Gloria

Cuando Gloria llegó a la casa de la calle Aribau acompañada por Román, se encontraban allí ya hospedados: Don Jerónimo, la tía Angustias, la abuela y la criada.

El pensamiento de Gloria hacia Román fue cambiando con el tiempo. Al principio, pensaba que era un hombre simpático, pero que en el fondo podía llegar a ser malvado, algo que poco después pudo comprobar por ella misma. De su marido Juan opinaba que la guerra le hizo enloquecer; de aquel hombre guapo y feliz ya no quedaba nada...

Gloria y Angustias son dos personajes totalmente contrarios. Por un lado tenemos a Angustias, una mujer atormentada por su pasado, muy controladora, que se la representa como una mujer tradicional, religiosa y conservadora; mientras que Gloria es una mujer más libertina en cuanto al papel que debía tener la mujer en aquella época. Creo que Gloria respeta a Angustias, pero no llega a compartir esa obsesión por controlarlo todo, manteniéndose a su vez pura y religiosa… ya que ella es de moral más relajada.

Para terminar, creo que Gloria opina de Antonia que es una mujer entrometida y mala, por la cual fue juzgada injustamente.

Guerra y Posguerra

GLORIA.- Luego vinimos a esta casa. Ya te puedes imaginar lo desgraciada que me sentí. Toda la gente de aquí me parecía loca.

El recuerdo que tenía Andrea de su infancia en la calle Aribau nada tiene que ver con el presente desolador que se encuentra. Por un lado, el ambiente hostil entre todos los personajes; sin ir más lejos, los hermanos Juan y Román pelean continuamente y representan el fratricidio que fue la Guerra Civil. Por otro lado, el estado decadente en el que se encuentra la casa de la calle Aribau tras la guerra: «parecía una casa de brujas aquel cuarto de baño, las paredes tiznadas conservaban la huella de manos ganchudas, de gritos de desesperanza, el hedor de la casa a porquería de gato…» entre otras. En estas descripciones Laforet también utiliza el estilo del expresionismo, el cual deforma la realidad hacia lo negativo: «la locura sonreía en los grifos torcidos». Y finalmente, el dinero, como la comida, escasea en las vidas que se encuentran dentro de esa casa. La guerra civil afectó tanto a pobres como a burgueses, como era el caso de la familia burguesa de Andrea, mientras que para la familia burguesa de Ena, la guerra no supuso un gran cambio en sus vidas, es por ello que la novela nos muestra una clara desigualdad entre familias, fruto de una gran diferencia económica tras la guerra y de una burguesía que se aliaba con quien tenía el poder sin importarles las ideas.

Pero por encima de esa miseria económica, se alza una miseria moral, que es más significativa. Esa familia unida y feliz de antes de la guerra se ve trastocada al terminar la contienda y sus valores cambian por completo. Se convierten en seres que solo buscan sobrevivir y el beneficio propio, una familia sin amor y con las relaciones convertidas en continuas peleas y faltas de respeto.

¡Qué días incomparables!

En el capítulo cuatro, la vida de Andrea estaba atada a las decisiones de su tía Angustias, deseando ser un alma libre y poder llenarse de toda la belleza que tenía Barcelona para ofrecerle. Al marcharse su tía Angustias, ella pasó a hacerse cargo de sí misma, a tomar sus propias decisiones y a administrar su dinero. Empezó a salir con Ena y el ligue de ella, Jaime. Empezó a ser más cercana a Ena y a ver la belleza que le aportaba cada día en su nueva libertad. Hasta las pequeñas cosas le hacían ser feliz, como llevarle flores la madre de Ena, aunque luego se quedase todo el mes sin comer, viviendo cada día con hambre, pero ni le importaba, porque el hecho de haber disfrutado de un caro capricho le hacía que valiera la pena y llevarle la flores a la madre de Ena le hacía sentirse que era agradecida por lo bien que ellos se portaban con ella.

Hasta el momento del libro en el que vamos Andrea sigue pensando que sus días son buenos, a pesar de haber pasado por un bajón con su amiga, ella aprecia sus días y que no es más una persona controlada y juzgada como se sentía cuando estaba Angustias.

La Explicación del Título: «Nada»

En un principio Andrea decía que ella no se llevaba nada de la casa de Aribau, pero vamos viendo a medida que avanza la novela cómo le afectaron las circunstancias que presenció en esa casa, cómo muchas de esas vivencias le dejaron anonadada y cómo fue cambiando su forma de pensar. Así que, aunque creyese que ese trayecto de su vida no le había afectado, realmente se llevó muchas cosas de ahí. Una vez que nos cuenta la historia, transcurridos unos años, se da cuenta de que sí se había llevado algo.