Explorando la Literatura del Romanticismo: Esencia, Autores y Obras Fundamentales

La Literatura del Romanticismo

El Romanticismo es un movimiento artístico y literario que surge a finales del siglo XVIII en Inglaterra y Alemania, y se extiende por otros países de Europa y América durante la primera mitad del siglo XIX.

1. Características Generales del Romanticismo

El Romanticismo trae consigo una nueva concepción del mundo y del ser humano. Sus principales características son:

  • Idealismo y Culto al Yo

    La cosmovisión romántica está marcada por el idealismo alemán, una corriente cuyo máximo representante es Johann Gottlieb Fichte (1756-1814). Para los filósofos idealistas, la realidad no es sino una creación o representación del yo. El yo pasa a ser la instancia primordial absoluta que ocupa el lugar de la divinidad. Como consecuencia de este individualismo o exaltación de la subjetividad, la literatura romántica se convierte en una exploración del interior de la conciencia, y no, como en otros períodos o movimientos, en una forma de analizar o reflejar la sociedad o el mundo exterior. Esto explica el auge de la lírica, que desplaza al ensayo como género dominante.

  • Angustia Metafísica (Angustia Existencial)

    El ideal de los románticos choca con una realidad mezquina y hostil. Del desajuste entre realidad y deseo nace un sentimiento de decepción que se traduce en una concepción pesimista de la existencia. La insatisfacción, el desengaño, la angustia vital o el tedio serán temas característicos de este período.

  • Irracionalismo

    El Romanticismo reacciona contra el culto a la razón característico de la Ilustración. Desconfía de esta como fuente primordial de conocimiento o creatividad y se siente atraído por las dimensiones irracionales del ser humano: los sentimientos, la fantasía, los sueños, etc. Esto se manifiesta en el desarrollo del género fantástico y de terror, o la frecuente ambientación nocturna.

  • Ansia de Libertad y Rebeldía

    La libertad es una de las máximas aspiraciones del artista romántico, cuyo individualismo no reconoce límites. Este anhelo se manifiesta en el rechazo de las normas en la creación artística o en la exaltación de la rebeldía como tema literario. El héroe romántico es un personaje asocial que se rebela contra la divinidad, los códigos morales y las convenciones sociales (ejemplos: Prometeo, Satanás, Caín).

  • Rechazo de la Civilización

    El Romanticismo puede entenderse como un rechazo de la civilización, del progreso y de esa nueva realidad prosaica e inarmónica que estaba siendo alumbrada por la Revolución Industrial. El yo romántico se siente escindido o separado del mundo natural y ansía recuperar la fusión con la naturaleza, que considera solo pudo lograrse en la infancia o en el pasado (primitivismo).

  • Desacuerdo con el Mundo

    La incapacidad de la realidad para saciar los altos ideales románticos tiene como consecuencia un profundo desacuerdo con el mundo, que se expresa en diversas actitudes:

    • Deseo de evasión: El artista romántico se cobija en su mundo interior, en el pasado (especialmente la Edad Media) o en lugares exóticos (como España u Oriente) en los que no había comenzado aún el proceso de industrialización.
    • Suicidio: Es el gesto romántico por excelencia, que aúna la voluntad de evasión de la realidad y la rebeldía frente al mundo. Abundan los personajes suicidas (Don Álvaro en Don Álvaro o la fuerza del sino), pero también escritores (en España, Mariano José de Larra).
  • Escenarios Típicos

    Los escenarios predilectos del Romanticismo suelen ser lugares que evocan misterio, melancolía o lo sublime: cementerios, tumbas, iglesias derruidas, paisajes solitarios, ruinas medievales, naufragios, noches de tormenta, cruces de caminos.

2. La Poesía Romántica

En el desarrollo de la poesía romántica en España pueden distinguirse dos períodos, marcados principalmente por las figuras de José de Espronceda y Gustavo Adolfo Bécquer.

2.1. Primera Etapa (Apogeo del Romanticismo, 1830-1850)

Durante esta etapa predomina la poesía narrativa. Se trata de poemas extensos, de tono enfático, con frecuentes exclamaciones, interjecciones e interrogaciones retóricas.

  • La nostálgica fascinación por la Edad Media tiene como resultado el redescubrimiento del Romancero. A imitación de los romances medievales, el Duque de Rivas escribe El moro expósito (1835), conjunto de doce romances heroicos endecasílabos que recrea la leyenda de los siete infantes de Lara.
  • Los Cantos del trovador (1840) de José Zorrilla se basan en leyendas tradicionales, relacionadas con el interés por el folclore. La presencia de elementos sobrenaturales se corresponde con el gusto por lo irracional, mientras que el trasfondo de fervor religioso se asocia con un Romanticismo de signo conservador.
  • La influencia de Lord Byron es decisiva en los dos grandes poemas narrativos de Espronceda: El estudiante de Salamanca y El diablo mundo, marcados por la reflexión filosófica o moral.

2.2. Segunda Etapa (Segunda Mitad del Siglo XIX)

En la segunda mitad del siglo XIX, la poesía narrativa cede el paso a la poesía lírica. Predominan los poemas breves, de tono intimista, en los que se aprecia la influencia del poeta alemán Heinrich Heine. Las Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer y el poemario En las orillas del Sar de Rosalía de Castro son las dos obras más representativas de esta época, considerada un Romanticismo tardío o posromanticismo.

3. José de Espronceda (1808-1842)

En la producción poética de Espronceda sobresalen las Canciones y los poemas narrativos (El estudiante de Salamanca y El diablo mundo).

Obras Principales:

  • Canciones

    Se trata de poemas dedicados a personajes marginales o rebeldes que rechazan los valores burgueses de la sociedad de la época. En este conjunto destacan La canción del pirata, El cosaco, El mendigo, El reo de muerte o El verdugo.

  • El estudiante de Salamanca (1840)

    Este extenso poema narrativo está protagonizado por don Félix de Montemar, un conquistador amoral y sacrílego que, tras seducir y abandonar a doña Elvira, es conducido a la muerte por el alma en pena de esta. Montemar, encarnación del héroe romántico, se niega a arrepentirse y desafía a la divinidad con una actitud de titanismo o rebeldía satánica.

  • El diablo mundo (1841)

    Poema filosófico inacabado. El anciano Fabio se transforma en Adán, un joven sin recuerdos ni experiencia. El choque entre la inocencia del protagonista y la corrupción de la sociedad evidencia la maldad radical del mundo. Incluye el famoso «Canto a Teresa», elegía dedicada a su amada Teresa Mancha.

4. Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)

Compuso los ochenta y seis poemas que forman las Rimas (publicadas póstumamente en 1871) cuando el Romanticismo canónico había perdido ya vigencia. Sin embargo, su poesía no representa solo el final de un período literario; la influencia decisiva de Bécquer en autores posteriores (como Antonio Machado o Juan Ramón Jiménez) convierte su obra en el punto de partida de la poesía española moderna.

Las composiciones que integran las Rimas pueden clasificarse en cuatro grupos temáticos (aunque tradicionalmente se mencionan tres, la crítica moderna suele distinguir el primero como un bloque diferenciado):

4.1. Rimas sobre la Poesía y la Creación Poética (Metapoéticas)

Bécquer expresa su concepción de la poesía tanto en algunos textos en prosa (como las Cartas literarias a una mujer) como en parte de sus poemas.

  • La poesía nace en el mundo interior del yo, donde habitan los sentimientos, la memoria, la fantasía o el deseo. El lenguaje resulta insuficiente para expresar o exteriorizar esa intimidad (ej. Rima I: «Yo sé un himno gigante y extraño»).
  • Tiene su origen en la inspiración, pero exige un trabajo intelectual consciente sobre las palabras. El verdadero poeta es aquel capaz de unir la inspiración y la razón (ej. Rima III: «Sacudimiento extraño»).
  • Constituye una respuesta espiritual frente a una sociedad burguesa que ha perdido el contacto con lo sagrado. De este modo, poeta y poesía se sacralizan como último misterio y reflejo del anhelo de trascendencia del ser humano.
  • En el mundo social de la época, la intimidad y el sentimiento se asocian a la esfera de lo femenino, mientras que la razón y la vida pública se vinculan a lo masculino. Como expresión de esta concepción, en Bécquer, la poesía se identifica con la mujer (ej. Rima XXI: «¿Qué es poesía?, dices mientras clavas / en mi pupila tu pupila azul. / ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? / Poesía… eres tú.»).

4.2. Rimas Amorosas: El Amor Gozoso

Celebran la plenitud del amor correspondido, la exaltación de la belleza de la amada y la felicidad que este sentimiento proporciona.

4.3. Rimas Amorosas: El Amor Angustiado

Algunos poemas de Bécquer articulan una historia de amor marcada por el desengaño, los celos, la separación o la imposibilidad, al estilo de los cancioneros renacentistas. Abordan temas relacionados con el amor en su vertiente negativa: el sufrimiento por el abandono amoroso, la traición, el desamor, que puede llevar a un profundo dolor existencial.

4.4. Rimas Filosóficas o Existenciales

La toma de conciencia de la vanidad o falsedad de los ideales, el choque típicamente romántico entre el mundo interior y la realidad, provocan un doloroso desengaño (ej. Rimas LXIX, LXXII) que impregna de pesimismo algunos de los poemas. Aparecen motivos característicos:

  • El yo desarraigado y solitario, cuya vida avanza sin rumbo fijo.
  • El tedio o la monotonía de una existencia sin objeto.
  • La concepción de la vida como camino de sufrimiento que se disolverá en el olvido y la nada.
  • La indiferencia del mundo ante la muerte de los seres humanos.
  • La fascinación por el misterio de la muerte, a veces representada mediante la imagen de la mujer ideal.

4.5. Aspectos Formales y Estilo

El estilo de Bécquer resulta coherente con su concepción de la poesía:

  • La búsqueda consciente de efectos literarios expresivos se manifiesta en el empleo de estructuras anafóricas y paralelísticas muy elaboradas (figuras de repetición de palabras o estructuras).
  • La expresión del mundo interior se traduce en el uso de símbolos, generalmente de la naturaleza (viento, agua, golondrinas, madreselvas), al modo de los simbolistas franceses (como Verlaine), contemporáneos del autor.
  • La voluntad de escribir una poesía «natural, breve, seca», intimista, se relaciona con la brevedad de los poemas y el empleo preferente de la rima asonante, que proporciona una sensación de mayor naturalidad y musicalidad contenida.

5. Rosalía de Castro (1837-1885)

Rosalía de Castro escribió dos poemarios fundamentales en gallego (Cantares gallegos y Follas novas) y tres en castellano (La flor, A mi madre y En las orillas del Sar).

5.1. Obras en Gallego: Cantares gallegos y Follas novas

  • Cantares gallegos (1863): Rosalía canta el paisaje, las costumbres, las creencias y las tradiciones de su Galicia natal, en un acto de afirmación de la identidad cultural gallega característico del Rexurdimento (Renacimiento cultural gallego). En algunos poemas aparece ya el tema de la emigración, que encontrará mayor desarrollo en Follas novas.

  • Follas novas (1880): Presenta dos ejes temáticos principales:

    • En las tres primeras secciones del libro predomina una poesía introspectiva, en la que la autora expresa una visión desolada de la existencia, marcada por la soledad, la nostalgia («morriña») y el dolor.
    • En las dos últimas partes denuncia las injusticias sociales que sufre Galicia, cuyas consecuencias son la miseria y el drama de la emigración.

5.2. Obra en Castellano: En las orillas del Sar (1884)

Considerada, junto con las Rimas de Bécquer, una cima de la poesía española del siglo XIX, en En las orillas del Sar Rosalía ahonda en la vía intimista y existencial explorada ya en Follas novas. En la obra aparecen temas como:

  • El inexorable paso del tiempo, que conduce a la extinción.
  • La insatisfacción y el sufrimiento como constantes de la existencia humana.
  • El desengaño y la desesperanza.
  • La fantasía o los sueños como refugio frente al mundo.
  • La muerte, el suicidio o la pérdida de la conciencia como formas de combatir el dolor de vivir.
  • La intuición del vacío de Dios, que convive con la búsqueda de consuelo en la religión.

El uso de versos largos y de metros variados, con una musicalidad muy personal, acercan algunas composiciones al verso libre.

6. El Teatro Romántico

El drama romántico español está constituido por un conjunto de obras escritas o estrenadas fundamentalmente entre 1834 y 1844.

Características Principales:

  • La acción se ambienta con frecuencia en la Edad Media (ej. El trovador de Antonio García Gutiérrez) y otras obras se desarrollan en el Siglo de Oro español (ej. Don Álvaro o la fuerza del sino, del Duque de Rivas).
  • El protagonista es un héroe misterioso, de orígenes inciertos o que oculta su identidad, que lucha contra la opresión, la injusticia o la fatalidad en un mundo huérfano de Dios, en el que los hechos se suceden sin orden ni sentido inteligible. Experimenta un amor puro y absoluto hacia una mujer fiel y angelical y, en la mayoría de los casos, está abocado a un desenlace trágico, que incluye la anagnórisis (reconocimiento) y el suicidio de algunos de los personajes.
  • Se rompe la regla de las tres unidades (acción, tiempo y lugar) como consecuencia de la exaltación de la libertad del creador y la influencia de Shakespeare y Calderón de la Barca. La acción es compleja y dinámica, transcurre en diferentes lugares y, en ocasiones, a lo largo de varios años.
  • En general, las obras se estructuran en cinco jornadas (actos), aunque también hay obras en tres o cuatro, durante las cuales se alternan la prosa y el verso (polimetría).
  • Los autores persiguen efectos escénicos espectaculares en decorados, vestuario e iluminación, buscando conmover al espectador.

6.1. Don Álvaro o la fuerza del sino (Duque de Rivas, 1835)

El estreno en 1835 de Don Álvaro o la fuerza del sino de Ángel de Saavedra, Duque de Rivas, supuso el triunfo del Romanticismo en España. Su importancia en la historia del teatro es similar a la de Hernani de Victor Hugo, representado en París, con gran polémica, en 1830.

Argumento

Don Álvaro, un indiano rico pero de origen desconocido, recién llegado a Sevilla, planea fugarse con Leonor, hija del Marqués de Calatrava, quien se opone a su relación. Tras matar accidentalmente al padre de su amada, el protagonista huye a Italia, donde traba amistad con don Carlos, hermano de Leonor, a quien salva la vida. Cuando don Carlos conoce la identidad de Don Álvaro, lo reta a duelo y muere. Don Álvaro regresa a España e ingresa en un convento, que está cerca de la ermita donde se ha retirado su amada Leonor, creyéndolo muerto. Álvaro y Leonor se encuentran por azar, y don Alfonso, otro hermano de la joven, los descubre. Álvaro se bate con él y lo hiere mortalmente. Antes de morir, Alfonso, que cree que Álvaro y Leonor mantienen su relación en secreto, da muerte a su hermana. Desesperado por la acumulación de desgracias y la fuerza implacable del destino («sino»), Álvaro se suicida arrojándose desde un precipicio.

Interpretaciones
  • Perspectiva filosófica o existencial: El protagonista es víctima de la fatalidad («el sino»), en un mundo caótico donde impera el azar, ciego e irracional. Don Álvaro sería así expresión de la angustia ante un destino adverso e incomprensible, reflejando la «muerte de Dios» o la ausencia de un orden providencial, tema al que dedicaron reflexiones los poetas románticos y filósofos de la época.
  • Perspectiva social: Don Álvaro representa la rebeldía individual frente a los prejuicios sociales de una sociedad inmovilista y anquilosada en el honor. El protagonista es un mestizo de orígenes oscuros, mientras que Leonor pertenece a la rancia familia noble de los Calatrava, que con su obsesión por la defensa del honor encarna los valores tradicionales y opresores.

6.2. Don Juan Tenorio (José Zorrilla, 1844)

El drama en verso Don Juan Tenorio (1844) de José Zorrilla es una de las obras más populares y representadas del teatro español. Recrea el personaje de don Juan con todos los elementos constitutivos del mito: el seductor temerario e impío, la lista de mujeres burladas y el convidado de piedra.

Zorrilla se sitúa en la estela de otros autores románticos fascinados por este personaje, encarnación del individuo rebelde no sometido a ley o principio alguno. Sin embargo, el dramaturgo español introduce dos diferencias esenciales respecto al mito original de Tirso de Molina:

  • El enamoramiento real y sincero de don Juan por doña Inés y la consideración del amor como fuerza redentora y transformadora.
  • La conversión y salvación final del alma del protagonista gracias al amor y al arrepentimiento.

En la redención de don Juan se trasluce la ideología del autor, un tradicionalista cristiano que se inscribe dentro del Romanticismo conservador.

Argumento y Estructura

La obra se divide en dos partes:

  • Primera parte (actos I-IV): «Libertinaje y escándalo». Don Juan, para ganar una apuesta con don Luis Mejía sobre quién es más canalla y seductor, se propone conquistar a una novicia (doña Inés) y a la prometida de don Luis (doña Ana de Pantoja). Seduce a doña Inés, de la que se enamora sinceramente. Más tarde, da muerte en duelo a Don Gonzalo de Ulloa, padre de la joven, y a don Luis Mejía.
  • Segunda parte (actos I-III, aunque numerados como V, VI y VII en la obra completa): «Expiación y salvación». Cinco años después, Don Juan regresa a Sevilla y encuentra en el cementerio los sepulcros de doña Inés (muerta de amor) y de don Gonzalo. Se encara entonces con la estatua de Don Gonzalo, a la que invita a cenar. La estatua acude a la cena y cita, a su vez, al seductor en el cementerio para la noche siguiente. Don Juan, tras ver su propio entierro y enfrentarse a las sombras de sus víctimas, se arrepiente en el último instante, y gracias a la intercesión del alma de doña Inés, que había apostado con Dios su propia salvación por la de don Juan, muere alcanzando el perdón divino.

7. La Prosa Romántica: El Artículo Periodístico y Larra

Aunque la novela histórica tuvo cierto auge (como El señor de Bembibre de Enrique Gil y Carrasco), la forma más destacada de la prosa romántica en España fue el artículo de costumbres y el artículo de crítica política y literaria, con Mariano José de Larra como su máximo exponente.

7.1. El Artículo Periodístico

El artículo periodístico es una forma breve del ensayo en la que el autor reflexiona o expresa su punto de vista sobre hechos o cuestiones de actualidad, con una intención que puede ser informativa, crítica o satírica.

7.2. Los Artículos de Mariano José de Larra (1809-1837)

Mariano José de Larra, también conocido por su seudónimo «Fígaro», fue un profesional del periodismo que publicó sus artículos en diversos periódicos y folletos de la época. Sus textos se caracterizan por el uso magistral del humor (especialmente la ironía y el sarcasmo) y un hondo pesimismo crítico ante la realidad española.

La ironía, la caricaturización de tipos y personajes, y la narración en primera persona de una anécdota (a partir de la cual se extrae una reflexión de carácter general) serán algunas de las estrategias empleadas por el autor.

La profunda preocupación por la realidad de España, su atraso y sus problemas sociales y políticos, convierte a Larra en heredero de los ilustrados del siglo XVIII y en claro antecedente de la Generación del 98.

Clasificación de sus Artículos

De acuerdo con la temática, podemos organizar los artículos de Larra en tres grandes bloques:

  1. Artículos de Costumbres

    Desde una óptica reformista y crítica, Larra satiriza los vicios, defectos y la vida cotidiana de la sociedad española. Son célebres artículos como «El castellano viejo», «Vuelva usted mañana», «El casarse pronto y mal», «Un reo de muerte» (donde critica el sistema carcelario y la pena de muerte), o «Corridas de toros».

  2. Artículos Políticos

    En ellos, Larra denuncia la falta de libertad, la ineficacia de los gobiernos, el absolutismo, el carlismo, la censura y aboga por el progreso y las reformas liberales. Ejemplos: «El ministerial», «Dios nos asista».

  3. Artículos de Crítica Literaria y Teatral

    Expone su concepción de la literatura, comenta las obras representadas en los teatros de la capital o reseña libros. Muestra su admiración por autores como Moratín y escribe críticas elogiosas con motivo del estreno de los grandes dramas románticos (ej. La conjuración de Venecia de Martínez de la Rosa, o El Trovador de García Gutiérrez), contribuyendo a su éxito.

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