Diversidad Lingüística del Castellano: Niveles, Registros y Dialectos

Las variedades lingüísticas

Introducción

  • Lenguaje: Capacidad humana de comunicarnos.
  • Lengua: Sistema de signos y convenciones establecido por una colectividad.
  • Dialecto: Realización específica de una lengua en una zona geográfica determinada, resultado de una evolución lingüística particular que le confiere rasgos propios y distintivos.
  • Habla: Uso particular e individual de la lengua.
  • Variedad lingüística: Conjunto de elementos lingüísticos relacionados con la geografía, la sociedad y la situación comunicativa.

Variedades diastráticas

Se refieren al uso de la lengua en función del estrato social (clase social) y el nivel de instrucción o formación del hablante. Se distinguen tres niveles:

Nivel culto

Uso de la lengua de acuerdo con la normativa académica. Supone una gran competencia lingüística por parte del hablante y sirve de modelo para los demás niveles. Es más habitual en la lengua escrita que en la oral.

Rasgos fundamentales:
  • Se mantiene la -d- intervocálica.
  • Corrección sintáctica (construcción de oraciones). Ej.: prueba de concordancia del sujeto.
  • Riqueza léxica (vocabulario amplio).
  • Precisión léxica (vocabulario preciso). Ej.: evitar, hacer, costar…

Nivel medio (o coloquial)

Es el más utilizado por la mayoría de hablantes. Presenta un alto grado de normatividad lingüística, aunque es menos riguroso que el nivel culto.

Rasgos fundamentales:
  • Interrogaciones enfáticas (para llamar la atención del interlocutor) y retóricas.
  • Abundancia de interjecciones y exclamaciones.
  • Uso repetitivo de pronombres personales. Ej.: «A mí lo que me pasa».
  • Abundancia de imperativos (órdenes).
  • Abundancia de vocativos (para dirigirse directamente a alguien).
  • Predominio de la oración simple (oraciones cortas con un solo verbo).
  • Frases inacabadas.

Nivel vulgar

Uso de la lengua por hablantes con escasa formación cultural (pocos estudios). Las incorrecciones en el uso de la lengua por parte de estos hablantes no son voluntarias, sino que se deben al desconocimiento.

Rasgos fundamentales:
  • Confusión o modificación de sonidos. Ej.: «agüelo» (abuelo), «amoto» (moto).
  • Cambios de acento. Ej.: «ávaro» (avaro).
  • Confusiones verbales. Ej.: «haigo» (haya), «vinistes» (viniste).
  • Confusión en el uso de pronombres. Ej.: «sus» (os), «me se cae» (se me cae).
  • Dequeísmo. Ej.: «opino de que» (opino que).
  • Alteración en el género de las palabras. Ej.: «el radio» (la radio).
  • Uso de palabras vulgares. Ej.: «mangar» (robar).
  • Formas contractas. Ej.: «contimás» (cuanto más).

Variedades diafásicas

Se refieren al uso de la lengua en función de la situación comunicativa y la finalidad del hablante. Influyen otros factores como el canal, el tipo de mensaje o la inmediatez de la respuesta. Se distinguen dos registros lingüísticos:

Registro formal

Se utiliza cuando no existe una relación de confianza entre los hablantes y se emplean formas de cortesía. Ej.: enviar correos electrónicos, referirse a la persona con «usted».

Registro informal

Uso del lenguaje en una situación relajada, donde existe un grado de confianza entre los hablantes.

Además, se distinguen la jerga y el argot: usos particulares de la lengua de determinados grupos sociales o profesionales.

  • Jergas profesionales

    Variedades lingüísticas propias de las distintas profesiones. Se caracterizan por el uso de tecnicismos. Ej.: «sepsis» (término del ámbito de la medicina).

  • Jergas sociales

    Propias de grupos como jóvenes, estudiantes, etc., es decir, de una misma clase social o grupo de edad. Dentro de las jergas sociales, se puede distinguir la jerga del hampa, que es propia de grupos relacionados con la delincuencia.

Rasgos comunes de las jergas (profesionales y sociales):
  • Surgen por la necesidad de cohesión grupal.
  • Crean términos nuevos (neologismos).
  • Emplean extranjerismos.

Idiolecto: Uso particular de la lengua de un hablante, influenciado por su edad, profesión, formación, etc. Cada individuo posee un habla específica que depende de estos factores.

Variedades diatópicas

Se refieren al uso de la lengua en un determinado territorio. El estudio de la lengua se puede abordar desde dos perspectivas distintas:

  • Sincrónica: Estudia la lengua en un momento determinado, sin tener en cuenta su evolución.
  • Diacrónica: Estudia la lengua según su evolución a lo largo del tiempo.

Desde un punto de vista sincrónico (el momento actual), en España existe una gran diversidad lingüística. Ej.: castellano, catalán, aranés, euskera y gallego.

Dentro del castellano peninsular, pueden diferenciarse grandes zonas lingüísticas:

  • La zona septentrional: Corresponde a la zona norte (de Madrid hacia arriba).
  • La zona meridional: Corresponde a la zona sur (de Madrid hacia abajo).

Origen de las lenguas de España

Lenguas prerromanas

Antes de la llegada de los romanos a la península, existían pueblos con sus propias lenguas (celtas, fenicios, etc.), denominadas lenguas prerromanas. Hoy en día, aún conservamos algunas huellas lingüísticas de esos pueblos, lo que se conoce como sustrato lingüístico. Por ejemplo, el nombre de ciertos lugares (topónimos) y el sufijo -ez (Fernández, hijo de Fernando).

En el 218 a.C., con la llegada de los romanos, se impuso su cultura y, sobre todo, el latín. Se produjo un periodo de bilingüismo (latín y lenguas prerromanas), pero estas últimas acabaron desapareciendo por el desuso. Del latín vulgar, a diferencia del latín culto, derivarían las lenguas romances.

Posteriormente, llegaron los pueblos visigodo y, más tarde, el árabe. Estas invasiones también influyeron en la configuración del castellano actual y dejaron huellas de sus propias lenguas (superestrato lingüístico). El origen del euskera es desconocido.

La formación del castellano

Las primeras muestras escritas del castellano fueron las Glosas Emilianenses y Glosas Silenses (de carácter no literario): anotaciones en los márgenes de manuscritos en latín culto.

El castellano se fue estabilizando, y se observan dos rasgos fonéticos que lo diferencian del latín:

  • Diptongación: Ciertas vocales del latín se convierten en diptongos. Ej.: «porta» → puerta, «petra» → piedra.
  • Pérdida de la «f» inicial latina. Ej.: «farina» → harina.

El castellano continuó evolucionando hasta que se hizo necesario fijar la lengua y crear una normativa. Alfonso X el Sabio fue fundamental para la estabilización del castellano: fundó la Escuela de Traductores de Toledo, donde se comenzaron a traducir obras a la lengua castellana.

En 1492, se publicó la primera gramática de la lengua castellana, obra de Antonio de Nebrija.

En el siglo XVIII, se fijó la normativa de la lengua gracias a la creación de la Real Academia Española (RAE). A partir de entonces, el uso incorrecto de la lengua comenzó a ser penalizado o sancionado. Desde ese momento, la normativa ha buscado regular el uso, aunque la lengua sigue evolucionando.

En el castellano actual, un rasgo característico es la incorporación de neologismos, es decir, la adición continua de palabras nuevas, especialmente de otras lenguas. Esto se debe a los avances tecnológicos y científicos, así como a la influencia del inglés.

Para comparar el castellano y el catalán, existen dos diferencias fonéticas clave:

  • El catalán no diptonga las vocales latinas. Ej.: «porta» → porta.
  • Se mantiene la «f» inicial latina. Ej.: «forat» → forat.

Las variedades del castellano

En el castellano peninsular, se distinguen dos variedades principales:

  • Septentrional

    Se sitúa en el centro y el norte de la península. Presenta tres rasgos característicos:

    • Leísmo y laísmo: Uso incorrecto de los pronombres de complemento indirecto. Ej.: uso de «le/les» en lugar de «lo/los» o «la/las».
    • Yeísmo: Pronunciación de la «ll» como si fuera la «y» (Ej.: «yave» por «llave»).
    • Pronunciación de la «d» final como «z». Ej.: «Madriz» por «Madrid».
  • Meridional

    Se sitúa en el sur de la península, incluyendo las Islas Canarias. Se pueden distinguir dos dialectos principales: el canario y el andaluz.

    Presenta cuatro rasgos característicos:

    • Yeísmo.
    • Pérdida de la «d» intervocálica. Ej.: «contao» por «contado».
    • Confusión de /l/ y /r/ en posición implosiva. Ej.: «saltén» por «sartén».
    • Seseo y ceceo: El seseo es la pronunciación de la «c» o «z» como «s» (Ej.: «casa» pronunciado «kasa»). El ceceo es la pronunciación de la «s» como «c» o «z» (Ej.: «sopa» pronunciado «zopa»).

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