Literatura años 80

Lírica Posterior a la Guerra Civil

La Guerra Civil (1936-1939) supuso una ruptura Radical con toda la lírica anterior, que se vio sustituida por una literatura De propaganda, tanto del bando republicano como nacional. El poema era un Mecanismo de lucha que ensalzaba al dirigente, al compañero muerto en la Batalla…

Tras el triunfo del bando nacional, los estudiosos Dividen la lírica de esta etapa en décadas.La década de los años 40 estuvo Marcada por la fuerte censura de la dictadura que impidió la difusión de obras Extranjeras. Destacó Miguel Hernández en cuya producción podemos seguir su Evolución ideológica que va desde el más marcado catolicismo hasta la Militancia republicana y comunista. Destaca El rayo que no cesa por la Perfección de sus sonetos y Viento del pueblo y El hombre que acecha En las que protesta por la angustia en la que viven, el hambre y la guerra. En La cárcel escribirá Cancionero y romancero de ausencias que gira en Torno a la ausencia de libertad y de amor.

En esta misma década surge lo que suele conocerse Bajo en nombre de poesía arraigada o de evasión (ligada al régimen franquista) Y la poesía desarraigada (que expresa el dolor y la angustia de los Perdedores).

La primera lírica se apoyó en revistas como Escorial Y Garcilaso que eran órganos de propaganda intelectual a favor del Régimen. A esta corriente pertenecen Leopoldo Panero, Luis Rosales o Dionisio Ridruejo, entre otros.

A partir del año
44 surgíó la revista Proel, Corcel Y más tarde Espadaña de espíritu existencialista. Se publican en este Mismo año dos obras fundamentales: Hijos de la ira de Dámaso Alonso (que Introduce grandes cambios formales como uso del versículo y vocabulario no Poético, y temas poco líricos como la podredumbre y lo monstruoso), Sombras Del Paraíso de Vicente Aleixandre (cuyo tema clave es el paraíso perdido).

Surgíó también en esta década una poesía de Vanguardia relacionada con el Grupo del 27, el postismo (que quería ir más allá De todo los “istmos” inventados) y el grupo Cántico (un grupo que apostó por la Lírica barroquizante y el refinamiento lingüístico y formal).

Durante los años 50 triunfó la poesía social, que Entendía la poesía como un arma para denunciar las injusticias que se vivían en Esa época. Esta poesía denunciaba la realidad social ante el silencio impuesto Desde el poder franquista y trató de concienciar a los lectores de la situación En la que vivían.

Debemos destacar a José Hierro con Tierra sin Nosotros o Quinta del 42 y, sobre todo, a Gabriel Celaya, uno de los Pilares de la poesía social con su Tranquilamente hablando, una poesía De compromiso, Paz y concierto y su sublime Cantos íberos en la Que defiende la función de la literatura como arma de lucha social. Celaya Conocerá también una poesía experimental como Función de uno, equis, ene Y Campos semánticos.

Blas de Otero es otra de las grandes figuras de la Poesía social de los años 50. Aunque en un principio su poesía es de tono Religioso y ejemplifica la lucha entre Dios y el hombre (Ángel fieramente Humano y Cántico espiritual), más tarde intenta sacudir las conciencias Con su Pido la paz y la palabra, las únicas armas de las que dispónía Para enfrentarse a la situación.

En la década de los sesenta la poesía, sin dejar la Denuncia social, buscó una mayor elaboración del lenguaje poético y deja lo Colectivo para volver a fijarse en el individuo y a incorporar los temas o Vivencias propias de la vida cotidiana y privada a los poemas. Pertenecen a Este grupo Carlos Barral, J. A. Goytisolo y Jaime Gil de Biedma (Las Personas el verbo), el gallego Ángel González (La memoria y los signos, 37 fragmentos) y José Ángel Valente entre otros. Los temas comunes de Estos poetas son el tiempo y su fugacidad, el amor y el erotismo y la metapoesía.En Los años setenta llegaron los Novísimos que reaccionaron contra le Realismo de épocas anteriores y propusieron un literatura esteticista. La preferencia por La cultura de masas (los mass media), la cultura camp (una uníón de lo popular Y lo artístico), el cultura urbana, el hermetismo (sus poemas solo podían ser Descifrados por lectores con la misma formación que ellos) y una cuidada Elaboración formal y retórica son algunos de sus rasgos principales. Perre Gimferrer con Arde el mar y  Muerte En Beberly Hills fue uno de los más destacados Novísimos.

Finalmente, a partir del 75, con la llegada de la Democracia, terminó la censura y surgíó un gran número de tendencias literarias Como el neosurrealismo, neoromanticismo, poesía del silencio etc.
La tendencia Que parece tener una mayor repercusión en el panorama actual es la poesía de la Experiencia que trata temas cotidianos y propone reflexiones personales. La Poesía de la experiencia agrupa a poetas muy diferentes entre los que destaca Luis García Montero (Completamente viernes), Jon Juarista (Diario de Un poeta recién cansado) y el gallego Miguel D’Ors (Es cielo y es azul).

La novela española en las tres décadas  posteriores a la Guerra Civil



Años 40. Novela existencial

La mayoría de los narradores que Iniciaron su obra después de la Guerra Civil rompen la continuidad con la línea De Vanguardismo y experimentación iniciada en las décadas de preguerra. Autores Como Ignacio Agustí o Juan Antonio Zunzunegui destacan dentro de este Realismo Tradicional. La publicación en 1942 de  La familia de Pascual Duarte de  Camilo José Cela  (que inaugura la Corriente del tremendismo) y en 1945 de Nada de Carmen Laforet  inicia un arranque del género. Estas obras Son un reflejo de la vida cotidiana. Su enfoque se hace desde lo existencial. De ahí que los temas sean la soledad, la inadaptación, la frustración,  la muerte… Abundan los  personajes marginales y angustiados.

Años 50. La novela social.

La novela social será la Corriente dominante entre 1951 –fecha de La Colmena-   y 1962   –fecha de Tiempo de silencio de Luis Martín Santos-.Durante estos años Se incorporaron a la novela española varias tendencias narrativas extranjeras: El conductismo, el objetivismo y el neorrealismo Los escritores de los Cincuenta se plantearon un  compromiso ético ante la realidad; por lo tanto, las novelas intentaron reflejar la Situación que vivían los españoles de la época: la pobreza, la alienación de Los trabajadores, la frivolidad de las clases altas. En estas novelas se tendíó Al  protagonismo colectivo. Para centrar La historia, se redujo el argumento y se limitaron el tiempo y el espacio. Algunos de estos narradores consideraban que la realidad de la época implicaba También las vivencias personales del individuo, lo que les permitíó mostrar Otro aspecto del mundo a través de temas como la soledad, la frustración o la Decepción. Destacan: Ignacio Aldecoa, Carmen Martín Gaite, Rafael Sánchez Ferlosio, Juan Goytisolo, Juan García Hortelano, José Manuel Caballero Bonald, Ana María Matute, etc.

Años 60. Nuevos procedimientos Narrativos.

En la década de los sesenta, Empezaron a aparecer signos de cansancio de la novela social. Tres obras Muestran con claridad los nuevos rumbos de la narrativa española:  Tiempo de silencio (1962), de Luis Martín Santos; Señas de identidad (1966), de Juan Goytisolo; y Cinco horas con Mario (1966), de Miguel Delibes. Si bien los contenidos de estas narraciones Mantienen la línea de las historias sociales, la  preocupación por la forma adquiere mayor Dimensión. Los autores tienen cada vez más en cuenta las aportaciones de los Novelistas extranjeros, y pronto causará un fuerte impacto la nueva novela Hispanoamericana.Nuevos procedimientos narrativos: La novela da entrada a lo Imaginativo, lo alucinante, lo  irracional,  lo  Onírico.  En algunos casos se Buscan anécdotas propias de géneros considerados  “marginales”: la  novela policíaca, el  folletín, los libros de  caballerías, la  picaresca…: Punto de vista múltiple, Perspectivismo, estructura externa  (capítulos Y secuencias), estructura interna(técnica del contrapunto, desorden Cronológico, elipsis, etc.) personajes en conflicto con la realidad, uso del Estilo indirecto libre y del monólogo interior, renovación estilística, etc. La Renovación se manifiesta también en autores pertenecientes a la generación de Posguerra como Delibes o Torrente Ballester, y en autores de los 50 como Juan Marsé, Carmen Martín Gaite, Luis Goytisolo, etc.

La novela desde 1975

Pluralidad de tendencias (novelas De amor, de aventuras, policíacas, costumbristas, fantásticas, negras, Históricas, etc.). Hay  una recuperación De la trama argumental. Las novelas vuelven a entenderse como ficción de unos Hechos que el lector ha de considerar como si fueran verdaderos. La narrativa Se aleja de  la referencia cultural, del Experimentalismo puro y del mero juego literario (existen algunas excepciones Como la obra de Julián Ríos, Larva). La estética dominante en la novela será la De carácter realista, distinta a la de los años 50. Las narraciones no van a Poner en cuestión la realidad social que presentan, la ambientación realista Servirá de marco de las preocupaciones individuales de los personajes. El Intimismo y el neoexistencialismo serán notas comunes en muchos relatos Posmodernos. Hay muchas obras ambientadas en lugares exóticos y se produce un Renacer de la  novela histórica. Eduardo Mendoza, Juan Marsé, José Mª Merino, Javier Marías, Antonio Muñoz Molina, Almudena Grandes, Belén Gopegui, etc 

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