La novela estructural en España (años 60-70)
Características principales
La novela estructural, también conocida como novela experimental, es una corriente literaria donde la forma —el cómo se dicen las cosas— adquiere mayor importancia que el contenido —lo que se dice—. De hecho, la propia escritura se convierte en uno de sus temas principales.
Esta corriente reacciona contra el realismo social de los años 50 y se caracteriza por romper con el discurso lineal. A diferencia del orden cronológico tradicional (pasado, presente y futuro), en la novela estructural hay frecuentes saltos temporales hacia atrás (analepsis) y hacia adelante (prolepsis), alterando la secuencia lógica de los sucesos.
Nuevas técnicas narrativas y el monólogo interior
En la década de los 60, se incorporan a la literatura española una serie de técnicas narrativas innovadoras, procedentes de la novela anglosajona e hispanoamericana. Entre sus influencias destacan:
- Autores anglosajones: James Joyce, Virginia Woolf.
- Autores hispanoamericanos: Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa.
La técnica narrativa más importante de la época es el monólogo interior. Consiste en plasmar de manera directa, y a menudo sin una sintaxis convencional, los pensamientos caóticos y desordenados de un personaje. La novela Tiempo de silencio, publicada en 1962 por Luis Martín-Santos, es considerada la obra precursora en el uso de esta técnica en España.
El monólogo interior a menudo plasma de manera cíclica las obsesiones de los personajes. Este tipo de novela exige un lector cómplice o «lector coautor», ya que no está dirigida a un público medio. La interpretación de la obra no es unívoca, sino que requiere la participación activa del lector para construir su significado. Por ello, la novela estructural no buscaba necesariamente el éxito comercial.
Autores representativos
Juan Goytisolo
Es uno de los primeros escritores que alcanzó el éxito con la novela estructural. En los años 50, escribió varias novelas de corte realista social, como Duelo en el paraíso, Juegos de manos y Para vivir aquí, influido por su militancia en el Partido Comunista y su creencia en la función social de la literatura.
En la década de los 60, emigró a París, donde cambió de estética y comenzó a experimentar. Abandonó España por un doble motivo: su ideología comunista, rechazada por el régimen franquista, y su homosexualidad, no aceptada ni por el régimen ni por el propio partido.
En 1966 publicó Señas de identidad, una novela donde revisa su vida y la historia de España. Su propósito es dar cabida a todos los perseguidos ideológicos que tuvieron que exiliarse a lo largo de los siglos. El protagonista, que se expresa a través del monólogo interior y la técnica del «tú autorreflexivo», vuelve a Barcelona y entra en conflicto con sus raíces al sentirse ya un extranjero.
Juan Benet
Juan Benet fue el gran introductor de William Faulkner en España. Amigo de Luis Martín-Santos, influyó decisivamente en que este escribiera su novela con la técnica del monólogo interior. De hecho, cuando se publicó Tiempo de silencio, Benet ya preparaba su obra Volverás a Región. Benet, que leía principalmente en inglés, prestó a Martín-Santos sus libros de novela anglosajona.
Región es un espacio mítico inventado por Juan Benet, siguiendo la estela de otros autores que crearon sus propios universos literarios, como Gabriel García Márquez (Macondo) o Juan Rulfo (Comala). El verdadero precursor de la creación de espacios míticos fue William Faulkner, quien ambientó sus novelas en el condado ficticio de Yoknapatawpha, en el sur de los EE. UU.
La Generación del 98 y el nacimiento del ensayo moderno
Contexto histórico: el «Desastre del 98»
En 1898 se produjo un acontecimiento que afectó profundamente a la historia y la cultura española del siglo XX: el llamado «Desastre del 98». España fue humillada militarmente por la marina norteamericana, lo que culminó con la pérdida de sus últimas colonias: Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Esta derrota puso en evidencia el retraso de España respecto a las principales potencias europeas (Francia, Inglaterra y Alemania).
Los escritores de la Generación del 98 reaccionaron contra esa humillación a través de una literatura dedicada a reflexionar sobre el «problema de España». Entre sus principales figuras se encuentran:
- Miguel de Unamuno
- Pío Baroja
- José Martínez Ruiz (Azorín)
- Ramiro de Maeztu
Estos cuatro autores comenzaron su carrera escribiendo ensayos en periódicos y revistas, dando forma al ensayismo moderno e inaugurando la «literatura del yo».
El concepto de ensayo
El ensayo es un género literario en prosa cuyo objetivo es transmitir ideas y opiniones subjetivas. Aunque puede tratar temas propios de disciplinas científicas (medicina, arquitectura, historia, ingeniería), se diferencia de un texto científico en un aspecto fundamental: mientras que el texto científico debe aportar cifras y demostraciones para explicar verdades objetivas, en el ensayo predominan los tonos argumentativo y persuasivo.
Fue el género predilecto de los escritores de la Generación del 98, si bien todos ellos escribieron también novelas de gran importancia.
La figura del intelectual
El intelectual es el escritor que se compromete con las problemáticas sociales de su tiempo. Su objetivo es mejorar la sociedad criticando las instituciones y proponiendo soluciones a través de ensayos publicados en libros o en la prensa. Sin ser necesariamente un experto en una disciplina científica concreta, el intelectual es capaz de construir un discurso racional sobre cualquier tema. Por ejemplo, Pío Baroja era médico de formación, pero escribió sobre crítica literaria e historia.
