1. Argumentación
Tras la muerte de su segundo marido, Bernarda Alba pone a sus cinco hijas (Angustias, Martirio, Amelia, Margarita y Adela) en luto durante unos años. No las dejará salir de casa y cada una reacciona de manera distinta.
2. Introducción
Es la última obra dramática de García Lorca, la acabó de escribir en junio de 1936, dos meses antes de morir. Fue estrenada en Buenos Aires en 1945 por Margarita Xirgu, y no pudo representarse en escenario español hasta 1964.
3. ¿Por qué la obra se subtitula Drama de mujeres? ¿Cuál es su sentido?
Subtitula la obra Drama de mujeres, y escenifica un violento enfrentamiento entre mujeres en un ambiente rural, pero no es un drama rural estrictamente. La obra refleja las obsesiones y las personalidades conflictivas de mujeres obligadas a un encierro. Es un drama que versa sobre la realidad humana. El título menciona un mundo interior, cerrado, en el que Bernarda mantiene sometidos a otros personajes femeninos.
4. ¿Qué temas se abordan en esta obra?
4.1. Enfrentamiento entre la moral autoritaria y el deseo de libertad
Plantea el enfrentamiento de una conducta autoritaria y otra progresista. La oposición se plantea desde el principio: Bernarda impone sus normas basándose en la autoridad de ser la cabeza de familia, después de morir su marido. María Josefa y Adela intentan rebelarse, mientras que Magdalena, Martirio y Amelia aceptan la situación, aunque Martirio se enfrenta a su madre en alguna ocasión. Las criadas viven bajo el dominio de Bernarda y le temen, solo se limitan a murmurar a sus espaldas. El autoritarismo de Bernarda se ve en su primera intervención, y este provoca la locura de María Josefa y el suicidio de Adela.
4.2. El amor sensual. La búsqueda del varón
El drama de estas mujeres se debe a la ausencia de amor y el temor a estar solteras. El luto de Bernarda impide que sus hijas tengan relaciones amorosas. Pepe el Romano libera la pasión de estas mujeres que desean casarse para ser liberadas de su madre.
4.3. La hipocresía (el mundo de las falsas apariencias)
La preocupación por la opinión ajena, el temor a la murmuración, aparentar lo que no es y la hipocresía que esconde la realidad. El tema se manifiesta en la obsesión por la limpieza y el temor a la murmuración. El mundo de las falsas apariencias afecta a Bernarda y a Martirio. La hipocresía será un rasgo característico de Martirio.
4.4. El odio y la envidia
Las relaciones están dominadas por el odio y la envidia. Bernarda se convierte en objeto de odio de sus criadas y los vecinos, se convierte en un personaje detestable. Angustias es odiada por sus hermanas, y ella también las odia. Martirio acusa a Adela. Las hijas tienen sentimientos de odio hacia Bernarda, por los deseos de amar y de ser libres y la imposibilidad de alcanzarlos.
La desigualdad social provoca el odio de las criadas hacia Bernarda.
4.5. La injusticia social
Especialmente durante el primer acto, las tensiones de la sociedad son notables. Denuncia la injusticia social y plantea una jerarquía social bien definida, donde el estrato más elevado lo tiene Bernarda (y su familia).
Las relaciones humanas están jerarquizadas por la crueldad del que ocupa el estrato superior con quien se encuentra en una posición inferior. La crítica social predomina en el primer acto y más adelante el autor disminuye las alusiones sociales para centrarse en las relaciones humanas (odio, envidia, pasión amorosa…).
4.6. La marginación de la mujer
Enfrenta dos modelos de comportamiento femenino: el basado en una moral relajada (Paca la Roseta) y el basado en una determinada concepción de la decencia (Bernarda somete a sus hijas).
El comportamiento femenino basado en la honra implica una sumisión a las normas sociales, que discriminan a la mujer en beneficio del hombre. Bernarda impone a sus hijas un comportamiento por ser mujeres y a su nivel económico.
Mientras que a la mujer le está prohibido cualquier impulso amoroso, al hombre le está permitido mantener relaciones extramatrimoniales.
4.7. La honra
Bernarda se mueve guiada por unos principios convencionales, apoyados en la tradición, que exigen un comportamiento público perfecto, es decir, una imagen social intachable. Bernarda recrimina a Angustias, que estaba mirando a los hombres en el funeral.
7. Indica cuáles son los rasgos lingüísticos y de estilo que caracterizan la forma de hablar de los personajes de la obra
Sobresalen los siguientes rasgos coloquiales:
- Insultos, maldiciones y amenazas: Poncia y la Criada insultan a Bernarda. Propio del lenguaje coloquial es la maldición: «¡mal dolor de clavo le pinche los ojos!». Estos se producen en ausencia del personaje aludido. Bernarda insulta a sus hijas de forma directa, igual Martirio y Adela, y Adela y Poncia.
- Vulgarismos: dichos por Poncia y la Criada como reflejo de su baja condición social: “PONCIA -Llevan ya más de dos horas de gori-gori”. Ejemplo de andalucismos, «no seas como los niños chicos».
- Habla rural y campesina: la utilización del sustantivo madre sin artículo («Si la hubiera visto madre»), o la expresión «la noche requiere campaña».
- Insinuaciones, alusiones, indirectas, frases de doble sentido: los personajes se acusan mutuamente o a un tercero. Son características de Poncia.
- En Bernarda predominan las intervenciones secas, rápidas y cortantes. Es brusca, agresiva y autoritaria. Usa la interrogativa.
- El lenguaje de las hijas: Angustias, Magdalena y Amelia se caracterizan por la monotonía. Martirio abusa de las amenazas y de las insinuaciones. Adela se caracteriza por la fuerza y la violencia verbal: imperativos y frases cortantes.
- El lenguaje de María Josefa: es una mezcla de lenguaje infantil y de habla perturbada, utiliza expresiones infantiles (ovejita, hormiguita…), onomatopeyas (mee) y sentencias graves.
- El lenguaje de la Poncia: es rico y variado: posee la gracia del lenguaje popular (expresiones populares y rurales). Es maestra en las insinuaciones, tiene sentido del humor y su lenguaje es encantador poéticamente.
8. Señala los tipos de personajes que existen (visibles, invisibles y aludidos) y señala cómo están caracterizados los más representativos
Personajes visibles, son aquellos que aparecen en escena y figuran al frente de la obra.
- Protagonistas, cuya actuación influye en el desarrollo de los hechos: Bernarda, Poncia, Angustias, Amelia, Martirio, Adela y María Josefa.
- Secundarios, aparecen de forma esporádica: Criada, Mendiga, Prudencia, Muchacha…
Personajes invisibles, no aparecen en escena, pero influyen en la acción dramática, como Pepe el Romano.
Personajes aludidos, no aparecen en escena y solo se hace mención de estos por algún motivo concreto: Antonio María Benavides (difunto marido de Bernarda), Enrique Humanes (el que fue pretendiente de Martirio)…
8.1. Bernarda (60 años)
Su nombre significa “con fuerza de oso”. El apellido Alba cita su preocupación por la limpieza, tanto material como espiritual. Es autoritaria, clasista, hipócrita, está obsesionada con el qué dirán y no tiene corazón, trata a todos con desprecio.
En su indumentaria y el uso del bastón se aprecia la amargura a la que condena a sus hijas y ser la que lleva el control en la casa.
Su clasismo le hace sentirse superior al resto y le impide elegir un marido adecuado. Es una hipócrita, aunque maldice el pueblo, no se va a otro lugar porque podría perder su estatus social.
Su hipocresía y su obsesión por el qué dirán se aprecia al principio cuando la casa tiene que estar perfecta para el velatorio, cuando golpea a su hija para evitar que los vecinos la vean mirando a los hombres, cuando hace que vistan al cadáver de Adela como una virgen para que el pueblo no piense que tuvo relaciones extramatrimoniales con Pepe.
Todos le temen por su carácter agresivo.
8.2. Las hijas
Todas viven en una lucha entre el deseo de libertad y la reclusión a la que son expuestas. Viven obsesionadas por el erotismo y por encontrar un hombre que las libere de esa esclavitud y les haga disfrutar del placer.
Las cuatro mayores están más dominadas y aceptan el poder de Bernarda, por tanto presentan una personalidad débil.
Angustias (39 años)
Su nombre alude a su edad, fealdad y deseo de casarse. Es la hija del primer matrimonio de Bernarda y heredera de una fortuna, y a Pepe el Romano le atrae pese a su escasez de belleza. Angustias sabe que es mejor ser rica que hermosa.
Para ella, el matrimonio con Pepe significa la salida del infierno (casa) y no una pasión especial por él, es decir, tiene sentimientos contradictorios: “Debería estar contenta y no lo estoy…”
Magdalena (30 años)
Es la segunda hija. Su nombre es asociado con la ternura y el llanto.
Es la única hija que llora en el funeral de su padre y tiene una inclinación natural hacia la sumisión y el bien, aunque muestra rebeldía en alguna ocasión.
Afirma en voz alta la realidad de la situación, acepta su soltería y afirma que le hubiera gustado ser hombre. Y alguna que otra vez utiliza la ironía un tanto sarcástica.
Amelia (27 años)
Es la tercera de las hijas. Su nombre significa “sin miel, sin dulzura”.
Es la más simple y desdibujada de todas. Su actitud es sumisa y temerosa de la autoridad materna. Parece temer a los hombres.
Tiene una estrecha relación con Martirio, estando pendiente de sus dolores. Ellas dos se muestran más cariño y afecto que las demás.
Martirio (24 años)
Es la cuarta hija. Su nombre alude a la cruz que arrastra por su fealdad, su amargura y su enfermedad.
Es una muchacha enferma y deforme, y es la única que podría haberse casado, pero Bernarda se opuso totalmente al matrimonio de Enrique Humanes por su estatus social.
Vive reprimida por el deseo sexual, aunque le teme a los hombres. Tiene celos de Angustias y de Adela, a la que vigila, y por eso descubre sus encuentros con Pepe el Romano, a quien ella confiesa que también ama.
Se va llenando de odio y apoya los juicios de su madre en contra de la hija de la Librada.
