Legado Literario de Miguel Delibes y Tendencias del Cuento Español Contemporáneo

Miguel Delibes: Vida, Obra y Compromiso Social

Nacido en Valladolid en 1920 y fallecido en la misma ciudad en 2010, Miguel Delibes fue una figura polifacética: catedrático de Derecho Mercantil, dibujante y periodista. Fue un escritor profundamente arraigado a la tierra, y a la vez un gran viajero (como se refleja en Diario de un emigrante) y cazador (evidente en Diario de un cazador). Su pensamiento cristiano se manifiesta en obras como La sombra del ciprés es alargada y Aún es de día. La muerte de su mujer lo marcó profundamente, y fue miembro de la Real Academia Española.

Evolución Literaria y Temas Centrales

Delibes se inscribe en la novela existencial de los años 40 con La sombra del ciprés es alargada, en el realismo crítico de los 50 con Mi idolatrado hijo Sisí, y la madurez de su obra coincide con la experimentación formal de los años 60, destacando Cinco horas con Mario. Además, cultivó ensayos, cuentos y diarios, a menudo narrados en primera persona.

Su ideología se centra en defender la dignidad y autoridad de la persona, así como la justicia social. En sus novelas, esto se traduce en ternura y comprensión hacia los seres desvalidos.

Siempre fue fiel a sus principios: el valor de la palabra sencilla y precisa, el hombre como principio y fin de su novela, tanto como individuo como ser social. Para Delibes, una novela debía contener tres elementos esenciales: un hombre, un paisaje y una pasión. Inició una campaña tenaz contra la situación de las aldeas castellanas: el abandono, la despoblación y la marginación cultural.

Por ello, siempre defendió la vuelta a la naturaleza y rechazó la vida cada vez más mecanizada y artificial. Algunos de sus personajes se niegan a integrarse en medios sociales más evolucionados.

La Crítica en la Obra de Delibes

Crítica Ecológica y Social

Delibes denunció la destrucción de la naturaleza. La crítica ecológica, la agresión del hombre a la naturaleza y su incapacidad de vivir en consonancia con ella, aparece en obras como Las ratas, El disputado voto del señor Cayo y Los santos inocentes. Sin embargo, esta crítica siempre suele estar unida a la crítica social.

Sus escritos están llenos de testimonios que documentan la pobreza, la marginación social, el deterioro material del campo, la emigración obligada y el egoísmo de la gente de la ciudad. Un testimonio amortiguado por el amor del autor y por una ternura frecuente, como en El camino. El objetivo de Delibes es criticar, poner en tela de juicio todo aquello que pueda ser mejorado.

En Las ratas se denuncia la miseria, el abandono y las calamidades del campo español. Estas ideas eran las que a Delibes no se le permitía plasmar en forma de artículo en El Norte de Castilla. En Los santos inocentes, la crítica ecológica queda supeditada a la crítica social.

Crítica Política y de la Conducta Humana

La crítica política no aparece de forma clara, a diferencia de otros planteamientos. Aparece especialmente en Parábola del náufrago. En Cinco horas con Mario, la crítica política parece disfrazada como crítica social. Y La guerra de nuestros antepasados es una reflexión sobre la violencia del pueblo español.

La crítica contra la conducta del ser humano se manifiesta en obras como La hoja roja, donde se critican las relaciones sociales afectadas por el egoísmo. En Aún es de día, se critica el trato injusto y la marginación que sufren quienes por su condición física son diferentes a los demás. La educación es un tema central en El tesoro y El príncipe destronado.

De la crítica de la realidad, emergen temas como la naturaleza, la muerte, Dios, la búsqueda de la felicidad, el amor y la injusticia social. A Delibes no le interesa tanto la acción como las vivencias de los personajes.

El Cuento y el Microrrelato en la Literatura Española Contemporánea

En los años 80 se produce un auge del cuento: aparecen editoriales que permiten a los jóvenes autores publicar, también surgen revistas como Lucanor, Quimera e Ínsula, y premios literarios como el Premio Antonio Machado.

Son muy importantes, académica y literariamente, las antologías que permiten la difusión de cuentos y autores, así como la difusión que hacen las páginas web. Por último, los talleres de escritura y de lectura, y adaptaciones cinematográficas como la de La lengua de las mariposas, han contribuido a su éxito.

El éxito del cuento se debe a su capacidad para capturar lo fragmentario, acorde a la estética de la posmodernidad, caracterizada por la desmitificación de lo clásico, las teorías filosóficas y socioculturales, y la ironía.

En primer plano está lo individual, privado y personal, por encima de lo social. Hay presencia de lo metaliterario, la ironía y el distanciamiento. Se produce hibridación de géneros y subgéneros. La principal característica es la heterogeneidad y la variedad de estilos, tendencias, procedimientos, normas y modelos estéticos.

Coexisten autores de todas las edades y procedencias: las generaciones mayores y los escritores de la Transición, como Luis Mateo Díez (Brasas de agosto), Enrique Vila-Matas (Suicidios ejemplares); los jóvenes autores nacidos en los 60, 70 y 80, como Jesús Ferrero y Eloy Tizón; y aquellos que escriben en catalán, gallego o vasco, pero luego traducen su obra al castellano, como Manuel Rivas.

Tendencias Fundamentales del Cuento Contemporáneo

La heterogeneidad se manifiesta en dos tendencias fundamentales:

  • El cuento realista: Su principal exponente es Luis Eduardo Zúñiga con su libro Capital de la gloria. El realismo es diferente al de la posguerra; se mezcla con la memoria, la fabulación y la imaginación. Otros ejemplos son Los girasoles ciegos de Alberto Méndez y Qué me quieres, amor de Manuel Rivas.
  • La fantástica: En 1980 se publica un libro fundamental, Mi hermana Elba, de Cristina Fernández Cubas. Podemos añadir a José María Merino y Julia Otxoa. Esta tendencia parte de lo cotidiano y reconocible para llegar a lo insólito e inquietante, a través de la narración de mundos paralelos e irreales, sin límites entre sueño y vigilia, entre realidad y ficción. La fantasía no es escapista, sino transgresora.

Hay una tercera tendencia, la metaficción, donde los escritores son protagonistas, como en cuentos de Quim Monzó o Juan Bonilla; un ejemplo es Pasiones de papel.

Subgéneros y el Auge del Microrrelato

Los subgéneros dentro de estas grandes tendencias se hibridan y multiplican, como en Obaba de Bernardo Atxaga o los cuentos de Juan José Millás. Entre estos subgéneros, podemos nombrar una tendencia comprometida, el lirismo (con Eloy Tizón), y los cuentos más dramáticos (como los de Javier Tomeo).

Han cultivado también el microrrelato. Los escritores tienen conciencia de estar cultivando un nuevo género, ya que se alejan del realismo y miran nuevamente a las vanguardias.

Viejos y nuevos escritores se juntan en este género: La piedra Simpson de Alberto Escudero, con narraciones polifónicas en tres columnas, textos publicitarios y composiciones en verso; Historias menores de Javier Tomeo y Los males mayores de Luis Mateo Díez. Son textos que admiten diversas formas textuales y desembocan en el vanguardismo más radical. La característica más importante es la alternancia de formas textuales.

Autores como José María Merino o Juan Pedro Aparicio se sitúan ya, respecto a la generación anterior, en un género consolidado, con mayor presencia de lo fantástico, de la intertextualidad e intratextualidad, y del humor negro y grotesco. Algunos tratan temas serios: la problemática del ser humano en la posmodernidad, la violencia de género y la monotonía.

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