Don Quijote y Sancho Panza: La Gobernación de Barataria y las Burlas Ducales

Capítulo 13: La Partida de Sancho a la Ínsula

El duque habló a Sancho sobre la ínsula. Aunque Sancho ya no deseaba tanto ser gobernador, finalmente se convenció. Cuando Don Quijote se enteró de que su escudero sería gobernador, le dio varios consejos que, sorprendentemente, eran muy sensatos para su estado mental, pues solo desvariaba cuando hablaba de caballería. Sancho tenía dudas, ya que no sabía leer ni escribir, algo impropio de un gobernador. Pero Don Quijote le animó y le entregó sus consejos por escrito, los cuales terminaron en manos de los duques.

Sancho sería acompañado por el mismo mayordomo que había interpretado a la Dueña Trifaldi. Este le reconoció, pero Don Quijote le instó a no dar importancia a esa coincidencia. Se despidieron, y Don Quijote quedó muy triste. La duquesa le ofreció la compañía de unas doncellas, pero él las rechazó. Desde su lecho, escuchó el canto de una de ellas, que declaraba estar enamorada de él.

Capítulo 14: Los Juicios de Sancho en la Ínsula Barataria

Hamete Benengeli, en la primera parte, había incluido fragmentos de otras novelas para complementar la narración; sin embargo, en esta última parte, optó por no hacerlo, ya que el público deseaba conocer exclusivamente las aventuras de Don Quijote y Sancho.

El pueblo no estaba al tanto de la burla. Quedaron admirados al ver la figura de su nuevo gobernador en la Ínsula Barataria. El mayordomo le informó que sería sometido a una serie de juicios públicos, donde el pueblo evaluaría si su elección como gobernador era acertada.

Casos Resueltos por Sancho Panza

Primer Caso: El Sastre y el Labrador

Un sastre reclamaba el pago de unas caperuzas a un labrador. Sancho, con su ingenio, dictaminó que el sastre perdiera el dinero y el labrador las caperuzas, dejando a ambos insatisfechos.

Segundo Caso: Los Diez Escudos de Oro

Dos ancianos se presentaron ante Sancho. Uno afirmaba haber prestado diez escudos de oro al otro, quien negaba haberlos recibido. El deudor, al jurar que ya había devuelto el dinero, entregó su bastón al acreedor para que lo sostuviera mientras juraba, y luego lo recuperó. Sancho, perspicaz, no se conformó y mandó partir el bastón, descubriendo en su interior los diez escudos. Todos quedaron asombrados de su inteligencia, pues nadie imaginaba que el dinero estuviera allí. Sancho confesó haber adivinado el truco por haber escuchado casos similares.

Tercer Caso: La Mujer y el Ganadero

Una mujer llegó con un ganadero, acusándolo de haberle robado la virginidad y de haberla forzado. El ganadero, que era pobre y vendía cerdos, negó haberla forzado. Sancho le dijo al ganadero que le diera dinero a la mujer, y esta se marchó. Luego, Sancho le ordenó al ganadero que fuera tras ella y recuperara su dinero. El ganadero regresó, pero no pudo recuperar el dinero, ya que la mujer se negaba a devolverlo. Sancho, entonces, mandó que el dinero fuera devuelto al ganadero, argumentando que la mujer había mentido, pues no había mostrado interés en defender su honor, sino solo en el dinero.

Las Burlas a Don Quijote en el Castillo

Mientras tanto, los duques, Altisidora y una amiga esperaban a Don Quijote. Altisidora fingió un desmayo, y Don Quijote, compadecido, pidió un laúd para consolarla por la noche. Los duques le prepararon una burla. Cuando Don Quijote se dispuso a tocar en su habitación a oscuras, comenzaron a caer cencerros y gatos. Don Quijote, creyendo que eran hechiceros o demonios, empezó a luchar contra un gato. Los duques, asustados por el alcance de su propia burla, decidieron detenerla. Altisidora fue a curar a Don Quijote y le expresó su deseo de que Sancho no cumpliera lo de los azotes, para que así Don Quijote no pudiera estar con Dulcinea. Don Quijote permaneció cinco días en cama.

Capítulo 15: Desafíos y Confusiones en la Ínsula y el Castillo

El Gobierno de Sancho: El Médico y el Labrador

Sancho estaba comiendo, pero un médico llamado Pedro Recio de Aguero se encargaba de evaluar la comida y decidir qué le convenía o no, impidiéndole probar casi nada. Sancho se enfadó y lo mandó fuera. Recibió una carta del duque advirtiéndole que tuviera cuidado, pues se habían infiltrado cuatro personas con la intención de matarlo. Sancho, por precaución, mandó al médico al calabozo.

Llegó un labrador que quería negociar con él (formando parte de la burla), pidiéndole dinero y un escrito para que su hijo fuera aceptado para casarse con una tal Clara. Sancho, muy enfadado, lo echó.

La Visita de Doña Rodríguez a Don Quijote

Don Quijote recibió la visita de Doña Rodríguez, la dueña de honor de la duquesa, quien se mostró asustada. Quería pedirle que remediara una injusticia contra su hija, a quien un caballero había prometido matrimonio y no había cumplido. Doña Rodríguez también aprovechó para hablar mal de la duquesa y de Altisidora. De repente, unos intrusos entraron en la habitación, dejándola a oscuras, y se desató una pelea general. Cuando Altisidora se enteró de lo que Doña Rodríguez había dicho sobre ella, también acudió a reprocharle.

Capítulo 16: La Ronda de Sancho y la Carta a Teresa Panza

La Ronda Nocturna de Sancho

Sancho salió de ronda para vigilar, acompañado por el mayordomo, guardias, etc. Tuvo que resolver varios casos, como el de las casas de juego, el de un mozo que le llevaba la contraria, y finalmente, el caso de una doncella de 16 años vestida de hombre. Ella había escapado con su hermano, intercambiando sus ropas, porque su padre, al enviudar, no les permitía salir de casa. (Los que acompañaban a Sancho formaban parte de la burla). Sancho y su gente los llevaron a su casa, y Sancho incluso consideró casar a su hija con el hermano.

La Duquesa y Teresa Panza

La duquesa, para continuar la burla, escribió una carta a Teresa Panza y le envió regalos. El paje se encargó de llevarlos. Cuando llegó y se los mostró, Teresa y su hija quedaron encantadas por tantos bienes y por la amabilidad de la duquesa, quien le pedía bellotas. Teresa iba a salir y se encontró con el cura y Sansón Carrasco, quienes quedaron pasmados al enterarse de todo, creyendo que era fruto de la fantasía de Don Quijote. El paje trató de convencerlos, y el cura le invitó a comer para poder enterarse de todos los detalles.

Capítulo 17: La Sabiduría de Sancho y el Deseo de Partir de Don Quijote

La Justicia de Sancho

Unos jueces, indecisos, solicitaron la opinión de Sancho. Este siguió el consejo que le había dado Don Quijote: dejar libre al acusado, ya que cuando la justicia estuviera en duda, había que inclinarse por la misericordia.

Cartas y Desafíos

Esa noche, los duques tenían planeada la última burla. Sancho recibió una carta de Don Quijote donde le daba consejos y le contaba sobre su mujer Teresa. Sancho le contestó, relatando las mejoras que había implementado.

Don Quijote quería irse del castillo, pues consideraba que su estancia iba en contra de su papel de caballero andante. Antes de partir, Doña Rodríguez y su hija volvieron a aparecer. Le pidieron que desafiara al caballero que había prometido casarse con su hija y que le hiciera cumplir su palabra (los duques no tenían ni idea de esto). Don Quijote dijo que lo haría, pero el duque se ofreció a organizar el combate en el castillo.

Finalmente, llegó el paje con las cartas de Teresa.

Capítulo 18: El Fin del Gobierno de Sancho y el Reencuentro

El Asalto a la Ínsula y la Renuncia de Sancho

Sancho estaba descansando cuando una veintena de enemigos asaltaron la ínsula. Sancho, lleno de miedo, fue armado y no sabía qué hacer. Finalmente, los enemigos fueron vencidos y le dijeron a Sancho que repartiera el botín, pero este decidió irse, afirmando que se le daba mejor cavar y plantar viñas que dar leyes o defender reinos.

El Encuentro con Ricote y la Caída de Sancho

Por el camino, Sancho se encontró con unos peregrinos extranjeros. Uno de ellos era su vecino Ricote, un morisco que no era bienvenido por el rey y no podía permanecer en España, por lo que había tenido que irse a vivir a Alemania, donde había libertad. Sin embargo, en esta ocasión, regresaba para recuperar un tesoro que había escondido antes de marcharse, con la intención de reunirse de nuevo con su familia.

Sancho se marchó porque quería encontrarse con su amo. Cayó junto a su caballo en una sima. Al día siguiente, Don Quijote salió al campo para prepararse para el combate y escuchó las voces de Sancho. Creyendo que estaba muerto y que aquella era su alma, Don Quijote se alarmó. Sancho le aseguró que estaba vivo, así que Don Quijote fue a buscar ayuda al palacio. Lo sacaron de la sima, y al llegar con los duques, Sancho les contó su decisión de abandonar el gobierno. El duque le ofreció un oficio menos duro.

Capítulo 19: El Combate Fallido y la Despedida de los Duques

El Desafío de Don Quijote

Don Quijote iba a luchar contra el mozo, pero este huyó a Flandes. En su lugar, los duques pusieron a un lacayo llamado Tosilos. El duque le informó a Tosilos sobre cómo atacar a Don Quijote sin matarlo. Mucha gente acudió a presenciar el combate. Cuando estaban a punto de enzarzarse, el lacayo Tosilos quedó enamorado de la doncella y decidió darse por vencido. La doncella, al ver su rostro, notó que no era el mismo hombre y reprochó la situación. Don Quijote afirmó que había sido obra de sus encantadores, quienes le tenían envidia, pero que en realidad Tosilos era el hombre al que ella quería, y por tanto, debía casarse con él. Ella aceptó, sin importarle si era o no el original.

La Partida de Don Quijote y Sancho

Don Quijote se despidió de los duques para volver a emprender sus aventuras junto a Sancho. Antes de irse, Altisidora, cantando, le acusó de cosas falsas.

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