Teatro antes de 1936

TEMA 4: TEATRO ANTERIOR A 1939


En el teatro anterior a la Guerra Civil, se pueden observar dos grandes grupos muy diferenciados entre sí:

TEATRO COMERCIAL

Los gustos de los espectadores, poco depurados, y el escaso interés de los empresarios teatrales, impedían cualquier intento renovador del panorama teatral prefiriendo un teatro que garantizara el éxito de público. Dentro del teatro comercial cabe distinguir tres tendencias: En primer lugar, la comedia burguesa cuyo máximo representante fue Jacinto Benavente (
1866-1954). Su teatro desvela con ironía los vicios y miserias de la alta burguésía española, aunque en sus obras no hay rechazo de la burguésía como estamento social, sino humor y suave ironía; el amor aparece como el motor que resuelve todos los conflictos. Obtuvo el premio Nobel en 1922. Su obra cumbre fue Los intereses creados.
En segundo lugar, el teatro poético; y, por último, el teatro cómico, género que más complacía al público de principios de siglo. Buscaba, sin pretensiones literarias, la risa, y aun la risotada, del público. Los más queridos y representados fueron los hermanos Álvarez Quintero, Carlos Arniches y Pedro Muñoz Seca
.
Carlos Arniches fue el más famoso autor de sainetes de su tiempo. Estas piezas están ambientadas en un Madrid castizo, lleno de personajes vulgares e ingeniosos. En un nivel estético muy inferior se sitúa la obra de Pedro Muñoz Seca, creador del astracán, género que solo busca provocar la risa con situaciones disparatadas. Su mejor “astracanada”fue La venganza de don Mendo
.

TEATRO RENOVADOR

Junto a este teatro comercial, existieron otros autores que buscaban la renovación de las técnicas y temática teatral. Autores de la generación del 98, como los hermanos Machado con su teatro poético de corte modernista:
La Lola se va a los puertos, o las propuestas de los escritores vanguardistas como Ramón Gómez de la Serna mostraban ya un panorama teatral alejado del teatro de corte tradicional; también Miguel Hernández o Rafael Alberti, conocidos por su poesía, hicieron incursiones en el teatro. No obstante, Valle Inclán y Lorca fueron los autores más importantes en cuanto a la renovación teatral se refiere.

El teatro de Valle-Inclán.
Tras sus inicios en un teatro poético modernista, crea las obras agrupadas en ciclos; por un lado, el ciclo mítico:

Comedias bárbaras: Ágüila de blasón, Romance de lobos y Cara de plata, en las que los personajes se mueven por las fuerzas del mal en una Galicia mítica; y por otro, las del ciclo de las farsas Farsa y licencia de la reina castiza, donde caricaturiza implacablemente la corte de Isabel II. Aunque su más importante aportación teatral fue la corriente del teatro del esperpento.
El esperpento, que aparece como tal en 1920 con Luces de bohemia y supone una visión comprometida, distorsionada, grotesca y sarcástica de la sociedad española contemporánea. Pertenecen a este ciclo tres piezas breves reunidas con el nombre de Martes de carnaval: Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán.

El otro gran autor fue Federico García Lorca.
Lorca depura el teatro poético y lo aleja de la retórica modernista, mezclando formas populares con formas vanguardistas e intentando acercar el teatro al pueblo como medio para educar el espíritu. Los temas de su teatro son los mismos que los de su poesía: la frustración, el amor y la muerte. Amores imposibles, conflictos entre el deseo y realidad o enfrentamientos entre el principio de autoridad y la libertad. La mayoría de los personajes de Lorca son mujeres que encarnan para él de forma más dramática el ansia de libertad. El lenguaje de sus personajes está lleno de imágenes y deliberadamente alejado del habla cotidiana y coloquial. La ambientación de muchas escenas es simbólica puesto que concebía el teatro como espectáculo total al que contribuían el texto, la escenografía, la música y la danza.

Su obra puede dividirse en tres grandes bloques
. Las farsas, donde se mezclan personajes grotescos que suelen reflejar el conflicto entre la mujer joven y el marido viejo casados en un matrimonio de conveniencia:
Retablillo de don Cristóbal; teatro surrealista, y el más importante de todos:

Los dramas rurales

Dentro de este último grupo están Bodas de sangre, (amor frustrado), Yerma (maternidad frustrada) y La casa de Bernarda Alba (amor y libertad frustrada); las tres están ambientadas en el campo andaluz y en ellas las fuerzas naturales imponen un destino trágico a los personajes, muchos de ellos mujeres. En La casa de Bernarda Alba, por ejemplo, esa frustración está representada en el suicidio de Adela y en el triunfo de Bernarda. No hay esperanza.

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