La Generación del 98 es una generación únicamente española y prosaica, influenciada por la literatura medieval, los clásicos y Larra de quien toma el espíritu renovador. Los noventayochistas utilizaron los ensayos y las novelas, y fue una generación que propuso la renovación estética y la regeneración sociocultural del país. Los temas que predominan son la preocupación individual-filosófica-existencial, sobre el sentido de la vida; y la preocupación colectiva-nacional, por el problema de España. En cuanto a la estética, se busca la renovación creativa y literaria a través de la sobriedad, el gusto por el tradicionalismo y el subjetivismo. Los autores del 98 evolucionan, tras una etapa juvenil de radicalismo crítico les invade un hondo desengaño que lleva al proceso espiritualización. Los principales autores son: Miguel de Unamuno, quien escribíó ensayos, como “Entorno al casticismo” y novelas o nivolas, centrándose en los problemas íntimos personaje, como “Niebla”. Pío Baroja, con una visión pesimista del mundo utilizaba un estilo claro y sencillo y con abundancia de diálogos. Azorín destaca por sus descripciones minuciosas, el estilo sobrio y el pesimismo existencial. Ramiro de Maeztu con “Hacia otra España”, una serie de artículos sobre la decadencia de España. Antonio Machado con “Campos de Castilla”, donde describe las tierras de España. Y por último, Valle-Inclán, con una distorsión y crítica de la realidad.
NOVECENTISMO Y VANGUARDIAS. // El periodo comprendido entre 1914 y 1925 engloba a todos aquellos autores posteriores a la Generación del 98. Se da un giro a un tono más intelectual y menos subjetivo, es decir; debe ser un arte puro alejado de sentimientos personales. Además se concibe una nueva literatura desde el punto de vista más elitista pensado para minorías. // El Novecentismo fue un movimiento artístico-literario impulsado por un grupo de intelectuales, intensificando la perfección artística y la inteligencia y que proclama la deshumanización de la obra de arte. Caracterizado por la europeización, donde analizan los problemas de España, el intelectualismo y antirromanticismo, donde se rechaza lo sentimental y la búsqueda del arte puro, dirigido a la inteligencia y no al corazón, cuyo objetivo es el placer estético. El principal género que se cultivó fue el ensayo (instrumento de divulgación ideológica), destacando a José́ Ortega y Gasset, quien expuso sus ideas estéticas en “La deshumanización del arte” donde expone su afán de originalidad, el hermetismo, la autosuficiencia, (arte sin una finalidad moral), el antirrealimo y antirromanticismo y utilizando la espontaneidad y la metáfora como formas de expresión. Otros ensayistas importantes son Eugenio d ́Ors, Gregorio Marañón o Manuel Azaña. En el género novelístico, también se abandona lo sentimental y se deja la trama en segundo plano. Destacan Ramón Pérez de Ayala, que añade continuas digresiones sobre temas variados, como “Troteras y danzaderas” y Gabriel Miró, autor de la novela lírica. El modelo poético del novecentismo es Juan Ramón Jiménez , con una poesía pura y dividida en tres etapas: la sensitiva, como “ La soledad sonora”, la intelectual, con una poesía de ideas más que de sentimientos, denominada poesía pura, “Diario de un poeta recién casado” y la última o verdadera, con una poesía muy personal, “Dios deseado y deseante”. // Las Vanguardias (Ismos) son los movimientos artísticos que surgen a principios del Siglo XX con un aire renovador para innovar en la producción artística. Éstas surgen y desaparecen con rapidez, experimentan con la provocación, coinciden con el novecentismo en la deshumanización y en el sentimiento de renovación y se expresan a través de los Manifiestos. Las principales fueron el Cubismo, que defiende la disposición artística, el Expresionismo, mediante caricaturas, el Surrealismo, que busca la realidad mediante la exploración inconsciente, y son frecuentes las imágenes oníricas y las metáforas, el Futurismo, que alaba la civilización mecánica y técnica y el Dadaísmo, que reivindica la rebeldía. Así́ surgen dos vanguardias españolas: el Creacionismo, que defendí́a que el poeta es el creador del mundo y que pretende dotar de importancia al poema en sí y no a los sentimientos del autor, destaca Vicente Huidobro. Y el Ultraísmo, una mezcla de las características del Futurismo, Cubismo y dadaísmo y basado en la metáfora con Guillermo de Torre. El máximo impulsor de las vanguardias en España fue Ramón Gómez de la Serna, encargado de difundir estas corrientes renovadoras a través de sus Gregerías, pequeñas composiciones poéticas a las que definió́ como humorismo + metáfora, y caracterizadas por su brevedad, ingeniosidad humorismo y sorpresa
