Paso 1: Contextualización del Poema y su Autor
En primer lugar, es fundamental localizar y explicar brevemente quién es el autor del poema, los datos más relevantes de su biografía, cuáles son sus obras más importantes, sus características principales y la corriente estética a la que se adscribe. Si es posible, sería ideal contar cuál es el título del poema (si no está ya indicado), a qué volumen y año pertenece, y en qué punto de la producción del poeta se encuentra el poema en cuestión. Es decir, el primer paso es aportar toda la información posible sobre el texto y su autor, entre otras cosas para demostrar que manejamos el tema y la materia.
Identificación del Tema Central
Una vez redactada de forma clara la introducción, nos adentramos de lleno en el texto. Lo primero que hay que indicar es de qué trata, es decir, el tema. El tema debe señalarse, en primera instancia, de manera concisa, con dos o tres palabras solamente, como “la soledad, la desesperanza…”. Más adelante podremos explayarnos teorizando alrededor de qué ideas gira el poema.
Paso 2: Profundización en el Comentario Lírico
En este segundo paso, se inicia la redacción en profundidad del comentario. Es fundamental atender a dos criterios que se superponen: la estructura externa y la estructura interna del poema.
Estructura Externa del Poema
La estructura externa abarca todo lo que compone la forma del texto, su aparataje formal. Generalmente, el poema se presentará en verso, por lo que será necesario comenzar con el estudio métrico:
- Análisis métrico: pausas, acentos, rima (asonante, consonante o libre), conteo del número de sílabas, justificación de si los versos son de arte mayor o menor, así como el nombre, la clasificación y el origen de los versos.
- Determinación de la composición: identificar si es un soneto, romance, lira, octava real, composición libre, etc.
- Identificación y comentario de figuras retóricas: reconocer las figuras retóricas que aparezcan para posteriormente comentarlas con detenimiento.
Estructura Interna y Contenido del Poema
El comentario de la estructura interna es el aspecto más desafiante. Es en este momento cuando comienza el comentario de un texto lírico en su esencia, ya que ahora es cuando se debe profundizar más y redactar el cuerpo principal del comentario. Lo que se debe hacer se asemeja a explicar (en este caso, al profesor que nos está corrigiendo) el argumento de un libro o una película detalladamente.
Organización del Comentario
En primer lugar, cuide la estructura de su comentario: este debe tener una introducción, un desarrollo y una conclusión final claramente diferenciadas. Al tratarse de un poema, siga su estructura estrófica (estrofa a estrofa). La clave reside en indicar la función de cada una de estas partes de la manera más extensa, informativa y coherente posible. Se trata de “desentrañar el texto”, exprimir al máximo sus líneas y extraer todo su potencial. Esto implica analizar el lenguaje, los giros gramaticales, es decir, el estilo del texto. En el tema del texto se encontrará la justificación de los recursos estilísticos. Recuerde que un poema está escrito en un lenguaje infinitamente más complejo que otros tipos de textos, por lo que habrá que hacer un esfuerzo mayor por captar su sentido completo. Se deben comentar los elementos del texto que permiten su relación con la época, una corriente literaria o un movimiento estético, así como la visión del mundo que transmite el autor a través del texto. Recuerde que debe acompañarlo todo de ejemplos y referencias, ya que es un aspecto muy valorado y que aporta gran claridad al escrito. Argumentar significa explicar el porqué de una afirmación que se realiza. Sírvase de los versos que considere necesarios para justificar su interpretación.
El Lenguaje Poético: Elementos Clave
El estudio del lenguaje poético de un poema conlleva un esfuerzo considerable y una atención muy exhaustiva. Se debe evitar por todos los medios redactar de manera esquematizada, hacer listas o reproducir de memoria contenido del libro de texto sin una justificación clara. A continuación, se detallan los elementos que merecen especial mención en el estudio del lenguaje poético:
Fonología
La poesía se sirve de los recursos fonológicos que ofrece la lengua para otorgar a sus escritos una musicalidad y un ritmo especiales. El más utilizado sin duda es la aliteración, con valores expresivos muy marcados, dependiendo de los sonidos que se repitan.
Morfología
Se debe atender a las cualidades expresivas de cada palabra en función de su categoría y del uso que se les da dentro de la obra poética. Los valores expresivos del sustantivo radican más en su significado que en sus aspectos morfológicos. Tal vez, el único aspecto morfológico interesante es la presencia de morfemas apreciativos: diminutivos, aumentativos y despectivos. Mayor importancia suelen tener los adjetivos, pues sus posibilidades son muy variadas. Su importancia aumenta según su función y frecuencia: desde el adjetivo con función de atributo hasta el grupo de adjetivos epítetos alrededor del nombre. Finalmente, se deben comentar los valores modales, aspectuales y temporales del verbo, así como el papel que puedan desempeñar los determinantes, pronombres y el resto de categorías gramaticales. Recuerde que cada palabra de un poema está colocada específica e intencionadamente ahí, por alguna razón y con un objetivo. Se debe descubrir cuál es y analizarlo.
Sintaxis
La disposición de las palabras en el ordenamiento global del escrito es sumamente relevante. Los recursos sintácticos más frecuentes son: paralelismo (a veces acompañado de repetición), hipérbaton, asíndeton y polisíndeton, entre otros.
Figuras y Tropos
Se deben identificar y comentar figuras como: personificación, prosopopeya, cosificación, animalización, antítesis, hipérbole, metáfora, sinestesia, comparación, metonimia, sinécdoque, etc.
Semántica
La mayor complejidad de los textos poéticos radica en que predominan los valores connotativos frente a los denotativos. Remiten a determinados temas que suelen ser constantes en cada poeta, trascendiendo en muchas ocasiones un solo libro y abarcando la obra completa del autor e incluso toda una época literaria. Generalmente no afectan solamente a una palabra, sino a un grupo de ellas que mantienen una estrecha relación significativa.