La lírica mozárabe
Durante la Edad Media, en toda Europa circulaban canciones creadas por el pueblo para expresar sus sentimientos y acompañar sus labores cotidianas.
Estas canciones populares, sin embargo, no se conservan en documentos escritos porque el pueblo que las creó y las cantó era analfabeto, y el pergamino era demasiado caro para emplearlo en guardar unas composiciones a las que apenas se les daba importancia.
Sin embargo, desde el siglo XI, los poetas cultos de los reinos musulmanes de Al-Ándalus se interesaron por estas cancioncillas populares y las recogieron por escrito en sus antologías poéticas.
Gracias a este interés por conservarlas han llegado hasta nosotros las primeras canciones en lengua romance: **las jarchas**.
Las jarchas
Las jarchas son canciones populares escritas en una de las lenguas románicas que se hablaban durante la Edad Media en la Península: el *mozárabe*.
Formaban parte de un poema bilingüe mayor llamado *moaxaja*. La *moaxaja* estaba escrita en árabe culto o hebreo y al final incluía la *jarcha*, que contenía el núcleo temático de la composición.
Estas canciones mozárabes frecuentemente reproducían un tipo de canción amorosa muy extendida por la Península Ibérica: el lamento de la mujer ante la ausencia del amado, dirigido a su madre, amigas o hermanas.
Las jarchas son la primera manifestación escrita de la lírica popular en lengua romance, y uno de los mejores ejemplos de la riqueza del intercambio cultural entre cristianos, musulmanes y judíos en la Península Ibérica.
El lenguaje poético de las jarchas
El lenguaje poético de las jarchas es sencillo y emotivo, como cabe esperar debido a su carácter popular. Su fuerza poética reside en la intensidad de los sentimientos que expresan, reforzados con frecuentes exclamaciones e interrogaciones retóricas en las que la mujer se pregunta el *porqué* de la ausencia de su amigo.
Debido a la interinfluencia de los dos idiomas en contacto, con frecuencia aparecen palabras en árabe, como *habib* (que significa ‘amigo’ o ‘amado’).
La lírica popular castellana
Como ya sabemos, los *juglares* fueron los principales difusores de la lírica popular. Los juglares transmitían de pueblo en pueblo las canciones populares; además, modificaban las composiciones que iban aprendiendo según su especial sensibilidad artística. Así, con distintas variantes, estas cancioncillas continuaron su andadura de boca en boca y de pueblo en pueblo. Más tarde, la colectividad las asumió como propias y se siguieron transmitiendo de generación en generación. Por este motivo decimos que la lírica medieval es una creación **popular, anónima y colectiva**.
Los villancicos
Las canciones populares castellanas se llaman **villancicos** porque las cantaban los *villanos*, es decir, los habitantes de las villas, aldeas y pueblos medievales.
Estos poemas se perdieron en su mayoría, y solo unos pocos se salvaron gracias a que los poetas cortesanos de los siglos XIII, XIV y XV, como hicieron los poetas de *Al-Ándalus*, se interesaron por ellos y los copiaron en los **cancioneros cortesanos**.
Clases de villancicos
En función de la temática que tratan, se distinguen varias clases de villancicos:
- Villancicos de amigo. En ellos una mujer se lamenta de la ausencia del amado, el ‘amigo’, a su madre, amigas o hermanas, como sucedía en las jarchas.
- Alboradas. Las jóvenes cantan al alba porque con la llegada del día podrán reunirse de nuevo con su amado.
- Mayas. Celebran el mes de mayo y el regreso de la primavera.
- Villancicos de siega y siembra. Acompañan las labores del campo.
Estructura métrica del villancico
Los poetas cultos del siglo XV que copiaron los villancicos en sus cancioneros probablemente también los *glosaron*, es decir, les añadieron una glosa o estrofa propia que desarrollaba la idea que aparecía en el villancico.
El villancico con glosa se divide en tres partes bien diferenciadas: la cabeza, la glosa y el estribillo.
La **cabeza** es una estrofa recogida de la *lírica* popular, que da nombre al villancico.
La **glosa** desarrolla el tema de la cabeza. Tiene una rima diferente para distinguirla de la cabeza. El *último* verso de la glosa se llama **verso de vuelta** porque reproduce uno o varios versos de la cabeza y avisa de que llega el estribillo.
El **estribillo** repite la estrofa de la cabeza. Si los últimos versos de la glosa contienen versos de la cabeza, entonces no hay estribillo.
Lenguaje de los villancicos
La lengua literaria de los villancicos es sencilla, y su tono es cercano e íntimo. Los sentimientos aparecen expresados de manera directa y clara.
Los recursos estilísticos se caracterizan también por su sencillez. Abundan las comparaciones, pero no las metáforas. En los villancicos se usan también repeticiones y paralelismos que refuerzan el ritmo a la hora de ser cantados.
Es muy frecuente el empleo de símbolos, que enmascaran asuntos delicados como el erotismo: el agua y la fuente suelen simbolizar el encuentro amoroso; el ciervo representa al amado, y las tórtolas o ruiseñores, a los enamorados; la rosa se asocia a la pasión amorosa, así como las amapolas o el color rojo.
La lírica galaicoportuguesa
La lírica galaicoportuguesa de tipo popular, al igual que le sucedió a la castellana, fue recogida en cancioneros por los poetas cultos mucho tiempo después de haber sido compuesta y cantada por los hombres y mujeres del Noroeste peninsular. Estos poemas se conocen como **cantigas de amigo**.
Las cantigas de amigo
En las cantigas de amigo, como sucedía en las jarchas o los villancicos de amigo, una mujer se queja a su madre o a otras mujeres de la ausencia de su amado. A veces, también puede hacer confidencias de sus penas de amor a elementos de la naturaleza, como los bosques o el mar.
Estructura y lenguaje de las cantigas de amigo
Las cantigas de amigo están formadas por unos versos paralelísticos en los que se repiten unas frases muy breves que van cambiando de lugar.
A este recurso se le llama *leixa-pren* (que significa ‘deja-toma’) porque retoman un verso anterior y le añaden una ligera variación al final. El estribillo se repite sin cambio alguno al final de cada estrofa.
El lenguaje es sencillo, como corresponde a la lírica de tipo popular, y también, como en ella, los símbolos como el ciervo o la fuente aparecen con mucha frecuencia.
El *Cantar de Mio Cid*
Tema
El tema del *Cantar* es la recuperación de la honra perdida. El Cid pierde su honor y sus riquezas al ser desterrado, pero obtendrá mayor honra y poder al conquistar Valencia y casar a sus hijas con los condes de Carrión.
Por otro lado, cuando está en la cúspide de su fama vuelve a perder el honor, ahora familiar, por la afrenta de doña Elvira y doña Sol en el robledal de Corpes. Sin embargo, otra vez, recibirá mucha más honra de la que tenía en las Cortes de Toledo, al demostrar ante el rey y toda la alta nobleza la cobardía de los condes de Carrión. Además, casa a sus hijas con dos príncipes herederos.
Personajes
**El Cid** es el héroe, el prototipo de caballero medieval: valiente en la batalla, generoso con sus hombres, cariñoso con su familia y leal a su rey.
A su lado están su mujer, sus hijas y su sobrino, Minaya Alvar Fáñez, a quien el Cid se refiere como *“mi diestro brazo”*, otro de los valientes guerreros cercanos al Cid en los primeros momentos del destierro, proporcionándole comida y dinero. Entre sus leales amigos, encontramos, además, al alcalde moro Abengallón, dispuesto a cualquier cosa con tal de defender al Cid y a sus hijas.
Los **antihéroes** son el conde García Ordóñez y sus parientes, los infantes de Carrión. Ellos son mentirosos, cobardes y crueles. Representan así a la rancia nobleza castellana que no podía tolerar que un *infanzón* pudiera subir de escala social por muchas que fueran sus conquistas guerreras. Todos ellos acabarán avergonzados y humillados ante el rey y los demás nobles en las Cortes de Toledo.
La sociedad que aparece en el Cantar
La sociedad que aparece en el *Cantar* refleja el *“espíritu de frontera”* que se dio a finales del siglo XII en los territorios limítrofes de Castilla y Aragón, en la que los pueblos y ciudades eran conquistados alternativamente por cristianos o por musulmanes.
Esta situación permitía a los infanzones y a los que les seguían (caballeros o aldeanos) un rápido ascenso social y económico a través de la conquista de las tierras y ciudades musulmanas.
El *Cantar* recoge este aspecto de la conquista guerrera como progreso social. En él se anotan cuidadosamente las ganancias obtenidas en cada una de las conquistas: en total unos 35 000 marcos de plata y más de 10 000 caballos.
De todas estas riquezas el Cid se quedaba la quinta parte, como le correspondía por las leyes de *Extremadura* en los territorios de frontera, el resto lo repartía entre sus caballeros y soldados y daba el diezmo a la Iglesia.
Autor y fecha del Cantar
Durante muchos años prevaleció la idea defendida por Menéndez Pidal de que intervinieron dos *juglares* en la creación del *Cantar*; sin embargo, estudios posteriores han demostrado que se trata de un único autor culto con un amplio conocimiento de las leyes de finales del siglo XII. También era un experto conocedor de los cantares de gesta y del lenguaje juglaresco.
El *Cantar* debió de escribirse a finales del siglo XII porque ciertas secuencias reproducen leyes que solo estaban vigentes en los años finales de este siglo, como el reto a muerte al que los caballeros del Cid obligan a los infantes de Carrión.
El único documento que conservamos es la copia de un ejemplar firmado por un tal *Per Abbat* a principios del siglo XIII, en 1207. Probablemente el copista la hizo para uso de algún juglar de los que difundían las hazañas del Cid.
El Romancero
Definición
Sabemos con certeza que al menos desde el siglo XIV se cantaban por pueblos y ciudades unas canciones populares, anónimas y colectivas que contaban diversas historias. Estos relatos cantados eran los **romances**.
Los romances son poemas narrativos porque cuentan una historia y tienen los elementos estructurales de todo relato: narrador, personajes, acción, espacio y tiempo.
Sin embargo, los romances también tienen muchos componentes propios de la lírica, como son la emotividad y un lenguaje simbólico y connotativo, que enriquecen el significado del texto con múltiples sugerencias poéticas.
Como los romances unen en la misma composición rasgos de la narrativa y de la lírica, se los ha definido como poemas *épico-líricos*.
Los romances tienen los elementos estructurales de la narrativa, y el tono y los recursos estilísticos de la lírica.
Origen de los romances
Una de las teorías más aceptadas es la que defiende que los romances nacieron de los **cantares de gesta**. Esta teoría sostiene que algunos fragmentos especialmente significativos de los poemas épicos se grabaron en la memoria de los que los escuchaban por su belleza o interés y posteriormente se transmitieron separados del original.
Temas de los romances
Los romances desarrollan con frecuencia los mismos temas:
- Romances históricos: Recogen hechos que aparecían en los cantares de gesta.
- Romances épico-literarios: Narran hechos gloriosos del pasado desde una perspectiva más novelesca que histórica. Sus protagonistas son los héroes de las gestas tanto españolas como francesas.
- Romances novelescos: Recogen temas de amores, venganzas o misterio. El final incierto o trágico es muy frecuente en este tipo de romances.
