Componentes y Transformaciones del Idioma Español: Léxico, Semántica y Niveles de Uso

El Léxico: Vocabulario y Formación de Palabras en Castellano

El léxico es el vocabulario de una lengua, es decir, el conjunto de unidades léxicas (palabras y locuciones). En su formación confluyen una serie de factores: el origen del castellano, las aportaciones de otras lenguas y la creación de nuevas palabras.

1. Origen del Castellano

El castellano es una lengua romance y, por tanto, la inmensa mayoría de nuestro vocabulario es de origen latino. Distingamos cuatro tipos:

  • Palabras patrimoniales: Son palabras tradicionales, de origen latino, pero que a lo largo de los siglos han sufrido una evolución que las ha ido transformando según las reglas fonéticas (ej.: nocte > noche, multu > mucho).
  • Cultismos: Son palabras que casi no se han adaptado a la fonética castellana y fueron recuperadas tardíamente del latín escrito, puesto que no estaban vivas en el habla popular (ej.: referéndum, máximo).
  • Dobletes etimológicos: Consiste en que una palabra latina produzca en su evolución dos resultados, uno patrimonial y otro culto o semiculto (ej.: digitu > dígito (cultismo) y dedo (patrimonial)).

2. Préstamos Lingüísticos

No todas nuestras palabras proceden del latín; otras se han ido incorporando en momentos diferentes y, tras un proceso de adaptación, se asimilaron al castellano. Se denominan según la lengua de la que provienen:

  • Relación de sustrato: Restos de las lenguas que se hablaban en la Península Ibérica cuando se produjo la colonización romana. Ejemplos:
    • Iberismos: perro.
    • Vasquismos.
  • Relación de superestrato: Palabras procedentes de lenguas de pueblos conquistadores de la Península Ibérica posteriores a Roma. Ejemplos:
    • Antropónimos (ej.: Fernand, que dio lugar a Fernando).
    • Arabismos: berenjena (agricultura), tarifa (comercio).
  • Relación de adstrato: Proceden de lenguas con las que se han mantenido relaciones, bien de proximidad, bien culturales. Ejemplos:
    • Americanismos: patata, tabaco.
    • Catalanismos: capicúa.
    • Lusismos (portugués): buzo.
    • Galicismos (francés): afán.
    • Italianismos: escopeta.
    • Anglicismos: cheque.

3. Neologismos

Son palabras o acepciones incorporadas recientemente a la lengua con las que se designan nuevas realidades. Se trata de una variedad de los préstamos. Los neologismos pueden ser de varios tipos:

  • Calcos léxicos: Son compuestos o combinaciones de palabras extranjeras que se traducen literalmente con términos castellanos (ej.: weekend > ‘fin de semana’).
  • Palabras adaptadas: Son palabras extranjeras que se adaptan a nuestra pronunciación y ortografía (ej.: command > comando).
  • Xenismos: La palabra extranjera se mantiene en su ortografía y pronunciación originaria (ej.: boutique, stop).
  • Préstamos semánticos: Hay dos tipos:
    • Calcos semánticos: Se adopta un significado extranjero para una palabra ya existente en castellano, por traducción del término extranjero (ej.: ratón para el dispositivo del ordenador, por el inglés mouse).
    • Falsos amigos: Son voces castellanas que, por su parecido formal con palabras de otra lengua, han incorporado nuevas acepciones (ej.: nominar, del latín nominare –dar nombre a algo–, ha pasado a tener también el sentido del inglés to nominate –presentar o proponer a alguien para un premio–).

El castellano, como toda lengua, ha ido adaptando su vocabulario a las necesidades expresivas de sus hablantes, que cambian constantemente como cambia el mundo en el que viven. Desaparecen o caen en desuso muchos términos (son los arcaísmos, como, por ejemplo, hogaño, guisa, otrora), pero aparecen sin cesar otros nuevos para designar realidades.

4. Procedimientos Morfológicos de Formación de Palabras

En función de cómo se combinan raíz, base léxica, afijos, morfemas flexivos, etc., tenemos:

  • Palabra compuesta: Consta de dos o más lexemas (ej.: sacacorchos).
  • Palabras derivadas: Se forman añadiendo afijos (prefijos, sufijos, interfijos) a un lexema (ej.: inmortal, panadero).
  • Palabras parasintéticas: Es un caso especial de mezcla de composición y derivación, o de prefijación y sufijación simultáneas. Podemos distinguir dos casos:
    1. Compuestos parasintéticos: Si concurren la composición y la derivación para formar una nueva palabra (lexema + lexema + sufijo), (ej.: quinceañero: quince + año + -ero).
    2. Derivadas parasintéticas: Palabras formadas por un prefijo y un sufijo que actúan simultáneamente sobre el lexema, sin que exista en la lengua la palabra solo con el prefijo o solo con el sufijo (ej.: aterrizar: a- + terr + -izar; no existe *aterr ni *terrizar).

La invención léxica es rarísima. Es difícil que una aportación que procede de un solo individuo pase a formar parte del vocabulario de la lengua. Algunas palabras castellanas, no demasiadas, tienen origen en onomatopeyas.

4.1. Onomatopeyas

Formación de palabras por imitación de los ruidos naturales (ej.: tic-tac, miau, quiquiriquí).

4.2. Marcas Registradas

Son nombres de marcas de objetos que se convierten en sustantivos comunes (ej.: jacuzzi, clínex).

5. Procedimientos Fónico-Gráficos

Algunas palabras de la lengua se han formado por reducción de otras previamente existentes.

5.1. Acortamiento de Palabras o Léxicos

Consiste en la reducción de una palabra, bien por la eliminación de fonemas iniciales (aféresis), intermedios (síncopa) o finales (apócope) (ej.: bici por bicicleta, foto por fotografía).

5.2. Siglas y Acrónimos

  • Siglas: Son las letras iniciales de varias palabras, cuyo conjunto sirve para denominar abreviadamente una realidad. Se leen deletreando (ej.: DDT, DNI) o, si su estructura lo permite, como una palabra (ej.: ONU, OTAN).
  • Acrónimos: Son palabras formadas por siglas que se han lexicalizado, es decir, se pronuncian como una palabra y a menudo se escriben en minúscula si son nombres comunes (ej.: ovni, sida, láser). También se considera acrónimo la palabra formada por el principio de una palabra y el final de otra (ej.: autobús de automóvil ómnibus), o por partes de varias palabras.

Semántica: Amplitud y Cambio de Significado

La semántica es la rama de la lingüística que se ocupa del significado de las palabras. Estudia los significados normativos de las palabras y los cambios semánticos.

Amplitud y Cambio Semántico

Las palabras, en su recorrido por la historia de los hablantes de una lengua, van adquiriendo nuevos significados o van modificando algunos de los significados por otros diferentes. Además de sufrir alteraciones en su forma externa, la semántica histórica se ocupa de estos cambios, que son muy diversos:

  • Algunas palabras ensanchan su significado (palabras como programa, bajar, colgar, navegar, red, portal, servidor y muchas otras han adquirido mayor amplitud semántica gracias a la informática).
  • Otras lo han restringido (el término latino secare, que significaba ‘cortar’, ha dado en español segar, ‘cortar la mies’).
  • Hay palabras cuyo significado ha subido de categoría o experimentado una mejora (melioración) (del latín minister, ‘sirviente’, procede el español ministro).
  • Mientras que otras han padecido un cierto envilecimiento o empeoramiento semántico (peyoración) (en griego, la palabra tiranos significaba ‘rey legítimo’, sin las connotaciones negativas actuales de tirano).

Variedades de la Lengua

La lengua tiene unidad porque todos cuantos la utilizan pueden entenderse entre sí al usarla. Se trata de un modelo abstracto que los hablantes comparten de una manera implícita. Los condicionamientos socioculturales y la situación comunicativa son factores de diversificación que ocasionan diferentes variedades, llamadas, respectivamente, variedades sociales o diastráticas (sociolectos) y variedades funcionales o diafásicas (registros o estilos).

Variedades Socioculturales de la Lengua o Niveles: Clases y Principales Rasgos

Las variedades socioculturales vienen propiciadas por factores como el hábitat, la edad, la profesión o el nivel sociocultural. Aunque gracias a la escuela y a los medios de comunicación (que serían factores igualadores) ya no hay tantos rasgos distintivos (por ejemplo, entre zonas rurales y urbanas, entre hombres y mujeres o entre personas de distinta clase social), con todo, subsisten algunos de esos rasgos diferenciadores. Quizá sea la profesión el factor que todavía resulta más determinante, por el empleo de lenguajes específicos y porque no todas requieren el mismo dominio de la lengua.

Las variedades diastráticas o sociolectos son:

1. Nivel Culto (Código Elaborado)

Es el de quienes utilizan la lengua con todas sus posibilidades.

  • Rasgos fonológicos: Pronunciación clara y correcta, dominio de la expresividad de la entonación, uso de procedimientos de enfatización; no se admiten relajaciones fonéticas (la “d” intervocálica, la “s” final, etc.); no se abusa de frases interjectivas.
  • Rasgos morfosintácticos: Se utilizan las construcciones sintácticas adecuadas y variadas; hay precisión y riqueza en el uso de tiempos verbales; nexos adecuados para engarzar ideas; se respetan las concordancias; uso correcto de los pronombres para evitar repeticiones innecesarias.
  • Rasgos léxicos: El vocabulario es rico, variado y preciso; se emplean tecnicismos cuando son necesarios; abundan los términos abstractos; se emplean voces cultas; se evitan tacos y frases hechas manidas.

Este nivel funciona como modelo de corrección. Es el más estable y uniforme, por eso, la lengua culta permite dotar de cohesión y unidad al idioma.

2. Nivel Medio o Estándar

Es el usado comúnmente en la escuela, los medios de comunicación y las relaciones sociales formales. Se somete a las exigencias normativas del idioma, pero es menos riguroso que el nivel culto. De hecho, encontramos en él rasgos cultos, coloquiales e incluso, en algunos casos, errores lingüísticos de los que el hablante medio no suele ser consciente:

  • Uso incorrecto de preposiciones (ej.: “Hay asuntos a tratar” en lugar de “Hay asuntos que tratar”).
  • Errores de dequeísmo, queísmo y deísmo.
  • Discordancias o errores de concordancia.
  • Supresión inadecuada del artículo (ej.: “Se reunieron en Moncloa” en contextos donde sería preferible “en el Palacio de la Moncloa”).
  • Uso de partitivos por numerales ordinales (ej.: “Entró en el onceavo puesto” en lugar de “undécimo puesto”).

Está caracterizado por el empleo de oraciones cortas y de estructura sencilla, buscando la claridad y la comprensión general.

3. Nivel Vulgar

Es el uso menos cuidado de la lengua. El hablante tiene unos niveles de conocimiento lingüístico muy elementales, lo que no le permite cambiar de registro y le impide usar el idioma con propiedad. Las incorrecciones, llamadas vulgarismos, son más usuales y evidentes en esta variedad.

Rasgos del Nivel Vulgar
  • Fonéticos: Relajación de consonantes intervocálicas y finales (ej.: sentao por sentado, comío por comido, verdá por verdad); relajación vocálica que conduce a un cambio de vocal, a diptongación o a supresión de diptongos (ej.: *amoto por moto, *agüelo por abuelo); metátesis o cambio en el orden de los fonemas, casi siempre motivado por la necesidad de anticipar una dificultad de pronunciación (ej.: Grabiel por Gabriel, *cocreta por croqueta); cambios en las consonantes (ej.: *almóndiga por albóndiga).
  • Morfosintácticos: Desorden en el uso de pronombres (ej.: me se cayó por se me cayó); utilización incorrecta de los pronombres (laísmo, leísmo, loísmo, ej.: la pegué por le pegué, la dije por le dije); uso incorrecto de los tiempos verbales (ej.: *andé por anduve); sustitución de unos verbos por otros (ej.: No coge por no cabe); uso incorrecto de las preposiciones (ej.: *contra más por cuanto más).
  • Léxicos: Vocabulario muy reducido; no se emplean sinónimos y las palabras no indican con precisión los conceptos; se emplean palabras “baúl” (cosa, tema) y muletillas con más asiduidad; uso abundante de tacos, expresiones malsonantes y frases hechas.

Jergas y Argot

(Contenido sobre jergas y argot no proporcionado en el texto original)

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