La Novela Española de 1975 a Finales del Siglo XX: Tendencias y Autores Principales
Marco Histórico
El ambiente de libertad que caracterizó el inicio del desarrollo cultural español propició un mejor conocimiento de la literatura española en Europa y de la literatura occidental en España. A este fenómeno contribuyeron significativamente la desaparición de la censura, lo que permitió la publicación de novelas españolas previamente prohibidas, editadas en el extranjero, expurgadas o inéditas; la recuperación de la obra de escritores exiliados; y un mayor acceso a la narrativa de otros países.
Características Generales
Resulta complejo establecer objetivos o propósitos comunes entre los novelistas de las dos últimas décadas del siglo XX, debido, entre otros factores, a la proliferación de obras, la convivencia de diversas generaciones y tendencias. De manera muy general, se observa un alejamiento del experimentalismo y un retorno al interés por la anécdota, la recreación de tipos y la reconstrucción de ambientes. Se trata de una recuperación de la narratividad, liderada por Eduardo Mendoza con su obra La verdad sobre el caso Savolta (1975). La novela se ambienta en la Barcelona de la época, donde Javier Miranda se ve envuelto en la muerte de Savolta. Mendoza emplea tres puntos de vista distintos: el del protagonista (primera persona), el narrador omnisciente y los documentos del juicio.
A continuación, se detallan brevemente las principales líneas de la novela española desde 1975 hasta nuestros días:
Tendencias Narrativas
- La metanovela: Se caracteriza por la simbiosis entre la narración de la historia (creación) y el proceso de su construcción (crítica). Esta manifestación de la literatura dentro de la literatura define la mayoría de las novelas de Juan Goytisolo y de su hermano Luis Goytisolo, así como obras de José María Merino (La orilla oscura) y Juan José Millás (El desorden de tu nombre).
- La novela lírica: Centra su interés en un mundo más sugerente que concreto, con un personaje-símbolo y una mayor inclinación hacia el lenguaje poético. Es la modalidad preferida por Francisco Umbral (Mortal y rosa) y un rasgo esencial de la narrativa de Julio Llamazares (La lluvia amarilla). Dentro de este género se incluyen el relato de aprendizaje, el memorialismo y la autobiografía. Aspectos de esta tendencia se encuentran en novelas de Javier Marías (Todas las almas, Corazón tan blanco).
- La novela histórica: Incluye obras ambientadas en el pasado, como El maestro de esgrima o la serie El Capitán Alatriste de Pérez Reverte, hasta el pasado más cercano, como la Guerra Civil (Octubre, octubre de José Luis Sampedro), los años de la dictadura franquista o la transición política.
- La novela de intriga: Combina esquemas policíacos con elementos políticos e históricos. La serie de novelas protagonizadas por el detective Carvalho o Galíndez (1990) consagra a Manuel Vázquez Montalbán como el escritor más representativo en este ámbito. Otros autores destacados son Eduardo Mendoza (La ciudad de los prodigios) y Antonio Muñoz Molina (El invierno en Lisboa y Beltenebros).
- La novela de enfoque realista: Tras el auge del experimentalismo, algunos autores han recuperado el arte de narrar desde una perspectiva más amplia y abierta. Ejemplos de esta tendencia son Luis Mateo Díez (La fuente de la edad) y Luis Landero (Juegos de la edad tardía).
- La novela culturalista: En los últimos años, han surgido autores jóvenes que abordan la novela desde una perspectiva erudita, analizando y explicando diferentes aspectos de la cultura occidental. Juan Manuel de Prada, con Las máscaras del héroe o La tempestad, es un exponente de esta corriente. Otra tendencia dentro de este grupo es la novela que retrata los problemas de la juventud urbana con una estética cercana, como en Historias del Kronen de José Ángel Mañas, Héroes de Ray Loriga o Amor de Lucía Etxebarría.
Aspectos Significativos de la Novela Española Contemporánea
Es importante señalar que muchas novelas y autores podrían clasificarse en más de una tendencia. En resumen, dos son los aspectos más relevantes de la novela española en las últimas tres décadas:
- Carácter aglutinador: La novela española contemporánea acoge prácticamente todas las tendencias, modalidades, discursos, temas, experiencias y preocupaciones personales.
- Individualidad: Cada novelista elige la orientación que considera más adecuada para desarrollar un estilo propio que le permita expresar su mundo personal y su particular visión de la realidad.
Presencia Femenina y Narrativa en Otras Lenguas Peninsulares
La mujer adquiere una importancia creciente en la narrativa, con autoras destacadas como Ana María Matute, Rosa Montero, Josefina Aldecoa, Almudena Grandes y Dulce Chacón, entre otras.
Tampoco se debe olvidar la narrativa en otras lenguas peninsulares, representada por autores como Manuel Rivas, Bernardo Atxaga (en euskera y castellano), los hermanos Terenci Moix y Ana María Moix, o Quim Monzó (estos últimos tres en catalán y castellano).
Eclecticismo y Posmodernidad
Desde la publicación de La verdad sobre el caso Savolta (1975), los escritores han explorado subgéneros muy populares, distanciándose del experimentalismo de las décadas de 1960 y 1970 y alejándose de los rígidos sistemas ideológicos de la novela social. Las dos características definitorias de la novela española actual son el eclecticismo y la posmodernidad. Esta última se entiende como la renuncia a cualquier interpretación totalizante del mundo, adoptando una actitud escéptica que evita la definición ideológica y ensalza lo ligero, lo leve y lo íntimo.
Cabe destacar la coexistencia de autores consagrados como Francisco Ayala, Camilo J. Cela, Miguel Delibes, Sánchez Ferlosio o Juan Marsé, junto a escritores más recientes como Javier Marías, Muñoz Molina, Juan José Millás o Luis Landero. Un fenómeno novedoso e interesante es la creciente relevancia de la prosa narrativa breve (cuento y microrrelato).
