Pensamiento y Sociedad del Siglo XVIII
Al final del siglo VII, el pensamiento y la sociedad sufrieron un cambio que dio origen a una nueva concepción del hombre y del mundo, la cual culminaría en la Revolución Francesa de 1789.
Tras la muerte del último rey de la casa de Austria, reina en España Felipe V, el primer Borbón. Con él se incorpora plenamente la política y cultura europeas a España. La cultura está en manos del Estado, el cual condena los extremismos barrocos y establece que las reglas a seguir son las del Neoclasicismo.
La Ilustración
La Ilustración entra con la imitación de los modelos franceses. Es un movimiento ideológico y cultural defensor de la razón como fuente de conocimiento, conocido como el Siglo de las Luces. La Ilustración se caracteriza por los conceptos de igualdad, independencia intelectual y crítica libre. Sus características principales son:
- El racionalismo: La base del conocimiento es la razón, lo que permite al hombre desarrollar el pensamiento científico, luchar contra las supersticiones y criticar las creencias falsas anteriores. Se menosprecian las emociones y las fantasías.
- El reformismo: Se proponen leyes y medidas para reformar los diferentes sectores: la economía, la educación y la cultura. El poder de los nobles disminuye, se crean escuelas, se fomenta la agricultura, la industria y el comercio, y aumenta la difusión de la prensa.
- El idealismo: Se cree en un mundo más justo e igualitario, buscando la mejora de las condiciones de vida. El ser humano es libre y se confía en él para buscar la felicidad terrenal, desde su propia organización del mundo.
- El didactismo: El conocimiento de la realidad debe ir acompañado de su divulgación para que resulte útil al conjunto de la sociedad. El ensayo y las obras de divulgación favorecen el didactismo. La Enciclopedia, diccionario publicado en Francia entre 1751 y 1772, en el que se reunía todo el saber de la época, se convirtió en el principal medio de difusión de las ideas ilustradas.
Tendencias Artísticas y Literarias del Siglo XVIII
En este siglo se producen diversos fenómenos literarios agrupados en tres direcciones:
- El Posbarroquismo: Las características formales del Barroco, reducido a un arte extravagante y sin contenido, pervivieron hasta mediados de siglo, momento en el que el nuevo criterio neoclásico atacó el barroquismo del siglo anterior.
- El Neoclasicismo: La moda, la cultura y los hábitos sociales tomaron un aire francés. Esto, sumado al agotamiento cultural del Barroco, fomentó la entrada del Neoclasicismo. Los autores se someten a la autoridad de los preceptistas y promueven un arte ajustado a las normas, lo que impidió la expresión de sentimientos en la literatura. Sus principales reglas preceptistas son:
- La obra debe tener alcance universal y ha de tener verosimilitud (idea abstracta, lo genérico).
- Unidad de estilo y separación de géneros, evitando mezclar lo trágico y lo cómico, verso y prosa, y el tono elevado con el familiar.
- La obra ha de tener una finalidad moral y educativa.
- El Prerromanticismo: Surge como una corriente estética tendente a la expresión sensible y melancólica de los sentimientos, justificados como impulsos naturales del ser humano. El único camino hacia la felicidad es el regreso a la vida natural.
El Ensayo en el Siglo XVIII
El espíritu enciclopedista tuvo una gran repercusión en la cultura española, y la creación literaria derivó hacia la investigación y la actividad didáctica. El ensayo se convirtió en el género predominante.
La finalidad pedagógica y el carácter moralizante evolucionaron. Al principio se trataba de enseñar sin atacar a la sociedad; después, se criticó intensamente a esa sociedad, a sus costumbres y a sus leyes.
Autores Más Representativos
Feijoo (1676-1764)
Sus publicaciones fueron polémicas, pero gozaron de prestigio y protección real. Su obra más importante es Teatro crítico universal (1727-1739), formada por una serie de ensayos sobre diversas materias: medicina, literatura, teología…
Su intención era dar a conocer a la sociedad los avances culturales europeos y destruir las supersticiones vigentes.
Su estilo es sencillo y natural, con intención científica y docente. Su prosa es precisa, espontánea y sin artificios retóricos.
Jovellanos (1744-1811)
Sintetizó las corrientes de pensamiento de la época. Fue un observador de la realidad española, dedicó su vida al estudio y la resolución de los problemas del momento. Escribió informes sobre cuestiones variadas. Su ideología era ilustrada.
Obras principales centradas en los problemas de España:
- El progreso material del país: Informe en el expediente de la Ley Agraria (1795), donde aborda los inconvenientes del desarrollo agrícola.
- La instrucción pública: Plan general de Instrucción del pueblo (1809), que concibe la cultura como progreso del pueblo.
- La historia cultural: Memoria para el arreglo de la policía de los espectáculos (1796).
- La política: Memoria en defensa de la Junta Central (1810), que muestra sus ideas liberales e ilustradas.
Cadalso (1741-1782)
En su obra Los eruditos a la violeta (1772) ataca con fino humor la erudición recargada y artificial. Su mejor obra son las Cartas marruecas (1789), en las que manifiesta los defectos de la sociedad de la época por medio de un género epistolar.
Utiliza un ficticio ciudadano marroquí que describe sus impresiones de España en sus cartas. El autor emplea este recurso para dejar en evidencia los vicios que llevaron a la decadencia de la nación. Cadalso presenta un amplio panorama de la vida cultural, social y económica del país, justificando el fracaso de España por las guerras, la pereza de los ciudadanos, el atraso científico, las supersticiones y las malas costumbres.
Aunque se observa un escepticismo pesimista, Cadalso tiene una gran confianza en el ser humano y en el progreso.