Autores Representativos del Realismo y Naturalismo Español
Juan Valera (1824-1905)
Fue un hombre con una amplia cultura, escéptico y tolerante, y con una ideología liberal moderada. Esto influyó en su obra literaria, donde huye de lo cotidiano. Piensa que la obra literaria debe crear belleza y embellecer la vida; por ello, elimina lo desagradable, lo feo, lo perverso. La novela ha de ser imaginativa y no puramente realista. El tema más frecuente de sus novelas es el amor y, relacionado con él, el tema del viejo y la niña.
Pepita Jiménez es la historia de un seminarista, Luis de Vargas, cuya vocación se ve derrumbada ante los encantos de la protagonista (Pepita), una viuda de veinte años pretendida por su padre. Después de muchas dudas y problemas de conciencia, el amor a Pepita Jiménez se impone a su vocación religiosa. Los dos jóvenes terminan casándose. La primera parte de la novela adopta la forma epistolar: son las cartas que Luis escribe a su tío, deán de la catedral. La segunda parte es un relato en el que el deán completa las cartas, contando el rendimiento de Luis. Un epílogo nos revelará la felicidad de los protagonistas, ya casados.
En Juanita la Larga, el cincuentón don Paco, secretario del ayuntamiento de un pueblo andaluz, se enamora de una jovencita (Juanita) cuya reputación está en entredicho por los prejuicios de las mentes estrechas. El amor triunfará.
José María Pereda (1833-1906)
Pereda es uno de los mayores representantes del realismo regionalista. En sus novelas, nos presenta una visión idílica del campo frente a las novedades y la corrupción de la ciudad. Así, en Sotileza exalta la naturaleza y las gentes sencillas del mar; y en Peñas arriba, la naturaleza y las gentes de la montaña.
Benito Pérez Galdós (1843-1920)
Galdós escribió setenta y siete novelas, a través de las cuales se puede reconstruir la vida española del siglo XIX. Todo lo que aparece en sus novelas es producto de la observación directa de la realidad.
Doña Perfecta pertenece a las «novelas de primera época». En Doña Perfecta, Galdós denuncia las ideas conservadoras, el oscurantismo y los prejuicios de las pequeñas poblaciones como Orbajosa, lugar en el que se desarrolla la novela.
En la etapa de las «novelas contemporáneas», Galdós pretendía reflejar la sociedad de su tiempo. En Fortunata y Jacinta, los hechos se desarrollan en Madrid. Juanito Santa Cruz, hijo de una familia de la rica burguesía, vive una aventura amorosa con Fortunata, una bella muchacha del pueblo; sin embargo, terminará aceptando el matrimonio con su prima Jacinta. Fortunata trata de olvidarlo y se casa con el enfermizo Maxi Rubín, dispuesta a llevar una nueva vida. Pero al poco lo deja y reanuda sus relaciones amorosas con Juanito. Juanito vuelve con su mujer y Fortunata inicia relaciones con el ex coronel Evaristo Feijoo, quien le enseña la importancia de las apariencias y la hipocresía en las convenciones sociales. Evaristo la anima a que vuelva con Maxi, que bordea ya la demencia. Pero ella no puede olvidar a Juanito y tiene la idea de dar un hijo a su amante para así poner de manifiesto su condición de «verdadera esposa» de Juanito. Reanuda sus relaciones con él, tiene un hijo, pero poco después se entera de que Juanito también la engaña con Aurora. Tras el parto, Fortunata agoniza, aunque se siente pura como Jacinta. Poco antes de su muerte entregará su hijo a Jacinta, que es estéril. Maxi será encerrado en un manicomio, y Juanito sufrirá la indiferencia de su esposa, a quien ahora cree amar más que nunca.
Por otra parte, hay que destacar su gran obra histórica escrita a lo largo de toda su vida: Los Episodios Nacionales. Son cuarenta y seis novelas distribuidas en cinco series que ofrecen una visión novelada del siglo XIX español. Los protagonistas son personajes de ficción pero viven hechos históricos; con ello logra una equilibrada fusión de lo histórico y lo novelesco. Los títulos más destacados son los siguientes: Trafalgar, Bailén y Zaragoza.
De su estilo se pueden resaltar tres elementos:
- Agudas dotes de observación que le permiten recrear ambientes y atmósferas (calles, plazas o interiores).
- Dominio de la técnica del retrato (rasgos físicos, modales, vestidos, gestos, pensamientos).
- Utilización del monólogo interior (es decir, la reproducción exacta de los pensamientos de un personaje).
Leopoldo Alas «Clarín» (1852-1901)
Pasó toda su vida en Oviedo. Clarín fue un liberal republicano, defensor de la libertad de pensamiento y de conciencia y enemigo del fanatismo. Le preocuparon también los problemas sociales y se mostró asimismo como un escritor moralista, defensor de la justicia y la verdad.
Escribió crítica literaria, narración breve y novela. De este último género escribió dos obras: La Regenta y Su único hijo. En estas dos novelas adopta los principios del realismo, con algunas influencias naturalistas.
La Regenta es considerada hoy como una de las mejores novelas de la literatura española. La historia se desarrolla en Vetusta (Oviedo en la realidad), donde vive Ana Ozores, casada con don Víctor Quintanar, exregente de la ciudad. Ana Ozores vive entre la soledad y el hastío. Su temperamento soñador y sus inclinaciones místicas la llevan a entregarse espiritualmente a don Fermín de Pas. Por otra parte, la frustración por no haber tenido un hijo y el ambiente cerrado y provinciano de Vetusta la empujan hacia don Álvaro Mesía, el don Juan de la ciudad. Entre los dos se entabla una sorda lucha por el dominio de Ana, con un final desolador: el marido, don Víctor Quintanar, muere en un duelo con Álvaro Mesía, que escapa de la ciudad, y Ana Ozores es abandonada por todos, incluso por el Magistral, al que acude en busca de confesión.
El tema de la novela no es solo la historia de un adulterio y la caída moral de la protagonista, sino el retrato moral y social de una ciudad provinciana y aburrida (Vetusta/Oviedo) y, por extensión, de la España de la época:
- La hipocresía
- La falsa religiosidad
- Los convencionalismos sociales
- El poder de la Iglesia
- La corrupción del clero y de la aristocracia
- La inmoralidad
Estos son aspectos denunciados por Clarín.
Emilia Pardo Bazán (1851-1921)
Sus novelas presentan elementos naturalistas: descripciones minuciosas y documentadas, influencia del medio, situaciones escabrosas, etc. Pero también aparecen características propias del realismo, e incluso recuperación de la sentimentalidad romántica.
Sus dos obras máximas, Los pazos de Ulloa y La madre Naturaleza, describen la Galicia campesina del siglo XIX: aristócratas decadentes, caciques, criados codiciosos. Aparece, en general, un mundo lleno de ignorancia y barbarie.
En los cuentos alcanzó una gran maestría. Aparecidos en publicaciones periódicas, parte de ellos los recogió en libros:
- Cuentos de Marineda (1892)
- Un destripador de antaño (1900)
- El fondo del alma (1907)
Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928)
Vicente Blasco Ibáñez es el novelista español más cercano al naturalismo. Se interesa por los ambientes sórdidos, la crudeza de los temas y la preocupación por taras hereditarias.
Muchas de sus novelas están ambientadas en el mundo rural de su tierra, Valencia. La barraca, Arroz y tartana o Cañas y barro, su mejor obra, describen y denuncian las condiciones de vida de los huertanos, pescadores y pequeños comerciantes.
También cultivó la novela histórica y novelas de tesis anticlerical y revolucionaria. Sus narraciones referidas a la guerra europea le dieron fama en toda Europa.