Teatro Valle-Inclán

EL TEATRO DE ÉXITO:


La comedia burguesa está representada por Jacinto Benavente. En sus comienzos, con «El nido ajeno» plasma la opresión de la mujer casada en la sociedad burguesa; los jóvenes inquietos celebran el espíritu renovador del lenguaje, pero la comedia fue un fracaso y provocó la indignación del gran público. Benavente decide acatar los gustos mayoritarios, y sus obras posteriores son menos críticas. En La noche del sábado y Rosas de otoño sigue retratando las clases altas, con sus hipocresías y convencionalismos, pero se cuida de no traspasar ciertos límites. Sus obras mantendrán la «comedia de salón», salvo algunas. La excepción más notable es «Los intereses creados. Tb cultivó el drama rural,»La malquerida», cuyo tema es una devastadora pasión incestuosa. Benavente tuvo muchos seguidores.
El teatro en verso combinaba el gusto postromántico con rasgos modernistas, como el verso sonoro y los efectos coloristas. Todo ello iba asociado a una ideología tradicionalista que exaltaba los ideales nobiliarios y los grandes hechos del pasado. Hay cierta voluntad de emular el teatro Barroco,destaca Francisco Villaespesa; sus dramas son ejemplo del gusto por las glorias pasadas: El alcázar de las perlas, La leona de Castilla. Otro autor, Eduardo Marquina, cosechó grandes éxitos de público con inevitables dramas históricos, como Las hijas del Cid, En Flandes se ha puesto el sol.
Dentro del teatro en verso, con un enfoque diferente, destacan las obras escritas conjuntamente por los hermanos M’achado. También se inspiraron en personajes históricos como en Juan de Mañara.
El teatro cómico tuvo gran éxito de público con comedias costumbristas y sainetes. Serafín y Joaquín Álvarez Quintero llevan a escena una Andalucía tópica y sin más problemas que los sentimentales. Destacan los sainetes y «juguetes cómicos en un acto», Ligereza y diálogo intrascendente son los rasgos de obras como El patio, El genio alegre, Las de Caín… Carlos Arniches,dramaturgo que cultivó sainetes de ambiente madrileño, pero destaca por la llamada «tragedia grotesca», tímido pero interesante intento de un género nuevo. Se funden lo risible y lo conmovedor, con una observación de costumbres más profundas y una actitud crítica ante las injusticias. Ejemplo de ello son La señorita de TréVélez, Calle Mayor.

EL TEATRO INNOVADOR


Teatro innovador está representado por algunos autores de la Generación del 98 y del 27. Entre los primeros, Unamuno y Azorín; Valle-Inclán merece por su importancia capítulo aparte; otros autores coetáneos fueron Jacinto Grau y Ramón de la Sema. De la Generación del 27: Pedro Salinas, Rafael Alberti y Ferlerioo García Lorca.
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A)

Generación del 98

Cultivo el teatro como un cauce más para presentar los problemas humanos que le obsesionaban. En Fedra,el conflicto de una persona que intenta vanamente completarse a través del amor, y en «El otro» plantea el problema de la personalidad. Azorín hizo unos experimentos teatrales que iban que iban de la línea de lo real a lo irreal y simbólico como Angelita y Lo invisible. Jacinto Grau fue un autor peculiar por su obra dramática y despertó interés en París y Londres. Ramón Gómez de la Serna pionero del Vanguardismo escribió un teatro no apto para la representación, «la utopia» » el laberinto». Los medios seres los personajes aparecen con la mitad del cuerpo totalmente negra como símbolo de personalidad incompleta.
B) Generación del 27-> 3 aspectos podemos destacar en el Grupo Poético del 27: una depuración del teatro de verso, la incorporación de las formas de vanguardia y el propósito de acercar el teatro al pueblo. Pedro Salinas escribíó casi toda su obra dramática en el ::-_z: obras largas son Judith y el tirano y El dictador; también fue autor de obras c::. :: acto como La cabeza de Medusa y La estratosfera. Rafael Alberti había estrenado antes de la guerra obras como El hombre deshabitado, de tipo surrealista, o Fermín Galán, sobre un héroe republicano fusilado. En el exilio escribíó obras de contenido político como Noche de guerra en el Museo del Prado, o El adefesio, farsa en la que la despótica Gorgo reprime y frustra a la joven Altea.
El dramaturgo más importante de la Generación del 27 es Federico García Lorca.


liberal, ajusticiada por bordar una bandera republicana en la época de Fernando VII. Escribíó farsas deliciosas como La zapatera prodigiosa. Contribuyó eficazmente a:
teatro de vanguardia con El público o Así que pasen cinco años. Pero sobresalen varias obras sobre mujeres que encarnan la tragedia de la pasión frustrada: Bodas de sangre, Yerma, o su obra cumbre, La casa de Bernarda Alba.
La casa de Bernarda Alba es la cumbre teatral de Lorca, al plasmar el ambiente asfixiante que Bemarda impone a sus hijas tras la muerte de su marido.El teatro, en el que usa verso y prosa, es el cauce por el que Lorca aborda los problemas colectivos sin perder sus resonancias personales. En sus últimos años se declaró «ardiente partidario del teatro de acción social».
Autores coetáneos del 27 fueron Miguel Hemández, Alejandro Casona y Max Aub. Miguel Hemández, tras un auto sacramental, Quien te ha visto y quien te ve, cultiva un teatro social con influencia de Lope de Vega en obras como El labrador de más aire. Abordó un teatro de combate en el Pastor de la muerte, sobre la defensa de Madrid y Teatro de guerra, cuatro piezas breves destinadas a la representación en el frente. Max Aub escribe antes de la guerra obras vanguardistas y antirrealistas como Crimen y Espacio de avaricia. San Juan, su mejor drama, escrito en el exilio, refleja la deriva de un barco cargado de emigrantes judíos huidos de! Nazismo, que naufraga al no poder atracar en ningún puerto.

EL TEATRO DE POSTGUERRA:


Al terminar la Guerra Civil, unos dramaturgos han muerto (Yalle. Lürca….); otros sufren el exilio (Alejandro Casona, Alberti, Max Aub…); Alejandro Casona fue recuperado en 1962, fecha de su regreso a España donde fallecería al año siguiente.  Como instrumento de diversión, el cine llevaba ventaja, son muchos los teatros que son transformados para la proyección fílmica. Hay que destacar la labor de los Teatros Nacionales, como el Español o el María Guerrero. En los años 50 nacen los. Teatros de Cámara y los grupos del TEU (Teatro Español Universitario), experiencias minoritarias pero importantes pues dieron a conocer nuevos valores y tendencias europeas y contribuyeron a la formación de un nuevo público.
Cabe señalar en estos años las siguientes tendencias:
-En el teatro comercial merece cierta estima un tipo de alta comedia en la línea de Benavente. Son comedias de salón o de tesis, a veces con una crítica amable basada en los valores imperantes. Autores relevantes han sido Pemán, Luca de Tena, López Rubio, Claudio de la Torre, Edgar Neville, Joaquín Calvo Sotelo, Ruiz lriarte, etc.
-El teatro cómico ofrece abundantes obras sin valor, pero también dos figuras importantes: Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura. Jardiel (1901-1952) intentaba, desde años atrás, «renovar la risa». Aun con las limitaciones del momento, sus obras interesan por el ingenio de los planteamientos y la agudeza de los diálogos; entre sus obras cabe citar Usted tiene ojos de mujer fatal y Los ladrones somos gente honrada. Mihura (1905-1977) es hoy reconocido ante todo por Tres sombreros de copa, escrita en 1932 pero estrenada veinte años después; otras comedias suyas menos valiosas son Sublime decisión y Maribel y la extraña familia.
-En’ otro campo hay que situar el teatro inconformista, hondamente preocupado por los problemas humanos. En 1949 se estrena Historia de una escalera, en 1950 En la ardiente obscuridad, ambas de Antonio Buero Vallejo y Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre, obra ésta que encierra -como las primeras de Buero- una visión de tipo existencialista. Estamos ante un teatro serio, encarnado en la realidad y que pronto adquirirá acento social.
Hacia 1955 se iniciará un teatro social, paralelo a lo que sucede en la novela y en la poesía. La teoría de esta nueva tendencia, que por los críticos ha sido denominada «teatro realista y social» será el libro de Alfonso Sastre Drama y sociedad, en el que defiende que el teatro ha de ser un medio de testimonio y denuncia.
RAMÓN MARÍA DEL V ALLE-INCLÁN (1866-1936) La amplia producción de este autor, considerado el «hijo pródigo» de la Generación del 98, abarca todos los géneros: novela, poesía y teatro. Su teatro, escrito en prosa y en verso, es una de las más extraordinarias aventuras del teatro europeo contemporáneo y, desde luego, el de más absoluta y radical originalidad en el teatro español del Siglo XX. En la obra de Valle se aprecia una evolución desde lo que podemos llamar «dramas decadentes» hasta el esperpento.
Las primeras obras Valle-Inclán inicia su teatro con el drama Cenizas, en el que aborda un tema tópico de :as coras de fin de siglo: el adulterio. En El marqués de Bradomín (adaptación parcial de la novela Sonata de otoño) aparece una nueva técnica de la que se valdrá con frecuencia: los múltiples lugares en los que se desarrolla la acción.
El ciclo mítico Se incluyen aquí las Comedias bárbaras, El embrujado y Divinas palabras. Las Comedias bárbaras son tres obras: .Ágüila de blasón, Romance de lobos y Cara de plata.
Con .Ágüila de blasón comienza Valle ese teatro en libertad, suyo e inconfundible, estribado en la imaginación. El personaje central de las Comedias bárbaras es Don Juan Manuel de Montenegro, el último de los héroes, en sentido clásico, de un mundo a cuya liquidación y destrucción asistimos.
En El embrujado la acción acontece en un cosmos regido por la fatalidad, de la cual son instrumentos la avaricia y la lujuria. Divinas palabras es la obra culminante de este ciclo mítico. La acción de esta pieza está construida en tomo a un enano hidrocéfalo, Laureaniño el Idiota, y su carretón.
El ciclo de la farsa Constituyen este ciclo cuatro piezas (las tres últimas escritas en verso): Farsa infantil de la cabeza del dragón, La marquesa Rosalinda, Farsa italiana de la enamorada del rey y Farsa y licencia de la reina castiza. En ellas somete a una coherente deformación pre-esperpéntica algunos valores tradicionales y sus tipos representativos (el militar, la nobleza, la realeza) y hace una caricatura del reinado de Isabel II .
El esperpento La consolidación de su nueva estética se da en 1920, con la publicación de Luces de bohemia, subtitulada esperpento. Con esta palabra, Valle designa a esas obras dramáticas suyas que se basan en una deformación o degradación expresionista de la realidad. El autor, a través de Max Estrella, el poeta ciego, protagonista de Luces, define en la escena XII esta original concepción teatral: «Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la realidad española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada».
La trilogía Martes de carnaval da título a tres esperpento s posteriores: Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán. También en ellos se agitan figuras distorsionadas, fantoches grotescos o conmovedores, presentados con un lenguaje áspero, a menudo soez. Pero, dentro de este tono, la prosa es de una cuidadísima elaboración Los esperpentos suponen la culminación de una obra dramática genial, el punto álgido de un dramaturgo que anticipó nuevas tendencias del teatro europeo.

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