El Arquetipo de Lilith y la Luna Negra: Perspectivas Astronómicas y Psicológicas

El Arquetipo de Lilith y la Luna Negra

I

Astronómicamente, la Luna Negra es un punto vacío. Es diferente de los nodos lunares, los cuales, como la intersección de dos planos, parecen representar un «encuentro», una «puerta». Pero el apogeo o el foco vacío son puntos solitarios.

Pensemos en los dos focos de la órbita lunar (en el caso exclusivo de la Luna Negra verdadera): existe una dinámica entre ellos, se están mirando uno al otro, como dos gemelos, aunque uno es físico y tiene peso (la Tierra) mientras que el otro está ausente, es un fantasma, representando una ausencia, un vacío, un ideal inalcanzable, o también como el vacío de la matriz. En este aislamiento, visto negativamente, la persona está castrada, el inconsciente la envuelve (o la engulle). También se establece una dinámica entre la Tierra y «su fantasma lunar», la cual aparentemente resulta en profundas o importantes diferencias de reacción entre el hombre y la mujer. Los dos focos se ven entre sí y se polarizan, la persona lucha contra su fantasma y su vacío.

El foco vacío y aislado es un punto de negación, de represión y fermentación, pero también de transformaciones mágicas pertenecientes al mundo fantasmal, nocturno y erótico-instintivo.

Contiene las energías instintivas, incluyendo la sabiduría y la clarividencia atávicas que dependen de las funciones corporales, energías que se encuentran en lo profundo de nuestra psique (entre las cuales sobresale la sexualidad) y que se manifiestan en los cuentos de hadas y en el simbolismo lunar primitivo: la noche, el misterio, la magia, el peligro, el secreto, el miedo, lo prohibido, lo abismal o inalcanzable…

Como Hécate, la Luna Negra/Lilith es una «Reina de la Noche», que negativamente es demoníaca (magia negra) y vampiresca, y que positivamente se relaciona con la iniciación sexual y las transformaciones mágicas o metamorfosis del mundo astral o imaginativo, un mundo de sabiduría primigenia onírica o artística que se resiste a la racionalización… Por eso Lilith nunca está completamente viva o despierta. Para eso se necesita el Sol.

II

Existen probablemente muchas asociaciones «lilitenses» modernas de la Luna Negra que pertenecen más bien al asteroide 1181 Lilit, o a centauros femeninos como Chariklo. Hablando astronómicamente, 1181 es un asteroide social y comunitario, pero la Luna Negra no es un punto social. Siento que la separación de niveles es útil, y quizás el tema de la igualdad de los sexos, en tanto que se trate de las costumbres y valores cambiantes de una sociedad, se miden mejor con este asteroide.

En términos del arquetipo de Lilith, siento que se puede encontrar en diversos cuerpos astronómicos, cada uno expresando aspectos diferentes del arquetipo de acuerdo con su simbolismo orbital. Soy de la opinión de que, por ejemplo, asociaciones propias de Lilith pueden encontrarse en Chariklo.

La Luna Negra se relaciona con la emancipación de las mujeres de su destino o compulsión de «úteros», con su liberación sexual. Pero la Luna Negra es un punto astronómico reactivo, un punto donde se concentra mucha energía pero que no puede «integrar» o producir una «liberación». Es más bien como un caldero, o un pozo; jamás puede representar a una «mujer integrada». Es por esta razón por la que pienso que las transformaciones modernas de la leyenda hebrea que buscan la redención de la figura de Lilith probablemente se ven mejor en otros cuerpos capaces de trascendencia (al contrario de la Luna Negra), tales como los centauros, y en particular Chariklo. He aquí mis palabras-clave preliminares para Chariklo:

  • matriarcado
  • la Reina de Espadas
  • pasiones maduras
  • tristeza
  • viudez
  • amores ilícitos
  • cuidar a los enfermos, al que está muriendo, al débil
  • sobria celebración
  • emancipación y libertad moral

Tomemos en cuenta que con los centauros pasa algo similar que con la Luna Negra, especialmente cuando nos concentramos en la «fragmentación» que, entre otras cosas, los centauros representan. Su acción puede resultar en una mayor y más elevada integración del individuo, pero esta integración, en mi opinión al menos, no la realizan ellos sino otros planetas, especialmente el Sol y Júpiter. El Sol es el que representa a la individualidad espiritual. La Luna Negra, el foco vacío (o el apogeo) de la órbita lunar, o asteroides que «flotan» en el sistema solar como los desechos que trae el mar (es decir, los centauros, desde cierta perspectiva), jamás podrían representar la integración.

(existen otros cuerpos, con órbitas muy similares a la de Damocles —un «cruzador» planetario que se mueve entre Marte y Urano— y mejor conocidas que las de los centauros, que aún no han recibido nombre y que parecen buenos candidatos para encarnar los aspectos rompe-tabúes y rompe-prejuicios de las transformaciones modernas, para bien o para mal, de Lilith, aquellas que intentan despojarla de su carácter demoníaco pero que también son capaces de llegar a extremos como los del feminismo a ultranza).

III

Desde mi punto de vista, el nivel en el cual la Luna Negra (¡no necesariamente Lilith!) funciona es muy primigenio y proviene de la sexualidad y las energías corporales, las energías lunares primitivas (lo que no es lo mismo que «genitalidad»), mientras que el asteroide 1181 Lilit está más enfocado en asuntos comunales y sociales. La Luna Negra se relaciona con el pasado, con los orígenes, con la «madre uróborica».

Psicológicamente, el simbolismo tradicional de Lilith pertenece al arquetipo materno, especialmente en sus manifestaciones de «madre terrible». Veamos unas cortas citas de Carl G. Jung, tomadas de su ensayo «ASPECTOS PSICOLÓGICOS DEL ARQUETIPO MATERNO»:


Esto se ve como una buena descripción de Tchaikovsky, en quien –siento yo– el involucramiento de Marte produjo la castración. La siguiente cita de otro jungiano (Eric Neumann, en «The Origins and History of Consciousness») parece una de las modernas descripciones de Lilith:
ÍMBOLOS

Una manera de ver las manifestaciones más negativas de esto, tomando en cuenta la «negación» y el «vacío» del foco vacío de la órbita lunar, es que la Luna Negra es una reacción en contra del rol reproductor y materno que encadena a la mujer y la deja «vacía» como persona. Lilith puede verse como el polo opuesto de este tipo de mujer, el cual es una reacción a las diversas fuerzas primitivas que intentan castrar a la persona.

IV

Vemos con frecuencia que las asociaciones negativas o demoníacas tradicionales de Lilith se rechazan como mero resultado de la superioridad y el ego masculinos de la cultura judeocristiana. Pero, en mi opinión, esto no cambia el hecho de que existen todavía muchos demonios interiores tanto en la mujer como en el hombre, y de que el mundo de la noche con todo su misterio y su magia siempre existe, si bien la oscuridad tiende a encontrarse ahora en áreas diferentes a las del pasado.

En lo personal, creo que actualmente tendemos a interpretar de manera equivocada muchas de las antiguas tradiciones y leyendas porque pensamos que se refieren a un mundo como el nuestro. Pero lo cierto es que el ser humano anterior al Iluminismo o al Renacimiento poseía una clarividencia y sabiduría atávicas —relacionadas en ocultismo con las fuerzas oscuras de la Luna y el Sol— las cuales les permitían percibir muchas cosas que para nosotros ya no es posible percibir. La Luna Oscura o Luna Negra, debido a su simbolismo astronómico, en mi opinión es un excelente representante de este nivel de la realidad, el mundo que está del otro lado del corazón, el mundo crepuscular de la «dimensión desconocida».

Los murciélagos representan esto muy bien, al igual que las gárgolas, entre muchas otras cosas. La Lilith demoníaca o vampiresca y sus diferentes disfraces —haciendo a un lado la actitud de muchas feministas que pretenden eliminar por completo su parte demoníaca— es una figura mitológica que se adapta muy bien a este simbolismo… con lo cual no estoy diciendo que la Luna Negra es solamente eso. Todas las interpretaciones psicológicas modernas del folklore demoníaco y mágico antiguo son la otra cara de la misma moneda, para bien o para mal.

Ni la castración ni la sexualidad se limitan a la genitalidad. Especialmente desde el punto de vista mitológico de Lilith, asociada con la historia del Génesis, donde la sexualidad marca el comienzo de la conciencia (yo siento que Lilith se relaciona profundamente con lo femenino del hombre y lo masculino de la mujer, como uno lidia con eso). Los «demonios» hoy día son tratados de manera diferente, más como proyecciones sociales y psicológicas, pero eso no significa que no existan o no operen en los hombres y mujeres, o que no estén fuertemente relacionados con la sexualidad, al igual que lo está la conciencia. Todos tenemos nuestras noches interiores, nuestro mundo nocturno, y yo nunca perdería de vista este simbolismo de la noche en lo que respecta a la Luna Negra.

«Demonios», «castración», «oscuridad», «vampirismo», súcubos e íncubos, y todas las otras manifestaciones de la «madre terrible» asociadas con el aspecto maligno demoníaco de Lilith son parte activa de la psique tanto de hombres como de mujeres, que aparecen hoy día bajo numerosas formas y circunstancias; y el simbolismo de la «Luna Negra» o «Luna Oscura» es un excelente símbolo astronómico-astrológico para eso. La Luna Negra pertenece al mundo de la oscuridad de la matriz, con toda su aterradora ambivalencia.

Quizás es aquí donde el rol de los asteroides «lilitenses» se vuelve importante. Ellos pueden representar niveles superiores de la función de Lilith, desde los Hécates y Lilits de la banda principal trabajando en el nivel comunitario y social hasta los centauros femeninos quebrantadores de la ley y transgresores morales, dándole al arquetipo Lilith la oportunidad de liberarse del vacío uterino de la órbita lunar y hacerse realmente cósmico.

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