El Lazarillo de Tormes y su Época: Renacimiento y Picaresca en la España de los Austrias

Contexto político y social: Los Austrias

Carlos I de España y V de Alemania

Carlos I de España reunía en su persona los reinos de Castilla y Aragón. Sucesor del Sacro Imperio Romano Germánico, con él comienza la época del Imperio español. Carlos I hubo de afrontar dos tipos de problemas: los derivados del mantenimiento de su imperio y los religiosos. El emperador luchó contra los turcos en el Mediterráneo y contra los franceses en Navarra, Borgoña y el Milanesado.

Por otra parte, en el siglo XVI se llevó a cabo la colonización de América; el oro y la plata americanos serán fundamentales para la economía española desde entonces. Las protestas de Francisco de Vitoria y Bartolomé de las Casas lograron en 1542 la prohibición de la esclavitud de los indios.

El emperador se enfrentó a la Reforma luterana que amenazaba la unidad religiosa, ya que Lutero dominaba extensas zonas de Europa. Al final, Carlos I de España y V de Alemania tuvo que aceptar la libertad religiosa. Entristecido por lo que consideraba un fracaso, abdicó en su hijo Felipe.

Felipe II y la Contrarreforma

Felipe II sigue la política de su padre. Su principal problema fue Flandes. Emprendió la última cruzada contra los turcos y los venció en Lepanto bajo el mando de Juan de Austria. El rey aplica duramente la Contrarreforma católica, nacida del Concilio de Trento, con la pretensión de asegurarse de que España no se viera contaminada por los protestantes. La Inquisición acusó no solo a los judíos conversos y a los protestantes, sino incluso a los seguidores de Erasmo de Róterdam que habían gozado de gran prestigio durante el reinado de Carlos I. Algunos de los escritores españoles fueron las víctimas de esa intransigencia religiosa.

La ideología de la literatura renacentista

Del teocentrismo al humanismo

Se produce el cambio de una mentalidad teocéntrica al nuevo antropocentrismo. El ser humano deja de mirar exclusivamente hacia la eternidad y comienza a valorar la vida terrena con sus placeres y bellezas. La inteligencia humana se dirige sobre el mundo que la rodea con una claridad desconocida y aparecen figuras como Copérnico o Galileo.

El humanismo se caracteriza no solo por el deseo de imitación artística, sino por la búsqueda en el pasado de un modelo social en el que el hombre era la medida de todas las cosas y podía desarrollar todas sus potencialidades, tanto las físicas como las espirituales. El Renacimiento empieza en Italia y penetra en España a través de los territorios de Nápoles. La rapidez de la imprenta ayuda a la difusión de los libros.

El enorme desarrollo de las letras les vale a este siglo y al siguiente (siglo XVII) el sobrenombre de Siglos de Oro. Hay un ambiente de apertura y optimismo. España se convierte en un importante centro de seguidores de Erasmo de Róterdam, que propugnaba la vuelta a la pureza del cristianismo evangélico y criticaba las supersticiones y la vida escandalosa de muchos clérigos. Su pensamiento cuajó con fuerza y muchos de los grandes humanistas españoles fueron erasmistas, como Alfonso de Valdés.

La prosa del siglo XVI

Destacan figuras como Juan de Valdés, autor del Diálogo de la lengua, y su hermano Alfonso de Valdés, autor del Diálogo de Lactancio y un arcediano.

El desarrollo de la narrativa: géneros principales

  • Relato sentimental y caballeresco: Del primer caso no se escriben obras nuevas, sino que se reeditan las de Diego de San Pedro y Juan de Flores. En los relatos de caballerías, destaca el Quijote como culminación y parodia del género.
  • Relato bizantino: A partir de 1552, destacan las obras escritas por Lope de Vega y Cervantes. Se inspiran en los autores griegos Heliodoro y Aquiles Tacio, y narran las peripecias que les suceden a dos enamorados durante un largo viaje, quienes se reencontrarán felizmente al final de la obra.
  • Novela picaresca: Nace con la publicación de El Lazarillo de Tormes en 1554. Este tipo de novela narra de forma autobiográfica y con tono realista las andanzas de un muchacho de baja extracción social, acostumbrado a luchar a diario por subsistir al servicio de distintos amos.
  • Relato pastoril: Este subgénero, que procede de la literatura griega, es popularizado en España por Jorge de Montemayor. En estas novelas, varios pastores, que se comportan y hablan como refinados cortesanos, cuentan sus penas amorosas en medio de una naturaleza idealizada. A menudo se leían en clave, identificando a los pastores con personajes reales.
  • Relato morisco: Tras el final de la Reconquista española, surgen obras, a menudo anónimas, que cuentan historias de amor en las que musulmanes y cristianos se comportan unos con otros con extrema cortesía.

Estudio de El Lazarillo de Tormes (1554)

Autoría y contexto

Las primeras ediciones se hicieron en 1554. El nombre del autor es desconocido, pero se cree que tenía que ser algún erasmista próximo al círculo de los Valdés o una figura como el humanista Diego Hurtado de Mendoza.

Fuentes y originalidad

Entre sus posibles fuentes se encuentran El asno de oro, el relato costumbrista de aventuras del autor latino Apuleyo, en el que aparece ya la idea de la sucesión de diversos amos y hay un tono satírico similar. En 1542 aparece una obra que pudo inspirar más directamente al autor: el burlesco Cuarto libro del esforzado caballero Reinaldos de Montalbán, donde hay un personaje (Cingar) que es de clase baja y criado de un ciego. La novela está escrita en forma de una larga carta redactada por Lázaro, por lo que puede haberse basado en las novelas sentimentales. Además, el Lazarillo está lleno de anécdotas populares de tradición oral, presentes en el folclore.

La originalidad del Lazarillo consiste en su realismo: la obra se lee como si fuera la autobiografía real de un personaje auténtico.

Argumento y estructura

Es una epístola autobiográfica en la que el protagonista narra su vida para defenderse de ciertas acusaciones. En las protestas del protagonista, se esconde su cínica aceptación del adulterio, que le permite vivir con desahogo. Su estructura es lineal; cada tratado está dedicado a uno de los amos, aunque los tres primeros, que corresponden con la infancia del protagonista, son los más desarrollados.

Los amos de Lázaro

  • El ciego: Es brutal, astuto y avaricioso. Enseña al muchacho a desconfiar de todo y le hace aguzar el ingenio. Harto de pasar hambre y sufrir palizas, Lázaro lo abandona, no sin antes vengarse de él.
  • El clérigo de Maqueda: Apenas da de comer a Lázaro, que consigue con artimañas abrir el arca donde se guarda el pan. Cuando el clérigo lo descubre, echa al muchacho.
  • El escudero: Obsesionado por la honra y las apariencias, pasa tanta hambre como su criado, que acaba compartiendo con él la comida que obtiene pidiendo limosna.
  • Otros amos: El fraile de la Merced, el buldero, el maestro de pintar panderos y el capellán. Después, Lázaro consigue el oficio de aguador y, más tarde, el de pregonero, lo que le llena de orgullo.

Interpretaciones de la novela

Se puede considerar como una novela de aprendizaje (Bildungsroman) que narra la evolución del protagonista desde la infancia hasta la edad adulta. El Lazarillo contiene una fuerte crítica social. Se trata también de una novela que comparte la crítica de Erasmo al concepto de religión imperante.

Estilo

Se enmarca en la prosa renacentista, buscando la naturalidad y la verosimilitud. El narrador utiliza con frecuencia refranes y frases hechas, lo que aporta un gran realismo al lenguaje del personaje.

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