Contexto Histórico y Literario de Antonio Machado
Durante la segunda mitad del siglo XIX, España fue el escenario de fuertes tensiones políticas y de un paulatino agravamiento de los problemas sociales. La Revolución de 1868 supuso el destronamiento de Isabel II y el triunfo de la burguesía liberal, pero esta, escindida en las corrientes conservadora y progresista y enfrentada a los todavía poderosos sectores tradicionalistas, fue incapaz de articular pautas estables de gobierno y emprender las reformas que el país necesitaba.
En 1875, año en que nació Antonio Machado, la Restauración de la monarquía en la persona de Alfonso XII puso fin a este periodo de confrontaciones, imponiendo la alternancia en el poder de los partidos conservador y progresista. De este modo se consolidó una estructura política estable que, durante largos años, mantendría el poder en manos de la burguesía conservadora y de la oligarquía terrateniente y financiera, al tiempo que negaba representación parlamentaria a las corrientes demócratas, republicanas e izquierdistas, expresión del creciente malestar de la pequeña burguesía, la clase media y el proletariado agrario e industrial que veían frustradas sus aspiraciones.
Pero el turno de los dos partidos en el poder y el control que ejercían sobre el resultado de las elecciones, basado en el antidemocrático procedimiento del caciquismo, mantenían la crisis permanente en que vivía el país y alentaban el enfrentamiento entre dos Españas: la «inferior que ora y embiste» y la «de la rabia y de la idea», según dejaría escrito Machado en los versos de un conocido poema.
La decadencia del país, desde antaño denunciada con insistencia por los intelectuales liberales, fue completa al ocurrir el Desastre de 1898, cuando España, al salir derrotada en la guerra contra Estados Unidos, perdió Cuba, Puerto Rico y Filipinas, resto colonial de su antiguo imperio.
En los años finales del siglo XIX, y coincidiendo con los conflictos y la atonía política de la sociedad española (que solo empezaría a tomar conciencia de la decadencia del país al producirse el Desastre de 1898), se dio a conocer un conjunto de escritores nacidos en torno a 1870 y de origen social semejante que expresaron su inconformismo y sus inquietudes mediante la denuncia de tal estado de cosas e iniciaron la defensa de nuevos e innovadores valores literarios. La crítica literaria ha visto en este movimiento dos tendencias principales: el Modernismo y la denominada Generación del 98, que, no obstante su diferente orientación, a veces coincidieron en algunos aspectos.
El Modernismo
El Modernismo se inicia en 1880 y se alarga hasta la Primera Guerra Mundial. Se manifiesta como una actitud vital de rebeldía y un afán de renovar todos los ámbitos de la vida y el arte. Se relaciona con el mundo de la bohemia, lo que implica un rechazo de las normas sociales y morales, el gusto por la provocación y, sobre todo, el desprecio de la vulgaridad y la mediocridad. Los escritores modernistas se interesaron por la estética y rechazaron la vida burguesa. Ello les llevó a buscar la belleza más exquisita y a evadirse de la gris realidad, evocando épocas pasadas y países exóticos.
Sus rasgos definitorios son: la temática intimista, en la que predominan unas veces la sensualidad vitalista y en otras una nostálgica melancolía; y un estilo que supone la extraordinaria renovación del lenguaje poético basada en la musicalidad de la métrica y en un brillante uso de la adjetivación, la sinestesia, las imágenes y los símbolos.
En la formación del Modernismo fue decisiva la influencia del Parnasianismo y el Simbolismo franceses. El primer movimiento propugnaba una poesía basada en la belleza formal y los valores sensoriales; el segundo, la creación de símbolos y una sugerente musicalidad. Rubén Darío, máximo representante de esta corriente, se convirtió en el referente de los poetas jóvenes, entre los que destacarán Juan Ramón Jiménez, Manuel Machado y Antonio Machado.
Temas del Modernismo
- Desazón romántica: Rechazo de una sociedad vulgar, desarraigo, soledad, lo misterioso, lo fantástico. Predominan la tristeza, la melancolía y la angustia. Es sintomática la presencia de lo otoñal, lo crepuscular y la noche.
- El escapismo: El modernista, para expresar su desacuerdo con la realidad, huye del mundo por los caminos del ensueño. Hay una evasión en el espacio y una evasión en el tiempo hacia la mitología clásica o el pasado medieval.
- Cosmopolitismo: Ligado a la necesidad de evasión, especialmente hacia ciudades como París.
- El amor y el erotismo: Hay un contraste reiterado entre un amor delicado (visión idealizada de la mujer, melancolía por la pérdida, amor imposible) y un intenso erotismo desenfrenado, que enlaza con actitudes asociales o amorales propias de los modernistas.
- Búsqueda de raíces: Por un lado, tratan temas del mundo indígena y, por otro, exaltan lo español como un acervo de valores humanos y culturales frente a la civilización «yanqui».
Lenguaje y Métrica Modernista
- Destaca la utilización del color, desde lo más brillante hasta lo más tenue.
- Efectos sonoros: destacan los acordes rotundos y la aliteración.
- Uso de cultismos o voces exóticas.
- Recursos estilísticos: sinestesias, comparaciones y metáforas.
- Métrica: Renovación métrica con versos alejandrinos, octosílabos, endecasílabos y dodecasílabos. (Ejemplo: Sonetos con cuartetos de 11 sílabas ABBA; redondilla de 8 sílabas abba).
La Generación del 98
A los escritores que compartieron inquietudes por el problema de España se les conoce como la Generación del 98. Fue un grupo de escritores que en su juventud expresaron su profundo desagrado ante la sociedad de la Restauración y proclamaron la necesidad de una regeneración social, cultural y estética.
El grupo inicial lo formaron Pío Baroja, Azorín y Ramiro de Maeztu, a los que se unieron Miguel de Unamuno, Ramón del Valle-Inclán y Antonio Machado. Estos autores presentan una serie de rasgos comunes en temas y estilos, y se inspiran en pensadores reformistas más que en literatos.
Parten de la actitud crítica y evolucionan hasta centrarse en la reflexión sobre la sociedad española. Para entender el alma de España, se interesan por los orígenes históricos y literarios de Castilla. Al mismo tiempo, reflejan el pesimismo existencial y el subjetivismo característico de la época. Uno de los temas más destacados fue la pérdida de las últimas colonias españolas de Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
A diferencia de los modernistas, los escritores noventayochistas defendieron un lenguaje sobrio, antirretórico, que recuperaba términos castizos y lo convirtieron en vehículo de sus ideas. Todos ellos, desde una estética subjetiva, denunciaron el atraso del país y su necesaria europeización, al tiempo que buscaban la esencia de lo español en las tradiciones populares y en el paisaje, en especial el de Castilla.
Métrica de la Generación del 98
La métrica es generalmente sencilla, con predominio del arte menor y las rimas asonantes.
- Romance: Versos octosílabos, rima asonante en los pares.
- Silva: Versos de 7 y 11 sílabas, sin rima o con rima libre.
- Silva aromatizada: Rima similar a la del romance.
Recursos de repetición frecuentes: anáfora y paralelismos.
Etapas Poéticas de Antonio Machado
Primera Etapa: Soledades
Durante esta etapa, Antonio Machado conoce a Rubén Darío en París. Se inicia en la estética modernista con su obra Soledades (1903), en la que se presenta como un hombre maduro que evoca la juventud perdida y sin amor, y proclama una poesía impregnada de un tono subjetivo, llena de emociones y sentimientos.
En 1907 reelabora este libro, añade 40 poemas, suprime los elementos más externos del modernismo y lo titula Soledades, galerías y otros poemas. Se trata de un modernismo intimista con una veta romántica que recuerda a Bécquer. La temática gira en torno a los sentimientos universales, que conciernen sobre todo a tres temas: el tiempo, la muerte y Dios. Es decir, el problema del destino del hombre y de la condición humana, con una visión de poeta existencial. Pero hay también nostálgicos recuerdos de la infancia, evocaciones del paisaje y un amor más soñado que vivido, la soledad, la melancolía y la angustia.
Empleo de Símbolos en Soledades
- Fuente/Río: El fluir del tiempo.
- Agua: La fugacidad de la vida (cuando está en movimiento) y la muerte (cuando está en calma).
- Mar: La muerte.
- Camino: El transcurso de la vida.
- Aire: La libertad del hombre.
- Fuego: La poesía amorosa.
- Tierra: La realidad solitaria.
- Tarde: Decaimiento, melancolía, premonición de la muerte.
- Cripta, laberinto o galerías: Búsqueda del mundo interno, del alma.
- Espejo: Proyectan los recuerdos y sueños.
- Colmena: Creación poética.
- Jardín: La intimidad.
Segunda Etapa: Campos de Castilla
Esta obra se escribe a lo largo de un dilatado tiempo, por lo que la temática es variada, atendiendo a los cambios vitales del poeta. Está compuesto por 56 poemas y en ellos se observan diferencias estéticas con Soledades. Se publica en 1912, poco antes de la muerte de Leonor.
La verdadera diferencia entre los dos libros es el paso del Yo al Nosotros, del intimismo y el subjetivismo a hablarnos de la realidad exterior. En Campos de Castilla, los poemas parecen dirigirse a Leonor o a Castilla.
Diferencias Estéticas entre Soledades (S) y Campos de Castilla (CC)
- S: Abundan los adornos formales. / CC: Escasez de adornos formales.
- S: Métrica modernista. / CC: Métrica sencilla.
- S: Descripción de paisajes imaginarios. / CC: Descripción de lugares reales.
- S: Temas centrados en el tiempo y la muerte personal. / CC: Temas centrados en la muerte, España y la crítica social.
Temas de Campos de Castilla
- Los enigmas del mundo y del hombre (ambientados en Soria y Baeza).
- La preocupación patriótica y la crítica social contra la España ignorante. Renace en él la esperanza de una España Nueva.
- La tierra de Alvargonzález (poema narrativo).
- Proverbios y cantares.
- Poemas con evocaciones a Soria y a la muerte de Leonor.
