Sancho Panza y Dulcinea: Pilares Narrativos en El Quijote de Cervantes

Sancho Panza: El Escudero y su Evolución

Sancho Panza es el escudero del héroe y le acompaña en sus aventuras desde el capítulo IX. Surge de la necesidad que Don Quijote siente de él, puesto que en su condición de caballero necesita un escudero. El personaje dual que acaba conformando con Don Quijote se basa en el arquetipo medieval de Carnaval y Cuaresma.

La Invención de Sancho Panza

La aparición de Sancho está prevista ya desde la aparición del ventero en la primera salida. De hecho, la idea del escudero no es de Don Quijote, sino del ventero. Sin embargo, la introducción de este nuevo personaje permite un juego más interesante porque ambos representan visiones del mundo completamente distintas.

Características y Contraste con Don Quijote

No es esta la única novedad que introduce Sancho en el relato: lo que cambia fundamentalmente es la técnica narrativa usada hasta ese momento. Pasamos del monólogo del caballero al diálogo, un diálogo algo convencional que permite que cada una de las partes discurran a su parecer, en largos parlamentos. No se trata de un diálogo coloquial, sino literario o artificioso.

Sancho combina sentido práctico y sabiduría natural, además de un firme sentido moral. Su irracionalidad aparente le lleva a abandonar su hogar, pero este acto, en apariencia irracional, surge del sentido común, dada su necesidad natural de mejorar su posición.

Es la antítesis física y moral del héroe: bajo y gordo, cobarde, glotón… Sin embargo, este contraste toma una profundidad mayor a medida que se desarrolla la personalidad de Don Quijote. Sirve de contrapunto a Don Quijote en su visión del mundo a lo largo de la novela, dado que se niega a dudar de la realidad física de la experiencia: él ve molinos donde hay molinos.

La Quijotización de Sancho

Aunque, a medida que avanza la novela, su sentido de la realidad se ve algo contagiado por las locuras de Don Quijote. Así, el contraste abismal que se evidencia en la primera parte toma en la segunda parte un cariz distinto, en tanto que Sancho se ‘quijotiza’, entrando en el juego de Don Quijote al descubrir y comprender las reglas de su amo. La regla básica es la transformación de lo real en el escenario caballeresco adecuado.

El contagio es tal que, en un determinado momento del relato, Sancho se expresa con el lenguaje arcaico de su amo, lo que despierta la sorpresa de Don Quijote. Sancho es de refrán fácil y tiende a la ‘prevaricación’ del lenguaje (a trocar algún sonido de la palabra por no conocer el término, como ‘sobajada’ por ‘soberana’). Sin embargo, en su evolución como personaje, llega a mostrar cualidades de literato, imitando incluso el lenguaje de los romances caballerescos.

Dulcinea: La Dama Idealizada y su Función Narrativa

Dulcinea es una manifestación más de la parodia de las novelas de caballerías que se deriva de la locura del protagonista. Resulta difícil precisar su entidad como personaje, puesto que no aparece en ningún momento como personaje actante, sino como móvil del héroe.

La Invención de Dulcinea

Cuando conocemos algún dato sobre su ‘realidad’, sabemos que es algo así como una virago, bigotuda, atlética y solterona, a quien Don Quijote ha idealizado porque Alonso Quijano, en su juventud, tuvo algún interés por ella.

Dulcinea como Función y Pretexto

Dulcinea es una función y un pretexto, ambos en relación con Don Quijote. Por ello, puede señalarse que:

  • Necesitaba una dama como tercer término de su caballería.
  • La inventó como se había inventado a sí mismo.
  • Esta invención, como las suyas, tenía una mínima base en lo real.

Dulcinea no interesa a Don Quijote como realidad tangible, sino como pretexto. En el capítulo XII de la primera parte, cuando Vivaldo le pregunta por la condición de su señora, Don Quijote escamotea la respuesta y, en cambio, responde con todos los tópicos descriptivos de la literatura de su tiempo.

Dulcinea entra a formar parte del relato de forma tardía, pero tiene una importancia capital en la configuración de Don Quijote como caballero. Existe como pura abstracción en la mente del caballero y sirve de motivación y justificación para muchas de sus acciones. A Don Quijote le interesa que ‘le tengan por enamorado’, como a los autores de versos que inventan a sus damas. Llega a decir, incluso: ‘yo me imagino que todo lo que digo es así’, poniendo en evidencia la irrealidad de su enamoramiento.

El Proceso Creativo de Don Quijote

La regla general de sus invenciones, de hecho, se puede basar en el siguiente proceso: imagino > digo > es. En esto se basa el juego creador de la palabra, ingrediente básico de la creación literaria.

Hasta aquí, lo que Dulcinea tiene de función caballeresca en el relato. Se ha dicho también que Dulcinea es un pretexto: el pretexto para que Don Quijote pueda rechazar a las mujeres que, según él piensa, se le ofrecen: Altisidora y Maritornes.

La Metanarrativa en El Quijote

Por todo lo dicho anteriormente, puede decirse que El Quijote es una invención dentro de otra: el autor primero, por una parte, inventa al narrador y, por medio de este, se inventa a Alonso Quijano, quien inventa a Don Quijote, que a su vez inventa a Dulcinea y la realidad que necesita, con todas las circunstancias que el ejercicio de la simulación requiere.

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