Claves Lingüísticas: Texto, Literatura, Propiedades Textuales y el Sustantivo

1. El Texto

El texto es una unidad de la lengua que posee sentido completo y está formado por un enunciado o conjunto de enunciados que están enlazados entre sí de forma coherente.

1.2. Tipos de Textos

  • Texto descriptivo: el emisor trata de representar una realidad (persona, objeto, lugar, sentimiento, etc.) mediante palabras, explicando sus distintas partes o características (ej: retratos literarios, descripciones de paisajes en una novela, fichas técnicas de productos).

  • Texto narrativo: mediante la narración se cuentan historias, hechos o sucesos, reales o ficticios, protagonizados por personajes en un tiempo y espacio determinados (ej: novelas, cuentos, noticias periodísticas, crónicas).

  • Textos expositivos o explicativos: presentan información objetiva sobre un tema con la finalidad de que sea comprendida por el receptor (ej: artículos de enciclopedia, libros de texto, informes científicos).

  • Textos argumentativos: consisten en defender una idea u opinión (tesis) aportando razones (argumentos) para convencer al receptor (ej: ensayos, artículos de opinión, discursos políticos, debates).

  • Texto instructivo o prescriptivo: ofrecen pautas, normas o instrucciones para realizar una tarea, regular la conducta o alcanzar un objetivo (ej: recetas de cocina, manuales de usuario, leyes, reglamentos).

2. El Lenguaje Literario

Un texto literario es el producto de un proceso de comunicación en el que predomina la función poética del lenguaje. El emisor intenta buscar en el receptor la emoción estética o poética, apelando a su sensibilidad al interpretar el texto, y dota al mensaje de una especial intensidad formal.

2.1. Características del Lenguaje Literario

  • Originalidad: el escritor suele separarse de los usos propios de la lengua común (desautomatización) y mostrar una voluntad artística, buscando formas expresivas novedosas y personales.

  • Connotación: se llama connotación al significado secundario, subjetivo o sugerido que se le puede atribuir a una palabra o expresión, más allá de su significado denotativo (literal o de diccionario). El lenguaje literario explota la connotación para evocar imágenes, sentimientos y múltiples interpretaciones.

3. Las Propiedades Textuales

Denominamos propiedades textuales a las cualidades que ha de poseer un texto para que sea comunicativamente eficaz. Las propiedades más importantes son la adecuación, la coherencia y la cohesión textual. Son también necesarias la elección de una adecuada tipología textual, una correcta presentación y la corrección gramatical.

3.1. Adecuación

Es la propiedad textual que consiste en adaptar el texto a la situación comunicativa. Para que un texto sea adecuado, hemos de tener presentes los siguientes aspectos:

  • Elección de un registro (formal, coloquial, técnico, etc.) apropiado al contexto, al receptor y al propósito.

  • Selección de un vocabulario que se adapte a la situación comunicativa y al nivel de conocimiento del receptor.

  • El establecimiento de un canal comunicativo idóneo (oral, escrito, audiovisual).

  • El empleo de fórmulas de cortesía y tratamiento adecuadas.

3.2. Coherencia

Es la propiedad mediante la cual organizamos convenientemente la información de un texto para transmitir una determinada idea. Los enunciados que constituyen el texto se relacionan entre sí y con el tema central, con la intención de transmitir un sentido global y unitario.

Características de la Coherencia:

  • Desarrolla la idea o tema principal de forma clara y progresiva.

  • Presenta una estructura adecuada (introducción, desarrollo, conclusión, etc.) y una organización lógica de las ideas.

  • Ofrece la cantidad de información necesaria, sin redundancias excesivas ni lagunas informativas.

  • Utiliza un tratamiento del tema (enfoque, tono) adecuado al propósito y al receptor.

3.3. Cohesión

Es la propiedad textual que se manifiesta a través de los mecanismos lingüísticos que conectan las diferentes partes de un texto (oraciones, párrafos), asegurando su trabazón interna y facilitando su comprensión. Clasificamos dichos mecanismos en dos grandes grupos: gramaticales y léxico-semánticos.

3.3.1. Mecanismos Gramaticales de Cohesión Textual

Se trata de una serie de elementos lingüísticos que nos permiten aludir a ciertas partes del discurso ya dichas (anáfora) o por decir (catáfora), evitando repeticiones innecesarias y enlazando ideas.

  • Pronombres, determinantes y adverbios (deixis): se utilizan para aludir y sustituir palabras o segmentos mencionados anteriormente (anafóricos) o que se mencionarán después (catafóricos), evitando la repetición. Los más habituales son los pronombres personales, demostrativos, posesivos, relativos, indefinidos, numerales, interrogativos y exclamativos; los determinantes correspondientes; y adverbios de lugar, tiempo y modo (ej: aquí, entonces, así).

  • Elipsis: mediante este procedimiento se omite un elemento lingüístico que se sobreentiende por el contexto, ya que ha sido mencionado previamente o es fácilmente deducible.

  • Conectores discursivos o marcadores textuales: son palabras o expresiones que tienen como misión unir partes de un texto (frases, oraciones, párrafos), estableciendo relaciones lógicas entre ellas. Los conectores indican qué relación mantiene la nueva idea con lo ya expresado. Algunos tipos de conectores son: de adición (además, también), de contraste u oposición (pero, sin embargo), de causa-consecuencia (porque, por lo tanto), de ordenación (en primer lugar, finalmente), explicativos (es decir, o sea), de ejemplificación (por ejemplo), de rectificación (mejor dicho), de contraargumentación (aunque, a pesar de), de reformulación (en otras palabras), de apoyo argumentativo (en efecto), de recapitulación (en resumen).

3.3.2. Mecanismos Léxico-Semánticos de Cohesión Textual

Son procedimientos de cohesión que afectan al significado de las palabras y contribuyen a que la composición de nuestro texto sea más correcta, rica y eficaz. Esto se consigue de varios modos:

  • Repetición léxica: consiste en la reiteración de una misma palabra a lo largo del texto para mantener el referente. Debe usarse con moderación para evitar la monotonía.

  • Sinonimia: para evitar la repetición excesiva de palabras, usamos otras de significado igual o similar (sinónimos).

  • Correferencia (o sustitución por proformas léxicas): se trata de palabras o expresiones distintas que en un mismo contexto se comportan como sinónimos al referirse al mismo referente (ej: «El presidente visitó la ciudad. El primer mandatario ofreció un discurso.»).

  • Antonimia: empleamos términos con significado opuesto o contrario para relacionar ideas o contrastar elementos.

  • Palabras de la misma familia léxica (derivación): se utilizan palabras que comparten la misma raíz o lexema (ej: pan, panadero, panadería).

  • Hiperonimia e hiponimia: se establece una relación de inclusión. Un hiperónimo es una palabra cuyo significado engloba el de otras más específicas, llamadas hipónimos (ej: «flor» es hiperónimo de «rosa», «clavel», «tulipán», que son sus hipónimos).

  • Campos semánticos o conceptuales: uso de palabras que pertenecen a un mismo ámbito de significado o tema (ej: en un texto sobre fútbol: gol, árbitro, delantero, córner).

4. El Nombre o Sustantivo

Es una clase de palabra variable que designa seres, objetos, ideas, conceptos, sentimientos, lugares, etc. El nombre es el núcleo del sintagma nominal (SN).

4.1. Forma del Nombre (Morfología)

El nombre está compuesto por:

  • Raíz o lexema: parte de la palabra que contiene el significado léxico fundamental e invariable (o con variaciones regulares).

  • Afijos: morfemas que se añaden a la raíz o lexema para modificar su significado o crear nuevas palabras. Pueden ser de dos tipos principales en relación con el nombre:

    • Afijos flexivos (o morfemas gramaticales): indican género (masculino/femenino) y número (singular/plural) en los nombres. No crean palabras nuevas, sino que expresan accidentes gramaticales. Ejemplo: gat-os (morfema -o de género masculino, morfema -s de número plural).

    • Afijos derivativos (o facultativos): forman palabras nuevas (palabras derivadas) a partir de una palabra primitiva, añadiendo matices de significado. Pueden ser:

      • Prefijos: se colocan delante de la raíz. Ejemplo: sub-suelo, in-capaz.

      • Sufijos: se colocan detrás de la raíz. Ejemplo: papel-era, cariñ-oso.

      • Interfijos: son elementos átonos sin significado propio que se insertan entre la raíz y un sufijo, o entre un prefijo y la raíz, para facilitar la pronunciación o por razones etimológicas (ej: polv-ar-eda, ens-anch-ar).

4.2. Número del Nombre

El número es un morfema flexivo que nos permite diferenciar entre nombres en singular (designan un solo ser u objeto) y en plural (designan más de uno). El plural se forma generalmente siguiendo estas reglas:

  • Si el nombre termina en vocal átona o en -e tónica, se añade -s (ej: casas, comités).

  • Si el nombre termina en -a tónica o -o tónica, se añade -s (ej: sofás, platós).

  • Si el nombre termina en -i tónica o -u tónica, se suele añadir -s (ej: esquís, tabús), aunque en algunos casos, especialmente en un registro culto o en palabras tradicionales, se añade -es (ej: jabalíes, bambúes).

  • Si el nombre termina en consonante (incluida -y con sonido consonántico al final de palabra), generalmente se añade -es (ej: árboles, paredes, leyes, cántares, relojes). Algunas excepciones son préstamos de otras lenguas que pueden añadir solo -s (ej: clubs, cómics, icebergs) o tener plurales especiales (ej: lord > lores).

  • Si el nombre es una palabra llana o esdrújula terminada en -s o -x, permanece invariable en plural; el número se marca con los determinantes (ej: la crisis / las crisis, el tórax / los tórax, el virus / los virus).

  • Si el nombre es una palabra monosílaba o aguda terminada en -s o -x, se añade -es (ej: autobuses, faxes, meses, compases).

Nota: Existen casos particulares y excepciones (latinismos, palabras extranjeras, etc.), por lo que siempre es recomendable consultar un diccionario actualizado en caso de duda.

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