Poesía vanguardísta

Tema 8. LA LÍRICA ESPAÑOLA DESDE LOS AÑOS SESENTA HASTA LA ACTUALIDAD


La década de los sesenta. La superación de “lo social»


En la segunda mitad de la década de los años cincuenta comienzan a aparecer libros cuyos autores son “niños de la guerra”, nacidos entre 1925 y 1935. No han participado en la contienda y hay en ellos una voluntad decidida de superar los caminos de la poesía social, a la que reprochan su excesivo prosaísmo y la ausencia de lo personal y lo íntimo . Estos poetas son, entre otros, Ángel González, José Ángel Valente, Claudio Rodríguez, José Manuel Caballero Bonald, Antonio Gamoneda, Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo y Carlos Barral.
No rechazan las formas realistas ni el compromiso social de la poesía anterior, pero sí su intención política.

Rasgos carácterísticos de esta generación


 – Concepción de la poesía como un modo de conocimiento propio y del mundo.
Sus temas proceden de la experiencia personal (poesía como experiencia).

 – Preocupación por los problemas del ser humano, tanto morales y sociales como existenciales e históricos.

 – Uso de la sátira y la ironía como recurso para revelar su inconformismo.

 – Muestran un gran interés por la obra bien hecha.
Su estilo, no obstante, se caracteriza por su naturalidad y la utilización del lenguaje coloquial.

Algunas obras :
Moralidades
, de Jaime Gil de Biedma;

Conjuro
de Claudio Rodríguez;

La memoria y los signos
, de José Ángel Valente;

Claridad
, de José A. Goytisolo;

Áspero mundo
de Ángel González;

Sublevación inmóvil
de A. Gamoneda.

La poesía en la década de los setenta. Los “novísimos”

En 1970, publica José María Castellet la antología Nueve novísimos poetas españoles.
Se trata de un grupo de poetas nacidos entre 1939 y 1949:

Manuel Vázquez Montalbán, PereGimferrer, Félix de Azúa, Martínez Sarrión, José María Álvarez, Vicente Molina Foix,Guillermo Carnero, Ana María Moix y Leopoldo María Panero

Rasgos comunes


 – 
Rechazan la tradición literaria española, con excepción de algunos poetas del 27 como Cernuda o Aleixandre, y de algún otro de la promoción anterior, como Gil de Biedma, o bien poetas marginales como Ory o el grupo Cántico.

– 
Contacto con las corrientes culturales de vanguardia, los poetas ingleses y franceses del Siglo XX y de los hispanoamericanos como Octavio Paz, César Vallejo o Neruda.

– 
Influencia del cine, la radio, televisión, los tebeos, referencias a músicos, actores o mitos políticos.

– Aunque pueda resultar paradójico, en otros poemas, se observa cierto escapismo, describen ambientes refinados y decadentes (Venecia), defienden el gusto por lo exquisito. De hecho, peyorativamente, se alude en ocasiones a ellos como los venecianos.

-Defienden la libertad absoluta del poeta: utilización de la escritura automática e incorporación de las técnicas de «collage», el verso libre, la disposición visual y tipográfica del poema (poemas visuales), …

  1. Últimas tendencias


En los años 80 se produce un cierto declive de la estética novísima y nuevos poetas, nacidos a partir de los sesenta, van entrando en escena.

Carácterísticas que definen a la poesía de los ochenta las siguientes:

• Recuperación de los poetas de los sesenta, en especial Gil de Biedma.
Los consideran clásicos de la segunda mitad del Siglo XX.

• Relectura de la tradición. En muchos casos se recuperan la métrica, la rima y la estrofa.

• Renovación de temas: el paso del tiempo, lo urbano y lo cotidiano…

De todas las tendencias de la poesía de los ochenta hay dos que parecen imponerse en la década de los noventa:

  1. Poesía del silencio


    Reivindica las vanguardias, compuesta de poemas breves en los que se elimina la anécdota. Se trata también de una poesía reflexiva, filosófica, intelectual, en la estela de los presupuestos de la «poesía pura».
  1. Poesía de la experiencia


    Esta corriente dominó el panorama poético durante una década: mitad de los 80 hasta mediada la década de los 90. Propugnan estos poetas una poesía realista, que habla de la vida y de la realidad cotidiana de carácter urbano, con una expresión coloquial, y que revaloriza la experiencia, el humor y la emoción.

Al finalizar el Siglo XX, poesía de la experiencia y poesía del silencio marcaban las tendencias. Progresivamente, se fue manifestando un rechazo de ambas tendencias a favor de un compromiso social del poeta frente a un mundo injusto e insolidario con el sufrimiento ajeno.
El hombre de la calle
(2001) es el título de una antología publicada por Fernando Beltrán, que cultiva una poesía en la que se desarrollan temas como la globalización, la ecología, las guerras imperialistas, el subdesarrollo o el neoliberalismo. El poeta de referencia para muchos de ellos es Jorge Riechmann. Se considera la poesía como instrumento de indagación que pretende la transformación del sujeto y la transformación del mundo.

De estas variadas tendencias podemos citar a algunos autores:
Luis García Montero (poesía de la experiencia), José Carlos Cataño (poesía del silencio), Andrés Trapiello (neoimpresionismo), Blanca Andreu, (neosurrealismo), Antonio Enrique (poesía de la diferencia) o Juan Lamillar (poesía metafísica o lirismo reflexivo).


  1. Últimas tendencias


En los años 80 se produce un cierto declive de la estética novísima y nuevos poetas, nacidos a partir de los sesenta, van entrando en escena.

Carácterísticas que definen a la poesía de los ochenta las siguientes:

• Recuperación de los poetas de los sesenta, en especial Gil de Biedma.
Los consideran clásicos de la segunda mitad del Siglo XX.

• Relectura de la tradición. En muchos casos se recuperan la métrica, la rima y la estrofa.

• Renovación de temas: el paso del tiempo, lo urbano y lo cotidiano…

De todas las tendencias de la poesía de los ochenta hay dos que parecen imponerse en la década de los noventa:

  1. Poesía del silencio


    Reivindica las vanguardias, compuesta de poemas breves en los que se elimina la anécdota. Se trata también de una poesía reflexiva, filosófica, intelectual, en la estela de los presupuestos de la «poesía pura».
  1. Poesía de la experiencia


    Esta corriente dominó el panorama poético durante una década: mitad de los 80 hasta mediada la década de los 90. Propugnan estos poetas una poesía realista, que habla de la vida y de la realidad cotidiana de carácter urbano, con una expresión coloquial, y que revaloriza la experiencia, el humor y la emoción.

Al finalizar el Siglo XX, poesía de la experiencia y poesía del silencio marcaban las tendencias. Progresivamente, se fue manifestando un rechazo de ambas tendencias a favor de un compromiso social del poeta frente a un mundo injusto e insolidario con el sufrimiento ajeno.
El hombre de la calle
(2001) es el título de una antología publicada por Fernando Beltrán, que cultiva una poesía en la que se desarrollan temas como la globalización, la ecología, las guerras imperialistas, el subdesarrollo o el neoliberalismo. El poeta de referencia para muchos de ellos es Jorge Riechmann. Se considera la poesía como instrumento de indagación que pretende la transformación del sujeto y la transformación del mundo.

De estas variadas tendencias podemos citar a algunos autores:
Luis García Montero (poesía de la experiencia), José Carlos Cataño (poesía del silencio), Andrés Trapiello (neoimpresionismo), Blanca Andreu, (neosurrealismo), Antonio Enrique (poesía de la diferencia) o Juan Lamillar (poesía metafísica o lirismo reflexivo).

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