Las bicicletas son para el verano (Fernando Fernán Gómez)
Contexto y Temática
Fernando Fernán Gómez obtuvo el Premio Lope de Vega en 1977 por Las bicicletas son para el verano; sin embargo, la obra no fue estrenada hasta 1982. Entre sus obras posteriores destacan El viaje a ninguna parte (1985) y La Puerta del Sol (1995).
Resulta significativo que el autor, en una época de experimentación, retornara a la tradición teatral con esta obra, ya que realizó una síntesis muy original de elementos propios de la comedia de humor, del drama existencial y del drama social. Asimismo, Las bicicletas son para el verano aborda el tema de la Guerra Civil española desde una perspectiva poco frecuentada hasta entonces: la historia privada de una familia durante la guerra.
Personajes y Mensaje
El tema central es la maduración del protagonista, Luis, por medio de las adversidades de la guerra. Además, encontramos otros subtemas como:
- La fragilidad de los proyectos humanos.
- El oportunismo moral.
- El hambre.
A través de los personajes principales, Luis y su familia (Don Luis, Doña Dolores, Luis, Manolita…), el autor nos invita a vivir con sinceridad y con intensidad el presente. Estos poseen unos rasgos muy propios que los caracterizan individualmente como seres de carne y hueso, con contradicciones internas, tanto a nivel moral como psicológico.
Estructura y Tiempo
En cuanto a la estructura externa, la obra se divide en dos partes. La primera consta de un prólogo y siete cuadros; la segunda, de ocho cuadros y un epílogo. Salvo las escenas del prólogo, del epílogo y del cuadro II (que se desarrolla en un parque), todas transcurren en el interior del edificio donde vive Luis con su familia (cercano a la Ciudad Universitaria de Madrid), y en ambas ocasiones se alude a un mismo objeto que cobra una significación simbólica: la bicicleta.
El tiempo de la historia (externo) dura un poco más que la Guerra Civil, unos tres años en total. El tiempo de la acción dramática (interno) queda más desdibujado. Los sucesos de la primera parte transcurren en poco más de cuatro meses de 1936; y los de la segunda, en cinco o seis meses de finales de 1938 y la primera mitad de 1939.
Estilo Lingüístico
El estilo del drama se caracteriza por la expresividad con que el autor ha enriquecido el registro coloquial de la lengua. Si bien es cierto que este registro facilita el efecto humorístico tan presente en toda la obra, este se abre paso sobre todo en las situaciones más graves.
El árbol de la ciencia (Pío Baroja, 1911)
Contexto y Protagonista
El árbol de la ciencia (1911) es la novela más representativa del espíritu barojiano y uno de los máximos exponentes de la novela de la Generación del 98. El pesimismo del protagonista, Andrés Hurtado, se corresponde con el del propio autor y con el ambiente dominante en la sociedad española de la época, enormemente afectada por la llamada crisis del 98. El árbol de la ciencia es una “novela de aprendizaje” (bildungsroman) cuyo protagonista, un hombre desengañado y perdido en un mundo absurdo, puede considerarse un alter ego del propio Baroja.
Estructura Narrativa
La novela presenta una estructura simétrica muy meditada, compuesta por dos bloques y un intermedio:
- Primer bloque (partes I-III): Abarca toda la fase de formación de Hurtado y concluye con un acontecimiento traumático, la muerte de su hermano Luisito.
- Intermedio reflexivo (parte IV): Planteado en forma de diálogo entre Andrés y su tío.
- Segundo bloque (partes V-VII): Desarrolla su peripecia profesional y desemboca en un desenlace trágico.
El relato presenta un sencillo orden lineal y cierta tendencia al fragmentarismo (propio de la novela noventayochista), por la sucesión de capítulos breves que desarrollan rápidas anécdotas narrativas, descripciones de ambientes o retratos de personajes. El narrador es omnisciente, pero a diferencia del Realismo, sitúa el punto de vista exclusivamente en el protagonista, por lo que la narración está impregnada de un fuerte subjetivismo.
Estilo y Lenguaje
En cuanto al lenguaje, hay que destacar la tendencia antirretórica característica del autor y de los noventayochistas en general. La prosa de Baroja es clara, precisa y viva, de frases y párrafos breves. Además, hay que subrayar otros dos rasgos estilísticos:
- El empleo de numerosas expresiones coloquiales y vulgarismos para caracterizar el habla popular.
- El uso de una técnica impresionista en las descripciones, caracterizada por el empleo de pinceladas breves y rápidas.
Crítica Social y Relevancia
Los constantes personajes secundarios le sirven para criticar un sistema de valores culturales que nos fanatiza y que esclaviza fundamentalmente a la mujer. De modo que, aunque la amargura existencial sea propia del 98, su desprecio por las instituciones, la vulgaridad, la burguesía y la clase más esclavizada del siglo XIX resultan de máxima actualidad. No sin motivo, Baroja reconoció que fue su mejor novela.
