Temas que trata Becquer

TEMAS DE LAS RIMAS
La poesía:

Las ideas de Bécquer sobre la poesía son innovadoras y, en cierta manera,precursoras de movimientos poéticos posteriores (simbolismo), pero no constituyen
una preceptiva poética sistemática. Además de reflexionar sobre ello en su poesía,Bécquer también lo hace en su obra en prosa: Cartas literarias a una mujer, en la
Introducción sinfónica al Libro de los gorriones o en la reseña al libro La soledad de su amigo Ferrán.

El sentimiento poético y el amoroso son equiparables:

el ideal de
poesía y el del amor se funden y confunden en la mujer ideal (rima IV).
La poesía existe, para todo el que la sepa sentir, en el mundo natural,
en ambientes misteriosos, en el ser humano… aunque nadie la escriba.La poesía es concebida como la expresión inmediata de emociones o sentimientos que están más allá del poeta mismo y que sólo esperan al escritor que sepa formularlos.Esto implica que la vivencia poética es independiente y previa a la
escritura
del poema y el poeta es el que logra juntar ambas fases,El proceso poético de inspiración no es fácil; en algún momento Bécquer dirá Cuando siento, no escribo.Además, la lengua no es un medio demasiado apto para expresar lo sentido (rima I), pues Bécquer concibe la poesía como algo inefable y misterioso. Por ello, para traducirla a palabras, el poeta recurre a lo que el lenguaje tiene de sugerente, de simbólico: lo inmaterial solo se puede expresar, o mejor intuir, a través de lo etéreo o incorpóreo, de ahí las alusiones a suspiros, sonrisas, colores, música…El poeta se rinde ante la evidencia de que en el sentimiento poético lo
real y lo imaginario, lo vivido y lo soñado se confunden; opta por expresar el ideal: la mujer ideal, el mundo ideal, el ideal poético… en un
intento de comunicarse con lo que los románticos denominaron espíritu universal o alma del universo.· En la reseña de La Soledad (1861), Bécquer distingue entre dos tipos de poesía: una, magnífica y sonora y otra, desnuda de artificio por la que él se decanta y que define su estilo.

2. El amor gozoso y la mujer ideal:


Aunque su concepto de poesía preludia la poesía posterior, cuando trata el tema del amor aparecen diversos tópicos románticos. El amor se identifica con la mujer, pero es una mujer próxima, a diferencia de otras mujeres románticas. La mujer es la expresión
máxima de la belleza, pero no es más que un ideal, porque resulta inaccesible, es un misterio o se desvanece, por lo que el resultado final no es otro que la desilusión, la
angustia, la soledad y la muerte.Cuando Bécquer canta el amor pleno y gozoso (en la primera parte de la obra), toda
la naturaleza participa de ese amor.Entre el poeta y la amada se establece una relación de comunicación interna, de común unión, hasta el extremo de presentirse el uno al otro). En su platónico amor, el poeta acabará por desear una mujer igualmente ideal; no es suficiente poner su amor en una mujer de carne y hueso,
aunque encierre pasión y ternura a raudales: no es ese tipo de mujer al que se busca,sino aquella formada de sueño y niebla. Por este camino, la mujer se transforma en
algo etéreo, en símbolo del ideal imposible
. Dentro de esta línea de perseguir lo inmaterial y etéreo es como se puede luego llegar a comprender la identificación de la
mujer con otra modalidad de lo inefable: la poesía (rima XXI).Y, si la poesía es inefable a causa de la insuficiencia del lenguaje, y apenas pude ser
expresada si no es a través del amor, del mismo modo la idealización de la mujer, dada esa insuficiencia de la palabra, apenas puede ser descrita si no es a través de lo
poético. De modo que amor, mujer y poesía se identifican por completo y pasan a designar la misma realidad que es igualmente inefable e inalcanzable. De ahí la
imposibilidad de la descripción física de la mujer.

3. El dolor del amor:


El desengaño y la tristeza causada por el olvido del amor es, pues, el centro
temático del segundo grupo de composiciones, ya presagiado por la rima XXVI, cuya
ubicación desentona dentro de la luminosa claridad de los poemas anteriores.
De la plena identificación en las voluntades de los amantes de los poemas anteriores
se pasa ahora a una oposición tú/yo dolorosa.
El desamor y la separación son
consecuencia del orgullo (rima XXX), lo que provoca la ruptura completa y total.
Se busca la culpa: ella no supo ver el valioso fondo de su enamorado, lo que puede
estar relacionado con el carácter de insatisfacción permanente del poeta; él no valoró
otras cualidades de la amada, al dejarse deslumbrar exclusivamente por su belleza
física.
La intensidad del sentimiento amoroso viene expresada de manera proporcional a la
intensidad del dolor producido.
Cuando se desmorona el mundo ideal solo le quedan la soledad y la desesperación,
que son puestas de relieve con tonos de amargura y sarcasmo; aquel amor apasionado es
considerado como un trágico sainete, porque ha idealizado el amor al darle forma a lo
que solo es un fantasma.El desengaño producido por el amor imposible también es puesto de relieve con el
contraste entre la luminosidad de los poemas de amor gozoso con los que ahora
designan dolor y sufrimiento. Aquí son abundantes las expresiones que denotan ese
cambio de tono: sombra oscura, noche de dolor…

4. La desolación y la muerte

En la última parte de la obra, la más amplia, trata Bécquer temas como la soledad, la
angustia de vivir, el misterio del hombre, la muerte… Si bien todavía hay alusiones al
fracaso de la experiencia amorosa

,son más las
composiciones que se centran en la descripción de la desolación, angustia y ansias de
muerte producidas por la ausencia del amor.
En efecto, sin amor, los días pasan monótonos y la vida carece de todo sentido, y
solo el dolor, la experiencia del dolor, parece despertar la conciencia del existir.
El escepticismo se hace presente y va ganando cada vez más terreno. El poeta
concibe su vida como un erial, como un existir en el que solo se pueden recoger
desgracias y sinsabores. Y ante el desengaño y la frustración del amor prometido como
eterno por la amada, el amante pretende ejemplarizar que solo el dolor sí es eterno.
Pero no deja de ser una falacia, un nuevo engaño, pues el tiempo, el simple transcurrir
del tiempo, le hace caer en la cuenta de que no puede haber nada constante en lo que es
humano (rima LXIV).
El tema de la muerte se hace más obsesivo en esta última parte de las Rimas.
Aunque en ocasiones la desea como una liberación de todos los pesares (rima LXXVI),
en otros poemas manifiesta un angustiado terror no tanto a la muerte en sí misma, sino
al lo que esta lleva consigo: la soledad y la desaparición de la memoria individual y
colectiva, de que no quede otra cosa de su transcurrir por la tierra que una tumba

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *