La Novela Picaresca y el Lazarillo de Tormes: Origen, Pícaros y Claves de un Género

La novela picaresca: Origen y características

La novela picaresca se inicia en 1554 con la publicación de La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades, una obra de corte realista que nace en un momento de gran éxito de los libros de caballerías y la novela pastoril. El género se extiende hasta 1646, alcanzando su momento cumbre en 1599 con la publicación de Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán.

Aparición del género

Varios factores contribuyeron al surgimiento de la novela picaresca:

  • El ambiente social: Marcado por cambios demográficos y una gran movilidad de individuos que, sin trabajo, llenaban las ciudades y sobrevivían de la mendicidad y el robo.
  • La discriminación social: La creciente discriminación por cuestiones de limpieza de sangre que sufrían los cristianos nuevos rompía la convivencia y fomentaba la crítica social.
  • La apertura ideológica: Iniciada por Carlos I, junto con la aparición de las ideas erasmistas, que criticaban las novelas idealistas de la época.
  • La reacción literaria: Surgió como una respuesta a los populares libros de caballerías, oponiendo a su héroe idealizado un protagonista que era su reverso: un antihéroe.

El pícaro y la picaresca

El protagonista de este género, el pícaro, se define por una serie de rasgos esenciales:

  • Presenta una actitud antiheroica y vive a base de trampas y trucos.
  • Describe con ironía su bajo origen genealógico.
  • Trabaja como criado para muchos amos a lo largo de su vida.
  • Actúa movido por necesidades inmediatas, principalmente el hambre.
  • Sufre las adversidades con resignación, con la esperanza de ascender en la escala social.
  • Posee una gran capacidad de adaptación y no es materialista.
  • Evoluciona rápidamente de la inocencia a la malicia y tiene un código del honor deformado.

A su vez, la novela picaresca se configura sobre una estructura creativa particular:

  • Forma autobiográfica: La obra es una ficción narrada en primera persona por el propio protagonista.
  • Estructura episódica: La historia se basa en una sucesión de memorias por episodios.
  • Acción itinerante: El pícaro se desplaza constantemente, yendo de amo en amo y de lugar en lugar.
  • Final predeterminado: Los acontecimientos se subordinan a un desenlace concreto, que en Guzmán de Alfarache es el arrepentimiento y en El Lazarillo es «el caso».
  • Evolución temporal: La narración sigue el crecimiento del personaje, desde la niñez hasta la madurez.
  • Doble perspectiva temporal: Se intercalan las visiones del narrador adulto que cuenta su historia y del niño que la vivió.

Análisis de La vida de Lazarillo de Tormes

Temas y eje argumental

El Lazarillo relata en primera persona la historia de Lázaro, un personaje de origen humilde nacido a orillas del río Tormes. A través de su ingenio, aprende a sobrevivir y consigue establecerse como pregonero en Toledo, logrando así un hipotético ascenso social.

El tema principal es la historia de un aprendizaje, mostrado a través de los episodios y peripecias que le suceden a Lázaro. La mayoría de estos episodios, de origen folclórico, están al servicio del personaje para ilustrar el proceso de formación de su personalidad y explicar su estado final de deshonor. Otros temas relevantes en la obra son el hambre, la hipocresía, la falsa honra, la pobreza, la insolidaridad humana y la mendicidad.

Estructura y organización narrativa

La obra se compone de un prólogo y siete tratados de extensión variable, que en conjunto forman una carta dirigida a un personaje desconocido, «vuestra merced», en la que el protagonista intenta justificar «el caso»: una situación de deshonor personal.

  • Los tres primeros tratados, más extensos y elaborados, describen las andanzas del Lázaro-niño. Los temas centrales son el hambre y la astucia que desarrolla el personaje para sobrevivir.
  • A partir del tratado IV, Lázaro va creciendo y su situación mejora progresivamente hasta alcanzar «la cumbre de toda buena fortuna».
  • En el tratado VII, Lázaro ya es un hombre maduro, casado y con el oficio de pregonero. Es aquí cuando se revela «el caso»: las habladurías sobre el amancebamiento de su mujer con el arcipreste de San Salvador.

Esta estructuración puede agruparse en dos grandes partes:

  1. El eje narrativo, que engloba «el caso» (prólogo y tratado VII).
  2. El desarrollo picaresco, dividido en el período de aprendizaje (tratados I al III) y la práctica de las enseñanzas picarescas (tratados IV al VI).

Personajes

No hay una descripción formal de los personajes en la novela. El retrato de cada uno se completa gradualmente a través de sus acciones, sus palabras o lo que otros dicen de ellos. Los personajes de El Lazarillo son arquetipos, es decir, individuos que representan a una clase o grupo social. Solo Lázaro, el protagonista, muestra una verdadera evolución a lo largo de la obra.

Estilo

El lenguaje de la obra es sencillo, claro y esencializador. Los diálogos se enriquecen con frases coloquiales que aportan naturalidad. Aunque algunos recursos literarios producen efectos cómicos, el estilo general de la novela está en consonancia con los ideales estilísticos renacentistas de sencillez y equilibrio.

Autoría y localización histórica

Las tres primeras ediciones conocidas de la obra datan de 1554 y se publicaron en Burgos, Amberes y Alcalá de Henares. Todas ellas aparecieron sin nombre de autor. Los estudiosos opinan que la obra estaba destinada al anonimato, tanto por ser una práctica habitual en los libros de entretenimiento de la época como porque permitía al autor criticar a determinadas clases sociales sin temor a represalias. Se ha especulado que el autor podría ser afín a Erasmo de Rotterdam, por la crítica al clero y la defensa de la caridad cristiana, o un judío converso, por el tratamiento del tema de la honra y el dato de la edición de Amberes.

La localización histórica de la acción también es confusa. Aunque en la obra se mencionan dos acontecimientos —la batalla de Gelves y la celebración de Cortes en Toledo—, ambos ocurrieron en dos fechas distintas: el primero en 1510 y 1520, y el segundo en 1525 y 1538.

Éxito de El Lazarillo

El éxito de la novela fue amplio y rápido, principalmente porque reflejaba problemas reales e históricos con los que el público podía identificarse. Este impacto también lo reflejan otras obras literarias: Cervantes, en El Quijote, hace referencia a ella cuando el personaje Ginés de Pasamonte habla del libro que ha escrito sobre su propia vida.

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