Jan Mukarovský: Claves de su Pensamiento sobre Arte, Signo y Sociedad

Jan Mukarovský y el Estructuralismo

En su revisión crítica del Formalismo, que ya se empezaba a intuir en los trabajos de Roman Jakobson y Yuri Tiniánov, y gracias también a sus aportaciones específicas (provenientes de la tradición filosófica alemana), Jan Mukarovský se erige como una figura fundamental del Estructuralismo. Resulta fácil encontrar ejemplos actuales para ilustrar los problemas que él intentaba resolver en los años treinta. Mukarovský utiliza ejemplos de su época e incluso del siglo XIX, ya que el Estructuralismo no comparte la reticencia del Formalismo a emplear ejemplos no contemporáneos.

La obra de Mukarovský, especialmente su concepción articulada en El arte como hecho sígnico, es central. Su producción más influyente se concentra en los años cuarenta y cincuenta, aunque su vida se extendió mucho más. Esto puede explicarse por las cambiantes vicisitudes políticas, sobre todo en relación con el marxismo. Las bases de sus planteamientos teóricos en este campo se encuentran en Ferdinand de Saussure y Nikolai Trubetzkoy; este último, por ejemplo, escribió un artículo fundamental donde definía el sistema de fonemas. Los fonemas no se definen en cada idioma de forma aislada, sino por oposición (definición negativa): un fonema es lo que los otros no son. Es importante recordar que, además de emitir signos, al hablar también comunicamos significados y nos relacionamos.

Contexto Filosófico: Dilthey y las Ciencias Humanas

Mukarovský también dialoga con la distinción de Wilhelm Dilthey entre las ciencias humanas y las ciencias exactas. Se instala en la búsqueda de la especificidad de las ciencias humanas entendidas como ciencia.

La Obra de Arte: Signo, Estructura y Valor

Para Mukarovský, la obra de arte es signo, estructura y valor. La palabra «estructura» era un término de moda utilizado por muchas disciplinas. En una estructura, hay un todo y sus partes. Sin embargo, el todo no es simplemente la suma de las partes. Existe un orden determinado por el cual las partes se combinan para resultar en un todo. La estructura es una interacción entre el todo y las partes, en la que el todo no implica una totalidad cerrada y las partes no son ajenas a la combinación. Dicha combinación puede añadir nuevos valores a las partes cuando estas se interrelacionan.

En resumen, la estructura es un todo que surge por la combinación de partes que poseen un valor individual y que adquieren otros valores en dicha combinación.

Diálogo con Otras Tradiciones

Mukarovský también dialoga con la tradición de la estética psicológica, citando, por ejemplo, a Charles Augustin Sainte-Beuve.

La Obra de Arte como Mediación

La obra de arte media entre su autor y el receptor. Es crucial preguntarse por la naturaleza de esa mediación. Mukarovský distribuye el contenido de la obra de arte basándose en el modelo del signo de Saussure.

Un artefacto (la obra-cosa) puede generar múltiples objetos estéticos, que son el conjunto de valores que se le atribuyen a dicho artefacto.

Individualidad y Sociedad en el Arte

Mukarovský sostiene que, en el momento en que se busca expresar una individualidad, esta debe supeditarse a la sociedad.

Dialéctica entre Valor Autónomo y Valor Colectivo

Toda obra de arte surge de una dialéctica entre el valor autónomo del signo con el que se constituye y el valor colectivo. Mukarovský observa que en el lenguaje coexisten el uso del lenguaje cotidiano y un valor autónomo que emerge cuando se formaliza el mensaje. Desde la perspectiva del valor autónomo, es necesario estudiar las leyes inmanentes; pero también se debe analizar la dialéctica social que permite que esos signos, combinados de una manera específica, comuniquen algo concreto.

Algunas artes poseen un mayor valor comunicativo que otras. Las «artes con trama» (como la narrativa) comunican más. En términos de comunicabilidad, una novela comunica más que una sinfonía, y un ensayo más que una danza. Todas las artes poseen ambas dimensiones (autónoma y comunicativa/social), pero con un peso distinto. Es fundamental entender cómo una novela, por ejemplo, se convierte en un objeto estético.

Desarrollos Posteriores y Conceptos Clave

Como todo texto fundacional, El arte como hecho sígnico de Mukarovský plantea muchas ideas, aunque no todas son desarrolladas en profundidad en esa obra. Los aspectos que faltan se van desarrollando en textos posteriores. Conceptos como norma, valor y función son eminentemente sociales. Es necesario bifurcar la noción de obra entre su materialidad y su valor: el arte se divide en la obra-cosa (el artefacto material) y el objeto estético (su realización en la conciencia social). Una sola obra-cosa puede generar distintos objetos estéticos.

El Signo Artístico y sus Funciones

La estructura está hecha de partes. Cada una de estas partes tiene un valor individual y un valor colectivo en combinación. Mukarovský retoma la noción de signo de Saussure, pero explica que algo se convierte en signo cuando media, es decir, en el momento en que deja de ser puramente individual para volverse social. Sin el signo no habría comprensión. El signo es una mediación social que ofrece la ventaja de hacer comprensible algo, a costa de someterlo a unas normas y estructuras sociales.

La obra de arte es una mediación que no es estrictamente un signo comunicativo, sino que a la función comunicativa o informativa del signo le añade una función poética. Los Formalistas ya habían empezado a reflexionar sobre las funciones del lenguaje. Los Estructuralistas, a diferencia de algunas interpretaciones del Formalismo, no desechan la función comunicativa en un texto, aunque prime la función estética. La obra de arte es la unión del valor autónomo y el valor social. Ese valor autónomo también sirve para comunicar cosas. No es lo mismo un soneto que una biografía; cada uno sigue una estructura dialéctica distinta.

Siempre existe una relación con la realidad en la literatura, pero nunca es de mero testimonio. No es algo que tenga una huella directa de la realidad o que sea un simple reflejo de esta. No es una relación tan directa. La literatura plantea una visión de la realidad, pero no es una visión directa. La obra de arte construye una relación indirecta con la realidad. Mukarovský hace hincapié en que es precisamente el cómo se construye esa relación indirecta lo que nos interesa del arte.

La Dinámica de la Función Estética y la Norma

Mukarovský desarrolla en su obra Función y norma como hechos sociales que la función estética no es estática. El arte, en determinados momentos, puede tener una mayor dosis de elementos que no son estrictamente estéticos. Pero, inversamente, también hay fenómenos sociales que adquieren un valor estético mayor con el tiempo. Por ejemplo, en una determinada época, comer solo tenía una función práctica, una necesidad física; ahora, sin embargo, comer también tiene una dimensión cultural, y existe una necesidad estética más allá de la física. Esto cambia a nivel histórico, pero también a nivel social. La distribución de la función estética varía según las clases sociales.

La función estética remite a la función poética de Roman Jakobson. Según la plantea Mukarovský, la función estética es algo dinámico que se modula con los cambios sociales. La función del arte es renovar la esfera de los objetos estéticos. La función no es algo estático. Jakobson, en el entorno formalista, pensaba que la función poética era algo fijo que permite identificar la literariedad de un texto. Para Mukarovský, en cambio, es una energía, un flujo que permite distribuir la función estética a lo largo del espacio y el tiempo. La función estética se ha convertido en prioritaria hoy en día. Mukarovský señala que hay una transfusión constante de la función estética entre distintos ámbitos.

Por eso, la norma estética es siempre dinámica. Permite ver qué hay de artístico en una obra, pero también va adquiriendo distintas consideraciones estéticas dentro de su propia norma.

Ruptura, Tradición y Norma Estética

Mukarovský se plantea hasta qué punto la ruptura que desafía el consenso se convierte, con el tiempo, en tradición. El paradigma artístico se llena de incomodidad al pensar que cada ruptura es después considerada arte. Se cuestiona hasta qué punto, a partir del Romanticismo y las Vanguardias, la ruptura del valor estético dominante conlleva un componente de desasosiego.

Mukarovský reitera que la función del arte es renovar la esfera de lo estético.

La Norma Estética: Entre Dinamismo y Obligatoriedad

Si consideramos que el arte es la máxima expresión de lo cultural, y lo cultural se opone a lo natural, habría que reflexionar sobre el cambio de pensamiento necesario para considerar un paisaje como un objeto estético. La función estética no es algo estático, sino una energía. Esa energía choca con la norma estética, que no es una ley necesaria e inmutable. Sin embargo, en el momento en que se impone una norma sobre qué es arte o no, se establece una ley con cierto grado de obligatoriedad. Por tanto, la norma estética, aun no siendo estática, participa de cierta obligatoriedad. Lo rutinario nos lleva a vivir la nada; si solo se repitiera la norma, el arte se convertiría en un objeto estético obsoleto. La mera regularidad lleva a la indiferencia.

Conclusión: El Valor Integral de la Obra

Mukarovský diría que un texto llama la atención sobre algo literario, pero que también es intrínsecamente cultural. Se incorporan elementos culturales y sociales que otorgan valor al texto. En definitiva, el valor de una obra reside en la mediación entre el valor autónomo de la obra y su valor social o cultural.

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