La Ilustración y el Neoclasicismo en España: Contexto Histórico, Social y Literatura del Siglo XVIII

Contexto Histórico del Siglo XVIII en España

Durante este siglo reinaron los siguientes monarcas de la Casa de Borbón:

  1. Felipe V (1700-1746): Instauró la Casa de Borbón tras la muerte del último Austria, Carlos II.
  2. Fernando VI (1746-1759): Hijo de Felipe V.
  3. Carlos III (1759-1788): Hermano de Fernando VI. Fue un gran reformador y modernizador, encarnando el espíritu ilustrado.
  4. Carlos IV (1788-1808): Su reinado coincidió con la Revolución Francesa (1789), a la que España combatió aliada con Inglaterra, Austria, Rusia y otros países. Posteriormente, España se alió con Napoleón, y la escuadra española fue derrotada por la inglesa en la Batalla de Trafalgar (1805).

Marco Sociocultural: La Era de la Ilustración

La Crisis de la Conciencia Europea

A finales del siglo XVII comienza la llamada Crisis de la Conciencia Europea, que consiste en:

  • Todas las creencias y convicciones dominantes hasta el siglo XVII (religiosas, filosóficas, científicas, políticas) se someten a discusión.
  • Comienza el predominio de la burguesía sobre la aristocracia, lo que fomenta el espíritu crítico al carecer de los prejuicios de esta última.

A raíz del espíritu crítico surge el movimiento de la Ilustración (imposición de la razón frente a la fe). Por ello, el siglo XVIII se denomina el Siglo de las Luces.

Características Generales del Siglo XVIII

  • Se rechaza el principio de autoridad: nada debe admitirse solo porque alguna autoridad lo haya afirmado.
  • Avanza el escepticismo religioso con pensadores como Voltaire y Rousseau.
  • Se postula la separación entre la Iglesia y el Estado.
  • En Francia se editan los 37 volúmenes de la Enciclopedia (1751-1780). La Enciclopedia, dirigida por Diderot y d’Alembert, intenta compilar todo el saber humano, fundándose solo en principios racionalistas.
  • El cristianismo es sustituido (en muchas personas) por el Deísmo (vaga creencia en Dios sin adscripción a religión alguna) o por el Agnosticismo (imposibilidad de probar la existencia de Dios).
  • Los gobiernos practican el Despotismo Ilustrado, bajo el lema: «Todo por el pueblo, pero sin el pueblo». Porque al pueblo se le tutela, se le procura felicidad y bienestar, pero sin que intervenga en los asuntos públicos. Para mejorar su vida y hacerlo más culto y razonable se establecen industrias públicas, academias, museos, escuelas y centros de investigación.
  • La Ilustración y el Despotismo Ilustrado son solidarios.
  • Todo esto culmina en la Revolución Francesa (1789), que producirá reacciones defensivas contra aquellas ideas.

La Penetración de la Ilustración en España

En España, la nueva dinastía borbónica estimula la introducción de las luces racionalistas. En este momento el desfase entre España y Europa se había hecho enorme, pero lentamente la cultura ilustrada va penetrando en España por vías como:

  • Traducciones de libros (sobre todo franceses).
  • La acción del P. Feijoo.
  • Difusión, en libros y folletos (porque estaba prohibida), de la filosofía racionalista y deísta.
  • Los viajes a que se aficiona la burguesía, y la imitación de lo francés.
  • Aparición de los primeros periódicos.

El reinado más beneficioso para España fue el de Carlos III (1759-1788) que, con sus ministros, encarnó a la perfección el espíritu ilustrado.

Literatura Española del Siglo XVIII

Causas del Menor Esplendor Literario

El siglo XVIII es fundamental para la modernización de España, aunque en literatura no ofrece demasiado esplendor, debido a:

  • Siendo una época de luces, las mentes mejores prefieren aplicarse a actividades de pensamiento; las letras pasan a ser una actividad complementaria.
  • Predomina la razón sobre el sentimiento; se reprime el motor del arte en nombre de la sensatez.
  • Triunfa el Neoclasicismo, de origen francés (e italiano), que impone reglas a la creación literaria.

Fuentes de la Literatura Dieciochesca

El siglo XVIII recoge dos series de influencias literarias que dan lugar a dos formas distintas de concebir la producción literaria:

  1. Influencia Clásica y Francesa: La influencia de los autores franceses de los siglos XVII y XVIII y de los clásicos españoles del Renacimiento, en especial de Garcilaso de la Vega, de Fray Luis de León y de Fernando de Herrera. La influencia francesa afectó con especial intensidad al teatro; la influencia española fue más patente en la poesía.
  2. Influencia Barroca: La influencia de los autores culteranos y conceptistas del Barroco español, en especial de Góngora, de Quevedo y de Calderón.

Corrientes Literarias del Siglo XVIII

El siglo XVIII no tiene carácter unitario. La misma disputa que se da en la sociedad entre tradicionalistas y renovadores se reproduce también en la literatura. Podemos distinguir tres corrientes literarias claramente definidas:

  1. Posbarroquismo (Hasta mediados de siglo)

    Muchos autores intentaron continuar el Barroco literario hasta mediados de siglo. Sin embargo, toparon con una fórmula ya gastada por los grandes creadores del siglo XVII.

    • Literatura barroca en franca decadencia (ejemplo: Torres Villarroel).
    • Lucha contra el Barroco, que coincide con los primeros influjos del clasicismo francés.
    • Se cultiva poco la literatura de creación; interesa más el ensayo y la prosa científica (ejemplo: Padre Feijoo).
  2. Neoclasicismo (Hasta fin de siglo)

    Se aceptan los principios estéticos del clasicismo francés del siglo XVII:

    • Teatro: Regla de las tres unidades; distinción entre comedia y tragedia (ejemplo: Moratín).
    • Lírica: Casi sin manifestaciones; pudor por lo sentimental. Arraigan las odas filosóficas y las fábulas moralizantes (ejemplos: Iriarte y Samaniego).
    • Prosa: Florece la prosa científica (ejemplos: Cadalso y Jovellanos).

    Se propone una literatura verosímil, racional y didáctica, sujeta a las normas clásicas y escrita en un estilo natural.

  3. Prerromanticismo (Últimas décadas)

    Esta corriente se opone al Neoclasicismo:

    • Rehabilita la expresión del sentimiento frente a la razón.
    • En todos los géneros trata temas emotivos, nocturnos y lacrimosos.

La Lengua en el Siglo XVIII: La Fundación de la RAE

El mayor acontecimiento que en materia lingüística se produjo en España durante el siglo XVIII fue la fundación de la Real Academia Española (RAE) en el año 1713.

Objetivos de la RAE

Desde su fundación se propuso tres objetivos para unificar el sistema y fijar los usos correctos de la lengua:

  1. La creación de un diccionario.
  2. La reforma de la ortografía.
  3. La redacción de una gramática.

El Diccionario académico se publicó entre 1726 y 1739. Las definiciones de las palabras se ejemplificaban con una cita tomada de los autores más destacados; por eso este diccionario recibió el nombre de Diccionario de Autoridades.

La renovación ortográfica era una tarea prioritaria para los académicos. La ortografía estaba aún anclada en el sistema que Alfonso X había fijado quinientos años antes.

La Gramática de la Lengua Castellana se publicó en 1771 y pronto fue de uso obligado en las escuelas junto con la Ortografía. Este hecho permitió la difusión de las normas y la unificación del sistema. Como resultado de la influencia francesa, durante el siglo XVIII se introdujeron numerosos galicismos en la lengua.

Los Géneros Literarios del Siglo XVIII

Poesía Neoclásica

Los poetas neoclásicos se agruparon en dos escuelas:

  1. La Escuela de Salamanca

    Su principal representante fue Juan Meléndez Valdés. Las características más importantes de esta escuela fueron la preocupación por el equilibrio entre la expresión y el contenido, y la afición por los temas bucólicos y campestres. También cultivaron temas morales y filosóficos con un evidente afán didáctico.

    Bajo la influencia de la escuela salmantina se creó en Madrid un grupo poético preocupado por el progreso y por los temas patrióticos.

  2. La Escuela de Sevilla

    Fundada a finales de siglo bajo la influencia de Jovellanos. Su principal representante fue Alberto Lista.

    La escuela sevillana se preocupó más por la forma que por el contenido; y aunque el racionalismo imperante les sirvió de freno, los sevillanos fomentaron un lenguaje específicamente literario.

Consecuencia del didactismo dieciochesco fue el cultivo de la fábula, parcela en la que destacaron Iriarte y Samaniego.

El Ensayo

El gusto de los ilustrados por la exposición de ideas encontró en el ensayo el vehículo más apropiado.

El ensayo es un género mixto de reflexión y de invención, que nació en Francia en el siglo XVI. En él cabe cualquier tema y cualquier actitud. Pero, a diferencia de otras formas de lenguaje, el ensayo no trata los temas de forma exhaustiva y admite el enfoque personal.

Ensayistas más importantes de la época: Feijoo y Jovellanos.

El Teatro

En el teatro se debaten, durante esta época, dos corrientes opuestas:

  • Corriente Conservadora: En los primeros años del siglo; sigue la tendencia barroca que defiende un teatro de masas que pueda entretener a un público de cualquier condición social.
  • Corriente Reformadora: Propia de la segunda mitad del siglo XVIII. Defiende una reforma de los preceptos del teatro barroco. Pretende ofrecer historias verosímiles y transmitir enseñanzas morales.

Reforma del Teatro Neoclásico

Las obras ya no se representan al aire libre, sino en salas de teatro. Se vuelve a imponer la norma de las tres unidades que se había eliminado en el teatro barroco (tiempo, espacio y acción):

  1. La acción representada no podía durar más de veinticuatro horas (unidad de tiempo).
  2. La representación debía llevarse a cabo en el mismo lugar (unidad de espacio).
  3. La obra debía desarrollar un único conflicto (unidad de acción).

Otras características de la reforma neoclásica:

  • La finalidad de la obra teatral es didáctica.
  • Se huye de lo irreal y se buscan temas verosímiles que muestren hechos de la vida cotidiana.
  • No se permite mezclar la prosa con el verso, ni lo trágico con lo cómico.
  • Los personajes deben mantener su decoro; es decir, actuar y hablar de acuerdo con su condición social y su forma de ser.
  • Se incorporan el telón y los decorados en las representaciones.

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