La Generación Perdida Americana y el Nuevo Periodismo

1. La Generación Perdida Americana

William Faulkner.
Faulkner es un nombre fundamental en la literatura en lengua inglesa. Se alinea con la vanguardia literaria en el uso de las técnicas narrativas y del lenguaje; sin embargo, es respetuoso con la tradición en cuanto a los contenidos, ya que de ella extrae los temas y argumentos de sus relatos, que lo sitúan como uno de los principales representantes de la llamada ‘literatura sureña’. Sus novelas tratan los siguientes temas:

  • La aristocracia sureña, en decadencia desde el final de la Guerra de Secesión. La visión de Faulkner oscila entre la denuncia de su primitivismo y brutalidad, y la nostalgia por la desaparición de valores como la educación o el sentido del honor. Obras: El ruido y la furia, ¡Absalón! ¡Absalón!
  • Las gentes venidas del norte rico e industrial protagonizan la trilogía de la familia Snopes (El villorrio, La ciudad y La mansión) compuesta entre 1940 y 1959.
  • La brutalidad y la miseria de un mundo dominado por la pobreza de la tierra es el asunto central en Santuario o Mientras agonizo.

Francis Scott Fitzgerald
Su gran talento literario y la protección de Gertrude Stein le otorgaron un rápido éxito que derivó en una vida de lujo, opulencia y alcohol; finalmente, sus excesos le obligaron a buscar sitio entre los guionistas de Hollywood. En sus novelas y relatos retrató los años veinte del jazz, el dinero, el placer y el arte. El gran Gatsby es su gran obra.

John Steinbeck
Steinbeck está muy interesado en denunciar la miseria en que viven los habitantes del medio rural californiano y mexicano. Este es el tema principal de sus novelas más conocidas: De ratones y hombres, La perla y, Las uvas de la ira, relato de la vida de una familia de campesinos emigrantes en California que se ven obligados a trabajar como jornaleros. Steinbeck también es autor de una obra que se aparta de la denuncia social evidente, Al este del Edén, célebre por su adaptación cinematográfica. En ella intenta buscar las raíces del presente de Estados Unidos mediante el relato de la vida de varias generaciones de unas mismas familias.

William Burroughs
Burroughs se ha forjado fama de maldito por motivos no estrictamente literarios. Tras Yonqui o Marica, novelas con evidente carga autobiográfica, llegan sus novelas más conocidas: Nova Express y El almuerzo desnudo.

3. El Nuevo Periodismo

Truman Capote
Es el iniciador de esta tendencia con A sangre fría. La obra es el relato del brutal asesinato de una familia de granjeros a manos de dos criminales, Dick y Perry. Capote vio el potencial narrativo del caso y, tras cinco años de intensa documentación, que incluyó una larga estancia en Holcomb, el pueblo donde sucedieron los crímenes y el trato directo con los asesinos, logró reunir el material necesario para su narración. Es destacable el retrato de los dos criminales, perfectamente perfilados y a los que el lector llegará a conocer íntimamente.

Tom Wolfe
Su obra Ponche de ácido lisérgico fue considerada, junto con A sangre fría, como las nuevas propuestas narrativas tanto en el mundo del periodismo como de la literatura. El libro narra la historia del novelista Ken Kesey y un grupo de consumidores de LSD y su huida a México, acusado por tenencia de drogas.

Norman Mailer
Su participación en la Segunda Guerra Mundial le sirve como material de la que es considerada su mejor novela: Los desnudos y los muertos, donde narra sus vivencias en la guerra.

Hunter S. Thompson
Responsable de la derivación del nuevo periodismo al llamado periodismo gonzo, con una mayor subjetividad que no esconde juicios de valor, y con un estilo espontáneo y a veces caótico, tal vez por influencia directa de la literatura beat. Su obra más conocida es Miedo y asco en Las Vegas.

4. El Realismo Sucio

Tras la novela-reportaje, en torno a la década de los setenta, aparece una nueva tendencia en el Realismo norteamericano, el realismo sucio. Su rasgo fundamental es la sobriedad expresiva y la precisión en el uso de la palabra, con una adjetivación reducida al mínimo. Las novelas se centran en personajes vulgares con existencias mediocres y convencionales. Quien mejor caracteriza la tendencia es Charles Bukowski, autor de cinco novelas desde 1970 y protagonizadas por el mismo personaje, Henry Chinaski, alter ego del propio escritor. Los temas de estas obras giran en torno al consumo de alcohol y drogas, el sexo, la soledad y, en general, las parcelas más sórdidas de la civilización contemporánea. Obras: Factótum, Mujeres, Cartero, La senda del perdedor.

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