Introducción a los Modelos de Comunicación
Los modelos de comunicación, de muy distintos tipos y complejidades, suelen cumplir tres funciones esenciales:
- Organizadora: Mediante la cual el modelo intenta dar una clara concepción de esa parte de la realidad que a simple vista puede ser compleja, organizándola y conceptualizándola.
- Heurística: Aquellos modelos que sugieren las partes más importantes a destacar, orientando así el estudio sobre el objeto de análisis.
- Predictiva: Puede servir para advertir de lo que puede suceder en un futuro, informando sobre un acontecimiento o un hecho social.
Los modelos pueden ser de distintas formas:
- Verbales
- Diagramáticos
- Gráficos
- Matemáticos
Además, los modelos pueden clasificarse en:
- Estructurales: Tratan de describir la estructura del objeto de estudio.
- Funcionales: Tratan de mostrar las relaciones entre las partes del objeto, el dinamismo entre estas, las influencias entre unas y otras; en definitiva, su funcionamiento.
Tipos de Modelos de Comunicación
Los modelos de comunicación se clasifican generalmente en tres categorías principales según su enfoque y la dirección del flujo comunicativo:
- Lineales: Lasswell, Braddock, Shannon y Weaver.
- Circulares: DeFleur, Osgood y Schramm, Dance, Schramm (ampliado).
- Reticulares: Newcomb, Gerbner, Westley y McLean, Riley y Riley.
Modelos Lineales de Comunicación
Modelo de Lasswell (1948)
Considerado un modelo básico, es el primer acercamiento a la comunicación social. Lasswell propone que un modo adecuado para describir la comunicación consiste en responder a las siguientes preguntas:
- ¿Quién?
- ¿Dice qué?
- ¿A quién?
- ¿En qué medio?
- ¿Con qué efectos?
Lasswell utilizó esta fórmula para indicar las partes de un proceso de comunicación y relacionó cada una con un ámbito de estudio o análisis específico:
- Quién: Análisis de control.
- El qué (dice qué): Análisis de contenido.
- A quién: Análisis de audiencia.
- En qué canal: Análisis de medios.
- Con qué efectos: Análisis de efectos.
Este modelo da por supuesto que el comunicador influirá en el destinatario. La comunicación, según Lasswell, es un proceso fundamentalmente persuasivo. Este enfoque se entiende porque el autor trabajaba en el ámbito de la comunicación publicitaria, política y de propaganda, donde la premisa principal es persuadir.
Modelo de Braddock (1958)
Braddock parte de la fórmula de Lasswell, pero advierte que esta puede ser desorientadora para el investigador, ya que lo dirige a estudiar las áreas de forma separada, lo cual es un error, pues todas las áreas están interconectadas. Lasswell las presuponía separadas y estudiaba en profundidad cada uno de los ámbitos sin tener en cuenta la interconexión entre ellas. Además, según Braddock, hay que considerar muchos más factores que nunca podrían abarcarse en su totalidad.
Braddock añade a la fórmula de Lasswell las preguntas:
- ¿En qué circunstancias?
- ¿Con qué propósito lo lleva a cabo el comunicador?
Aparte de la crítica de Braddock, otra crítica que recibe Lasswell es que su fórmula no incluye el feedback o respuesta, es decir, no plantea la respuesta por parte del receptor.
Modelo de Shannon y Weaver (1949)
Este es otro de los primeros modelos, que en este caso no parte de la comunicación social ni de masas. Shannon trabajaba en una comunicación más técnica, aplicada a la tecnología telefónica. Más tarde, los autores llevaron su modelo a la comunicación humana o social. Mencionan por primera vez un factor disfuncional: la fuente de ruido. Es decir, el mensaje, una vez convertido en señal, puede no ser recibido o ser interpretado incorrectamente debido a la presencia de ruido (aquí se refieren a ruido físico, como interferencias telefónicas o una mancha en un escrito). Esto da lugar a una diferencia sustancial entre la señal o mensaje transmitido y el mensaje recibido. Esta diferencia en el significado del mensaje produce un fallo en la comunicación: o se interrumpe el proceso o se interfiere. El mensaje es transformado en señales a través de un transmisor. Esa señal transmitida se adapta al canal y llega al receptor y a su destino.
Modelo de DeFleur (1966)
DeFleur perfeccionó el modelo de Shannon y Weaver, aplicándolo a la comunicación social y centrándose en el ruido, en el proceso disfuncional que podía existir. La correspondencia del significado del mensaje transmitido y recibido raramente es perfecta, de ahí que DeFleur añada un conjunto de elementos para mostrar cómo la fuente obtiene respuesta o feedback. Partiendo del modelo básico, introduce la posibilidad de respuesta o feedback como instrumento para mejorar la comunicación y se da cuenta de que es una posibilidad para que el mensaje, en el que interviene la fuente de ruido, sea repetido (se necesita una respuesta por parte del destinatario). Va más allá porque no solo habla del ruido físico que afecta al canal, sino que apunta que puede haber distintos tipos de ruido que afecten a las distintas partes del proceso.
Modelos Circulares de Comunicación
Modelo de Osgood y Schramm (1954)
Este modelo se centra en los actores de la comunicación y es el primer modelo circular (anteriormente eran lineales), ya que plantea la posibilidad de feedback y reciprocidad, llegando incluso a reducir el concepto de comunicación: solo es comunicación lo que tiene respuesta. Según su modelo, cada participante en el proceso de comunicación realiza las mismas tareas al emitir y recibir mensajes. Estas tareas son interpretación, codificación y decodificación.
Modelo de Dance (1967)
Conocido como el modelo de la espiral, parte de la misma idea que el circular, pero plantea una insuficiencia en el desarrollo: la comunicación no puede volver en un círculo completo, del origen al origen. Según el autor, la comunicación va avanzando y creciendo, destacando su naturaleza dinámica. Esto se debe a que el conocimiento tiende a crear más conocimiento. Los mensajes que envía un emisor hacen que se avance en la comunicación. Por ejemplo, en clase, el profesor sabe qué hemos aprendido de lo que ha dicho, y los alumnos le transmiten qué no les ha quedado claro, etc. En este caso, la comunicación va avanzando.
Modelo de Schramm (Ampliación)
Este modelo parte del anterior que Schramm realizó con Osgood, pero lo amplía hasta llegar a la comunicación social. Se centra en la organización informativa (el medio, como actor principal en el proceso de comunicación social), en la que se realizan los procesos de decodificación, interpretación y codificación. En este modelo, Schramm no solo se queda en el receptor directo, ya que está simbolizado que, una vez que sucede la comunicación social, los mensajes pueden ser redifundidos desde el público a través de la comunicación interpersonal. Por eso decimos que el público actúa como filtro de la información.
Modelos Reticulares de Comunicación
Modelo ABX de Newcomb (1953)
Este modelo parte de un estudio realizado por Heider llamado configuraciones equilibradas. Este planteamiento se basa en la existencia de una simetría o equilibrio entre las relaciones personales que se consigue a través de la comunicación. Esta se entiende como una respuesta aprendida frente a situaciones de tensión. Así pues, cuando hay una situación de tensión o desequilibrio, se intensifica la comunicación para conseguir el equilibrio y la simetría.
Ejemplo: Los sujetos A y B van al cine a ver la película X.
- El primer caso simboliza que A y B coinciden en sus gustos cinematográficos (+) y ambos valoran positivamente la película. Hay equilibrio.
- El segundo supuesto es igual, pero ambos valoran negativamente la película. También hay equilibrio.
- En el tercer caso, aunque la relación entre A y B es negativa y, por tanto, valoran de forma diferente a X, no existe desequilibrio porque son conscientes de que sus gustos cinematográficos no coinciden. El desacuerdo era esperable.
- En el cuarto caso sí hay desequilibrio porque esperaban coincidir en su valoración y, sin embargo, difieren.
Modelo General de la Comunicación de Gerbner (1956)
Su propósito era crear un modelo que se pudiera aplicar a diferentes tipos de comunicación. Parte de un modelo original más sencillo que se irá completando cuando se aplica a distintas situaciones. Este autor pretende aplicar su modelo a las distintas redes de comunicación. Desarrolla un primer modelo gráfico, pero lo amplía y perfecciona. Según él, la comunicación básicamente consiste en la producción de un mensaje por parte de un emisor, la percepción de ese mensaje y la producción de otro mensaje por parte de un destinatario que se torna emisor, y así sucesivamente.
Modelo de Riley & Riley
Este es el modelo más sociológico, ya que considera la comunicación social como un sistema más dentro del sistema social global. Dan importancia a los grupos primarios (por ejemplo, la familia) y a los de referencia, ya que consideran que desempeñan un papel muy importante porque el receptor no es un individuo aislado; pertenece a una estructura social amplia y mantiene comunicación con los individuos que conforman sus grupos primarios y de referencia, modificando y/o ampliando así su información u opiniones. En este modelo, la C corresponde al comunicador mediático o social.
Modelo de Westley y McLean (1957)
Este modelo se plantea como un intento de ordenar los hallazgos realizados hasta el momento sobre comunicación social y definir mejor el concepto, diferenciando este tipo de comunicación de la interpersonal (en la que se basan la mayor parte de los modelos). Esta división es la razón por la que presentan dos modelos: uno que corresponde a la comunicación interpersonal y otro a la social.
En ambos modelos, las X corresponden a partes de la realidad (acontecimientos, personas, objetos…).
Modelo de Comunicación Interpersonal
En el primer modelo, el correspondiente a la comunicación interpersonal, A y B son el emisor y el receptor respectivamente (A es la fuente que en este caso coincide con el emisor). X1A, X2A… son las parcelas de la realidad que el emisor interpreta y decide comunicar. X1B simboliza la capacidad del receptor de percibir directamente por sí mismo la misma realidad que le puede presentar A (al ser presentada por otro, esta realidad es la representación del otro, no la realidad en sí que no puede comunicarse). FBA es el feedback o capacidad de respuesta que tiene el receptor (en este caso no está limitada).
Modelo de Comunicación Social
En el segundo modelo, el correspondiente a la comunicación social, se extrae:
- Feedback reducido, ausencia o disminución de este.
- Existe multitud de fuentes, objetos y sujetos que intervienen en el proceso de comunicación.
- El modelo presta atención a las distintas etapas de selección de la información (los seleccionadores son A y C). En este proceso de selección influyen muchos aspectos distintos relacionados con el entorno, el contexto, las fuentes interesadas, los acontecimientos u objetos mismos y los mensajes transmitidos.
- Los autores destacan el carácter autorregulador del sistema, ya que, según ellos, el libre mercado y la libre competencia aseguran una variedad de información tal como para satisfacer las necesidades de la audiencia y ofrecer objetividad. Por eso plantean la comunicación social como un sistema beneficioso.
Los problemas prácticos que supone este planteamiento son:
- Da por supuesto que es un sistema de relaciones de comunicación autorregulado y beneficioso para todos los participantes en él. Pero la relación entre A, B y C no está casi nunca equilibrada; es mejor para las fuentes y los medios. Además, no se trata solo de una relación comunicativa, sino que los intereses de cada uno de los actores son distintos, contradictorios, etc. Intereses propios, ajenos o ambos. Los medios no son ONG, son empresas. Además, cada medio puede seguir (y de hecho sigue) objetivos distintos, incluso contrarios.
- En la sociedad, el rol del comunicador íntegro y objetivo, tal como lo plantean Westley y McLean, no existe. Su independencia con respecto a la sociedad que los autores dan por supuesta no es tan grande. Por eso se ha calificado este modelo de idealista y utópico.
Evolución Histórica de la Comunicación y la Prensa
Hitos Cronológicos de la Comunicación
- 1450: Invención de la imprenta.
- 1620: Primer periódico.
- 1702: Primer diario.
- 1836: Prensa de masas (publicidad).
- 1839: Daguerrotipo (fotografía).
- 1844: Telégrafo.
- 1870: Prensa popular de gran tirada.
- 1876: Teléfono.
- 1880: Kodak.
- 1895: Cine.
- 1906: Radio.
- 1920: Emisiones de radio.
- 1952: Televisión (TV).
- 1960: TV a color.
- 1968: Sputnik.
- 1969: Arpanet.
La Imprenta y el Nacimiento de la Prensa
En los siglos XVI-XVII, la imprenta produce a gran escala miles de ejemplares de los mismos libros, lo que supone el primer paso que rompe el principio de unicidad. Con el invento de la imprenta aparecen casi de inmediato las primeras gacetas (s. XVII), las predecesoras de los periódicos. Estas eran de élite, solo para las clases altas. Hay que esperar al siglo XVIII para poder hablar del nacimiento de los diarios (una prensa periódica) y esperar al siglo XIX para ver los periódicos de masa, más baratos, más accesibles y con una amplia distribución. Esta revolución no solo supuso cambios tecnológicos, sino también cambios en la relación humana, en las relaciones sociales y en el funcionamiento de la sociedad en general. A finales del siglo XIX, con la aparición de la prensa de masas, aumenta desenfrenadamente el ritmo de la comunicación humana. En el siglo XX, ya con todos los medios que conocemos, la comunicación de masas se convierte en uno de los centros de la sociedad contemporánea y tema central para investigadores. Los periódicos, prensas y revistas empiezan a dar lugar a cambios importantes. A finales de 1970, la comunicación de masas se había convertido en uno de los hechos significativos e ineludibles de la vida moderna. El cambio se ha producido a un ritmo vertiginoso.
La Prensa en los Siglos XVII y XVIII: Gacetas y Mercurios
Las primeras gacetas y los primeros mercurios (S. XVII):
- Las gacetas son de carácter oficial, ya que su contenido es informativo y político. Aparecen semanalmente, es decir, con una periodicidad constante.
- Ejemplos de las primeras gacetas son La Gazette francesa, que surge en 1631, y La Gaceta de Madrid, que surge en 1661.
- Los mercurios se diferencian de las gacetas en su contenido, que es cultural o intelectual. Se llaman así en honor a Mercurio, el mensajero de los dioses, promotor del comercio y dotado de una increíble facilidad de oratoria.
Control de la Información en el Antiguo Régimen
El siglo XVII fue testigo de la lenta evolución de la prensa, encorsetada por el absolutismo. Los inicios del periodismo como profesión se dan en el siglo XVII como actividad que informaba con regularidad. Frente al libro, heredado de siglos anteriores, el periódico puede considerarse el signo de modernidad del Renacimiento, pero la situación política (absolutismo) frena su desarrollo.
La información es poder; por tanto, cuando determinados regímenes de poder se encuentran con formas nuevas de difusión de información, se asustan ante la posibilidad de que la información se extienda a las masas, por lo que los reyes intentan controlar el poder de la información. Los reyes se enfrentan temerosos ante esta nueva realidad.
En el Antiguo Régimen, el rey acostumbra a ostentar toda la información y a decidir qué y cómo se comunica. Por eso, la aparición de las gacetas y mercurios generó conflictos y creó un Sistema Legal para controlar la información:
- Arbitrario: Ya que no hay igualdad ante la ley; es el monarca quien decide qué y quién publica.
- Preventivo: Control previo sobre la publicación.
Las figuras de control se ejercían para eliminar la competencia y asegurar el control sobre las publicaciones. Son:
- Licencias de publicación: Necesidad de obtener un permiso especial para imprimir una determinada obra. En el caso del periodismo, esta figura se transformó en la figura legal del privilegio. El privilegio consistía en la concesión a un particular de la exclusiva de editar un periódico.
- Autorización: Necesaria para poder editar una publicación. En muchas ocasiones iba unida al privilegio, por el que se obtenía la exclusiva de la edición.
- Control posterior: Censura: Inspección del contenido.
Las figuras de control hicieron que los pasos de la prensa fuesen frenados por el control político. Debido a esto, los primeros periódicos fueron publicaciones oficiales, ya que eran inspeccionados por el Estado.
A finales del siglo XVII se difundían series de publicaciones que contenían información del Estado, del poder público y político —en sus comienzos, la prensa era de carácter oficial—. La Gazette o La Gaceta de Madrid son precedentes de los boletines oficiales del Estado.