos guían para conmovernos con esta historia de sacrificio, muerte y dolor. Nos introduce en un ambiente cálido, sofocante, de plata calcinada, donde todos los elementos juegan un papel importante para sentir lo mismo que siente la protagonista. Nos ayuda a ver como esta historia se convierte en una historia trágica, de una muerte infantil causada por un trabajo que no le corresponde por su edad. En conclusión, este poema nos relata lo que podría venir siendo la realidad de España en medio de la guerra, lo muy diferente que es esa realidad a la nuestra, de cómo la muerte era algo habitual junto al trabajo infantil mientras que nosotros no estamos familiarizados con ninguno de esos dos aspectos.

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