Temas propios del realismo

DOSTOIEVSKI Y SU ÉPOCA:


Dostoievski nació en Moscú (Rusia), en 1821. Durante su juventud se vio influido profundamente por su padre, un médico retirado del ejército, alcohólico y despótico. En 1838, el joven Dostoievski partió, por decisión de su padre, hacia San Petersburgo, para ingresar en la Escuela de Ingenieros Militares, aunque él no se encontraba a gusto con sus estudios técnicos. Tras la muerte de su padre, a manos de sus propios siervos, y luego de graduarse, decidió dedicarse a la Literatura. Paralelamente, se sumó a un grupo de jóvenes intelectuales que estudiaban las obras de los socialistas franceses, prohibidas por el zar. Todos los integrantes del grupo terminaron en prisión. Sufrieron el destierro en Siberia y fueron condenados a muerte, pero salvaron sus vidas minutos antes de la ejecución, al recibir una conmutación de penas. Fiódor fue condenado a cuatro años de trabajos forzados en Siberia y a servir luego como soldado raso. Comenzó a padecer ataques de epilepsia, que lo acompañarían durante toda su vida.
En 1854 fue liberado de prisión y enviado como soldado a una unidad militar en Mongolia. Allí vivió por un lapso de cinco años, luego de los cuales lo autorizaron a regresar a San Petersburgo. Luego de diez años de prisión y exilio, pudo retomar su carrera literaria. Debido a su situación económica, agravada por su pasión por el juego, tramitó un crédito que le fue concedido contra el compromiso de presentar una nueva novela en no más de un año.
Cumpliendo con ese compromiso escribió El jugador. Escapando de sus acreedores, Dostoievski pasó los años siguientes fuera de Rusia. A pesar de su situación económica angustiosa, durante este período continuó su labor de escritor. Retornó a Rusia en 1873 y murió en San Petersburgo, en febrero de 1881.Durante la segunda mitad del siglo XIX se produce la sustitución de la estética romántica por el realismo, en un proceso que abarca tres etapas: Desde 1830 hasta 1848 el Romanticismo sigue siendo el movimiento cultural dominante, pero algunos escritores comienzan a preocuparse por describir más objetivamente el entorno: es el caso de Stendhal y Balzac.


A partir de 1848 el realismo se impone en toda Europa: Francia (Flaubert), Inglaterra (Dickens), Rusia (Tolstoi, Dostoievski) y España (Galdós).

A partir de 1875 el realismo se desarrolla a través del naturalismo, propugnado por Zola, aunque los límites entre ambos movimientos no están siempre claros.

La aparición del realismo está íntimamente unida al desarrollo histórico y a los cambios sociales, políticos y económicos que se suceden en la segunda mitad del XIX. La burguesía se consolida como clase dominante, apoyándose en la posesión de la riqueza. El capitalismo, unido al gran progreso técnico y científico, supone el predominio de la industria como medio de producción de riqueza en detrimento de la agricultura, culminando así la revolución industrial. El liberalismo democrático será el sistema de organización política en buena parte de Europa, aunque bajo gobiernos autoritarios.

En esta sociedad burguesa, apegada a su realidad y satisfecha de ella, no tiene cabida la estética romántica y su carácter evasivo e insatisfecho. La nueva estética realista se basa en la descripción del mundo real, habla de lo cotidiano: el escritor ha de retratar la realidad, con o sin intención crítica. Esta estética realista encuentra su mejor modo de expresión en la novela: la poesía prolonga los modelos románticos por más tiempo y el teatro es entendido por lo burgueses como una mera distracción. Las principales características de la novela realista son:Se trata de una novela de medio, que describe al hombre en relación con su entorno. Ya no interesa el aislado e idealista héroe romántico, sino el enfrentamiento individuo-sociedad. Se abordan asuntos de todo tipo, incluso escabrosos. El autor intenta mantener una perspectiva objetiva, que se manifiesta generalmente bajo la forma de un narrador omnisciente. Proporcionan una gran cantidad de información: ambientes, lugares, costumbres, personajes… Muestra de ello es la gran abundancia de descripciones. Técnicamente, suelen ser novelas de gran complejidad estructural. Los acontecimientos se narran de modo lineal y se busca usar un lenguaje asequible, eliminando la retórica romántica.


EL JUGADOR Y LA OBRA LITERARIA DE DOSTOIEVSKI:


Dostoievski es el principal representante del realismo psicológico: sus novelas plantean siempre dilemas morales y una intensa preocupación por los problemas religiosos y existenciales. Destaca sobre todo por sus estudios de personajes, que han servido incluso como modelo de análisis a psiquiatras. Entre sus novelas anteriores al destierro en Siberia destaca Pobres gentes, en la que defiende el valor del sufrimiento como elemento dignificador del alma humana. A su vuelta a San Petersburgo, recoge su experiencia en la cárcel siberiana en Apuntes de la casa de los muertos. Escribe entonces sus novelas más importantes: Humillados y ofendidos, que enlaza con Pobres gentes; Memorias del subsuelo, en la que denuncia la soledad del hombre en la nueva civilización urbana; El idiota, retrato de un bondadoso personaje que fracasa en su intento de redimir a una mujer por amor; Los demonios, en la que desarrolla la idea de que el ateísmo y el egoísmo conducen a la inmoralidad y el despotismo./Sus dos novelas principales son Crimen y castigo y Los hermanos Karamazov. Crimen y castigo narra la historia de Raskolnikov, un joven estudiante sin recursos que asesina a una vieja usurera, a la que considera miserable, para salvar a su familia de la indigencia. Angustiado por el sentimiento de culpa, y pese a que un obrero en estado de enajenación mental se ha declarado culpable del crimen, decide finalmente entregarse, por influjo de la joven Sonia. Cumple su castigo en Siberia, adonde le sigue Sonia, y finalmente recobra el sentido moral. Los hermanos Karamazov es la historia de un parricidio, una tragedia familiar y doméstica y al tiempo una metáfora brutal y lúcida de la vida humana. La novela se construye alrededor de Fiódor Karamázov, un terrateniente borracho, arbitrario y corrompido, y de sus cuatro hijos. Narra las relaciones perversas que se establecen entre el padre y los hijos hasta que aquél es asesinado y se acusa del crimen al hijo mayor, que es finalmente  juzgado y condenado.


El jugador fue escrita en 1866 y publicada en 1867. La novela refleja la propia adicción de Dostoievski al juego de la ruleta, que en más de un aspecto fue inspiración para el libro. El jugador es además una lúcida reflexión sobre el carácter ruso. Alexei, el protagonista, es el preceptor —pobre, noble y honrado— de la familia del General. Está enamorado de su hijastra Paulina, pero no se atreve a confesar sus sentimientos. La catástrofe se produce cuando la tía del general pierde su fortuna en el casino en pocas horas y el General ve alejarse sus esperanzas de heredar, quedando sumido en la desesperación. Alexei juega compulsivamente a la ruleta y gana una fortuna, que luego pierde con la misma indiferencia con que amontona los billetes sobre el verde tapete. El preceptor, como Ralskolnikov y otros personajes presentes en otras obras de Dostoievski, no controla sus emociones. «Si pudiera dominarme durante una hora, sería capaz de cambiar mi destino», piensa mientras resuelve acudir al casino.

El jugador tiene un cierto carácter autobiográfico. Pero esta narración es mucho más que un retrato de la pasión por el juego, como pretendía explícitamente el escritor ruso. La obra arroja una penetrante mirada sobre las interioridades del carácter ruso. El General vive por encima de sus posibilidades una engañosa vida de fastos y lujo. La tía, rica e inconsciente, fustiga el comportamiento de su sobrino pero pierde su fortuna en la ruleta. Alexei siente un profundo complejo de inferioridad y busca en el juego un rápido enriquecimiento para conquistar a Paulina. Los tres personajes son profundamente fatalistas y piensan en un golpe de fortuna para salvar sus vidas. Pero finalmente las cosas se tuercen y los tres pierden sus esperanzas de ver realizados sus sueños. Dostoievski no realiza un juicio moral sobre las conductas de sus personajes. Los describe y los comprende. Y, en cierta manera, los justifica porque son como él: nada se puede contra la mala suerte, una filosofía hondamente arraigada en el pueblo ruso

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