Las desventuras del joven Werther: Amor, pena y suicidio en una historia romántica

Conoce y enamórate de Lotte, una hermosa joven que cuida a sus hermanos después de la muerte de su madre. Desafortunadamente, Lotte ya está comprometida con Albert, once años mayor que ella. A pesar de la pena que esta relación le origina, Werther cultiva una amistad íntima con Lotte y Albert. Dicha pena lo obliga a abandonar Walheim para dirigirse a Weimar. Allí conoce a la Fraulein von B. Sufre una gran pena al enterarse de que Lotte nunca va a ser suya y, junto con un amigo, se queja de su situación. Después regresa a Walheim, donde sufre más que nunca porque Lotte y Albert están casados. Con pena por Werther y respeto por su esposo, Lotte decide que Werther no debe visitarla tan frecuentemente. Él la visita por última vez y, después de recitar un pasaje de Ossian, ambos se besan. Incapaz de hacerle daño a otro ser, Werther no ve más opción que su suicidio. Después de escribir una carta de despedida (para que fuera encontrada después de su muerte), le escribe a Albert pidiéndole dos pistolas con la excusa de que las necesitará para un viaje. Lotte recibe esta petición con dolor y le manda las pistolas, lo cual interpreta Werther como que ella aprueba su decisión. Luego, Werther se quita la vida. El suicidio es visto en la novela como una liberación. El hombre, mediante este acto, se libera de todas sus penas y frustraciones que oprimen a los corazones sensibles y a las almas torturadas por los fracasos humanos. Werther, al no poder alcanzar la felicidad al lado de Lotte, la alcanza quitándose la vida, esperando encontrarla en el divino más allá. Werther es un joven de naturaleza muy irracional en sus sentimientos. Es apasionado, sentimental, inconstante, fatalista, febril, rebelde, crítico, obsesivo, idealizador, podríamos resumirlo en una sola palabra: un romántico extremo. Todas estas connotaciones de su carácter quedan vigentes en algunos fragmentos a lo largo del libro, algunas atribuidas por el mismo, otras por su postura en diferentes temas de discusión. Sobre todo, este apasionamiento en su lenguaje nace cuando conoce a Lotte. En el libro, el estilo romántico se trasluce también en los paralelismos que se producen entre la naturaleza desatada y el estado de ánimo de Werther o en la libertad de estilo, puesto que en numerosas ocasiones falta la oración principal. Goethe mencionó que algunas anécdotas de su juventud le inspiraron para la creación de la novela. En un baile en 1772, Goethe conoció a la joven Charlotte Buff y su prometido, Johann Christian Kestner, un hombre mayor. Goethe se enamoró instantáneamente de Charlotte. Goethe galanteó a Charlotte y la relación entre ambos entró en un ciclo de amistad y rechazo. Charlotte fue honesta con Goethe y le dijo que no había esperanza de una aventura. Goethe se fue sin despedirse. Los paralelismos entre este incidente y la novela son evidentes. Charlotte Buff, como su contraparte en la novela, era la hija de un oficial y tenía muchos hermanos. Goethe, como Werther, encontró difícil terminar sus trabajos. Goethe y Werther celebran su cumpleaños el 28 de agosto, y ambos abandonaron a sus amadas el 10 de septiembre. La novela también cuenta con varios eventos paralelos o similares en la vida de un amigo de Goethe, Jerusalem. Al igual que Werther, Jerusalem se suicidó. Goethe fue informado de que el motivo de esta acción era el amor no correspondido que Jerusalem sentía hacia la mujer de otro hombre. Jerusalem también se suicidó con pistolas prestadas. Napoleón Bonaparte consideró esta novela como uno de los trabajos más importantes en Europa y llevó siempre consigo una copia del Werther en sus campañas. La novela dio origen a un fenómeno llamado Werther-Fieber (Fiebre de Werther). Los hombres jóvenes en Europa vestían la ropa que Werther usaba en la novela: un frac azul, un chaleco amarillo y unos calzones. Con esta ropa, acude al baile donde conoce a Lotte. Con esta misma indumentaria muere y es enterrado el protagonista. También tuvo consecuencias en los primeros ejemplos conocidos de suicidio mímico, provocando, supuestamente, el suicidio de unos dos mil lectores. La fiebre de Werther fue causa de preocupación para las autoridades y otros autores. Un autor, Nicolai Friedrich, decidió escribir un final alternativo para la novela, que resultaría más agradable, llamada Las alegrías del joven Werther, según el cual Albert, reconociendo las intenciones de Werther, llena las pistolas de sangre de pollo, evitando el suicidio de Werther y cediéndole gustosamente a Lotte. Goethe encontró esta versión desagradable y empezó una enemistad literaria con Nicolai de por vida. Goethe guardó la distancia con Las desventuras del joven Werther en su vejez. Él lamentó su fama y haber hecho público su amor juvenil hacia Charlotte Buff. Aunque escribió Werther cuando tenía veinticuatro años, la mayoría de los visitantes que tuvo en su vejez solo habían leído este libro y solo lo conocían por esta novela entre todas las que escribió. Goethe tuvo un disgusto con este libro; de todas formas, Goethe reconoció el gran impacto personal y emocional que Las desventuras del joven Werther tenía en los jóvenes enamorados y deprimidos.

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