La novela después de la Guerra Civil

Historia de una escalera, de Antonio Buero Vallejo (2ª mitad XX, 1949): ….Que se estrena en 1949 se sitúa dentro de la denominada literatura de postguerra, dentro de un periodo en el que tras la guerra civil se produce una quiebra en cultura y ciencia….Lleva a la escena, por 1ª vez después de la guerra, un pedazo de realidad que no tenía nada que ver con el teatro burgués, y se inscribía en el Realismo social, que dominaría la novela, la poesía y el teatro de la década posterior. La verosimilitud, el acercamiento a lo cotidiano y el espíritu crítico están presentas en la obra, cuya acción sucede en una escalera por la que pasan 3 generaciones de vecinos durante 30 años, en las que se repetirán las aspiraciones, deseos y el fracaso. La escalera que no conduce a ninguna parte simboliza la dramática situación de la población española del momento, simboliza una frustración y una falta de esperanza en el futuro. Mediante la antonimia activos-contemplativos el autor proyecta en el enfrentamiento de Fernando y Urbano dos modos opuestos de vivir el mundo: individualista e insolidario. Acude a la tragedia plantear el conflicto entre el hombre y su destino en la vida. Aunque el tema central parece exclusivamente la historia de un fracaso sentimental, en realidad plantea el conflicto entre el idealismo y la realidad. Tiene un mensaje desde el punto de vista existencial pesimista a pesar del cual la ultima generación tiene la posibilidad de romper la inercia hacia la infelicidad. Buero plantea unas cuestiones fundamentales, pero no da respuesta al interrogante para que el lector reflexione. Ofrece a la sociedad española del Siglo XX un espejo donde esta se mirara a si misma. 
La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca(Siglo XX anterior a 1940): Lorca lamentó que la mayoría de los dramaturgos escribieran “para el piso principal” dando a entender que solo se abordaban problemas de la burguésía, problemas relacionados con dinero, estatus social y desde una perspectiva convencional, donde se marginaban temas como sexo o política, por ello reivindica la necesidad de una renovación teatral en su obra El público, que no se estrena hasta 1987. Desde 1933 tiene intención de escribir una “trilogía dramática de la tierra española”, sus dos primeras piezas serían Bodas de sangre y Yerma, la tercera recibe tiene dos nombres, La destrucción de Sodoma o Las hijas de Loth , y la Casa de Bernarda Alba es la que cierra la trilogía rural. Aunque Lorca no la clasifica como tragedia sino como “drama de las mujeres de los pueblos de españa” o “drama de la sexualidad andaluza” y se propone que la obra sea un documental, un reportaje, en el que desarrolla la lucha entre el principio de autoridad (encarnado en Bernarda, que dicta años de luto para sus hijas por la muerte de su marido) y el principio de libertad (representado por Adela, que mantiene relaciones ocultas con Pepe el Romano, Bernarda al descubrirlo dispara contra el y al creerlo muerto Adela acaba suicidándose). 


Transcurre en un espacio hermético condicionado por el “que dirán”, a su vez se puede ver el instinto de poder, que será llevado hasta la negación de la realidad ”ha muerto virgen”. Frente a el otro instinto: el sexo. Solo caben dos salidas: la locura (María Josefa) O el suicidio (Adela). También se puede ver el conflicto de las diferencias de clase encarnado en la relación Bernarda-Poncia, así como la opresión que vive la mujer en un mundo machista. Lorca transciende el Naturalismo al convertir en símbolos los elementos del drama: animales y plantas, efectos acústicos, los espacios, colores(negro, blanco, verde) , así como los personajes.

Saber perder, de David Trueba (1974 hasta nuestros días) : Tras la muerte del general Franco, el ambiente de libertad en el que comenzó a desarrollarse la cultura española permitíó un mejor conocimiento de la literatura española en Europa y de la occidental en España. Desde 1975 hay un importante desarrollo de la industria editorial y un aumento del consumo literario en el que destaca la novela, a su vez, destacan la diversidad de corrientes, la multiplicidad de escritores y la pluralidad de tendencias; Saber perder se llevo el Premio Nacional de la Crítica de 2008 y sus artículos publicados en El País se han recopilado en distintas antologías; Saber Perder manifiesta “como se puede hacer hoy Realismo literario” la estética predominante en este periodo, que reconocemos en otros escritores de la generación del 75 y posteriores; Saber Perder es la historia de un país de un país resumida en las pequeñas historias de “esa gente que no tiene visibilidad”, Trueba presenta en la novela un “entramado social, duro, difícil” pero mirándolo “a través del cristal del humor y suaviza su crudeza”.  Se ve claramente que la novela se sitúa en Madrid, aunque también se ven secuencias que remiten a Buenos Aires, Ecuador y Nigeria; La novela relata en 4 capítulos las historias paralelas de Leandro, Lorenzo, Sylvia y Ariel que nos llevan a ver las diferentes etapas de la vida: adolescencia, juventud, madurez y vejez. Presenta un desarrollo aparentemente lineal pero también recurre al flash forward y al flashback, haciendo uso de un narrador omnisciente que combina el estilo directo, indirecto e indirecto libre. Se aprecia la influencia periodística del escritor en la base documental reflejando las nuevas realidades del mundo cotidiano: la economía del pelotazo, el ascenso de los nuevos ricos, el desconcierto de una nueva clase media los dramas de la emigración, el submundo del negocio sexual, la parte oculta del fútbol y la corrupción. Como su nombre indica, es un libro que enseña los fracasos, las superaciones y que perder es parte de vivir mediante unos personajes que inspiran ternura y compasión.

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