Teatro posterior al 39

El teatro español del primer tercio del siglo XX, se reparte, a grandes rasgos, en dos corrientes: el teatro que triunfa o de éxito y el teatro de intenciones renovadoras.

I.El teatro que triunfa


El teatro realista. Jacinto Benavente es la figura más representativa del momento. Su obra dramática, denominada comedia benaventina, refleja las costumbres sociales de la clase burguesa con sus hipocresías y convencionalismos. La crítica positiva le considera un analista sutil, un crítico implacable, muy preciso en la descripción de ambientes, con una gran habilidad en la articulación de las escenas y en la naturalidad y elegancia de los diálogos. La crítica negativa califica su teatro de antiteatral, meramente oral, en el que la escena resulta demasiado débil en cuanto a la acción y a la pasión. En su primera obra El nido ajeno Benavente opta por un teatro más convencional. Así su obra dramática va transcurriendo por escenarios burgueses (La culpa es tuya), por escenarios cosmopolitas (La noche del sábado), por escenarios provincianos (Pepa Doncel), o por escenarios rurales: La Malquerida. Mención aparte merece su obra Los intereses creados, que encierra una cínica visión de los ideales burgueses. Bajo su comicidad predomina el pesimismo de quien cree que terminan por imponerse los intereses económicos a otros motivos más elevados. –

El teatro en verso o poético

Es un teatro de signo antirrealista que surge en conexión con la nueva estética modernista. Dentro de este teatro será el histórico el de mayor cultivo, aunque no el único, pues frente a él proliferará el drama rural en verso. En esencia, es un teatro apologético de carácter opuesto a la corriente ideológica del 98.Los principales representantes son Eduardo Marquina, que cosechó grandes éxitos con sus dramas históricos como Las hijas del Cido En Flandes se ha puesto el sol  y cuyas obras están compuestas por una sucesión de estampas con frecuentes fragmentos líricos que recuerdan las arias de ópera y distan bastante de los gustos actuales. Y Francisco Villaespesa, conocido abanderado del modernismo y autor de abras como El Alcázar de las perlas,La leona de Castilla. Obras que no añaden ningún valor al teatro español.

– Teatro cómico

Se denomina también popular por el gran éxito de público que alcanzaron y por ciertas características de las obras, inspiradas muchas de ellas en ambientes castizos. La mayoría de ellas se escribían con rapidez, siguiendo unos moldes que garantizaban el éxito. Los hermanos Álvarez Quintero llevaron a sus obras una Andalucía tópica y sin problemas alejada del hambre y de la miseria. Esto explica el éxito de un teatro ante espectadores que no iban al teatro para conocer y buscar soluciones a los problemas.
Carlos Arniches
presenta dos facetas en su producción: a) Sainetes de ambiente madrileño, interesantes por el habla castiza (en parte creado por el autor) y en el que se basa la gracia del diálogo. Los ambientes y los tipos no escapan a cierto convencionalismo: El santo de la Isidra.b) la que llamó tragedia grotesca con obras en las que se funden lo sensible y lo conmovedor, con una observación de costumbres más profunda y con una actitud más crítica ante las injusticias: Los caciques.
Muñoz Seca escribe obras descabelladas, sin más objetivo que provocar la carcajada. Se basa en el uso continuado de los juegos de palabras, deformaciones léxicas y situaciones disparatadas. Su obra más conocida es La venganza de don Mendo, parodia de los dramas románticos que ha sido bastante representada.IIEl teatro renovador

– El teatro en la generación del 98

Junto al teatro anterior, que domina los teatros, otros autores de esta generación pretenden ensayar nuevas formas que se alejen del realismo imperante en esta época. Sus obras no consiguen el éxito que premiaría su calidad, sobre todo porque el público está acostumbrado a otras representaciones y desdeña lo que se aparta de los temas tradicionales con las técnicas de siempre.
Miguel de Unamuno,como hacía en los demás géneros, también cultivó el teatro como medio de resolver su problema existencial, para plantear conflictos humanos que le obsesionaban. Sus dramas sonideas, con un diálogo denso y personajes que encarnan conceptos. Entre sus obras destacan La esfinge y la venda, , Sombras de sueño y El otro
Azorín proclama la necesidad de renovar el teatro y abrir en él nuevos cauces expresivos. Su punto de partida es incorporar el teatro español a las nuevas tendencias del teatro europeo. Propone un teatro antirrealista que permita aflorar el mundo del subconsciente. Entre sus  obras más destacables encontramos: Brandy, mucho brandy, Comedia del arte, Lo invisible, Cervantes o la casa encantada. Entre los autores de la generación del 98 tenemos que destacar la figura de Ramón del Valle-Inclán.


Fue el creador de la dramaturgia más valiosa del siglo XX y su teatro supuso una de las extraordinarias aventuras del teatro europeo contemporáneo. Sus obras, escritas en su mayoría entre 1899 y 1927, van trazando una trayectoria estilística que se va desplazando desde un teatro modernista (El marqués de Bradomín)
pasando por el periodo de transición con sus comedias míticas (Romance de lobos, Cara de plata, comedias ambientadas en una Galicia mítica, espoleada por los instintos primitivos del hombre: lujuria, violencia, libertinaje y arbitrariedad del poderoso) y por el periodo de las farsas, en las que va evolucionando hacia el esperpento por cuanto tienen de caricaturescas y extravagante (La cabeza del dragón,
La marquesa Rosalinda, Farsa y licencia de la reina castiza,
obras en las que satiriza a la sociedad ridiculizando personajes y situaciones) hasta el esperpento, que utiliza Valle-Inclán para expresar su visión dramática    del mundo y, especialmente, la degradación política y cultural de España (Luces de Bohemia, Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto, La hija del capitán). Mediante la técnica del esperpento, Valle-Incán deforma sistemáticamente la realidad y nos la presenta como algo grotesco mediante contrastes violentos, presentación de lo extraordinario como algo normal y verosímil, presencia de la muerte como aceleración de la degradación humana, muñequización o conversión de los personajes en fantoches y libertad en el lenguaje al mezclar los distintos niveles o registros.
Luces de Bohemia,
es, no sólo su obra más representativa, sino también, una de las más importantes del siglo XX.
– El teatro en la generación del 27 Alguno de miembros de la generación del 27, ocupan un lugar destacado en el teatro español. Los rasgos más destacables en la dramática de esta generación son: a) una depuración del teatro poético; b) la incorporación de las formas de vanguardia, y c) el propósito de acercar el teatro al pueblo. El ejemplo máximo es, sin duda, Lorca .

Federico García Lorca

La obra dramática de Federico García Lorca es una de las cumbres del teatro español y universal. Es bastante homogéneo en cuanto a su temática profunda y no muy diferente de los temas que están presentes en su poesía. Lleva a escena destinos trágicos, pasiones -condenadas a la soledad y a la muerte, amores atormentados por la esterilidad, vidas marcadas por la frustración, que se sitúa en un.doble plano: metafísico (el tiempo o la muerte como fuerzas enemigas) y social (los prejuicios de casta, las convenciones, los yugos sociales como impedimentos de la realización personal). Lorca concebía el teatro como medio de elevar la sensibilidad del pueblo ante el hecho poético. Cultivó variedad de géneros: la farsa, el teatrillo de guiñol, el drama simbólico, el teatro imposible de estirpe surrealista, la tragedia, el drama urbano o rural, etc. Sus dos primeras obras están escritas en verso. Poco a poco, el lugar del verso va reduciéndose a momentos de especial intensidad, o a escenas líricas entre varios personajes, o a canciones de tipo popular que, a la manera de Lope, crean un intenso clima dramático. Finalmente, su última obra La casa de Bernarda Alba, está escrita íntegramente en prosa, una prosa a veces descarnada y a la vez, profundamente poética. La trayectoria del teatro lorquiano pasa por tres momentos de desigual extensión: – los tanteos o experiencia de los años 20:
El maleficio de la mariposa, Mariana Pineda
– la experiencia vanguardista:
El público, Así que pasen cinco años
– la etapa de plenitud:
Bodas de sangre ,Yerma ,La casa de Bernarda Alba
Rafael Alberti y Pedro Salinas dedicaron, también, parte de su actividad literaria al teatro, aunque mayor parte de sus obras no se corresponden con el período que estudiamos ahora. Antes de la guerra Alberti había estrenado dos obras muy distintas:
El hombre deshabitado ,
de tipo surrealista, y Fermín Galán,sobre un héroe republicano fusilado. Esta última representa un giro hacia una literatura comprometida.Otros autores contemporáneos del 27 fueron Miguel Hernández, Alejandro Casona y Max Aub.
También estos, excepto Miguel Hernández, escribieron sus obras con posterioridad a la guerra civil.

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